Ten�a 17 a�os, y viajaba con mi madre en un tren nocturno que
recorr�a casi todo el Pa�s. Era una muchacha un tanto regordeta, y bastante
t�mida, y recuerdo escasas relaciones (siempre como m�ximo tocamientos) antes de
aquella noche. Eran aproximadamente las 3 de la ma�ana, mes de agosto, cuando
era irrespirable la atm�sfera de nuestro departamento.
Decid� salir a tomar el fresco y andar un poco por el pasillo
del tren. Todos los compartimentos se ve�an atestados de personal que se dirig�a
de los lugares donde trabajaban todo el a�o, hac�a sus lugares de origen. Camin�
hacia el fondo del tren, donde sab�a que hab�a dos vagones vac�os para la gente
que ten�a que subir en una gran ciudad a mitad camino.
All�, en aquellos vagones se pod�a respirar mejor ambiente, y
desde luego se pod�a estar mirando por la ventana tranquilamente, mientras el
paisaje pasaba a toda velocidad ante mis ojos. Llevaba aproximadamente media
hora all�, cuando me di cuenta que un hombre de unos cuarenta a�os me estaba
observando. Hice un recuento mental de la ropa que llevaba. Una camiseta corta,
unos pantalones tambi�n cortos, de tela fina y la ropa interior. Supuse que
estaba bastante provocativa aunque no soy ninguna belleza y adem�s estoy un poco
rellenita, pero el hombre me miraba cada vez con menos disimulo.
Mis fantas�as habituales empezaron a inundar mis
pensamientos, imaginando cosas que me hac�an sentir bastante desasosiego. En
esto not� sus brazos rodeando mi cintura, y directamente not� su enorme aparato
apretando mis nalgas. No me mov� ni tan siquiera un mil�metro, paralizada por mi
propia excitaci�n y el miedo a lo completamente desconocido por m� hasta
entonces. No me dijo nada, simplemente se dedico a sobar mis pechos por encima
de la camisa, sac�ndolos del sujetador y pellizcando mis pezones y mis deseos de
gritar por el dolor, se ahogaron en mi interior para evitar que alguien
advirtiera que est�bamos all�.
De momento dej� mis pechos y de un golpe brusco bajo mis
pantalones y mis bragas hasta las rodillas, baj�ndose hasta la altura de mis
nalgas, que abri� para empezar a lamerme el ano con su lengua. Estuvo mucho
tiempo introduciendo su lengua pero sin tocar en ning�n instante mi vagina, que
ard�a en deseos de tener el mismo trato. Se incorpor� e introdujo un dedo largo
y gordo en mi ano, movi�ndolo dentro de mi recto. Varias veces quise decir algo,
pero me era imposible articular palabra.
Sac� ese dedo y lo intent� con dos, lubric�ndolos primero en
mi boca. Cuando lo hubo conseguido empez� a separarlos dentro de m�, abriendo mi
ano al m�ximo posible, haciendo que notar� mis propios latidos en la zona. De
pronto sac� los dedos y me cogi� de la cintura apretando mi ano contra su pene.
Parec�a monstruoso aunque ni siquiera lo hab�a visto todav�a.
En esa posici�n me aup� con sus dos brazos y puso la punta en la entrada de mi
ano, manteni�ndose as�, sin m�s. Por entonces mi excitaci�n era tan grande que
solo quer�a que hiciese algo, lo que fuera para tener el mayor orgasmo de mi
vida. Notaba la presi�n de su verga en mi ano, produci�ndome una sensaci�n
extra�a.
De pronto dio una embestida y el glande se col� en mis
entra�as, produci�ndome un dolor insoportable, con lo que intent� zafarme de esa
penetraci�n pero me ten�a muy cogida y lo �nico que consegu� es que se metiera
un poco m�s, por lo que intent� quedarme quieta y esperar que cediera el dolor.
Al poco rato sali� un poco para volver a meterse ganando m�s terreno. Nuevamente
el dolor insoportable volvi� a mi ano, sintiendo un ardor terrible y una
sensaci�n como si fuera a defecar.
Empez� a moverse en movimientos de mete-saca muy lentos,
hasta que empuj� con fuerzas meti�ndose casi por completo y produci�ndome tal
tortura que por poco me desmayo. Cuando se retir� un poco cre�a que volv�a a la
vida, pero otro empuj�n fuerte volvi� a reproducirme todos los dolores posibles.
Estaba yo en un estado de semiinconsciencia cuando note que empezaba moverse m�s
r�tmicamente, pero segu�a doli�ndome mucho, por lo que procuraba no moverme en
absoluto. De pronto la sac� de golpe, haci�ndome casi tanto da�o como cuando la
hab�a metido. Se bajo y me lami� el ano y escup�a en el una y otra vez.
Estaba yo notando el comienzo de una mejora en mi recto,
cuando de un solo golpe se volvi� a enterrar en mi. Ahora entraba mejor, y
empez� unos movimientos mas fuertes y cuando cre�a que no iba a aguantar ni un
minuto m�s, note un r�o de semen corriendo por mi interior. Termin� el bombeo de
su leche, y nuevamente se sali� de m�. Me qued� all�, sin poder moverme. Las
piernas me temblaban y notaba como el l�quido de mi ano, resbalaba por mis
muslos. El ya no estaba all�. Como pude me acerqu� al ba�o, y con agua fr�a
intente calmar mi ano endolorido. Me sent� en la taza y cuando estuve relajada
empec� a masturbarme, llegando a tener mas de 10 orgasmos consecutivos.
Estuve cerca de un mes con el ano en p�simo estado, y cuando
estaba sola esa sensaci�n de dolor me dejaba recordarlo todo y volv�a a tener
infinidad de orgasmos. Despu�s de aquello mi vida sigue siendo tan insulsa como
antes. Lastima que en ning�n momento me tocara la vagina.