Relato: Una cagona en casa



Relato: Una cagona en casa

Podr�amos decir que nuestra amistad se inici� en aquel
sem�foro camino de su casa. A aquel primer encuentro siguieron otros, salidas de
marcha, al cine, visitas a su casa, alg�n polvete delicioso, en fin lo normal
entre dos personas adultas. Ella ten�a veintis�is a�os y yo treinta. En aquel
periodo lo ocurrido aquel d�a no se manifest� en absoluto. Poco a poco
congeni�bamos m�s. Ella era simp�tica, bonita, apetecible, inteligente... En
fin, todo lo que puede pedirse a una mujer y yo supongo de deb�a parecerle lo
mismo. La relaci�n casi como si no pudiera ser de otra manera nos condujo a que,
tras unos meses, decidi�ramos irnos a vivir juntos.


Yo viv�a con mi madre, mi padre hab�a muerto, ella en cambio
viv�a sola y no se llevaba demasiado bien con la familia. En mi casa no nos
apetec�a vivir, en cambio, la suya reun�a todas las cualidades: Podr�amos vivir
solos, era una casa antigua, amplia, bien soleada, sin ascensor y con pocos
vecinos. Adem�s la cercan�a del parque la hac�a sumamente atractiva.


Cuando decidimos vivir juntos pensamos que lo mejor ser�a
empezar como lo hace una pareja reci�n casada: Con un viajecito. Este no fue muy
largo ni a un lugar demasiado lejano. Nos conformamos con ir a Menorca.
Aprovechamos las vacaciones de verano y nos fuimos una semanita a Menorca. Era
el mes de Septiembre, a mediados de septiembre, no hac�a un calor agobiante pero
era agradable estar en la playa por la noche y follar dentro del agua. Nos lo
pasamos estupendamente. Nos levant�bamos a eso de las doce del mediod�a, un
breve desayuno, tom�bamos el coche alquilado y visit�bamos alguna de las
preciosas calas, all� com�amos, y tras una larga siesta al sol tom�bamos un
chapuz�n en el que nos hart�bamos de re�r y jugar, despu�s sol�amos descansar un
rato m�s hasta que el sol se pon�a y cuando la gente ya abandonaba la playa
volv�amos a introducirnos en el agua, acto que casi siempre, tras jugar un rato,
sol�a acabar en un delicioso polvete.


Recuerdo uno en Cala Galdana, fue encantador, la vi
desaparecer bajo el agua, no era mala nadadora Claudia, y cuando menos me lo
esperaba note como me tironeaban del ba�ador hasta baj�rmelo de un tir�n y de un
salto rodearme mi cintura con sus piernas. Abraz�ndome el cuello y mi cintura
rodeada por sus piernas, mi boca busc� la suya, y mi mano se perdi� en su
preciosa melena casta�a en busca de su nuca. Ella estaba separ�ndose el bikini
para dar paso a mi polla, tiesa, y no precisamente de fr�o. Poco a poco fue
bajando hasta que el agujerito de su co�o fue rodeando a mi tranca, bajando y
sorbi�ndola, apret�ndola, y mientras todo aquello nos sorprend�a, porque la
verdad no era nada premeditado, acabamos en una corrida al un�sono que hizo que
mis piernas se desplomaran y cay�ramos los dos riendo al agua. Fue una folladita
encantadora.


Luego del chapuz�n de la tarde sol�amos ir a cenar a alg�n
restaurante de moda y mientras com�amos habl�bamos de lo que pueda hablar
cualquier pareja normal.


De regreso al hotel, seg�n estuvieran los �nimos repet�amos
el juego del mete saca o simplemente nos dorm�amos como benditos.


Su cuerpo rellenito, de carnes prietas, buenas tetas y mejor
culo me ten�a realmente embobado. Y sus facciones suaves con aquellos ojos
verdes mostraban un calor que siempre estaba presente a la hora de gozar.


Hay que decir que durante el tiempo previo a la decisi�n de
vivir juntos y durante aquella semana nunca se hizo presente ning�n problema de
incontinencia ni la m�s m�nima referencia a lo ocurrido la primera vez que nos
vimos. Todo lo m�s alg�n que otro pedo por ambas partes, que con la confianza
era de lo m�s normal.


