Relato: Mi verga MI VERGA
Hola mi MARIO, MI AMANTE , MI AMO, MI VERGA, me alegro
sobremanera saber que hab�an publicado nuestro primer relato y mas aun tus
lindos correos, tengo una gran erecci�n cada que veo un correo tuyo, parece que
fueras adivino pues aciertas en todos mis pensamientos y en mis sue�os, al igual
que t�, tambi�n tengo sue�os h�medos y excitantes y calientes fantas�as contigo
que inevitablemente terminan en la soledad de mi cama masturb�ndome con rabia y
gran placer, acariciando mi verga y d�ndome dedo en mi ano y dese�ndote dentro
de mi, esta que te contare es un sue�o que se repite constantemente y que
desear�a con toda mi alma poder realizar alg�n d�a:
No se por que extra�as circunstancias te veo en tu cama boca
arriba �nicamente con un b�xer de licra blanco, tus manos atadas a la cabecera
de tu cama y tus pies abiertos en un �ngulo de 45� tambi�n amarrados al final de
tu cama, descansas sobre una sabana blanca, tu habitaci�n se encuentra a media
luz, veo tu fuerte pecho respirar y tus musculosos brazos en cruz, te encuentras
indefenso, a la voluntad de cualquiera, una suave brisa se cuela por el ventanal
de tu cuarto, observo tu formidable cuerpo y como se tensa cada m�sculo
queri�ndote liberar de tus ataduras sin lograrlo, forcejeas fuertemente haciendo
brillar tu piel, gotas de sudor manan de cada poro de tu moreno cuerpo, tu negro
pelo revuelto, me paro frente a ti, te observo, mis ojos te recorren de pies a
cabeza, admiro el gran bulto que demarcas sobre tu b�xer, me empiezo a desnudar
completamente, me observas sin poder hacer nada, noto como tu polla va cobrando
vida, tu pantaloncillo dibuja perfectamente tu largo y grueso tallo y la
redondez de tus inmensas bolas, continuo desvisti�ndome sin apartar mi vista de
tu b�xer como embelesado, tan solo me dejo un peque�o pantaloncillo rojo, sudas
a mares, me siento al borde de tu cama y mis manos se apoderan de tus pechos,
palpo tus tetillas que responden de inmediato a mis caricias, mi cabeza se
inclina y mi lengua se posa sobre tus pezones, los recorro mil�metro a
mil�metro, jadeas sudoroso, mi boca recorre tu cuello hasta encontrarme con la
tuya, nuestros alientos se cruzan, mi boca se pega a la tuya, mi lengua como un
dardo se dispara en busca de la tuya, mi mano no suelta tus tetillas, las
retuerzo, nuestras salivas se mezclan, nuestras lenguas se entrelazan, chupo tu
lengua, me separo de ti y observo tu b�xer h�medo, tu gorda verga empieza a
resumar sus l�quidos pre seminales, paso mi lengua por mis labios, me dices que
haga contigo lo que desee y eso har�, me arrodillo entre tus piernas frente al
glorioso bulto de tu b�xer, acerco mi cara, noto 2 o 3 peque�as manchas de tus
jugos, aspiro el aroma embriagador que brota de tu sexo, mi lengua se posa sobre
aquellas gotas humedeci�ndote m�s, recorro aquel bulto pasando mi lengua
r�pidamente, noto como tu verga se despereza y se endereza, tu glande asoma
desafiante por el borde superior de tu interior, es gordo, rosado, liso, parece
una fruta que me ofreces.
