Relato: Me iniciaron los colegas de mi padre (2) Hola de nuevo, soy Juanjo, cuando empez� todo ten�a 11 a�os.
Os voy a recordar los protagonistas de mi anterior relato. Las edades son
aproximadas porque en algunos casos no las recuerdo y en otros no las sab�a.
Enrique mi padre, 40 a�os. Trabajaba en una f�brica cercana a
mi colegio. Sus compa�eros:
Gerardo, aproximadamente de la misma edad, era su mejor
amigo.
Gilberto, bastante mayor, alrededor de los 60.
David, unos 20 a�os.
Pedro, creo que unos 18 a�os, con �l y con un tal Esteban
tuve mi primer contacto sexual.
Despu�s de aquella sesi�n con Pedro y Esteban, me sent�a muy
nervioso, no pod�a quitarme de la cabeza todo lo que hab�a pasado y mi
excitaci�n era constante. Una palabra podr�a definir como me encontraba aquellos
d�as, raro. Y esto lo not� mi madre, que empez� a hacerme preguntas y a hablar
con mi padre. Se plante� llevarme al m�dico o al psic�logo, pero un d�a estuvo
hablando con el director de mi escuela que era psic�logo y este le dijo que no
se preocupara "estaba entrando en la edad del pavo". Me enter� luego por la
noche cuando se lo contaba a mi padre y no sab�a su significado, pero me hizo
mucha gracia y por la noche mientras masajeaba mi verga en la cama iba
imaginando un pavo que me iba picoteando la pollita y los peque�os huevos.
Por otra parte, las ganas de entrar de nuevo a la f�brica de
mi padre se intensificaban, pero no sab�a qu� excusa buscar, adem�s tambi�n
ten�a un poco de miedo por si papa se enteraba de algo. En la escuela, me sent�a
un poco m�s desinhibido y cuando me desnudaba delante de otros ni�os, ya no me
pon�a la toalla, sino que mostraba todo lo que pod�a. Un d�a entr� en los
servicios y hab�a un chico un par de cursos m�s que yo orinando, me coloqu� a su
lado, mi mirada debi� ser tan evidente que �l se apart� un poco para que viera
mejor la verga y me pregunt� "�te gusta?", yo asent� con la cabeza, tom� mi mano
y la puso encima de su aparato, juntos le sacudimos un poco las �ltima gotas y
empec� a masajearla hasta que se puso bien dura. �l tambi�n estir� su mano para
tocar la m�a y as� estuvimos unos minutos hasta que se abri� la puerta, entr�
Jos�, el conserje, con una amplia sonrisa empez� a abrirse la bragueta con la
intenci�n de mear. No se si pudo ver lo que est�bamos haciendo, pero nosotros
con el susto nos metimos la verga dentro y nos marchamos. Luego me arrepent�, ni
siquiera hab�a orinado y pens� que pod�a haberme quedado, tal vez le habr�a
podido ver la verga a Jos�, pero ya era demasiado tarde.
Un s�bado por la ma�ana yo estaba durmiendo y son� el timbre.
