Gracias a todos los lectores que me escribieron al mail
apoy�ndome luego de mi primer relato, me gustar�a poder contestarles a todos uno
por uno, pero resumiendo sus inquietudes les digo que s�, que esta historia est�
basada en mi vida real, y si me animo... pronto les voy a regalar las fotitos
que me piden...
Aqu� va la segunda parte.
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Luego de la noche que descubr� la relaci�n entre mam� y el
abuelo pasaron varios d�as en que aparentemente todo era normal en la casa, s�lo
que al llegar la noche pod�a distinguirse en el silencio el eco de sus gemidos
acompa�ando el traqueteo de la cama.
Con ella yo no hablaba del tema, y tampoco ella me contaba;
las dos hac�amos como si nada pasara, aunque cada una ya sab�a que la otra
tambi�n sab�a; y nos call�bamos, como durante tantos a�os ella hab�a callado su
secreto.
El abuelo conmigo estaba bastante indiferente en esos d�as,
supongo que el desahogar sus ganas con mam� lo ten�a muy ocupado y prefer�a una
hembra verdadera y no una chiquita que estaba creciendo. Esto me hac�a sentir un
poco despechada, y celosa. Yo me paseaba delante de �l tratando de llamar su
atenci�n con miraditas poco inocentes, y no me daba cuenta que con mi actitud de
adolescente caprichosa al tratar de provocarlo estaba en realidad jugando con
fuego, y terminar�a quem�ndome... Adem�s mam� siempre estaba como vigil�ndome
atenta a que no me quedara a solas con el abuelo, me prestaba m�s atenci�n a m�
que a mi hermanito. Conocedora de sus gustos, no s� si lo hac�a por cuidarme y
apartarme de un destino parecido al suyo o trataba de acapararlo solo para ella.
Yo segu�a por las noches sus escapadas de una a otra
habitaci�n, pero encerrados no pod�a espiarles y solo me quedaba escuchando
contra la puerta masturb�ndome, siguiendo la voz ronca del abuelo que ordenaba
m�s que pedir a mam� que lo complaciera y en los diferentes sonidos que
escapaban de la boca de ella pod�a seguir imagin�ndome y ver en mi mente lo que
hac�an... suaves gemidos cuando la lam�a, jadeos acelerados si ten�a la verga
del abuelo entre las piernas y gritos desaforados mezcla de gozo y dolor cuando
la montaba por el culo, que al parecer era lo que m�s le agradaba al abuelo.
Una noche que yo trataba de espiarlos, despu�s de su primer
round en la cama el abuelo se levant� a orinar al ba�o, apenas me dio tiempo de
acurrucarme detr�s de un macet�n para que no me viera y me qued� inm�vil sin
hacer ruido temiendo ser descubierta. Luego de un momento �l volvi� a la
habitaci�n y yo me prepar� para escurrirme a mi cuarto, solo que al pasar frente
a su puerta descubr� que la hab�a cerrado mal, estaba entreabierta y pod�a ver
el interior con cuidado. Y no resist� la tentaci�n...
El abuelo se hab�a recostado boca arriba y mam� agachada en
su vientre sub�a y bajaba la cabeza, con el rostro oculto por sus cabellos, pero
yo no necesitaba verla para saber lo que le hac�a. Pod�a incluso escuchar el
sonido de su boca sorbiendo la verga del abuelo y la saliva que se le escurr�a
de los labios, le chupaba el miembro como la mejor de las putas succion�ndolo
con fuerza para hacer que se endureciera. Y sab�a bien lo que hac�a, esa
cabezota hinchada que ya conoc�a emergi� entre sus cabellos rojos tomando todo
su descomunal tama�o, mientras mam� la besaba y sorb�a las gotas de l�quido
cristalino que brotaban de la punta enrojecida.
