Relato: Mi sobrina politica (02: Primer contacto directo) Capitulo II � Primer contacto directo
Al d�a siguiente y por fortuna del destino el desayuno se
efectu� en la casa de la abuela, lugar donde ella vive por severos problemas con
su padre, esto hace que ambos traten de imaginar la forma en que se encontraran
nuevamente, aunque deben ser muy precavidos, esta casa es mas peque�a y no es
f�cil desaparecer varios minutos sin que alguien lo note, pero al fin y al cabo
ya se dar� la oportunidad.
Cuando el llega a la casa, ella se encuentra en el ba�o, se
esta aseando su juvenil cuerpo, poniendo especial �nfasis en su entrepierna, la
cual y gracias a las fantas�as cumplidas de la noche anterior, se encuentra
inundada de esos calidos l�quidos que le provocaron sus varios orgasmos, ella
escucha la llegada, se encuentra bajo la regadera, disfrutando de la calidez del
agua y de sus dedos hurgando en su vagina, absorta en su disfrute se da cuenta
que es una oportunidad para mostrar su cuerpo al hombre que desea, inicia
pensando que se pondr� para que el pueda disfrutar viendo y admirando su cuerpo,
repentinamente se da cuenta de que si sale r�pidamente del ba�o, el puede llegar
a observarla mientras ella se viste, el mientras tanto y despu�s de los saludos
de rigor, busca la manera de poder ver ese juvenil cuerpo, como si se
encontraran sincronizados, el busca la manera de poder verla en el momento mismo
que se viste, pero no puede subir sin mas ni mas al otro piso, y mucho menos
permanecer espiando detr�s de la puerta, el riesgo de ser descubierto es muy
alto, as� pues sale al jard�n trasero de la casa, lugar al que da vista la
ventana de la habitaci�n de ella, as� simulando buscar el calor del sol de
ma�ana, sale e instintivamente dirige su mirada en direcci�n a la ventana
deseada, ella no se encuentra, pero no debe tardar, "casualmente" la cortina se
encuentra corrida, dejando ver al interior de la habitaci�n sin gran dificultad,
as� acostumbra ella dejarla, ya que como no hay hombres en la casa se encuentra
libre de miradas furtivas no deseadas, de la misma forma no es posible ser vista
desde las casas vecinas, cosa que ayuda en este momento.
Finalmente el momento esperado, ella sale del ba�o enredada
en una toalla, le cubre todo el cuerpo, intencionalmente avisa a su abuela que
el ba�o se encuentra libre por si alguien quiere usarlo.
Entra en su cuarto y cierra un poco la puerta, quiere ver y
estar segura de que nadie que no sea el, la vea, as� espera unos segundos, pero
como no escucha a nadie subiendo piensa que no ser� posible mostrarse para el
hombre deseado.
-Que mal, creo que no puede subir, y no puedo dejar la puerta
abierta.
-Bueno, mientras espero un poco voy a sacar la ropa que me
pondr�, que mal que no me gustan las faldas, porque as� podr�a ense�arle alguna
parte de mi cuerpo.
Con estos pensamientos hurga en sus cajones, sacando su ropa
interior, la revisa, se da cuenta que no tiene mucha, se da cuenta que varias de
sus braguitas son viejas, y adem�s son bastante infantiles unas, y feas otras,
como le gustar�a tener varias, especialmente de encajes que se a dado cuenta
gustan tanto a el.
Sin imaginar que el la observa desde la parte del jard�n,
ella continua con la tarea de buscar la ropa mas adecuada para la ocasi�n,
decide ponerse unas bragas viejitas pero bastante atractivas, ya que son de
suave tela casi transparente, de esas que dejan ver por detr�s sus preciosas
nalgas y por delante la nube obscura de su bello pubico, tambi�n elige un
brassiere de media copa, este que ya le queda un poco justo hace que sus breves
senos se vean mas prominente, molestan un poco ya que el pez�n suele salir por
la parte superior, pero para esta ocasi�n creo son los perfectos, ya que en
alg�n descuido, ella mostrara su prenda al hombre que quiere provocar.
