V�ctor� mi amante
Por: Andrea delCastillo.
Despu�s de tres amores, muchos "novios" e incontables
acostones, mi personalidad femenina exig�a una relaci�n mas constante, mas
seria. Desde luego que ya no soy una jovencita, todo lo contrario: soy algo mas
que madura, vieja dir�an algunos. Y si a eso sumamos que como travest�
homosexual que siempre asume el papel pasivo y adem�s muy sensual, pues no es
f�cil exigir una pareja que re�na caracter�sticas del hombre ideal.
Mis mejores amigas: Claudia y Devy, de alguna forma han
paliado mis necesidades sexuales m�s urgentes; se los agradezco. Pero queda en
m� un vac�o de dig�moslo as�: afecto. O tal vez sea de compa��a, pues no es lo
mismo disfrutar ocasionalmente de una sesi�n de sexo a tener junto a una un
compa�ero con el que charlar, a quien atender, a quien confiar tus secretos m�s
�ntimos, y claro, con quien desfogar los �mpetus del apetito sexual (muy
frecuente, tal vez demasiado en mi caso.
Despu�s de estas consideraciones entro de lleno con el tema:
V�ctor. V�ctor es un amigo que conoc� en el hospital donde trabajo. Maduro
tambi�n �l, encontramos muchos puntos inter�s mutuo en cuanto a m�sica,
literatura y artes en general. Aunque en un nivel laboral inferior al m�o, para
m� es indiferente la categor�a profesional, pues lo que vale es lo que lleva la
persona dentro. As� que era frecuente que nos qued�remos charlando largas horas
despu�s de nuestro horario de trabajo. Vale aclarar que V�ctor no sab�a nada
acerca de mis preferencias sexo-est�ticas, as� que no exist�a ning�n inter�s por
parte de �l en cuanto a buscar mi compa��a.
Por mi parte, no puedo negarlo, despu�s de las primeras
charlas empec� a tomar cierto inter�s en �l, pues como dije anteriormente,
nuestros gustos art�sticos son muy similares, adem�s de que goza de una
inteligencia superior a muchos de sus compa�eros. Discretamente indagu� sobre su
situaci�n familiar y si ten�a o hab�a en su pasado alg�n enredo rom�ntico con
alguien del trabajo.
Lo que encontr� me alent� bastante a tratar de conquistarlo,
pues si bien no es un Adonis, tiene un f�sico recio y un car�cter bien definido.
Abandonado por su esposa, se qued� a cargo de dos de sus hijas, a las cuales
atiende como padre y madre. De relaciones dentro del trabajo no sab�a nadie de
alguna y en cuanto a vicios, si acaso, de vez en cuando se toma algunas copas
pero sin llegar a embriagarse. Con estos datos en mi poder, busqu� la forma de
tener alguna charla m�s �ntima para saber si estaba necesitado de compa��a en el
aspecto sexual.
Favorablemente para m�, a los dos d�as de haber determinado
los planes para la seducci�n, se requiri� una acci�n multidiciplinaria en el
hospital y tanto V�ctor como yo fuimos propuestos para participar en ella. A�n
mas favorablemente se requer�a que se hicieran equipos por parejas para
desarrollar los temas, y como es de suponerse, los dos formamos un equipo.
Con el fin de abreviar este relato, dir� que al reunirnos
para trabajar sobre el tema que nos hab�a tocado, charl�bamos m�s que lo que
trabaj�bamos, pues en verdad era un tema muy sencillo y yo ya lo ten�a
pr�cticamente terminado, as� que apliqu� todo mi intelecto a seducir a V�ctor.
La conversaci�n lleg� un d�a a lo que me interesaba saber:
sus necesidades sexuales. Me confes� que desde que su esposa lo hab�a abandonado
no hab�a tenido ninguna relaci�n con mujer alguna y en tono de broma le pregunt�
que si tampoco con alg�n hombre, y adoptando una cara muy seria me contest� que
como le preguntaba eso, que �l no era gay. De ah� deriv� entonces una charla en
que h�bilmente lo fui induciendo a que me preguntara acerca de mi orientaci�n
sexual; desde luego le dije sin m�s rodeos que era homosexual y adem�s que me
gustaba vestirme de mujer para asumir completamente el rol femenino. Se qued� un
poco pensativo y no hizo ning�n comentario. De ah� continuamos con otro tema
como si tal cosa, pero me di cuenta que ya hab�a sembrado en �l la semilla de la
curiosidad.