Entonces ella se mont� en esa pijota con gru�idos de deleite,
sintiendo como se le hund�a completamente y parec�a partirla en dos y con un
balanceo vertical de sus caderas los labios de su vagina comenzaron a subir y
bajar sobre el m�stil del abuelo acaramel�ndolo con sus jugos. �l la abrazaba al
tiempo que hund�a su cara entre las tetas lechosas succion�ndolas pose�do y se
las mord�a enloquecido haciendo que mam� gritara y al mismo tiempo se sacudiera
con mayor vehemencia sobre su verga, sub�a sus caderas y parec�a detenerse en el
aire para dejarse caer y enterr�rsela por completo, acompa�ando el chapoteo de
r�tmicos gemidos de placer.
Te gusta puta, te gusta... le dec�a el abuelo subiendo la
pijota y d�ndole con m�s fuerza, al tiempo que sus manos bajaban ahora aferrando
las nalgas de mam� y se las separaban, y le met�a los dedos en el culo,
movi�ndoselos dentro la hac�a gritar y retorcerse con esa doble penetraci�n
acabando como una perra caliente
Yo me deleitaba mir�ndolos y toc�ndome, estaba absorta con la
escena, mis ojos fijos sin perderme detalle, ve�a todo salvo... la mirada del
abuelo... que no estaba en mam�... sino hacia un lado... hacia el ropero y...
viendo mi imagen!! Mi rostro se asomaba en la puerta reflejado en el espejo!!
Me qued� helada, horrorizada sin saber que hacer. Mientras
que �l me mir� un momento y esboz� una sarc�stica sonrisa c�mplice, al tiempo
que tumbando a mam� en la cama la puso boca arriba, en mejor posici�n para que
yo viera, como luciendo su vergota, se la acercaba a la cara y la ba�aba en
leche, que ella lam�a golosa sin saber que me estaba dando una lecci�n gratuita
de como deb�a mam�rsela a mi macho.
Al otro d�a me levant� tarde y tratando de no cruzarme con el
abuelo hasta que se fuera al taller, ten�a miedo de mirarlo a la cara y demor�
el encuentro hasta la hora del almuerzo.
Yo estaba nerviosa y bajaba la vista y me pon�a roja cuando
�l me miraba, encontraba en sus ojos duros ese brillo sarc�stico que hab�a visto
la noche anterior; m�s �l no dijo nada referente a mi visita nocturna a la
habitaci�n, solo hablaba de temas cotidianos y hasta pregunt� cuando mam� iba a
llevar al doctor a mi hermanito para hacerle un control.
Pasaron as� dos d�as y logr� tranquilizarme suponiendo que el
abuelo se hab�a re�do de mi actitud de fisgonear achac�ndoselo a mi curiosidad
de ni�ita, sin darle mayor importancia al asunto.
A la tarde, el abuelo estaba trabajando en el taller y mam�
llev� al m�dico a mi hermanito Joaqu�n. Me qued� sola en la casa; y aprovech�
para darme un ba�o disfrutando casi una hora el agua tibia bajo la ducha y luego
segu� entretenida arreglando mi cuarto mientras escuchaba m�sica, me probaba
ropa bailando y haciendo morisquetas frente al espejo contorne�ndome con
movimientos sensuales como si fuera una diva de la canci�n...
Qu� bien se mueve mi nenita!!...la voz del abuelo me
sorprendi�. Estaba apoyado en la puerta vi�ndome mover el culito, y ahora su
mirada candente me recorr�a los pechos que se me marcaban paraditos en la remera
musculosa que llevaba puesta. Est�bamos los dos solos, y yo sab�a bien lo que
ven�a a buscar...