Mientras ella realiza la tarea de escoger sus prendas, el se
encuentra deambulando por el jard�n, disimulando que se encuentra ah� por los
calidos rayos del sol, se a dado cuenta que ella no lo ha visto, busca la manera
de llamar su atenci�n, que ella se de cuenta que la esta observando. Alguien lo
busca desde dentro de la casa, el, entonando un poco mas la voz indica que se
encuentra fuera, que necesita calentarse un poco porque la cruda lo esta
matando, de esta forma deja en paz a quien lo busca, y al mismo tiempo le indica
a ella donde se encuentra.
Por su puesto ella se a dado cuenta, disimulada y detr�s de
la cortina de su recamara, asoma sus ojos para ubicarlo, lo ve prendido de la
ventana, mirando fijamente y queriendo taladrar los muros con su vista, se le ve
en la cara el deseo anhelante de poder verla, ella entonces da un paso al
frente, quedando justo al centro de la ventana, as� el podr� verla y disfrutarla
desde su posici�n, se da cuenta de la puerta y la cierra por dentro, nadie
dentro de la casa podr� ver que ella se encuentra desnuda, pero el si podr�
disfrutar del espect�culo que ella pretende dar.
-Que hago para que mi t�o disfrute de la vista, me subo a la
cama para que pueda verme con mayor claridad, pero no quiero ser tan obvia, que
hago.
-Ya se, simulare que tengo que bajar algo de la parte alta
del closet, as� arriba de la cama el podr� verme completamente desnuda.
Diciendo y haciendo lo que pensaba, abre de par en par la
puertas del closet y trata de alcanzar algo que se encuentra en la parte alta,
lentamente y aun con la toalla rodeando su cuerpo sube a la cama, se estira
nuevamente, y con una mana suelta la toalla que cae sobre la cama. El mientras
tanto se encuentra hipnotizado, ve caer la toalla y puede por fin ver ese cuerpo
desnudo, ese cuerpo que tantos deseos le causa, pero desea de una forma
especial, no solo como un objeto donde descargar su virilidad y dar rienda
suelta a su lujuria, sino, mas bien como un templo en el que quiere adorar las
mas exquisitas formas de amar, las mas sublimes formas de excitar, y as�
disfrutar el mismo haciendo que ese cuerpo explote en orgasmos m�ltiples, que
cree poder ofrecer.
El caer de la toalla a sido en c�mara lenta, cada cent�metro
de la piel de ella que se a ido descubriendo es un manjar para sus ojos, primero
ve claramente sus hombros, su espalda, su cintura, sus caderas, sus nalgas, sus
piernas y finalmente la tiene ante su vista, completamente desnuda, admira sus
caderas y nalgas, las cuales se encuentran apretadas, mas aun por la posici�n
dif�cil que ella mantiene por un buen momento, as� puede recrear sus ojos con
esa carne blanca, esa carne que mas que nuca quiere acariciar, quiere hacer
vibrar de pasi�n y quiere poseer de mil maneras, con sus ojos como ahora, con su
tacto, con su lengua y cada papila gustativa, con sus besos y caricias lascivas.
As� en esta posici�n ella se inclina un poco, de esta manera
sus nalgas se abren de forma natural, la vista de el es indescriptible, puede
ver el ano de ella, rosado, cerrado, anhelante, invitando a ser besado, a ser
lamido y chupado a ser olido y estrujado entre los labios de el, pero esto
suceder� en otra ocasi�n, por ahora ambos se conforman con el espect�culo
visual, ella baja de la cama y toma sus bragas, aun cuando tiene un poco de
dificultad para ponerse la prenda lo hace parada, sabe que de otra forma el no
podr� ver nada, lo hace de tal forma que no deja ver su monte de venus, debe ser
as�, ella aun no sabe como, pero ya se ha atrevido bastante, ha dejado ver su
cuerpo desnudo a su t�o, tratando de recompensar la falta de visi�n de su
vagina, avanza un poco hacia la ventana, quiere mostrar mas de cerca sus senos,
el la observa, se la come con los ojos, los cuales tiene fijos en sus pezones,
erizados y puntiagudos, desafiantes y hermosos, el observa esa piel blanca, esa
piel pura y limpia que no ha sido besada jam�s por nadie, la verdad es que la
sensaci�n de estrenar el cuerpo de su sobrina se convierte en endemoniado deseo,
as� el observa como lentamente ella se pone su brassiere, se acomoda su breves
senos dentro del encaje de la prenda, toma un short corto que hizo de unos
pantalones viejos, estos shorts mal cortados en ocasiones le han hecho pasar
algunas penas, ya que si no se cuida, su ropa interior puede ser vista por
alguna mirada indiscreta, por ahora el ponerse esa prenda tiene dedicatoria,
procurara que su t�o disfrute de la vista que de alguna manera ella le
proporcionara.
