Tienes un cuerpo precioso, puta.
Gracias Se�or, esta a su disposici�n.
Claro que esta a mi disposici�n, tu cuerpo, tu mente, toda tu me perteneces
en este mismo momento
S� mi Amo.
Cuando dijo estas palabras, mi rabo se empez� a poner duro, pero no la
pod�a consentir que me desobedeciera y le dije
Como me has llamado.
Lo siento Se�or, fue un descuido
Sabes que no puedes tener estos descuidos.
Si Se�or, merezco que me castigue. Realmente asum�a plenamente su papel de
sumisa.
�C�mo prefieres que te castigue?
Le pregunte esto, para saber hasta que punto estaba dispuesta a llegar.
Con unos azotes, Se�or.
Bien, Bien. �Cu�ntos crees que mereces?
Los que Ud., crea, que le parecen diez.
Diez, Mm, me quede pensando, no, mejor veinte.
S� Se�or, mejor veinte.
La cog� del pelo fuerte, y tire de ella hasta el borde de la cama,
empujando su cuerpo la deje con sus pechos tocando la cama y con los pies en
el suelo, de esta manera su culo quedaba ofrecido para recibir los veinte
azotes. Separe un poco sus piernas.
Realmente la imagen que ofrec�a, era para grabar una pel�cula de lo m�s
morbosa, cog� un matamoscas de pl�stico, ya que yo no llevaba l�tigos ni nada
parecido, (todo el material que usar�a era casero, o comprado con muy poco
dinero) Empece a acariciarle el culo con �l, en esto estaba cuando se me
ocurri� que pod�a saber un poco mas de su vida privada. Le pregunte.
�Estas casada?
Separada Se�or.
Le pegue el primer azote, no muy fuerte, pero realmente no se lo esperaba,
la impresi�n fue muy fuerte.
�Tienes hijos?
Una hija Se�or.
Le pegu� el segundo, su culo se empezaba a poner colorado, se lo acaricie
con la mano y se estremeci�, llegu� con un dedo a la entrada de su co�o, y lo
tenia ya muy h�medo, llegu� a tocar su cl�toris, y pego un saltito, como
d�ndole una descarga el�ctrica.
Te gusta puta, tienes el co�o empapado.
S� Se�or.
La hice la tercera pregunta.
�Vives sola con tu hija?.
No Se�or, vivo con mi madre
�Cu�ntos a�os tienen?
Mi hija 19 y mi madre 65
Zas. Le solt� otro golpe.
Se te ha olvidado algo, zorra.
Si Se�or, lo siento Se�or.
Unas lagrimas empezaban a asomar por sus ojos.
�Te duele?, le dije sobando su culo
Si Se�or, pero me gusta.
�Sabe tu familia lo puta que eres?
No Se�or, no lo creo.
Bueno, ya lo sabr�a.
Al o�r esto, se quedo como petrificada, mir�ndome como no entendiendo lo
que quer�a decir.
La sobe un poco el co�o, que lo tenia chorreando, cog� la cuerda de las bolas
chinas y empece a sac�rselas poco a poco, cuando estaba a punto de salir la
primera, se la volv�a a introducir, sus gemidos eran de verdadera puta salida a
punto de correrse.
�Estas a punto de correrte, verdad?
Si Se�or, no s� cuanto voy a aguantar
No se te ocurra o te arrepentir�s.
Mientras la dec�a esto, de golpe la saque las bolas de un tir�n, sonando un
plof, como cuando una piedra cae en el agua. Realmente estaban chorreando.
Se las pase por sus labios, orden�ndola que las chupase, se introdujo la
primera en la boca, chup�ndola como si de un caramelo se tratara. Las dejo las
dos superlimpias.
Cog� de encima de la cama, un collar de perro y dos collares de los que
utilizan los gatos, el primero se lo puse en el cuello, con la argolla hacia
la nuca, y los otros dos uno a cada mu�eca.
Sube los brazos hasta la nuca, la ordene.
Obedeciendo fue levantando sus brazos, hasta poner sus mu�ecas a la altura
de la nuca, sujete las mu�ecas a la argolla del collar de perro. De esta
manera tenia sus tetas y su estomago a mi disposici�n, era la hora de castigar
un poco su parte delantera.
Pero esto forma parte de otro capitulo.
CONTINUARA