No te detengas, que me gusta verte tan rica mi nenita... me
dijo acerc�ndose y me abraz� desde atr�s, apret�ndose contra mi cuerpo comenz� a
guiar mis movimientos, jugando y bailando, haci�ndome sentir su respiraci�n tras
la orejita, d�ndome besitos suaves mientras aspiraba el perfume de mis cabellos
reci�n lavados y masajeaba despacito mi vientre relaj�ndome y haci�ndome
cosquillas. Mi piel parec�a despertarse con corrientes de calor que me recorr�an
toda y aceleraban el golpeteo de mi coraz�n, los minutos que dur� ese jueguito
me parecieron eternos, hasta que el abuelo consider� que era tiempo de avanzar
m�s, y abarc�ndome toda entre sus brazos fuertes bes� el costado de mi cuello
con ansia, recorri�ndolo con su boca y lamiendo mi mejilla como sabore�ndome, al
tiempo que sent�a contra mi pantaloncito corto latir caliente el bulto
endurecido como piedra que �l me apoyaba, me lo frotaba arriba y abajo
acomod�ndolo en la zanja de mi colita, haci�ndome sentir su tama�o mientras me
susurraba al o�do... te gusta beb�, te gusta... te gust� mirar, no?... quieres
sentir m�s? sentirla toda... el abuelito te va a ense�ar mi nenita rica... como
le ense�� a mamita...
Yo no sab�a que contestarle, entreabr� la boca como
asintiendo y �l roz� mis labios suaves y carnosos con sus dedos... s�, vas a ser
la putita del abuelo, vas a ser mi putita... y me besaba el cuello al tiempo que
sent�a sus manos recorrerme subiendo hacia mis pechos por debajo de la remera
para apretarlos con ansia lujuriosa, me los acariciaba como amas�ndolos y
oprimiendo mis pezones entre sus dedos, poni�ndomelos duros con el roce de su
piel �spera y d�ndoles tironcitos que me hac�an gemir, mientras que con su otra
mano bajaba el cierre de mi pantaloncito, y la perd�a entre mis piernas
toc�ndome toda bajo la bombachita sintiendo mis pelitos suaves y escasos ya
mojados con la humedad creciente de mi sexo caliente, buscaba entre los labios
de mi rajita hasta encontrar el botoncito solo acostumbrado hasta ese d�a a que
fueran mis deditos los que jugaban con �l, volvi�ndome loquita de gusto con su
tacto experimentado tanto que par� a�n m�s mi colita frot�ndola contra su verga
endurecida perdiendo totalmente el control de mi cuerpo, su manoseo me estaba
matando de deseo y de quererlo el abuelo me hubiera desvirgado all� mismo de
pie.
Tambi�n �l se mor�a por tenerme y me fue llevando con su
calentura en aumento hasta tenerme apoyada contra la pared, me dio vuelta y
mir�ndome por un instante con los ojos inflamados por el deseo, me bes� en la
boca ardientemente. Mi primer beso.
No fue un beso suave entre noviecitos. Fue un beso salvaje de
deseo animal, desbordante de lujuria, casi mordi�ndome los labios para hacerme
sentir su dominio y poseerme, metiendo la lengua ansiosa y �spera buscando mi
lengua y bebiendo mi saliva.
No termin� de reaccionar cuando ya hab�a levantado mi remera
casi hasta taparme la cara y su boca succionaba mis pechos y los baboseaba, uno
por uno, presa de un frenes� descontrolado, hac�a arder mis pezones de tanto
chuparlos y el ardor se me corr�a como mariposas por el vientre anid�ndose entre
mis piernas, haci�ndome sentir hembra en celo, deseosa de ser servida.
Y el abuelo ya no soport� esperar m�s, ahora me ten�a a punto
y quer�a desahogar sus ganas sin m�s rodeos, y tom�ndome de los hombros presion�
hacia abajo y me hizo arrodillar a sus pies sobre la alfombra, hasta quedar mi
carita a la altura del bulto hinchado en su pantal�n...
No quise ver y espere entre asustada y ansiosa al mismo
tiempo, el sonido del cierre al bajarse me hizo palpitar agitada al tiempo que
su olor de macho me envolv�a, acre olor a sudor, a esperma...
Al abrir mis ojos me encontr� la cabezota amoratada de su
verga, terriblemente erecta, el abuelo la sujetaba con su mano en el tronco
grueso y venoso apuntando amenazadora frente a mi carita, mientras me dec�a
chupala... chupala... y la acercaba a mi rostro.
