�l me coge
cuando quiere y yo por mi parte he aprendido a estar disponible y no
desaprovechar esas escasas oportunidades que me ofrece. Y es que pr�cticamente
yo me he convertido en su golfa particular. No s� como pas�, ultimadamente yo
era, y aparentemente soy una mujer decente, incluso tengo muchos admiradores
en el trabajo y todos me tratan como un dama. Sin embargo, con �l me he
convertido en una puta y lo peor del caso es que es �l quien me llama as�.
Recuerdo la primera vez que me lo dijo:

-
Ma�ana que salgas de tu trabajo, te voy a estar esperando; as� que te
quiero con zapatillas altas y ropa sexy, porque te voy a gozar sabroso, como
la puta que eres-

A m� no me
gust� y hasta le coment� que no me dijera as�, pero �l me contest�.

-
Ya te dije, cabrona, ma�ana te voy a esperar afuera de tu trabajo, ya
sabes por donde me estaciono. Si no quieres, pues vete por otro lado; pero eso
s�, si llegas al carro, ya sabes, vestida como puta para que me des gusto-

-
Pero�

-
Entonces ah� te espero-

Por
supuesto ah� estuve al otro d�a y lo peor del caso es que me puse lo m�s sexy
y provocativa que pude y adem�s con mi cara de mujerzuela, la cual me delata
por m�s que yo quiero disimular.

En eso
estaba y sintiendo sus caricias por todo mi cuerpo, cuando un fuerte sonido y
al mismo tiempo un agudo dolor en mi trasero me hizo dejar de so�ar en un
instante. La nalgada fue seca y repentina, un grito sali� de mis labios, parte
por la sorpresa y parte por �l dolor. Inmediatamente o� su voz casi
grit�ndome:

-
�Mu�vete golfa, mueve esas nalgas de puta que tanto me gustan!-

Para cuando
el termin� la frase, yo por supuesto ya mov�a mi culo con gran entusiasmo, su
verga entraba y sal�a y mis nalgas se mov�an en c�rculos. Yo me aplicaba al
m�ximo, no quer�a otra nalgada, de verdad que ard�a. Pero ya se me estaba
pasando y sus manos sobando mis nalgas y me daban un placer tal que el dolor
se convirti� pronto en otra cosa. Ahora mis gritos eran de placer, y es que
aunque no acaba de gustarme que me dijera puta y que me nalguee y me trate
como tal, a decir verdad me da unas cogidas como nunca antes me hab�an dado.
�l bien que lo sabe y de eso se aprovecha.

Quit� sus
manos de redondo y generoso trasero y las coloc� inmediatamente en mis tetas,
que por cierto son grandes y voluminosas en comparaci�n con mi reducida
cintura. Eso es algo que me encanta y �l lo sabe. A penas sujeta mis tetas y
mis gritos se incrementan en cantidad y en volumen, creo que se oyen en todo
el hotel, pero no puedo controlarme. Ahora es �l que se mueve m�s. El sudor
escurre a c�ntaros por mi cara.

S�lo un
instante levant� otra vez mi cara y en el espejo me veo yo gritando, mis
mejillas rojas y ah� tambi�n est� mi amante, mont�ndome, con sus manos
afianzadas de mis tetas y cogi�ndome fuertemente. Mis nalgas resuenan a cada
momento cuando tengo su verga hasta el fondo y ellas chocan contra su pelvis.
Yo realmente estoy en el �xtasis, gozando al m�ximo y feliz de saber que estoy
haciendo un buen trabajo para �l y que quiz� pronto se le vuelva antojar
cogerse a su siempre dispuesta puta.

Todo esto
que les cuento, es real, yo soy real y todo lo que les describo es igualmente
real. Tengo alrededor de 30 a�os y �l, o sea mi amante, tiene como dos a�os
m�s que yo. Todo los acontecimientos ocurren en la ciudad de M�xico y c�mo ya
les hab�a mencionado, cualquier d�a de la semana, siempre y cuando a �l se le
antoje cogerme.

Todo empez�
hace como 2 a�os cuando yo esperaba el transporte p�blico saliendo de mi
trabajo, empezaba a llover y no se ve�a la hora en que yo me pudiera ir. �l
pas� en su auto, me vio, se estacion�, se baj� y me abord�. Yo no acostumbr�
entablar ese tipo de relaciones, pero en las circunstancias en que me
encontraba me animaron a aceptar que me llevara. Adem�s, es un chico guapo y
yo me sent�a como una reina arriba de su carro, causando de paso la envidia y
admiraci�n de algunas compa�eras del trabajo que estaban por ah� cerca y
vieron parte de la escena. Ellas finalmente se quedaron mojando y yo me fui,
al fin a al cabo yo no tengo la culpa de estar m�s buenota que ellas.