El siguiente paso en mi tarea de seducirlo, pues ya estaba
segura de que llegar�a a caer en mis redes, se present� el fin de semana, el
viernes, en el que hab�amos quedado de acuerdo todo el grupo de reunirnos en mi
departamento a revisar lo que se levaba avanzado. Prepar� unos bocadillos y
refrescos, adem�s de unas cervezas y dos botellas de licor.
Lleg� el viernes y m�s que realizar el trabajo nos pusimos a
charlar y a tomar, convirti�ndose la reuni�n en una peque�a fiesta. Yo no dejaba
de llenar el vaso de V�ctor y lo animaba a tomar mas que a los dem�s, pues
calculaba que solo tomado podr�a lograr mi objetivo. Cuando se desped�an todos,
a los que tranquilic� dici�ndoles que yo me har�a cargo de la revisi�n del
trabajo, le ped� a V�ctor que se quedara un poco de tiempo para que vi�ramos
nuestra parte del trabajo. Un poco a rega�adientes acept� pero me pidi� que lo
dejara descansar un poco pues se sent�a un poco tomado. Lo invit� a que se
recostara en mi cama mientras yo ordenaba la sala y le daba un vistazo a los
papeles.
El primer paso estaba dado, me daba cuenta que V�ctor me
estuvo viendo durante la reuni�n con cierta curiosidad y como que esperaba
alguna se�a de mi parte, cosa que desde luego, no hice.
Termin� de arreglar un poco la sala, mas que nada para hacer
tiempo y permitir que V�ctor se relajara, y tomado una copa la llev� a la
rec�mara.
Lo encontr� con la mirada fija en el techo, bien espabilado y
algo inquieto. Le pregunt� que si se sent�a bien o que si necesitaba alguna
cosa.
La verdad, me dijo �l, es que tengo ciertas dudas respecto
a lo que charlamos el otro d�a, acerca de tu orientaci�n sexual.
�Cu�les son tus dudas?, �No te qued� claro que yo sea
homosexual?.
No es tanto eso, sino el hecho de que te gusta vestirte de
mujer. No concibo como te puedas ver vestido de esa manera.
No hay problema, le dije, si lo deseas el d�a que gustes me
visto para que t� me veas, si quieres en este momento lo hago.
No s�, no creo que sea el momento adecuado, me dijo; pero
si t� lo deseas lo puedes hacer.
Muy bien, le contest�; solo dame unos minutos y te quitar�
la curiosidad.
�Estaba hecho!, sab�a que en cuanto me viera transformada en
mujer, caer�a en mis redes.
De inmediato pas� al vestidor y eleg� un conjunto de blusa y
falda negros que se me ven fabulosos, un brasier y tanga negros, medias largas
con encaje en el muslo, una peluca negra, larga, rizada. Me maquill� dando
�nfasis a mis ojos con sombras de tono rojizo y me apliqu� un rimmel que da
cuerpo y alarga las pesta�as. Mi boca la destaqu� con un labial rojo fuego y
rubor rojo terracota. Unos aretes de plata en forma de l�grima y un collar de
perlas dieron el toque final a mi atuendo. �Ah!, y unas zapatillas negras de
tac�n de aguja muy altas que resaltaban mis nalgas.
Sin mas ni m�s, sal� del vestidor y me par� frente a �l y le
pregunt�:
�Qu� opinas?
Se qued� con la boca abierta y levant�ndose de la cama dio
una vuelta alrededor de m� sin decir palabra. Tom� el vaso con licor que le
hab�a llevado y se tom� de un trago. Se sent� en la cama y sin palabras me hizo
la se�a de que me sentara junto a �l. Sent�ndome, cruc� las piernas y la falda
se me subi� hasta los muslos y de inmediato la mirada de V�ctor se pos� en
ellos. Not� que al llevar el vaso a la boca, le temblaba un poco la mano, y su
mirada no dejaba de recorrer mi cuerpo, deteni�ndose mas tiempo en mis piernas.