Y ya completamente entregada, entreabriendo mis labios, casi
temblando la roc� con la yema de mis dedos sinti�ndola por primera vez, firme y
caliente, y al mismo tiempo suave, y ese contacto estremeci� al abuelo que
perdi� la calma y sin m�s me la puso en la boca, casi me ahoga con su �mpetu por
metermela hasta la garganta mientras me sujetaba del cabello como lo hac�a con
mam�. As� le gustaba a �l, me tomaba sin delicadezas zarandeando mi cabeza
mientras me dec�a como deb�a chupar, lamer, tragar y complacerlo. Y yo novata
aprend�a y chupaba, lam�a y tragaba, primero lo hice casi torpemente, nerviosa
por la nueva experiencia me aferraba a su miembro grueso sin poder rodearlo por
completo con mis manos, besando y succionando el glande hinchado como me
ordenaba el abuelo; conforme pasaban los minutos me fui tranquilizando y ya m�s
relajada, y sin pensar demasiado, s�lo me dej� llevar por el instinto,
presionando suavemente con mis labios sintiendo cada uno de sus pliegues, sus
venas que lat�an y lo hac�an palpitar vivo en mi boca, lo succionaba y sumerg�a
en un ba�o de saliva caliente mientras mi lengua jugueteaba en el orificio de su
punta para despu�s lamer toda la cabeza hinchada y entonces chuparlo y hundirlo
todo a m�s no poder en mi garganta hasta que me cansaba y entonces daba marcha
atr�s y le pasaba la lengua todo a lo largo, para volver a ponerlo en mi boca.
No s� bien cuanto tiempo estuve dedicando todos mis sentidos a la agradable y
debilitante tarea, dej�ndome llevar por un c�mulo de sensaciones que brotaban de
lo m�s profundo de mi interior y me hac�an sentir bien hembra.
As� beb�,... as�... no pares... Jadeaba mi abuelo, y a m� me
encantaba tenerlo as�, dependiendo de m�, �l me ten�a a sus pies pero ahora era
yo la que lo controlaba con los placeres de mi boquita, y contenta con mi �xito
aument� el ritmo... Mi nenita linda, mi putita, as�... as�,... aahhhhh...
aahhhh!!! Estaba tan entusiasmada en mi primera mamada que me olvid� que los
hombres eyaculan, y el abuelo ahora me lo recordaba violentamente... No soport�
m�s mi deliciosa tortura y estallando de placer me la hundi� hasta el fondo con
la cabezota escupiendo chorros de leche, borbotones de semen caliente me
llenaron la boca y se escurrieron por mi garganta, la leche se me corri� por los
labios y creo que me sali� hasta por la nariz... me hice hacia atr�s buscando
aire para no ahogarme, solo para recibir en pleno rostro el �ltimo chorro del
abuelo, y loco de gusto me sujet� nuevamente freg�ndomela por la cara, haciendo
que chupara y me tragara todo su semen.
Y en ese momento solo me dejaba llevar, no sent�a su sabor
fuerte, ni asco... nada, estaba demasiado excitada con la novedad... no pensaba
lo que hac�a, s�lo lo hac�a.
Creo que aflor� en m� la putita que llevaba adentro, como
dec�a el abuelo, la mamadora empedernida en que me convertir�a despu�s, y no
par� hasta tragar la �ltima gota de su leche, lamiendo la que se escurr�a por el
tronco y todav�a brotaba de la punta de su verga, y hasta la que se hab�a
chorreado de mi boca salpic�ndome los pechos para anidarse en el hoyito de mi
ombligo, despu�s de sacarla con la yema de los dedos la sabore� chup�ndola.
Por Dios! Ni�a!! Eres m�s puta que tu madre!! Exclam�
asombrado el abuelo Juan ante mi total desenfreno y sin poder creer la terrible
mamada que le hab�a dado mi boquita inexperta...
Entonces para darme mi recompensa me recost� en la cama y se
dedic� a devorarme, recorriendo todo mi cuerpito virgen llev�ndome a la locura,
cuando su lengua encontr� mi conchita mojada me sacud� en espasmos de placer y
me provoc� mi primer orgasmo, acab� retorci�ndome, pidi�ndole m�s y m�s, quer�a
sentir su miembro dentro, quer�a ser mujer. Su mujer.
