Hola a todos. Para mi es muy estimulante saber que al otro
lado de mi pc existe gente tan bella como ustedes que toman un poco de su tiempo
para leer mis relatos e inspirarse.
Espero que hayan podido disfrutar "recuerdos de mi primera
vez 1 y 2". A petici�n de mis amados lectores les contar� hoy como fue que
descubr� el sexo anal.
En el mes de diciembre del 96 Marcelo se fue a vivir conmigo.
Lleg� un s�bado, con 5 maletas y 10 cajas, llenas de material de trabajo y
libros, poca ropa, porque cada vez se pasaba mas tiempo en mi casa que en la de
�l. Opto por vender todo lo que le recordara su vida pasada. Y se qued� junto a
mi.
Yo estaba muy ansiosa ya que mis padres y mis 4 hermanos (a
si, no les hab�a contado que soy la menor de 5 hermanos todos hombres) no
estaban muy de acuerdo con mi relaci�n. Era un reto para la familia, que Marcelo
se fuera a vivir junto a mi.
La tarde en que llego ya me dispon�a a decorar mi casa de
navidad, cosa que no pude hacer hasta que reorganiz�ramos todo el peque�o
espacio que ten�amos para los dos.
En la sala qued� organizada por un sofacama 2 poltronas y una
peque�a mesita ce centro, 2 caballetes, un armario lleno de materiales varios
bien organizado en cajitas, una mesa de trabajo de joyas y una biblioteca con
todo tipo de libros. La cocina quedo talcual, igual el no le interesaba
inmiscuirse en la organizaci�n de ella, solo pensaba en cocinar y dejar un
desorden total, eso si lo que hacia era tipo gurmet!
La habitaci�n sigui� igual, yo hab�a dispuesto un espacio en
mi closet para �l. Mi cama era doble, y as� se qued�.
Las paredes del apartamento eran blancas, el piso era de
madera, demasiado sencillo para mi gusto, pero que se le va hacer? Tampoco tenia
el presupuesto para poderlo decorar como quer�a.
El ba�o estaba completamente embaldosinado. El piso era de
baldosa negra, las paredes con baldosas blancas y una cenefa negra a un metro y
medio del piso. Toda la cer�mica (cisterna, lavamanos y colgatoallas) negra. La
ducha estaba separada por una divisi�n de vidrio transparente, frente a ella
hab�a un espejo de techo a piso y de pared a pared, eso si lo hab�a puesto yo
siempre me ha gustado verme al espejo. La ducha colgaba del techo, de tal forma
que ca�a un chorro fuerte en forma vertical, a mi me encantaba.
La primera noche fue totalmente extenuante, decidimos dejar
el apartamento en completo orden, ya que la semana comenzaba y no tendr�amos
tiempo de arreglar.
A la ma�ana siguiente nos levantamos cuando el reloj marcaba
las 11:33 a.m., fuimos directamente al ba�o. �l abri� la llave y nos sumergimos
desnudos bajo un espectacular chorro de agua caliente, al compartir mi espacio
con "mechas" (asi le dec�a a Marcelo) era todo un placer el ba�o. El me
enjabonaba la espalda y yo miraba nuestro reflejo en el espejo con el ment�n
apoyado en los brazos que estaban recostados en el vidrio de la divisi�n, mechas
baj� a la altura de mi cola y se arrodillo.
-deber�as depilarte un poco amor- comento mientras hurgaba
mis nalgas.
-para que? as� estoy bien y tu no te has quejado hasta el
momento-
sin darme oportunidad de quejarme, me separo las piernas,
coloc�ndome una sobre su cadera, tomo el jab�n, formo bastante espuma, estir� la
mano y se apoder� de la cuchilla de afeitar.
-qu�date quieta no te quiero lastimar-
sent� como se deslizaba la cuchilla por medio de mis nalgas.
El las separaba. Lo poco que alcanzaba a ver en el espejo era su cara como si
quisiera plasmar su mejor obra de arte en mi.
-baja la pierna y sube la otra- mientras se cambiaba de lado.
Al hacer el cambio de pierna, sent� mis nalgas completamente
suaves. Me gusto la sensaci�n. Sigui� muy delicadamente con su obra maestra.
-estas lista-
-me puedo ver?-
-tendr�as que ponerte en cuatro de espalda al espejo- me dijo
mientras se enderezaba y abr�a la llave.
-que tal se ve?- le di la espalda, le mostr� la cola y separ�
mis nalgas.
-apetitoso, muy apetitoso-
-te dije que no, aun no- me enderec� y me di media vuelta.
El se re�a, era lo mejor que hac�a cada vez que me propon�a
el sexo anal y yo me negaba.
Se puso la mano en la barbilla, se la rasco y gui�o un ojo.
-creo que no he terminado aun-
me tomo de una mano y me halo de nuevo a la ducha. Me hizo
abrir las piernas y empez� a depilarme mi conchita.