No pudo contenerse m�s y colocando una mano sobre mis muslos,
con la otra me abraz� y me acerc� hacia s�, besando mi cuello y mis mejillas. Yo
no quise hacer ning�n movimiento de acercamiento, pues calculaba que si �l
notaba mi ansiedad, lo tomar�a como una agresi�n. As� que lo dej� que �l llevara
la iniciativa. Sus manos, torn�ndose m�s atrevidas, ya me estaban acariciando
los senos y recorriendo mis muslos acerc�ndose a mi entrepierna. Manten�a mis
manos en el regazo hasta que �l me tom� una y la coloc� en su paquete, que ya
estaba completamente erecto. Actuando t�midamente, solo se lo apretaba y
aflojaba, pues esta esperando que me pidiera que se lo sobara, pero al parecer
V�ctor no se iba a conformar con esas t�midas caricias pues en unos instantes se
abri� el pantal�n y sac� su verga, que parec�a reventar de lo excitado que
estaba. Rezumando liquido preeyaculatorio, su glande brillaba como faro que
orientaba mi boca para darle placer. As� lo hice, bes� ese b�lano succionando el
rico licor que me ofrec�a a gotas para despu�s irlo succionando poco a poco
hasta tener todo su miembro dentro de mi boca. Lo chupaba y lam�a como si fuera
un rico caramelo, d�ndole mas atenci�n al glande del que continuaba brotando ese
n�ctar delicioso que cada momento aumentaba su cantidad y su viscosidad. Pero
V�ctor no pudo o no quiso contener su orgasmo, y sin intentar sacar su verga de
mi boca, eyacul� de una forma tumultuosa saturando mi boca de semen, el cual se
desbord� de mis labios y escurri� por mi barbilla goteando sobre mis pechos.
Exhalando un �aaah! de satisfacci�n, V�ctor se recost� en la
cama cubri�ndose los ojos con su antebrazo y tratando de ocultar su verga en el
pantal�n. Mientras yo me retiraba el semen de mi cara y de mis pechos, me acost�
junto a �l y retir�ndole el brazo de sus ojos lo obligu� a que me viera y le
pregunt�:
-�Te gust�?, �lo disfrutaste?.
�l, avergonzado, desvi� su mirada al tiempo que musitaba un
si apenas perceptible.
No quise insistir y me levant� de la cama para terminar de
asearme en el ba�o, dejando a V�ctor a solas para que recapacitara en lo
sucedido.
Al regresar encuentro que V�ctor se estaba terminando de
acomodar su ropa, evitando mirarme o hablarme. No me extra�� pues es algo que
normalmente ocurre cuando se tiene por primera vez una experiencia tan inusual
como la que acababa de tener; as� que no intent� acerc�rmele o hablar con �l.
Me sent� en la cama y busc�ndole la cara le dirig� una mirada
de interrogaci�n a la vez que le hac�a la se�a de que se sentara junto a m�, un
poco a rega�adientes acept� hacerlo pero sin darme cara. Sin tocarlo, le
pregunt�:
-�Estas arrepentido de lo que sucedi�?.
En silencio, hizo un movimiento afirmativo; continu�:
-�Crees que lo que hicimos es malo?
Vuelta a afirmar con la cabeza.
-�Me podr�as decir que fue lo que no te agrad�?
Tras pensarlo un momento, me dice:
-Es que t� eres hombre y yo tambi�n.
-M�rame bien V�ctor, �parezco hombre?, �son estos senos de
hombre?, �estas piernas que tanto mirabas, son de hombre?, le dije se�alando
cada una de esas partes de mi anatom�a. �l las ve�a y negaba con movimientos de
su cabeza.
-�Entonces cual es el problema?. No me digas que no
disfrutaste la mamada que te di, pues tu respuesta fue bastante� abundante.
-No puedo decirte que me pasa, creo que no estoy preparado
aun para saber si lo que hice, lo que hicimos, es correcto, me contest�.
-�Y que necesitas para definirlo?, �qu� ser�a lo correcto
para ti?, le pregunt�.
Sin mediar m�s palabras, tom�ndome de sorpresa, me abraz� y
me bes� dulce y tiernamente, y me tendi� en la cama. Yo me qued� est�tica pues
no sab�a como reaccionar. Sus tiernas caricias y sus dulces besos hicieron
renacer en m� ese sentimiento adormecido, ese sentimiento que tanta falta me
estaba haciendo: el afecto. No quise adelantar v�speras y sin dejar de
corresponder a sus besos, no intent� estimularlo sexualmente; lo dej� que �l
tomara la iniciativa.
Pronto, sus suaves caricias fueron cambiando de tono, sus
manos descendieron hacia mi baja espalda, pero sin llegar a mis regordetas
nalgas. Sus besos se hicieron mas osados, su lengua ya penetraba mi boca y se
enroscaba con la m�a. Su cuerpo se aproxim� m�s al m�o y sent�a su calor.