Pero el abuelo sigui� d�ndome solo lengua y haci�ndome gozar
as� hasta que su miembro se le puso duro de nuevo, para entonces pajearse en mi
cara y darme el resto de la lechita que le quedaba guardada, y yo lo succion�
hasta dejarlo seco.
Y desde esa tarde �l me buscaba para saciar sus ganas en mis
labios juveniles siempre dispuestos, me ten�a en cualquier lugar haci�ndole
mamadas r�pidas a escondidas lejos de mam�, me buscaba cuando yo entraba al ba�o
y se excitaba vi�ndome orinar, y luego yo segu�a sentada un rato succionando su
pijota. A la siesta cuando mam� dorm�a yo me escapaba al taller y en un camastro
que ten�a al fondo hac�a lo que �l quer�a y las veces que �l lo quer�a...
Su ardor libidinoso lejos de disminuir parec�a no calmarse
nunca, porque en vez de cambiarme por mam�, ahora se dedicaba a las dos; a ella
la segu�a sirviendo por las noches, y a veces luego ven�a a mi cuarto y me
despertaba toc�ndome con el miembro r�gido en mi cara, entonces se quedaba de
pie a mi lado mientras yo media dormida me incorporaba prendi�ndome a su pijota
como una beba tomando el biber�n nocturno de leche tibia para dormirme luego con
su sabor en mi boca...
Una noche como ya lo ven�a haciendo desde hac�a unas semanas,
el abuelo entr� a mi habitaci�n, para tocarme y babosearme a gusto un buen rato.
Con las lamidas que me daba en la vagina y en la entrada de mi culito me dejaba
caliente y lista para recibir su verga en mi boquita que hasta ese d�a era lo
�nico que parec�a interesarle de m�. Milagrosamente no hac�a adem�n de
penetrarme, salvo oralmente, se tomaba su tiempo y parec�a que en cada manoseo
me palpaba y evaluaba mi crecimiento esperando el momento oportuno para tomar la
fruta madurita de mi cuerpo y desvirgarme.
Yo lo mamaba despacito con los ojitos cerrados disfrutando de
su cosa caliente en mi garganta, cuando sent� un grito, y la luz se encendi�...
Mam� furiosa acomet�a contra el abuelo como una leona golpe�ndolo con sus pu�os
en alto mientras lo insultaba,... desgraciado!, con ella no, con ella no te
metas!!, d�jala en paz!!...y lo rasgu�aba y lo pateaba enferma de ira y sus
cabellos rojos sacudi�ndose la hac�an ver m�s brava todav�a.
Y entonces el abuelo, que con sus calzoncillos bajos hasta
las rodillas hab�a trastabillado, pudo incorporarse recuperado de la sorpresa y
tom�ndola de un brazo la jal� con fuerza sobre la cama, ech�ndosele encima para
tenerla quieta y dominarla, mientras le dec�a �Perra celosa!! Maldita puta
celosa!! No me mezquines, que esta es tuya, es para vos!! Y teni�ndola presa con
su peso le rasg� el camis�n con sus manos dej�ndola con los pechos al aire, le
abri� las piernas mientras la sujetaba y de un tir�n le hizo a un lado las
bragas para despu�s montarla con furia, y penetr�ndola de un golpe la empez� a
coger salvajemente, le hund�a la verga como pose�do imponi�ndole su autoridad,
haci�ndola gritar en cada arremetida, se la met�a sin parar, someti�ndola hasta
quebrarla... hasta que mam� sojuzgada ya no opuso resistencia. Se qued� quieta.
Rendida y entregada.
Entonces �l sigui� mont�ndola ahora menguando la fuerza de
sus arremetidas,... se lo fue haciendo m�s despacio,... al tiempo que
entrelazaba sus manos con las de ella... como calm�ndola... hasta quedarse
inm�vil... por un tiempo s�lo se oy� la respiraci�n agitada de sus dos cuerpos
unidos y empapados en sudor... y luego �l comenz� a moverse nuevamente dentro de
ella, despacio, muy suavemente... aceleraba lentamente la cadencia de su
vaiv�n... y el abuelo ahora se sonre�a maliciosamente complacido al sentir que
mam� empezaba a gemir d�bilmente y a oscilar sus caderas, y ya se estaba dejando
llevar dominada por su instrumento entre las piernas que la hac�a disfrutar m�s
all� de los l�mites impuestos por su papel de madre.