-es verdad que no estoy tan peluda como la primera vez pero
as� esta bien, d�jame quieta-
-te quiero completamente pelada-
fue una sensaci�n excitante sentir como me abr�a los labios y
con mucho esmero me pasaba la cuchilla hasta quedar completamente limpia de
vellosidades.
-ahora si. Lista!-
yo estaba m�s que lista, la imagen que vi frente al espejo me
termino de excitar. Estaba completamente lampi�a. No hab�a ni un pelito en mi
cuerpo.
Nos terminamos de ba�ar y nos dirigimos a la habitaci�n.
-ven te doy un masaje- me dijo mientras tomaba el pote de
crema del closet.
Me quite la toalla y me acost� en la cama boca abajo.
-date la vuelta, comenzaremos por delante-
tomo gran cantidad de crema, la froto en sus manos y comenz�
por los brazos, frotaba sutilmente, haciendo presi�n con sus dedos. Sigui� con
el pecho y el cuello, tomo mas crema y la puso fr�a en mis senos, eso me hizo
estremecer. Mi oleada de excitaci�n iba en aumento, masajeo tiernamente cada
uno, se detuvo un poco en los pezones, jug� con ellos se acerco y los mordi�.
-oye! Eso no hace parte del masaje-
-tu no sabes de masajes, baja la cabeza y d�jate- diciendo
esto bajo por medio de ellos y continu� con la pancita, sus nudillos eran �giles
en el masaje, contorneaba mis costillas y deslizaba sus manos por mi cintura,
continuo por el monte de venus, estir� los labios hacia arriba y aprovech� para
curiosear como estaba mi cl�toris, mas crema fr�a, mmmm, levant� mi pierna
derecha y la apoyo en su pecho. El masaje fue doble, sus manos en mi pierna
sub�an y bajaban, mis dedos del pie en su boca donde la lengua me excitaba.
Sigui� el mismo plan de masaje en la otra pierna.
-no mas, ven y me posees un poco- le dije con tono jadeante.
-no seas desagradecida, no todos los d�as se recibe un masaje
as� y adem�s gratis- me dio media vuelta. Quede de espalda. Sent� un chorro de
crema en mi espalda, sus manos ablandaron por completo cada m�sculo de ella.
-que bien se siente- dije complacida.
Me pidi� que me arrodillara y me recostara sobre las piernas,
con la cabeza entre las rodillas. Yo muy ingenua, le hice caso pensando que el
iba a continuar con mi masaje de espalda. Pero �l no pensaba lo mismo, mientras
me acomodaba el se despojaba de su toalla y se aprontaba de crema su pija. Fue
demasiado tarde para moverme. Se acost� sobre mi, su pija quedo en mi ano, con
su mano la mov�a �gilmente haciendo aumentar mi excitaci�n, su otra mano buscaba
mi cl�toris. Quede completamente sometida a su voluntad, empec� a sentir como
ced�a mi ano a su masaje... entr� un dedo y me estremec� mmmmmmm, al mismo
tiempo entro en mi vagina otro dedo, ahhh que bien se siente!.
-ahora si, no te me escapas- me dec�a riendo.
En ning�n momento me intimid�, trate de librarme y someterlo
a mi, pero fue imposible, ya conoc�a mis puntos, apret� con 2 dedos mi cl�toris,
me hizo saltar de placer... continu�. Con un dedo dentro de mi ano y los otros
cuatro haciendo antesala para la pija era inevitable la penetraci�n. Como pudo
me beso, ya no pensaba en el dolor, pensaba en el placer, al relajarme fue mas
sencillo, introdujo otro dedo y el glande., saco suavemente los dedos y me tomo
un seno. Quietud total, solo se escuchaban nuestras agitadas respiraciones...
-te amo!-
-que?- dije tratando de descifrar lo que por primera vez me
dec�a, cuando me penetro lenta pero firmemente.
-que te amo! Te digo-
ahhhhhhhhhhhhhhhh, fue lo �nico que se escucho, fue mas de
emoci�n que de dolor, porque a la hora de la verdad no me doli�.
Se movi� suavemente, tomo de mis jugos y ayudo a lubricar el
hoyito reci�n violado.
Se siente diferente, mas intenso, mas ansioso.
-mu�vete, mu�vete, lo necesito-
le suplicaba, me enloquec�a sentirlo completamente quieto
dentro de mi, cuando todas mis paredes rectales estaban en plena convulsi�n...
me estaba enloqueciendo esa sensaci�n tan extra�a. Mmmmmmmmmm
-hazme lo que quieras, pero hazlo por favor que lo necesito-
Sent�a su respiraci�n en mi o�do fuerte y muy agitada, muy
agitada.
-disfr�talo- me dec�a a la vez que sent�a su pene crecer
debido al grado de excitaci�n que ten�amos.