Cre�a que mis padres abrir�an, pero el timbrazo se repiti� dos o tres veces,
entonces me levant�, pens� que tal vez hab�an salido a comprar y se hab�an
olvidado las llaves. Antes de abrir mir� por la mirilla y no eran ellos, era
Gerardo. No supe que hacer, yo solo llevaba unos calzoncillos y dud� porque mis
padres me ten�an prohibido abrir cuando ellos no estaban, pero pens� que Gerardo
era de confianza, adem�s, no importaba que me encontrara en calzoncillos, yo a
�l lo recordaba a pelo. Me puse detr�s de la puerta para que no pudieran verme
los vecinos, abr� la puerta y le dije de entrar. Su saludo fue caliente, despu�s
de cerrar la puerta, mientras me daba un par de besos muy cerca de los labios,
su mano se posaba en mi culo. Le dije que papa no estaba, seguramente abr�a ido
con mi madre a comprar en alg�n centro comercial. Me dirig�a hacia mi habitaci�n
con la intenci�n de vestirme y pens� que �l se quedar�a en el sal�n, pero me
sigui�. Yo estaba tan nervioso que no sab�a muy bien qu� hac�a, mi pollita
tambi�n estaba inquieta y deb�a ser evidente la erecci�n. Gerardo se sent� en mi
cama y con una mano no dejaba de acariciarme, me dec�a cosas respecto a mi piel
suave y a mi excitaci�n. En un momento la mano entr� dentro de mi calzoncillo y
me agarr� fuertemente las nalgas. Hac�a como si no pasara nada, pero mi coraz�n
quer�a estallar. En pocos segundos mi �nica prenda estaba en mis rodillas y
Gerardo me preguntaba cosas como si me gustaban las vergas, si hab�a disfrutado
en los vestuarios, si me gastar�a tocar la suya,�. Yo no dec�a nada, solo
sonre�a y me dejaba llevar por sus caricias, ya por todo el cuerpo y con un dedo
queriendo entrar en mi agujerito trasero. Me pregunt� si sab�a cuando tardar�an
mis padres en regresar, yo lo ignoraba, pero pod�an hacerlo en cualquier
momento, as� que no deb�amos arriesgarnos. �l solo se abri� la bragueta y sac�
su verga, que ya conoc�a bien, me la puso en la boca, agarraba mi cabeza y la
iba metiendo con fuerza, en algunos momentos llegaba hasta mis anginas; yo me
ahogaba y ten�a que sacarla unos segundos. Una vez que la ten�a fuera, aprovech�
para bajarse un poco los pantalones y calzoncillos, se dio media vuelta y
agarrando sus nalgas, puso su ojete delante de mis narices, "lame un poco aqu�"
me dijo, y lo hice. Era el primer ano que lam�a, sab�a un poco amargo, pero me
gustaba. Dur� poco, porque enseguida se gir� de nuevo y volv� a chupar el palo,
hasta que lanz� un fuerte gemido, not� que la verga se hinchaba un poco m�s y su
leche inund� mi garganta. No pod�amos perder tiempo, despu�s de darme un beso en
la boca hurgando ligeramente con la lengua, me pregunt� d�nde estaba el
servici�, me coloqu� el calzoncillo y lo acompa��, all� se lav� la verga
mientras yo orinaba, luego sali� para esperarme en el sal�n mientras yo me
duchaba.
Me vest� un poco y me sent� a su lado en el sof�, mientras
esper�bamos a mis padres me cont� que hab�a venido porque el domingo quer�an
hacer una comida en una finca de Gilberto con otros compa�eros de la f�brica,
pensaban invitar a mi padre, yo tambi�n pod�a ir, aunque no iban a invitar a las
mujeres. En este tiempo, no dejaba de tocarme, al tiempo me dec�a que estaba muy
guapo y que ten�a una piel muy suave.
Al final llegaron mis padres, efectivamente estaban comprando
y llegaron cargados de bolsas. Saludaron a Gerardo y este le cont� a pap� el
motivo de su visita. Que yo tambi�n estaba invitado le sorprendi� a mi padre y
puso mala cara en un primer momento, pero mam� dijo que deb�a llevarme as� me
distra�a un poco y se me pasaba la rareza que iba arrastrando en los �ltimas
semanas. En el fondo ella tambi�n quer�a quedar libre porque as� iba a pasar el
d�a con unas primas a las que mi padre no tragaba.
La finca estaba a unos 40 km. de la ciudad por lo que fuimos
en nuestro coche, pasamos a recoger a Gerardo a su casa y a otro compa�ero en su
misma calle. Salimos a las 8 de la ma�ana de casa y llegamos hacia las 9. Fuimos
los primeros, excepto Gilberto que estaba ah� desde el d�a anterior. Se trataba
de una casita rodeada de campo y algunos �rboles, situada en las afueras de un
pueblo muy peque�o, parece que la compr� para pasar los fines de semana con su
mujer, pero qued� viudo al poco tiempo. Ten�a dos hijos ya casados y algunos
nietos, pero la relaci�n no deb�a ser muy buena porque dijo que si no lo
visitaban los amigos, siempre estaba solo. Nos recibi� con un eslip y una
camiseta, no hac�a calor todav�a a esa hora, pero �l estaba dentro de la casa,
seguramente se habr�a levantado hac�a poco.