Ya en la mesa todos juntos disfrutan del desayuno preparado
por la abuela, entre platicas y risas transcurre el tiempo, ellos entre miradas
se indican que se encuentran muy interesados el uno por el otro, participan de
la platica para disimilar, pero no pierden la concentraci�n de observarse el uno
al otro.
El se a dado cuenta del short de ella, tirando un cubierto de
la mesa trata de recogerlo, esto le permite observar debajo de la mesa y mantel,
su mirada busca las piernas de ella, la encuentra frente a el, ella a entendido
el mensaje, es el momento de mostrar a su t�o que tan atrevida es, ah� mismo en
la mesa con todos los comensales abre sus piernas, dejando al descubierto su
entrepierna, y como ya se a dicho, el short deja ver su prenda intima, el la
observa, puede ver la blanca tela de sus braguitas, puede ver el obscuro bosque
que forma sus delgados bellos, puede ver como se forma la l�nea de la vagina
dibujada por los hinchados labios mayores, incluso la tela osa introducirse en
su bello canal, puede observar con gran libertad el rico panal de miel que
espera muy pronto poder saborear.
As�, con la misma discreci�n vuelve a su postura normal, pero
con los ojos inyectados de sangre, busca la mira de ella y la encuentra, le
observa sus pupilas, est�n dilatadas, la brillantes de sus ojos evidencian su
excitaci�n, busca en sus senos, los pezones esta puntiagudos, erectos y
desafiantes, ella busca disimular, trata de que solo el vea lo excitada que se
encuentra, se levanta para salir del momento, ya que esta a punto de evidenciar
su estado, va a la cocina con alg�n pretexto, solo con la imagen de el en su
cabeza.
Se recarga en un mueble de la cocina, trata de aclarar sus
pensamientos se queda inm�vil y pensativa
-�Que es lo que e hecho?, �como me e atrevido?, casi frente a
toda mi familia
-Pero me gusto, me gusto a rabiar, creo que lo e disfrutado,
mi vagina se encuentra mojada, el hecho de mostrarle mis cositas a mi t�o me a
puesto muy caliente, mas que ayer, creo que me gusta el riesgo, creo que me
gusta mostrarme cuando alguien puede verme
Un poco mas calmada vuelve a la mesa, solo para encontrar su
lugar ocupado, todos se reacomodan, ella se encuentra al lado de el, ha sido
obra de la casualidad (que casualidad tan generosa), as� reinicia las platicas
en las que ellos participan amenamente, cada quien con su tema para no hacer
obvia su mutua atracci�n y excitaci�n.
El tema por ahora es la delincuencia (gran tema de debate en
M�xico), todos creen tener algo que agregar a la platica, todos se concentran en
exponer y defender su punto de vista, la palabra la tiene el padre de ella,
habla dice y redice��
Mientras tanto, una mano debajo de la mesa se mueve
ligeramente en direcci�n de unas piernas blancas y juveniles, apenas las rosa
con sus nudillos, apenas toca con la parte externa, son leves y r�pidas, pero no
menos gratificantes, ambos son concientes de lo que ocurre sobre y debajo de la
mesa, la mano vuelve a su lugar sobre la mesa, incluso hace algunos ademanes
para contrariar lo dicho por alguien, esto asegura que el se encuentra
concentrado en la platica, adem�s de participar con la convicci�n de algunos�..