-trata de respirar lentamente y apretar tus nalgas-
-ahhhhhhh- grito de placer �eso est� muy bien, puedes apretar
un poco mas?-
-uhu- dije ahogadamente, ya que tenia todo su peso sobre mi,
adem�s sent�a todo lo que estaba pasando, cada leve movimiento, de �l y m�o,
sent�a mucho m�s que una penetraci�n vaginal. Nunca antes hab�a estado tan
excitada. Necesitaba desesperadamente calmarme, levante un poco la cabeza para
tomar aliento, toda la almohada estaba empapada de sudor y a�n segu�a
escurriendo sudor de mi frente y resbalar por mi piel hasta la nariz, suced�a lo
mismo con mi mechas.
Tome un respiro mientras apretaba fuertemente las nalgas.
Ahhhhhhhhhhh mmmmmmmmm, gritamos los dos, y nos enderezamos, el sudor resbalaba
de mis axilas, hasta las tetas, por los brazos y el vientre.
Ya est�bamos en cuatro, yo apoyada en mis rodillas y mis
codos y el acostado sobre mi espalda, una mano en la cama y otra en mi vagina,
solamente puesta porque no pod�a hacer nada por que toda la atenci�n estaba en
mi parte trasera, ten�a adem�s las rodillas bien apoyadas.
Empez� un movimiento brutal, mete, saca, mete, saca.... suave
pero firme. Yo apretaba las nalgas para sentir todo lo que estaba pasando,
est�bamos hechos un mar de sudor, quer�amos terminar debido al cansancio, pero
todo lo que sent�amos nos obligaba hacerlo lennnntameeente!
Dej� caer sobre la almohada mi cabeza, eso me permiti� ver
algo de lo que suced�a atr�s, observe la mano quieta y por entre los dedos
escurrir gran cantidad de liquido viscoso amarillo transparente que proven�a de
mi vagina y llegaba hasta la cama.
-mechas ya viste como me tienes?- el segu�a movi�ndose yo no
sab�a donde disfrutar mas y son lo que sent�a o con lo que ve�a.
-si, claro te siento plena, siento cada mil�metro de ti-
-no me refiero a el placer. Mira un poco debajo de tu mano-
se qued� quieto para poder contemplar lo que suced�a.
-madre m�a, como estas de jugosa- sent� un palpitar de su
verga en mi ano. Acerc� con mucho cuidado la mano que ten�a en mi conchita,
recogiendo la mayor cantidad de liquido que pudo.
-mira todo esto mu�eca, huele delicioso- acerc� su nariz a la
mano y comio.
-mmmmmmmmm, que rico que sabe, estas delicioso- me acerc� la
mano.
Prob� �es un manjar- dije vi�ndolo saborearse lo que quedaba
en la mano.
Cont�nuo con su movimiento, ahora circular, dentro y fuera.
-mas, dame m�s, quiero mucho mas- dije en tono de orden.
Sent� como empez� con mas fuerza y aceleraba. Nunca lo hab�a
escuchado gemir como esa domingo.
Yo me sent�a plena, mir� y de nuevo mi vagina escurria mas
liquido, lo tome con mi mano, al rozar mi cl�toris no pude aguantar, lo esparc�
todito en mi conchita y pase un poco por la verga de mechas, para poder lubricar
mejor.
Aumento el placer, el hacia su trabajo a la perfecci�n y yo
me dediqu� a consentir, delicadamente mi cl�toris.
No pasaron muchos minutos cuando llego.
-ahhhh nena, me vengo!!!- susurro muy agitado.
Yo estaba al borde, friccion� febrilmente mi cl�toris, para
acabar al tiempo.
Se tension� por completo y estallo
-ahhhh, ahhhh, ahhhh,- gritaba de placer, mord� la almohada y
escuche un grito ahogado en mi. Sent� como me daba abundante leche para mi ano y
como toda mi cavidad anal sufr�a una oleada de espasmos fuertes, sinti�ndolo
hasta la vagina y uni�ndose a las contracciones clitoriales.
(Es impresionante todo lo que se llega a sentir en un hueco
que nosotros tenemos en el olvido, haciendo el trabajo "mas sucio" del cuerpo.)
Al depositar toda su leche en mi, �l se sinti� morir, ya no
ten�a fuerzas para nada, aparte que est�bamos sin desayunar.
-no puedo dar una m�s-
-s�calo lentamente- le dije mientras me incorporaba. Al
sacarlo experimente un placer nuevo, me estremec�. Sali� parte de leche y
escurri� por mis piernas. Se acerco y la lami� junto con mis jugos.
-eso est� s�per para terminar mi masaje-
su lengua era muy �gil. Me limpi� desde el ano, pasando por
la vagina y bajando por las piernas.
Al terminar me di media vuelta lo tom� por el cuello, nos
besamos y lo traje hacia mi,
-te amo, no lo dije solamente para poderte penetrar. En
serio, te amo- ca�mos en la cama totalmente rendidos. El fue mi cobija y yo su
colch�n. Mir� el reloj despertador y marcaba las 5:10 p.m. la mejor forma de
pasar un domingo. El primer domingo viviendo juntos.
Ya saben, espero sus comentarios y sugerencias en mi mail
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