Mi T�o el Ranchero SIETE
Yo no sab�a lo que se avecinaba. Ignoraba por completo los
placeres de la penetraci�n anal, as� que cada instante que pasaba con el glande
de mi pap� atrapado en mi esf�nter, era ya una gran experiencia. Es cierto, s�
sent� algo de dolor, pero fue un dolor muy extra�o, era uno que no quer�a
suspender pero que finalmente ces� porque mi pap� me dijo que me quedara inm�vil
un momento, respirando tranquilamente, para dejar que mi ano se acostumbrara a
su presencia. Y se acostumbr�.
Yo estaba agachado, con las manos apoyadas sobre la cama,
sentado a horcajadas sobre �l, esperando el tiempo que �l decidiera que
corriera, ya que �l estaba siendo el maestro de ceremonias, pero cada segundo
que pasaba, era para mi completamente diferente al anterior. El dolor se
disipaba cada vez m�s cediendo su lugar a una sensaci�n divina, formidable,
nueva... pero habr�a m�s. Yo ten�a los ojos cerrados, totalmente concentrado en
mi ano, cuando de pronto empec� a sentir el aliento de mi pap� muy cerca de mi
cara, de mi boca. Abr� los ojos pero ya no pude ver nada, su boca hab�a cubierto
la m�a mientras su mano atrapaba mi cabeza por la nuca para imponer mayor pasi�n
al beso...��eso era un beso?!... �con raz�n lo sacan tanto en las pel�culas!...
Comenz� a besarme con pasi�n, pero al mismo tiempo con mucha
sutileza. Absurdo, lo s�, pero as� lo sent�. Cada movimiento que hac�an su boca
y su lengua, yo lo imitaba. De mi barbilla fue bajando una lenta descarga
el�ctrica hasta mi entrepierna, y mi cuerpo reaccion� acomodando m�s el ano
hacia una mayor penetraci�n. Sin separar nuestras bocas, �l sinti� lo que yo
intentaba hacer y volvi� a sujetarme de las nalgas para dirigirme, supongo que
para evitar lastimarme Separ� sus labios un momento para decir: "...despacio
hijo... no te fuerces porque te puedes lastimar y..." no lo dej� hablar, aquello
del beso me hab�a puesto fren�tico y ahora yo atrap� su boca con la m�a.
�Y el t�o?... �a qui�n le importa!... se borr� por completo
de mi mente.
Y as�, bes�ndonos, mi pap� empez� a mover la cadera muy
levemente, lo que ocasionaba que entrara un poquito m�s a cada impulso y al
suceder esto, �l empez� a gemir dentro de mi boca. Realmente empez� a dolerme
pero lo soport�, porque ante cada carga de dolor, hab�a una recompensa de
placer. Ya jadeando, se separ� de mi boca y me dice al o�do: "�Te duele
hijo?"... �esperaba que le contestara?... con la cabeza le indiqu� que no y me
levant�. Yo no sab�a de esas cosas, pero adivin� que si me enderezaba, era m�s
factible que me entrara un poco m�s y al enderezarme descubr� que mi teor�a fue
cierta. Hice un esfuerzo extra por abrir mi esf�nter y s�, gran parte de su pene
entr�, cosa que a ambos nos arranc� un rugido. Me qued� quieto un buen rato
sentado encima de �l. Su verga no hab�a entrado toda, pero yo sent�a que s�.
Apoy� mis manos sobre su pecho y me le qued� viendo a los
ojos, jadeando. Pude haber dicho un chingo de cosas hermosas, como decirle que
lo quer�a o algo as�, pero lo �nico que se me ocurri� fue:
- Que rico... se siente... ap�...
- Seguro que no te est� doliendo hijo...
- Seguro... o bueno, ya no me duele...
Lo que sigui� fue que atrap� mi verga con la mano y comenz� a
masturbarme y ah� fue cuando empec� a conocer las verdaderas delicias del sexo
anal acompa�ado de una masturbaci�n, y lo estaba aprendiendo de inmejorable
fuente. Y mientras me masturbaba, comenz� a mover su cadera de abajo hacia
arriba y poco a poco fui tomando su armon�a y ya empec� yo a subir y bajar. Muy
poco, pero s� fue suficiente como para que �l empezara a gemir.
Mis movimientos aumentaron por s� mismos la cadencia, solt�
mi verga para tomarme de la cadera y dirigirme, as� que yo r�pido atrap� mi
verga y continu� masturb�ndome.
�l ten�a las venas de cuello resaltadas, estaba muy rojo,
pujando y gimiendo, hasta que me dice: "Hijo... ya me voy a venir... �quieres
que me venga adentro de ti?...". No contest� nada. S�lo segu� masturb�ndome.
Entendi� que s�, as� que para poderse venir, cambi� la jugada: me sostuvo de la
cadera para que me mantuviera en lo alto y quieto, para luego empezar a bombear
su verga de abajo hacia arriba. Ca� hacia el frente, apoy� una mano sobre la
cama y con la otra segu� jal�ndomela. Aquello era la locura. De pronto, puso �l
una expresi�n de rictus de dolor intens�simo, contuvo la respiraci�n y hundi�
todo lo que pudo su verga en mi ano para dejarla as�, quieta.
Yo estaba demasiado ocupado en lo m�o como para ponerle m�s
atenci�n, as� que como se qued� quieto, me volv� a sentar encima de �l y ah� fue
cuando sent� una descarga caliente adentro de m�. Me dej� caer sentado en peso
completo sobre �l, lo que termin� de proyectar su pene hasta el tope y empec� a
jal�rmela hasta que definitivamente me fund� en una magna eyaculaci�n sobre su
panza.
Despu�s del �ltimo escupitajo de semen sin propon�rmelo me
dej� caer encima de �l, y termin� encima de su pecho velludo y sudado. Me abraz�
y jadeando intensamente me dice: "Aqu� qu�date hijo... qu�date quietecito un
rato...".