Yo segu�a contempl�ndolos acurrucada a un lado de la cama y
todav�a conmovida por la actitud inicial de protegerme de mam�, igual sab�a que
era in�til tratar de resistirse al abuelo y no la condenaba por dejarse vencer y
arrastrarse a sus deseos, yo misma hab�a sucumbido a sus perversiones hasta
convertirme en una adicta en menos de un mes y ya estaba irremediablemente
empapada en sus juegos sexuales para renunciar a ellos, me imaginaba la
situaci�n de mam� que lo hab�a hecho toda su vida.
No pude evitar acariciar su mejilla y apretarme contra ella
d�ndole mi calor y comprensi�n, y sus bellos ojos me miraron con ternura y
alivio como si supiera que la entend�a... y luego se entrecerraron para seguir
rendida disfrutando de los embates del abuelo.
Entonces �l, siempre dispuesto a corrompernos todav�a m�s y
hacer realidad sus deseos lujuriosos, sin dejar de atender a mam� con sus
arremetidas de semental, me tom� de la mano e hizo que me acercara para hacerme
participar del juego, bes�ndome en la boca para despertar mis ganas me acomod� a
su gusto, me hizo doblar sobre el cuerpo de mam�, con la cara contra sus pechos
para que se los lamiera, al tiempo que met�a su mano desde atr�s entre mis
piernas acarici�ndome el sexo mojado, paje�ndome lentamente, llev�ndome
gradualmente a cumplir su voluntad, y entre suspiros no pude evitar la tentaci�n
de los pechos tibios y redondos de mam� que sub�an y bajaban agitados, con
olorcito a leche en su piel suave, esa misma leche que me hab�a alimentado de
peque�ita... apret� despacito su pez�n endurecido entre mis labios para despu�s
lamerlo, y succionarlo de nuevo golosa de su dulzura como cuando era bebita...
El abuelo no cab�a en s� de gozo, nos ten�a a las dos a su
disposici�n y cumpliendo su voluntad, enfermas de sexo y presas de sus deseos,
unidas en un coro de gemidos y humedades tibias, dej�ndonos llevar desenfrenadas
por el camino que �l eleg�a para nosotras.
Y como bautizando esa uni�n, despu�s de dos bombeos tremendos
que sacudieron a mam� y la hicieron acabar a los gritos se incorpor� sacudiendo
su miembro endurecido frente a nuestros rostros chorre�ndonos con su semen y
emputecidas como lo est�bamos con su total dominio lo trag�bamos todo
apretuj�ndonos con fuerza contra su verga y mamando entre las dos, disput�ndonos
los borbotones de leche espesa que manaban todav�a del glande henchido y se
chorreaban luego por el tronco, sorbi�ndolos uno a uno hasta acabarlos para
despu�s como intoxicadas con su sabor limpiarnos la cara una a la otra con
lamidas propias de gatas hambrientas hasta terminar llevadas por la lujuria a
fundir lenguas y labios h�medos en una serie de besos t�rridos y apasionados
propios de lesbianas, saboreando de la boca de mam� y ella de mis labios hasta
las �ltimas gotas de la acabada del abuelo.
Y �l orgulloso de la actitud complaciente de sus dos nenas
nos acariciaba el cabello, y dejaba descansar su miembro satisfecho y agotado
entre la cara de las dos, dormido en nuestras mejillas.
Esa fue la primera de muchas noches que compartimos los tres
en la cama.
Yo estaba a punto de cumplir diecinueve a�os.
Y creo que el abuelo estaba esperando esa fecha para
festej�rmelo en grande con su muy especial regalo.
Era cuesti�n de tiempo solamente...