Hundo mi cara entre tus piernas una vez mas, siento palpitar
tu miembro, mi lengua busca tu prepucio y lame tus l�quidos, mi mano se posa
sobre tus bolas mientras mi boca recorre tu grueso tallo, suavemente descorro tu
b�xer y aquel animal como fiera enjaulada salta libre golpeando mi cara, lo
observo, esta en su plenitud, gruesa, grande, inundado de venas, desafiante,
siento mi verga palpitar y mi ano h�medo, de un jir�n te desgarro tu b�xer,
aquella verga fant�stica se muestra en todo su esplendor, mi mano rodea lo que
pude de aquella gruesa barra, siento tu calor, suavemente la beso como si fuese
algo delicado, elevas tu pelvis, beso tu prepucio, abro mi boca al m�ximo e
intento introducirme aquel rosado capuch�n, me es casi imposible, suavemente
dilato mis labios al m�ximo y Ho gloria!!!!, aquella masa de carne rolliza y
dura penetra en mi garganta, me embriaga su sabor, mi cabeza casi por instinto
sube y baja de tu falo, mi lengua circunda su grosor, tomo aire y abriendo mi
boca al m�ximo la casi totalidad de aquella belleza se pierde hasta tocar mis
am�gdalas, me mantengo as� por unos segundos, siento arcadas, lentamente retiro
mi boca, tu verga sale reluciente y una mezcla de tus jugos y mi saliva se
desprende de tu prepucio colorado y brillante, mi lengua recorre toda su
extensi�n desde su cabeza hasta las bolas, me concentro en ellas, gordas,
velludas, hermosas, una a una las chupo golosamente, se pierden en mi boca, las
succiono, las halo, me avisas que estas pr�ximo a venirte, aprieto suavemente
tus bolas y logro contener tu derrame sin que aquel miembro pierda su esbeltez,
te desamarro los pies, me subo sobre ti y coloco mi verga en tu cara, muerdes y
chupas mi mojado ano, siento el calor de tu lengua sobre el, descorro mi boxer y
te ofrezco mi orto, �vidamente metes la lengua en el mientras masajeo mis
tetillas, siento mis pezones erguidos y desafiantes mientras tu lengua puja por
penetrarme, tu boca y tu nariz se embarran de mis jugos, rompo mi pantaloncillo
y me recuesto sobre tu vientre, mis manos se aferran a tu verga erecta y dura
mientras tu lengua continua recorriendo los pliegues de mi ano, sopeso tu
miembro, descorro tu piel, tu glande brota h�medo y rozagante, mi boca se
apodera de el y chupo, chupo como si fuese el manjar mas exquisito y delicioso
que mi boca haya probado y as� es, es delicioso, acaricio tus bolas henchidas de
semen a punto de reventar, arqueo tus piernas y mi lengua recorre tu cavidad
anal, peque�os pelos erizados brotan de tus nalgas rodeando tu orificio
posterior y mi lengua se concentra en tu interior, mi saliva cae por tus nalgas,
mi lengua te folla r�tmicamente mientras tu continuas succionando mi erecto
miembro, separo con mis manos tus nalgas, lamo tu ano, lubrico mis dedos con la
mezcla de mi saliva y tus jugos y delicadamente mi dedo anular entra en tu ano,
un gran espasmo te recorre.
Tu pelvis se eleva, tu ano se contrae alrededor de mi dedo,
comienzas a subir y bajar cadenciosamente tus nalgas mientras tu gorda verga es
succionada a mi boca, retorcijones de placer nos alcanzan, meneo mi ano sobre tu
cara, tu verga me sabe a gloria, es el mejor manjar que mi boca a probado, un
segundo dedo se pierde en tu interior, los saco, los llevo a mi boca, los
ensalivo y nuevamente se pierden en tu apretado y delicioso ano, me dices con la
boca llena de mi erecto miembro que ya no puedes mas, hundo mas fuerte mis dedos
mientras con la otra mano aprieto tus test�culos y borbotones de leche hirviente
y espesa inundan mi boca, trago todo lo que puedo y en ese preciso instante
desde dentro de mi, un torbellino de pasi�n me inunda y me deshago en un
fren�tico orgasmo que va a parar a tu boca, a tu nariz, a tus ojos, a tu cara,
mi boca sigue succionando y tragando semen atorada de tu exquisita y gruesa
verga que no deja de latir y botar semen de una manera desaforada, paso tu
glande por mis labios embarr�ndolos de tus jugos y en una ultima sacudida
convulsionamos al tiempo entreg�ndonos las ultimas gotas de aquella maravilloso
sesi�n de sexo oral.