Al los pocos minutos llegaron otros dos coches, con siete
hombres m�s y el hijo de uno de ellos, el chico tendr�a unos 15 a�os y se
llamaba Francisco Alberto, Fran para los amigos. Tambi�n en uno de estos coches
lleg� David. Todos llev�bamos ropa ligera, pantal�n corto y una camiseta,
desayunamos un poco con caf�, leche y algunas pastas. Luego dijeron de ir a dar
un paseo por el campo y salimos en manada andando por un camino hasta llegar a
un peque�o r�o, alguno propuso darse un ba�o, entonces Gilberto nos hizo andar
un poco m�s para llegar a un lugar que quedaba escondido detr�s de los �rboles,
as� el que quisiera se pod�a ba�ar desnudo. Por cierto, al llegar hab�a unos
ni�os completamente desnudos, cuando nos vieron empezaron a taparse, pero
Gilberto que los conoc�a, les dijo que no hac�a falta que se marcharan, "voy con
unos amigos y todos somos hombres", los chicos, eran tres, sonrieron y quitaron
las manos que tapaban sus vergas dejando ver unas cositas peque�as, pero mirando
al cielo. Parece que ten�an confianza con Gilberto porque se desnud� e hicieron
muchas bromas, en el agua se agarraban, se sub�an encima, etc. Algunos otros se
quitaron la ropa tambi�n y se echaron al agua. Mi pap� y otros dos se tumbaron
sin desnudarse tomando un poco el sol. Yo no sab�a qu� hacer, pues el agua me
daba un poco de miedo, pero tampoco quer�a permanecer sin hacer nada. Fran
parece que no se decid�a y su padre le dijo que si no iba a ba�arse, que al
menos jugara un poco conmigo. Uno de los ni�os que se estaban ba�ando propuso
acompa�arnos a descubrir no se bien qu�. Por una parte me sent�a bien
contemplando vergas, pero tampoco me disgustaba la idea de hacer amistad con
Fran, as� que nos fuimos. El ni�o que nos acompa�� dijo llamarse Pablo, se
coloc� unos calzoncillos bastante viejos, blancos pero sucios. Al andar se pod�a
ver sus huevecitos saliendo por los costados. Fran era muy t�mido, me pregunt�
algunas cosas, pero enseguida acab� nuestra conversaci�n, en cambio Pablo era
muy parlanch�n, no dejaba de contarnos cosas sobre el pueblo, los otros chicos
que eran sus primos, etc. En un momento Pabl� se par� y nosotros lo miramos
interrogando, entonces sac� su verga y se puso a orinar. No era ninguna novedad
su verguita, pero tanto Fran como yo no dej�bamos de mirarla y entonces nos dijo
que ya que mir�bamos su miembro, �l tambi�n quer�a ver en nuestro. Yo no puse
inconveniente, me baj� un poco el pantal�n, saqu� la verga y empec� a orinar.
