Estaba escribiendo una historia aquella tarde, un relato
er�tico... sentada en una silla un tanto inc�moda en mi habitaci�n. Mi madre no
estaba en casa, por asuntos familiares, y mi padre se acababa de levantar de la
siesta, algo muy habitual en �l. La verdad, aquel relato me estaba haciendo
sentir inquieta. Mis hormonas estaban revolucionadas por aquel entonces, y mi
sexo impaciente por sentir, por descubrir los placeres hasta ese momento
ocultos.
Mi padre abri� la puerta de mi habitaci�n inesperadamente y
estuvo a punto de pillarme con la manos entre las piernas. Por suerte yo ten�a
reflejos y sol�a estar preparada en estas ocasiones.
Susan, tengo que salir y dentro de media hora van a venir
a arreglar la caldera. Tendr�s que abrir t� y quedarte mientras ellos est�n
abajo.
S� pap�, no te preocupes...
Aqu� te dejo el dinero, d�selo cuando se vayan.
Ok, as� lo har�
Segu� con mi relato...pero me vino a la cabeza una imagen
er�tica, uno de los t�picos relatos en los que una nena se lo monta con el
fontanero, o con su jardinero. Sonre� y evit� aquella imagen, para mi era casi
surrealista, no me ve�a en tal situaci�n.
Lo que no puedo negar es que me excitaban ese tipo de
escenas...mmmm ya lo creo que s�.
Son� el timbre, me sorprendi� con el dedo en la tecla. Me
levant� y me acical� un poco. Al llegar abajo, justo antes de abrir la puerta
not� que estaba h�meda, por la fantas�a o por la escritura de mi relato, mi
co�ito estaba exteriorizando su estado.
Abr� la puerta y me encontr� a dos hombres para mi sorpresa
incre�blemente atractivos vestidos con un mono azul. Uno de ellos tendr�a unos
40 a�os, y el otro no llegaba a los 30. Me miraron los dos de arriba a abajo y
sent� un escalofr�o. Mi co�ito de nuevo expuls� un chorrito de sus flujos. No me
hab�a dado cuenta, pero mi estado no era muy presentable. Estaba en pantal�n
corto y sin braguitas, y por arriba llevaba una camiseta de tirantes roja sin
sujetador. Aquel verano fue muy caluroso y yo sol�a andar liviana por casa. Les
conduje a la parte de abajo, en el garaje se hallaba la caldera. Los dos hombres
no hac�an m�s que mirarme y mis pezoncitos estaban ya erectos. Ellos se dieron
cuenta enseguida y uno de ellos, el m�s mayor rompi� el silencio
Como te llamas, bonita?
......Susan, me llamo Susan
Uhmm, bonito nombre. Eres una nena preciosa. Yo soy Juan
y mi compa�ero se llama Aitor.
Su voz era c�lida y me resultaba excitante. Me sent�a
indefensa ante aquellos dos machos.
Les apetece tomar algo?
Una cerveza bien fresquita si tienes, gracias
S�, ahora mismo las traigo.
Sub� a por las cervezas, y mientras sub�a la escalera les o�
hablando entre susurros. Tramaban algo, y yo cada vez estaba m�s nerviosa. Ten�a
miedo pero a la vez estaba deseando ser pose�da por aquellos hombres que hab�an
alterado mi co�ito.
Abr� la nevera y sent� por detr�s una mano ardiente en la
entrepierna y otra en uno de mis pechos...
Nenita, mi compa�ero y yo tenemos hambre. Queremos
hacerte gozar entre los dos...
Uffff...
No pude evitar emitir un gemido cuando el hombre meti� el
dedo por mi rajita.
Qu� est� haciendo? Su�lteme o llamar� a la polic�a.
Me agarr� de la mano y me gui� hacia el garaje. Yo no opuse
resistencia, en el fondo lo estaba deseando.
Abajo estaba Aitor mene�ndose la polla, la ten�a enorme.
Has probado una de estas alguna vez?
No...
Ven, ac�rcate
Me puse de rodillas ante �l y comenc� a mamarle la polla,
entraba y sal�a de mi boca una y otra vez...le fui cogiendo el gusto poco a poco
y me encantaba. Juan estaba detr�s de mi, agachado , sob�ndome las tetitas por
debajo de la camiseta. Aitor se corri� en mi boca y Juan me levant� y me dio la
vuelta. Ten�a la cara desencajada de placer y excitaci�n. Comenz� a lamerme las
tetitas mientras Aitor miraba y descansaba de su corrida monumental. Juan se
sac� la polla, me cogi� en brazos y me puso sobre la lavadora. Me baj� los
pantalones con rapidez y dijo
Aitor, p�nmela a punto
Aitor se acerc� a mi y lami� mi cl�toris y mi rajita,
introduciendo su lengua en mi. Yo estaba tan excitada que no pude aguantar m�s y
me corr� en su boca, al tiempo que ve�a a Juan mene�ndosela. Juan aprovech� y se
avalanz� sobre mi
No por favor, a�n soy virgen...
No te preocupes, te doler� un poquito pero luego gozar�s
como nunca.
Me introdujo la puntita gui�ndola �l con la mano. Cuando
empez� a entrar coloc� sus manos en mi cintura y la fue metiendo. Grit� al notar
el desgarro, y �l la meti� de golpe. Comenz� entonces el mete saca y el tremendo
dolor que sent� se fue pasando...hasta que me mor�a de placer...
Mmmm..Juan, si...sigue, me encanta....ah, me voy....
Explot� en un orgasmo impresionante que inund� su polla. Mis
contracciones le hicieron correrse y se vaci� dentro de mi.
Aitor que estaba viendo todo, ten�a de nuevo la polla tiesa.
Se tumb� en el suelo y me hizo sentarme encima de �l. Me introduje con suavidad
su polla, ya no me dol�a nada, ahora solo sent�a un inmenso placer insaciable.
Le cabalgu� con fuerza de arriba a abajo, hasta que me inund� con su leche. La
sensaci�n me llev� a un nuevo orgasmo tan grande o m�s que los anteriores, y ca�
rendida sobre �l.
Cuando me levant�, Juan estaba arriba limpi�ndose despu�s del
tremendo asalto. Yo me vest� r�pidamente, no sab�a cuando llegar�an mis padres.
Les dej� trabajando a gusto y sub� a ducharme.
Minutos despu�s me sent� de nuevo en la inc�moda silla de mi
cuarto...
El sonido del timbre me despert�, estaba dolorida, sentada en
aquella silla con las piernas abiertas y empapada. Me levant� desorientada y
baj� a abrir.
Dos hombres vestidos con un mono azul aparecieron tras la
puerta, no muy agraciados.
Por suerte aquella experiencia tan s�lo hab�a sido un sue�o.
Muy lamentable para mi habr�a sido perder la virginidad de aquella manera.
Estaba feliz de que no hubiera pasado de un excitante y fogoso sue�o, y abr� la
puerta con una sonrisa dibujada en mi cara.
Desfogada tras el sue�o, al tiempo que los dos hombres
trabajaban en lo suyo, comenc� a escribir este relato....
Espero que hayan disfrutado una vez m�s con otro de mis
relatos.
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