Parad�jicamente, yo me empec� sintiendo un reina, pero los planes que �l ten�a
para m� no eran exactamente hacia la realeza, sino hacia convertirme simple y
llanamente en su puta particular. Pues ese d�a yo me sent� muy bien y �l se
port� como todo un caballero. En realidad es todo un caballero, quiz� sea un
poco dif�cil de explicar y m�s a�n de entender, pero yo as� lo califico; se
expresa con decencia, es formal, me respeta, en general sabe tratar a una
mujer, pero al momento de que se le antoja gozarme, entonces ya no soy m�s que
una perra hecha para darle placer y tal cual me trata.

Pasaron los
d�as y a veces pasaba por m� y me llevaba a casa; eso me encantaba y lo que
m�s anhelaba eran los d�as en que lo ve�a. En uno de esas primeras veces que
nos vimos, me aclar� que ya ten�a un compromiso formal y que por eso, s�lo
cuando pod�a, pasaba por m�. Me cay� como balde de agua fr�a, pero como hasta
el momento s�lo �ramos amigos, le dije que estaba bien. No me aclar� si ten�a
una novia formal o estaba casado, y yo ya no le pregunt� porque al fin y al
cabo resultaba lo mismo: �l no iba a ser ni mi novio, ni quer�a nada formal
conmigo.

Nunca me
hubiera involucrado con alguien as�, es m�s, prefer�a evitar ese tipo de
amistades. Por otro lado me gustaba la envidia que les causaba a mis
compa�eras y ni modo de darles el gusto de que vieran que mi gal�n ya no
pasaba por m�. Adem�s, los aventones me ca�an de perlas y �l tambi�n me
ca�a bien y me hac�a sentir bien en la forma como me trataba. As� que decid�
seguir aceptando que pasara por m�, sin compromiso de su parte, sabiendo que
yo le gustaba, pero tambi�n teniendo la confianza de poder mantener la
relaci�n tal cual, es decir, evitando caer en una relaci�n �ntima con alguien
que no fuera mi novio.

Pensarlo
fue f�cil, confiada en que pod�a andar entre el fuego sin quemarme, pero ese
fue un error muy grave, ya que poco a poco �l fue ganando terreno. Yo pon�a
resistencia, me escabull�a y usaba los recursos para mantenerlo al margen,
pero no parec�a importarle mucho mis esfuerzos, ni todas mis palabras que lo
exhortaban a comportarse, sino m�s bien parec�a divertirle como yo por un lado
me trataba de comportar de acuerdo a mis convicciones y por otro lado, mi
deseo me impulsaba hacia �l.

Ten�a como
un a�o que hab�a terminado con mi �ltimo novio y en todo ese a�o no hab�a
andado con nadie y eso me pon�a en mayor desventaja. Despu�s de una semanas,
ya cada d�a que pasaba por m�, antes de dejarme, buscaba un lugar aislado
donde estacionarse y me tocaban unas agasajadas verdaderamente deliciosas.
Como les explicaba, al principio yo pon�a algo de resistencia, pero despu�s me
di cuenta que era in�til porque la final me ganaba la debilidad y ya mejor lo
dejaba que me abrazara, me besara y me agarrara las piernas (hasta eso no se
pasaba mucho m�s de eso).

Me dije a
mi misma: �Pues conque no pase de ah� no hay problema, adem�s bien que me
gusta y tambi�n lo disfruto, pero ya otra cosa ya no�. (�Se dan cuenta
porque les digo que �l fue ganando terreno hasta convertirme en su puta?).

Unos meses
despu�s, me llev� a un hotel dici�ndome que no me pasar�a nada. Ya saben la
falsa frasecita choteada, pero de todas formas yo todav�a estaba segura de
poder disfrutarlo y evitar que llegara a fondo. Las cosas fueron totalmente
diferentes a como yo las plane� y es que ahora me doy cuenta que los
acontecimientos se dan de acuerdo a los planes y deseos de mi macho, no a los
de su perra esclava, o sea, yo.