Descansamos durante breves minutos, minutos durante los
cuales masajeaba y acariciaba tu alica�do miembro y tu lengua absorb�a las
ultimas gotas de mis jugos, nuestros cuerpos jadeaban sudorosos, fue cuesti�n de
segundos, mis caricias y besos hicieron que aquella adormilada y jugosa verga
recobrara como por arte de magia su acostumbrada erecci�n, toda tu virilidad
ced�a ante mis caricias y leng�etazas �vidos de ti, aquel monstruo enorme y
delicioso se alzo desafiante, imponente, glorioso, listo para una nueva batalla,
mis dos manos se aferraron a tu tallo mientras mi boca succionaba nuevamente tu
glande, me rogabas que te desatara las manos pero no lo hice, me voltee y
arrodille ante aquella enhiesta verga idolatr�ndola, ador�ndola como si fuera mi
raz�n de ser, descorr�a tu pellejo suavemente sin soltarla de mi boca, me pare y
con una mano apunte aquella gorda tranca a la entrada de mi caliente ano, y
suavemente, sintiendo el calor de tu polla, deje que esta se fuera introduciendo
poco a poco, sent�a tus gruesas venas palpitar, mi ano dilat�ndose al m�ximo
para alojar aquel invitado, mi orto se aferro a tu verga suavemente, parec�a que
estuviera echa a mi medida, exclusivamente para mi, como un estuche de
terciopelo para guardar tu descomunal y glorioso aparato, mis nalgas se mov�an
en semi c�rculos sobre aquella barra sinti�ndola en toda su magnitud, mis manos
se aferraban a tus musculosos pechos, mi boca busco la tuya, la alcoba se inundo
de un olor embriagador, era el olor de tu sexo y el m�o, cadenciosamente el
movimiento de mis nalgas hac�an que tu verga entrara hasta lo mas profundo de mi
intimidad, jadeabas y mov�as tu pelvis ensart�ndome violentamente tu miembro, mi
ano te lo agradec�a y mi verga resumaba sus jugos.
Mi ano cobraba vida propia e involuntariamente deseaba mas de
aquella gruesa y formidable herramienta, nuestras lenguas no se separaban, pase
mi mano por detr�s acariciando tus bolas, se encontraban h�medas de nuestros
jugos, alce la mano y la lleve a mi boca, era el m�ximo placer, casi sin querer
mi dedo anular se perdi� en mi ano, pod�a palpar y sentir tu verga dentro de mi
ano caliente, una fuerte sacudida tuya me indicaba que el fin estaba pr�ximo,
levante mis gl�teos y me desenterr� de aquella gruesa y chorreante verga,
masajee mi polla y la lleve a tu boca, succionabas mi barra al tope, tu lengua
se concentro en mi prepucio, mordiste mis bolas, cogi tu miembro y como un im�n
nuevamente mi ano busco tu glande y de una fuerte estocada me sent� en ti, mi
ojete se devoro tu gordo glande completamente, nuevamente, la sensaci�n era
indescriptible, tu gruesa verga dilataba mi ano al m�ximo, 2,3 sacudidas, una
fuerte embestida y aquel gordo tronco me penetro completamente, sent� mis nalgas
rozar tus test�culos, pensaba que me morir�a, sent� mi ano desgarrarse, una
extra�a mezcla de dolor y placer me inundaba, tu verga se alojo completamente en
mis entra�as, tu jadeabas y de un fuerte tir�n lograste desatar tus manos.
Tu pelvis sub�a bombe�ndome tu barra hirviente, me volteaste
sin separarte de mi, ahora yo estaba boca arriba y tu arrodillado me follas
fuertemente, alzaste mi pierna y mordiste los dedos de mis pies, tus nalgas se
mov�an fren�ticamente llev�ndome al m�ximo placer mientras mi mano
desaforadamente acariciaba mi erecta verga y mis gordos test�culos, arqueaste
mis piernas hasta poner mis rodillas en mis hombros permitiendo que tu gorda
verga se deslizara con mayor facilidad dentro de mi, pod�a palpar con mi otra
mano tus huevos regordetes, me com�as de una manera deliciosa, buscaste mi boca,
te mord� la oreja, gritamos al un�sono y jadeantes mis intestinos se incendiaron
con el calor de aquel liquido espeso y deseado, chorros calientes inundaban mis
entra�as, embarrando tu barra, la sabana, tus muslos, mi ano lo devoraba, se
tragaba tu verga y con el tus jugos, jam�s hab�a tenido una cogida como esta, me
sacaste la verga y tus gotas calientes fueron a parar a mi estomago y cara, me
colocaste la verga a escasos mil�metros de mis labios y mi boca se abri� para
recibir tus �ltimos goterones mientras mis manos orde�aban tus test�culos,
aquella tranca que tanto placer me hab�a proporcionado se desvanec�a en los
�ltimos estertores y sacudidas violentas, lam� todo tu tronco, tu vida estaba
all�, en tu esperma, y lo devore todo, ca�ste rendido sobre mi, abraz�ndome y
bes�ndome tiernamente, mientras fren�ticamente masajeaba mi verga alcanzando el
cl�max en chorros enormes de semen que resbalaban por mi ano confundi�ndose con
el tuyo.
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Relato: Mi verga
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