Ella a disfruta de la caricia, trata de controlar su sangre
juvenil que sube a sus mejillas, esto podr�a evidenciar a ambos, respira y se
controla, su cuerpo obedece a rega�adientes y se tranquiliza, ahora es el turno
de ella, temerosa baja las manos, simula acomodar su silla, su mano izquierda a
quedado abajo, se dirige a la pierna derecha de el, el contacto ya es esperado,
ya que la excitaci�n ha vuelto hipersensibles sus cuerpos, ambos mantienen el
control de sus emociones, y as� como atienden la platica de los otros comensales
para disimular, se mantienen alertas a las acciones del otro, la mano sigue
avanzando el breve espacio que los separa, el toque se da a la altura del
bolsillo del pantal�n, ella posa su mano como queriendo hurgar en el bolsillo,
hace un poco de presi�n y disfruta del contacto, el pene erecto que se encuentra
a escasos cent�metros de su mano busca la manera de ser tocado, el se reacomoda
en su silla, ella mantiene su mano y por un instante toca la punta del excitado
miembro, se da cuenta e instintivamente retira su mano, como es posible a tocado
el pene de su t�o, la cantidad de liquido que emana su vaginas se a hecho ya
evidente con una mancha sobre sus bragas, restriega sus piernas para disfrutar
del placer que le a provocado el tocar el pene de su t�o, las mantiene cerradas,
sus nalgas apretadas hacen que su ano se contraiga y tambi�n disfrute, siente un
ligero cosquilleo, su ano esta reaccionado a tan agradable sensaci�n, sus
fluidos siguen escapando de su canal de placer, siente erizados los bellos de su
vagina, sus labios mayores se encuentran hinchados, con las piernas cerradas se
prodiga una masaje sexual, que se prolonga por varios segundos, incluso a
perdido el hilo de la platica, sus ojos entrecerrados la mantiene absorta de lo
que pasa a su alrededor, solo reacciona al contacto de la mano de el sobre su
pierna, la esta palpando, acariciando desde la rodilla hasta la parte superior
de su pierna, sin atreverse a tocar su parte interna, que sin mucha dificultad
permitir�a a el tocar sus braguitas y monte de venus, oleadas de placer le
recorren la espalda, desde sus ano hasta su cabeza, sus mejillas se enrojecen,
los l�bulos de la orejas se encuentran encendidos, siente un gran calor y
bochorno que hace escurrir peque�as gotas de sudor de su frente, atina a decir
que hace mucho calor, agachando su cabeza para ir en direcci�n de la puerta y
abrirla, sale un momento y respira profundo, tratando de jalar el aire que tanta
falta le hace, nadie en la mesa se a dado cuenta de nada, todo siguen con su
platica, tan ligera y desenfadada.
Todos los asistentes en la casa se encuentran cansados,
desvelados y hasta crudos, los padres de ella se retiran a su casa que se
encuentra enfrente, la abuela ofrece una cerveza para curar la resaca, indica
que subir� a tomar un ba�o, el resto de los asistentes o est�n dormidos o a
punto de hacerlo, solo 2 personas permanecen "consientes", resistiendo los
embates f�sicos de la desvelada, ella inicia el proceso de recoger la mesa, el
"sol�citamente" se ofrece a ayudar, nadie los pela o les presta atenci�n, nadie
mas en la casa esta consiente, as� se dedican el uno al otro.
-�Quiere otro vaso de cerveza t�o?
-Si, gracias
-�Me pasa el destapador t�o?- dice ella desde la cocina
-Claro, aqu� esta- Contesta el dirigiendo sus pasos hacia
donde se encuentra ella
-Gracias t�o �Dice ella recibiendo el objeto y acariciando la
mano de el
El mientras tanto observa el movimiento de la casa, arriba se
escucha la regadera, la abuela se esta ba�ando, tardara varios minutos, en la
sala alguien ronca acompasadamente y en el exterior se oyen los jugueteos de los
chiquillos que se divierten haciendo lo que les viene en gana, nadie a la vista,
no existe riesgo alguno por breves momentos, el se decide a avanzar un paso mas.