Entramos y
si ya en otros momentos sus besos y caricias me derret�an, pues ah� fue al
doble. Cuando me di cuenta, ya me ten�a totalmente desnuda y verdaderamente
excitada, mientras que �l todav�a estaba casi totalmente vestido y disfrutando
de m� y de la visi�n de tenerme totalmente desnuda, (s�lo con los zapatos, que
siempre me los deja) ante �l. Seguramente yo no hubiera podido evitar que
hiciera pr�cticamente lo que quisiera, sin embargo no me cogi�. Pensar�n
ustedes que fue un imb�cil y a la mejor tengan raz�n, pero yo no lo creo as�,
m�s bien creo que le gustaba el juego del gato y el rat�n, adem�s de que
estaba cumpliendo con su palabra de que ese d�a no me pasar�a nada. Sea lo que
sea lo �nico que logr� fue que un sentimiento de expectaci�n hacia ese momento
se fijara en m� y con eso m�s caliente me pon�a cada vez, porque as� lo hizo
por varias semanas.

Lo anterior
situaci�n se puso m�s morbosa cuando por cierto acontecimiento yo me vi en la
necesidad de pedirle dinero prestado. �l me lo prest� e incluso me apoy� con
buenos consejos y de hecho no me lo cobr� hasta que super� el problema y me
sent�a m�s tranquila, como siempre. Fue entonces cuando nos vimos y me dijo:

-
Oye ricura, no te voy a cobrar el dinero que te prest�. Te lo vas a
ganar, cabrona-

-
No te entiendo� -

-
Te lo vas a ganar, de la forma m�s f�cil, como se lo ganan las putas,
cogiendo� -

Les juro
que me puse roja, yo sab�a a lo que se refer�a. Y como siempre una sonrisa se
puso en mis labios, que la odio, pero es que siempre que me pongo nerviosa, lo
primero que me pasa es que sonr�o y no lo puedo controlar. Por supuesto que
estaba nerviosa y no s� c�mo pero en un instante ya ten�a mojada mi ropa
interior. El hecho de que ya hubi�ramos estado en situaci�n de hacerlo era una
cosa, pero ahora me estaba pidiendo, m�s bien aclarando que por ese dinero que
me prest� me iba a coger. �Eso ya era otra cosa! Una cosa es por gusto y otra
es que ya te paguen por eso. Se imaginan, �me estaba convirtiendo en una puta!

Me dieron
ganas de protestar, pero no ten�a caso, adem�s me ver�a rid�cula, si ya hasta
me hab�a tenido en sus manos. As� que continu� con mi est�pida sonrisa en la
boca, las mejillas rojas de pena y la respiraci�n ligeramente agitada por la
excitaci�n. A lo que �l continu�:

-
Si mi reina, aunque te r�as, me vas a pagar con lo �nico que sabes
hacer bien, creo yo, coger� Y quiero que lo hagas rico y que dejes complacido,
de lo contrario, no s� como pueda cobrarte-

As� como me
lo dijo me llevo directamente al hotel. Yo ya no necesitaba nada para estar
lista. Pero de todas maneras me dio una buena fajada. Los nervios eran muchos,
despu�s de casi a�o y medio sin tener ninguna relaci�n, yo hab�a cerrado casi
como una virgen, adem�s que soy sumamente estrecha. Soy muy delgada, aunque
tengo buenas tetas y nalgas bien paraditas, que sumado a mis zapatillas de
tac�n alto de aguja me hacen dar una imagen de mujer f�cil.

Pues para
no hacer muy larga esta historia les dir� que me puso en cuatro y me intento
penetrar as�, sent� dolor pero despu�s de dos o tres intentos no pudo
met�rmela: les digo que soy muy estrecha y yo estaba cerrada por la falta de
actividad. A pesar de lo caliente que yo estaba, y de las nalgadas que me dio,
tuve la esperanza de que desistiera y quiz� yo pudiera continuar sin ser una
puta, era como un deseo encontrado, mi cuerpo ya no aguantaba m�s y mis
valores me dec�an que no pod�a estar cogiendo por dinero.

�l no
perdi� m�s tiempo y me volte� poni�ndome bocarriba en la cama, tom� mis
piernas, las separ� y estando �l parado a la orilla de la cama, me la empez� a
meter. Les dir�a que ten�a una verga enorme y s�per gruesa, pero esto es un
relato real y la verdad era una verga mediana, sin embargo para m� eso es a�n
demasiado grande. Yo cre� que no entraba tampoco, pero eran falsas esperanzas
de mi conciencia. Con mis piernas bien sujetas y en la posici�n en la que me
ten�a, me pudo maniobrar perfectamente y su verga empez� a entrar poco a poco.