En mi cabeza a veces aparec�a la escena del sem�foro, y
porque no decirlo, me excitaba al imaginarla de nuevo, pero como ella no hac�a
la m�s m�nima menci�n ni nada que pudiera recordarla no me atrev�a a decirle
nada. Ella era como un reloj, antes de acostarnos iba al ba�o, hac�a sus
necesidades de forma regular, que yo recuerde eso no fallo ni un d�a durante
aquella semana, se lavaba y nos acost�bamos.


Como todo lo bueno no es eterno, lleg� el d�a de regresar a
casa, por suerte todav�a nos quedaba una semanita de vacaciones.


La primera noche en el hogar no fue al ba�o antes de
acostarnos. Me extra�� pero no le di mas importancia.


La segunda, est�bamos invitados a cenar a casa de unos amigos
de ella. Una velada muy agradable viendo las fotos y comentando lo hermoso de la
isla y lo bien que nos lo hab�amos pasado. Por fin, cuando nos marchamos y ya
dentro del ascensor o� un pppfffsssssssiiiiiiffffffffssss seguido de un olor
bastante fuerte.





Claudia �te has soltado un pedito? Le dije


Si mi cielo, ayer no fu� al ba�o


Ya me di cuenta.





Sus ojos me miraron con picard�a.


Cuando lleg� la hora de acostarnos, en lugar de quitarse las
braguitas se las cambi� por unas de algod�n blanco y se meti� en la cama. Solo
hab�a ido a orinar.





�No vas al ba�o hoy tampoco?


No... no tengo ganas. Y al tiempo que lo dec�a su culo
volvi� a soltar otro silbidito bastante apestoso.


�Estas segura? Esto huele que no veas.





Volvi� a mirarme de forma picara, me beso en los labios y me
dijo:





En serio que no tengo ganas.





Apag� la luz, subi� sobre m�, se apart� las bragas del co�o y
me dijo:





�Follame!





�Vaya si la folle! La folle bien follada, creo que tuvo dos
orgasmos casi seguidos. Su cara demostraba que estaba muy caliente.





�Te han molestado los peditos de esta noche cielo?


En absoluto Claudia. Me han gustado.





Se arrodill� a mi lado, baj� su cabeza a mi polla y comenz� a
lamerla. Su lengua se paseaba por ella, se introduc�a el glande en la boca,
jugaba con mi agujerito de mear pasando con suavidad su lengua por all�, volv�a
a apretarme el glande con los labios... Aquello no pod�a durar mucho. �Y no
dur�! Mi leche escap� a borbotones salpicando su cara. Luego se dedic� a
limpiarme la polla con la lengua con sumo cuidado. Cuando consider� que estaba
limpia tom� un pa�uelo, la sec� y me dijo:





Esperemos que cuando tengas que limpiarme lo hagas con
el mismo cari�o.





Al d�a siguiente nos despertamos tarde. Despu�s de ducharnos
ella se dedic� a preparar el desayuno: Una jarra de zumo de naranja, kiwis,
mandarinas y tostadas con mermelada.





�Crees que me ayudar�? Me pregunt�.


�A que te refieres?


He pensado que un desayuno como este me ayudar�a a ir
al ba�o.


Lo has preparado muy bien cari�o. Pero no creo que pase
nada porque durante dos d�as no hagas caquita. En Menorca hac�as cada d�a.


Ya... pero aqu� ya ves.


T�matelo con calma y ver�s como se arregla solo el tema
de las cacas.


Es que me da miedo. � Sus ojos se estaban volviendo
picarones.


�Qu� te da miedo? Le pregunt�.


Que vuelva a ocurrir. Como en el sem�foro.


�Y si ocurriera...? Sabes que a mi no me importa. Me
calent� como un burro. Cuando llegamos a casa te limpi� con cuidado y
suavidad. Sabes que tus caquitas a mi no me dan asco.





Ten�a el don de la oportunidad. Mi �ltima frase fue
acompa�ada de una ventosidad silenciosa, larga, pesada y maloliente.





Es que cuando no hago caca en varios d�as los pedetes
huelen muy mal. �A qu� s�... cielo?


�Apestan! Conteste.





Se puso a mi lado, con el culo hacia m�, y empez� a hacer
volar el fr�gil camis�n removiendo el aire.





Quita no seas burra Claudia, que esto que sueltas tu se
pega...





Estallamos en una carcajada y terminamos de desayunar con
ella sentada sobre m� soltando de tanto en tanto alguna de aquellas ventosidades
letales.