Ella se encuentra de espaldas a el, con un par de pasos
cortos se ha colocado detr�s de ella, acerca su cuerpo y presiona un poco, ella
corresponde sacando y empujando su cadera hacia el, el contacto se da y el
siente las duras y paradas nalgas de ella sobre su pene, el pasa sus brazos
alrededor de su cintura y la atrae hacia si mismo, lo cual provoca que la
presi�n sobre su pene sea mayor, ella disfruta y se regocija mientras sirve la
cerveza en un vaso, el presa de una excitaci�n extrema da un ligero envite sobre
el culo de ella, casi al un�sono ella empuja su lindo trasero un vez mas para
disfrutar mas la marcada verga de el, se separan y ella gira con el vaso en su
mano, sus ojos declaran abiertamente que siente un exquisito deseo de ser
pose�da por el, esto se refleja en la voz de ella al ofrecer la bebida.
-Aqu� tiene t�ooo
-Gracias hija.
Ella baja la vista, y ah� esta esa verga erecta que ha
sentido en sus v�rgenes nalgas, trata de adivinar que extensi�n tendr� ya que la
a sentido enorme, el mientras tanto gira para ir a revisar si no existen moros
en la costa, ella aprovecha para dar una detallada mirada al trasero de el,
encuentra unas nalgas paradas y apretadas que la excitaci�n le han provocado a
el, encuentra unas piernas largas, aun cuando se encuentran en unos pantalones
no muy ajustados se marcan perfectamente, escudri�a su trasero y con los pasos
de el, descubre calzones breves que dejan media nalga al descubierto,
aparentemente son medio bikinis, ya que no cubren completamente ese trasero que
ella disfruta, sube un poco y encuentra la espalda y los hombros, anchos y
fuertes, con unos brazos largos y estilizados, no es un grandioso cuerpo
atl�tico, pero su altura de 185 cm y talla y complexi�n media lo hacen verse
estupendo, al menos para los ojos de ella (que es lo que importa).
El regresa sobre sus pasos, pone el vaso sobre una mesa y se
dirige a ella que se encuentra en un rinc�n apartado de la puerta, entendiendo
la ubicaci�n, nadie puede verlos, la toma en sus brazos, la jala as� si y
tomando su cabeza posa sus labios sobre los de ella, los besa con gran pasi�n
contenida, los besa incluso con rabia y desesperaci�n, prueba y disfruta de su
saliva, mete su lengua en su peque�a boca, busca en cada rinc�n de su boca ese
jugo exquisito que le sabe a gloria, estruja el cuerpo de ella contra si mismo,
estruja y revuelve su cabello, quiere penetrar por su boca, quiere poseer a esta
joven con desesperaci�n, permite que ella respire y acomete nuevamente, no
quiere desaprovechas ning�n instante, solo tiene algo en sus 2 cabezas,
disfrutar de ese virginal cuerpo.
A ella esta acci�n la a tomado por sorpresa, nunca pens� que
el se atrever�a a besarla ah� mismo, pero ya que esta pasando se dedica en
cuerpo y alma a disfrutarlo, no piensa, solo se dedica a disfrutar de las
caricias bucales que el proporciona, su cuerpo se sacude a cada acometida de la
lengua de el, sus piernas le fallan pero no puede caer, el la tiene sostenida
casi en vilo entre sus brazos, sus cabellos van de un lado para otro, igual que
las ideas en su cabeza.
El momento a terminado, ser� dif�cil volver a estar juntos,
al menos por este d�a, ella no puede resistir la tentaci�n y estruja fuertemente
una nalga de el cuando esta saliendo de la cocina, la palpa, la siente, la
aprieta, pellizca y disfruta, como preludio de lo que otro d�a suceder�.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 1
Media de votos: 10.00
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Mi sobrina politica (02: Primer contacto directo)
Leida: 1281veces
Tiempo de lectura: 12minuto/s
|