Levant� mi blusa y sus manos buscaron mis senos acarici�ndolos casi sin
tocarlos, al fin me atrev� a abrazarlo y responder a sus caricias. Para ese
momento yo estaba bastante excitada, me urg�a sentir su cuerpo desnudo pero no
quer�a asustarlo. �l, obedeciendo sus instintos, ya hab�a hecho saltar mis senos
del brasier que los oprim�a y sin poder contenerse, peg� sus labios a mis
pezones succion�ndolos con verdadera fruici�n provocando que se erectaran. Sus
manos ya apretaban mis obscenas nalgas deleit�ndose en su carnosa consistencia.
�Ya no pod�a contenerme!, como pude me separ� un poco de �l y
a jalones le quit� la camisa, le desabroch� los pantalones y se los quit�.
Arranqu� mi blusa y mi falda y peg�ndome a su cuerpo, sent� su miembro erecto,
duro, vibrante, rezumando ese divino n�ctar que es el liquido preseminal. Su
boca no cesaba de chupar mis erectos pezones, aumentando mi deseo, mientras sus
manos me abr�an mis dos globos de carne y sus dedos jugueteaban con mi ansioso
culo, que ped�a a gritos que lo penetraran.
Separ�ndome un poco de s�, me tom� de los hombros y mir�ndome
lujuriosamente, me hizo una se�a muy f�cil de entender. Obedeci�ndolo, descend�
hasta su parte media y con mi lasciva lengua lam� su ombligo y fui bajando hasta
su pubis, donde me extasi� besando y lamiendo su hirsuta pelambrera. Tom�ndome
de los cabellos, me coloc� directamente frente a su falo que ya se encontraba en
total turgencia y empujando su pelvis, me lo acerc� de tal manera que no pude
rehusar la invitaci�n. Abr� completamente mis golosos labios y acept� su grueso
b�lano entre ellos. Bes�ndolo y succion�ndolo, fui devorando la totalidad de ese
pene rico que ya imaginaba horadando una cavidad mas apretada, m�s deseosa de
recibirlo. V�ctor, adivinando mis deseos, retir� su rica verga de mi lujuriosa
boca y un poco violentamente me coloc� boca abajo en la cama, acomod�ndose
r�pidamente tras de m�. Esperaba yo la embestida de su verga, prepar�ndome para
recibirla brutalmente, pero cual no ser�a mi sorpresa cuando sent� una tibia y
h�meda caricia en mi ansioso culo. �Me estaba besando!, su lengua penetraba en
mi orificio sexual llen�ndolo de rica saliva, y sus manos abr�an todo lo que
pod�an mis generosos gl�teos. No me pude contener y me vine en un orgasmo
delirante. Pero V�ctor no se dio por enterado y continuaba con su delicioso
trabajo oral. Ahora era constante su penetraci�n lingual y me estaba conduciendo
hacia otro orgasmo. Pero yo quer�a algo m�s s�lido y le ped� que me hiciera
suya. Desprendi�ndose de mi culo, se arrodill� entre mis piernas y clav� sin
compasi�n su dura herramienta en ese recept�culo tan anat�micamente construido
para aceptar esos hermosos instrumentos, esas ricas, duras y redondas vergas.
Emit� un ligero grito, no tanto de dolor, sino de placer.
Su verga, sin ser un aparato monstruoso, es lo
suficientemente grande para originar verdaderos tumultos tanto en la boca como
en otra cavidad; sin embargo, por la posici�n en que est�bamos no me la met�a
completamente, as� que retir�ndola de mi orificio, me coloc� en la exquisita
posici�n de perrita, y tomando impulso a la vez que se afianzaba de mis caderas,
de una sola estocada me clav� su rica verga. La sent�a clavada en lo m�s
profundo de mis entra�as sin embargo, no me dol�a en absoluto, pues era tanta mi
ansiedad y necesidad de verga que en ese momento hubiera aceptado hasta el pene
de un caballo.