Bastaba tenerla cerca para darse cuenta que aquello la
excitaba sobre manera.


Bebi� dos grandes vasos de zumo de naranja, tom� dos kiwis,
dos mandarinas y una tostada.


Mientras nos dirig�amos escaleras arriba a la habitaci�n para
vestirnos le pregunt�:





Claudia �a ti te excita hac�rtelo encima?





Me mir�.





S�... me excita mucho. Contest�. Ahora mismo estoy muy
excitada.


O sea que te gustar�a hacer una caquita.


Te equivocas... Una cacota... Una gran cagada.





Ya est�bamos en la habitaci�n y yo la estaba mirando como
estaba sacando del armario la ropa que �bamos a ponernos los dos para salir a
dar un paseo.




Hac�a un sol precioso. Se filtraba a trav�s de los
visillos de las ventanas. La escuch� diciendo:



�Crees que me podr�a cagar aqu� mismo?


Pero si tienes el wc...


�Te excitar�a que lo hiciera?


Nnno... seee Tartamudee.


Estoy muy excitada. Ayer noche me puse las braguitas
blancas de algod�n para ti.





Al decirlo me hab�a abrazado. Sus brazos rodeaban mi cuello y
sus ojos miraban a los m�os. Mi polla se hab�a levantado, dura, redonda y
gruesa. Fue como un acto autom�tico. Me baj� los slips y fui a quitarle sus
braguitas.





No, no lo hagas Javier. No me quites las braguitas. Son
limpias, blancas, de algod�n y son para ti... pero luego... no ahora...
luego.





Su cara me miraba con fijeza mientras dec�a todo aquello.





Tu amorcito se va a cagar Javier.





Yo solo la miraba a los ojos.





Va a llenar las braguitas que quiere regalarte.





Segu�a abrazada a m�. Mir�ndome.





Me duele la tripita. �Lo sabes?





Mi boca buscaba la suya.





No Javier, no me beses todav�a. Quiero verte y que me
veas cuando lo hago.





Ahora pareci� que perd�a el control.


Sent� un siseo y el sonido del liquido cuando cae el suelo.





MMMMMMM me estoy meando Javier. Me estoy poniendo
h�meda para ti.





Yo solo atend�a a mirarle los ojos y a sentir mi sexo cada
vez mas caliente y m�s tieso.





MMMMM... Si... Voy a cagarme... A ensuciar las
braguitas... (dos sonoros pedos anunciaron la llegada) � La ten�a frente a
m�, solo pod�a verle la cara, cerca de la m�a, pero puedo jurar que era
peor que ver como sal�a la mierda de su culo � Las estoy ensuciando
Javier... �lo notas? �Se me adivina en la cara?... � su cara denot� un
peque�o esfuerzo � Me est� saliendo Javier... Es duro... un le�o duro...
como tu polla... mmmm... ssssssiiiiii.... noto como me empuja las bragas y
luego se dobla en su interior... Se aplasta en mis nalgas... s�beme las
braguitas hacia arriba Javier...





Lo hice. Cog� las braguitas por la cintura y tir� de ellas
con fuerza. Note como el pegote se aplastaba m�s en sus nalgas. Un nuevo
chorrete de or�n salpic� el suelo al traspasar el algod�n.





Todav�a tengo m�s... Javier... � sus ojos delataron
otro apret�n suave, y sent� como algo pesado, espeso y maloliente volv�a a
tirar de las bragas hacia abajo � mmmm... mmmmm - Fueron los �ltimos
sonidos que emiti�.





Me abrazaba con fuerza, notaba sus pezones erguidos en mi
pecho, su coraz�n latiendo deprisa y supe que se hab�a corrido.





Eres un cielo Javier. Me ha gustado mucho que me
dejaras hacerlo.





Me bes�. Se quit� las braguitas sucias y me las ense��. Me
dijo:





Son tuyas Javier. Cuando las haya lavado te las dar�,
me gustar�a que al menos estas las guardaras con cari�o. Ahora Voy a
ponerme bonita y limpia. Quiero follarme a mi chico y correrme de nuevo.





De aquella primera vez que sucedi� en casa lo que he contado
es todo lo que recuerdo. Bueno, una cosa m�s. No salimos a pasear. Despu�s que
se aseara follamos. As� de simple: follamos. Y se mostr� como la chica m�s
cari�osa y caliente que jam�s he conocido.




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