Sent�a que
era virgen otra vez, era algo muy intenso, dolor y placer, todos los m�sculos
de mi cuerpo estaban tensos, y m�s mis piernas, que alrededor su cintura,
inconscientemente lo empujaban con todas sus fuerzas tratando de evitar que su
chile siguiera entrando y causando m�s dolor, adem�s de que yo me deslizaba
hacia atr�s por no soportar m�s. Una vez que parte del intruso estuvo dentro,
me solt� las piernas y me afianz� perfectamente de la nuca e incluso de mis
cabellos. Seguramente se dio cuenta que yo inconscientemente me estaba
haciendo para atr�s en un intento de evitar ese dolor. Una vez que me tuvo
as�, ya todo fue m�s f�cil para �l, con el apoyo que le daba el tenerme sujeta
de los cabellos y ya con su verga dirigida hacia el objetivo, s�lo fue
cuesti�n de que sus potentes caderas, que por cierto ya me hab�a percatado de
lo buenas que est�n, hicieran el trabajo de empujar.

Yo con mis
piernas trataba de aguantar, pero qu� podr�a haber hecho una mujer que no pesa
m�s de 48 kilos, contra un hombre de m�s de 1:85 y 80k de peso. Por m�s
esfuerzos que hice, su verga sigui� su ya inevitable camino, no sin arrancar
suspiros, gemidos, gritos y alaridos a su paso. Me imagino haber tenido la
mirada perdida, porque aunque no cerr� los ojos, era tal lo que yo sent�a que
no miraba a nada. No me di cuenta cuando ya hab�a llegado hasta los huevos,
porque yo segu�a luchando por empujar con mis delgadas piernas. �l se debi�
haber dado cuenta de esto, porque ah� se detuvo un momento y me dijo:

-
Te la tengo metida hasta el tronco, putita, ya te jod�-

Dicho y
hecho. Empez� a ca�onearme continuamente, en un movimiento fuerte y constante.
Sus manos en ning�n momento me dejaron los cabellos de la nuca. Me ten�a bien
afianzada como si �l fuera un naufrago y yo su salvavidas, estoy segura que en
su mente no pasaba por ning�n momento soltarme. Hab�a pagado por m� y no
estaba dispuesto a dejar ir su recompensa. Sus caderas segu�an movi�ndose
intensamente y a cada movimiento su verga llegaba hasta el fondo, el sonido de
sus huevos chocando con mis nalgas se perd�a bajo mis gritos, que ya empezaban
a hacer de placer.

Ten�a ya
rato cogi�ndome de esa forma y no se ve�a que en alg�n momento se fuera a
cansar de cogerme. Me di cuenta que sus gl�teos no eran de adorno, en realidad
las sab�a usar y en que forma. En este momento eran como dos maquinas que no
se cansaban de hacer su labor. Tambi�n descubr� que estaban gozando como una
puta, pero m�s que un cliente, parec�a mi due�o el que me cog�a. La cogida que
me estaban dando era de tal magnitud que yo nunca hab�a experimentado algo
as�. S�lo hab�a cogido con mi �ltimo novio, yo lo quer�a y lo disfrutaba, pero
ahora me daba cuenta de lo que era ser cogida como una perra.

As� me
disfrut� un buen, hasta que sin decirme nada me volte� y me puso otra vez en
cuatro. Ahora las cosas ya fueron diferentes, su verga entr� relativamente
f�cil hasta el fondo y me cabalg� como a su propia yegua. Me agarr� las tetas,
despu�s otra vez de los cabellos pero ahora mot�ndome. Y no solo me cabalg�,
sino me hizo mover el trasero para darle placer y me fue educando a moverlo
mas r�pido a base de nalgadas que me propinaba cada que quer�a que yo me
moviera m�s.

Mi novio de
antes terminaba r�pido, pero mi �cliente� era diferente, ya llevaba mucho
tiempo cogiendo y no terminaba. No les voy a contar todas las posiciones en
las que me puso, pero si le dir� que me cogi� f�cilmente m�s de una hora.
Cuando finalmente se vino, yo me sent� plena de que me dejaron bien cogida
como nunca, la garganta me dol�a de tanto gritar y las piernas me temblaban
pero eso s� muy satisfecha.

Me gustar�a
contarles m�s, pero ser� en otra ocasi�n, por ahora s�lo me concret� a la
primera vez. De todas formas, aunque mi objetivo no va por ah�, les agradezco
sus comentarios.

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