�Que rica sensaci�n es tener metida en el culo la verga del
amante!, sobre todo cuando �ste es el hombre que se ha ansiado, esperado,
deseado. Y adem�s que sabe que una lo ha buscado. Bien afianzado en mi goloso
culo, sus movimientos eran potentes. Tal parec�a que quer�a traspasar mis
entra�as, saquear mis entresijos. Yo estaba delirante a pesar de mis m�ltiples
orgasmos, deseaba que esa rica cogida no terminara nunca, que su verga me
penetrara mas y m�s. Sent�a como sus test�culos chocaban con los m�os y sus
vellos cosquilleaban mis trepidantes nalgas, sus manos acariciaban mis senos y
pellizcaban mis pezones. Besaba mi cuello y mord�a mis orejas, sent�a su aliento
quem�ndome y eso me excitaba aun m�s. Mi culo no estaba ocioso pues mi esf�nter
apretaba y aflojaba su dur�sima verga a la cadencia que sus movimientos de
mete-y-saca me impon�a.
En un momento dado, sent� que su tremenda verga aumentaba de
volumen y sus movimientos se aceleraban. Su orgasmo era inminente y me prepar� a
recibirlo. Inclin� mas mi cuerpo para que la penetraci�n fuera m�s profunda. �l
me tom� de las caderas y empuj� todo su cuerpo contra el m�o; sent� su verga
como palpitaba y sus venas engrosaban d�ndome la sensaci�n de que iban a
reventar. Afloj� todo lo que pude mis m�sculos anales y entonces V�ctor dando
una tremenda arremetida, se desbord� en un torrente de semen.
�Cielos!, que cantidad tan exagerada de esperma me inyect�.
Parec�a que su potente eyaculaci�n no ten�a fin. Sent�a como los chorros de rica
leche se proyectaban en mis intestinos como si fuera una manguera de alta
presi�n. V�ctor emiti� un grito, un rugido de satisfacci�n como de le�n macho
que al fin abat�a a su v�ctima. Se qued� quieto con su verga aun a su m�xima
extensi�n, saboreando y disfrutando la hermosa cogida que me hab�a dado. Yo
estaba casi inconsciente pues hab�a tenido orgasmo tras orgasmo y cuando sent�
sus chorros de semen tuve uno mas que qued� seca.
Su divina verga, casi sin perder su dureza, aun estaba bien
clavada entre mis nalgas. Recobrando un poco la conciencia me di cuenta que
V�ctor masajeaba mis gl�teos, como si quisiera no perder su posesi�n. Por
instinto apret� mi esf�nter pues sent�a que la tremenda cantidad de semen que
hab�a depositado en el interior, buscaba la salida. V�ctor interpret� esto como
una se�al para que siguiera cogi�ndome y retom� la marcha; yo no pod�a creer
tanta belleza, pues a pesar de que estaba verdaderamente exhausta, sentir esa
rica verga movi�ndose en mi interior me hizo reaccionar. Con la exagerada
lubricaci�n y la relajaci�n de mi culo, la verga entraba y sal�a completamente
de mi orificio. Esto produc�a un sonido por dem�s er�tico a la vez que bombeaba
aire a mi interior. No pod�a apretar pues estaba completamente dilatado mi
esf�nter, as� que dej� que V�ctor hiciera todo el trabajo. Sus manos en mis
caderas no permit�an que yo hiciera ning�n movimiento, as� que �l llevaba
completamente el ritmo. Una vez m�s, me la clav� totalmente, a la vez que se
ven�a en otro orgasmo ya no tan abundante. Su verga perdi� r�pidamente su
turgencia y se sali� de mi devastado culo, el que expuls� torrentes de semen
acompa�ados de aire que los movimientos de bombeo hab�an alojado en mis
intestinos.
Nos recostamos en la cama frente a frente. Su cara mostraba
un gesto de satisfacci�n y alegr�a que hizo que lo besara tiernamente y musitara
un "gracias" en su o�do.
-No, dijo �l -gracias a ti que me haz abierto los ojos y la
mente a esta forma de amar. Nunca pens� que pudiera sentir tal satisfacci�n como
esta. Ninguna mujer me hab�a provocado tanto placer, tanto deleite.
Dem�s esta decir que pasamos una noche y parte del d�a en una
ininterrumpida relaci�n, pues su potencia sexual es inusitada. Terminamos
pr�cticamente secos de tanto orgasmo y mi seductor culo rezumando semen como
fuente. Todo parece indicar que he encontrado al amante perfecto, pues adem�s de
su inacabable deseo por m�, es sumamente atento y me trata como a una verdadera
dama; y yo le correspondo cumpli�ndole todos sus caprichos, tanto sexuales como
cualquier otro. Ahora soy feliz y me siento una mujer cabal.
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