Fran hizo lo mismo y Pablo se la agarr�, supongo que fue a la suya porque era
m�s grande que la m�a. En un momento est�bamos los tres con la verga del otro en
la mano y de la mano pas� a la boca. Nos acomodamos bajo un �rbol y pasamos un
buen rato chupando y lamiendo, Fran nos tocaba el culo y met�a un dedo en
nuestros agujeros. En un momento dijo que se la quer�a meter a alguien. En mi
culo no hab�a entrado todav�a nada m�s que alg�n dedo, en cambio Pablo, pese a
ser un a�o m�s joven, ten�a bastante experiencia y se mostr� encantado de ser
enculado. La polla de Fran era grande comparada con las nuestras, pero mucho
menos que las que hab�a visto entre los amigos de mi padre. Ya los tres sin
pantalones ni calzoncillos, Pablo se puso en cuatro patas y abriendo las nalgas
mostrando bien su agujerito. Fran empez� a pasarle la lengua y a escupir, en un
momento se retir� para preparar su aparato y entonces fui yo el que pasaba la
lengua intentando entrar en aquel agujero rosadito. Fue la primera vez que vi
una enculada, delante de mis narices, Fran se foll� a Pablo, y cuando se corri�
dej� por un momento el balanceo, se qued� quieto unos instantes, luego se retir�
poco a poco, vi un gran agujero abierto donde la leche se sal�a. La verga de
Fran estaba h�meda con una ligera capa de leche y alguna sustancia marronosa. Se
la limpi� primero con una hojas y luego con el calzoncillo de Pablo.
Satisfechos nos vestimos y emprendimos la marcha, supongo que
de regreso donde se hab�an quedado los otros. El peque�o Pablo unicamente
llevaba puesto el calzoncillo y era el encargado de guiarnos, no se si porque lo
sab�a o por pura casualidad, pasamos al lado de unos zarzales y escuchamos unos
gemidos al otro costado. Ya imagin�bamos lo que estaba pasando, pero nos
sorprendieron los protagonistas. Nos acercamos en silencio buscando un agujero
para mirar, y lo que vimos fue a Gilberto y al padre de Fran en plena
penetraci�n a los dos chavitos primos de Pablo. Esto nos excit� a todos y de
nuevo sacamos nuestras vergas para masajearlas un poco. Fran ya sab�a de las
inclinaciones de su padre, pero nunca hab�an hablado de ello, era tab� tocarlo,
pero hab�a libertad de hacer lo que a cada uno le ven�a en gana. Ve�amos a los
hombres mayores en un movimiento de caderas enterrando completamente su palo en
el culo de los ni�os, el goce de estos deb�a ser grande por los gemidos que
pegaban. Y cuando acabaron, el grito de los mayores debi� o�rse a bastante
distancia. Completamente desnudos desaparecieron, nosotros los seguimos en la
misma direcci�n y sorprendentemente pasados unos matorrales nos encontr�bamos ya
junto a los dem�s, los que se ba�aban en el r�o y los que tomaban el sol. Me di
cuenta de que todo lo hicieron casi a la vista de todos, por lo tanto el sexo
deb�a ser "normal" entre aquel grupo de amigos. Al llegar percib� que los
protagonistas del acto anterior se estaban lavando en el r�o muy animadamente,
unos frotaban a los otros y todas sus vergas estaban mirando al cielo. El resto
de adultos, unos segu�an estirados en unas rocas y otros se ba�aban o jugaban en
el agua; pero no vi a mi padre ni a David. No sab�a si preguntar, pues pensaba
que pod�an estar por ah� cerca d�ndose placer uno al otro. Sin embargo, al ver
que pasaba el tiempo y no llegaban le pregunt� a Gerardo. Este me contest� que
se hab�an adelantado a la casa para preparar algo de comida.
Al mediod�a, empezamos a recoger las cosas y nos marchamos de
regreso a la casa d�nde nos esperar�a una sabrosa comida, al menos es lo que
pensaba. De los tres chiquillos nos despedimos con un beso a cada uno, algunos
de forma m�s efusiva.
Llegamos a la casa, Fran y yo nos hab�amos adelantado unos
metros y entramos sigilosamente porque yo pensaba sorprender a pap� en la
cocina. Pero all� no hab�a nadie, ni rastro de comida preparada. Entonces
escuch� un ruido en el piso superior, sub� y lo que v� fue a David completamente
desnudo intentando orinar parado delante del wc, al mismo tiempo o� a mi padre
que le dec�a desde una habitaci�n"d�chate tu ahora, nosotros simplemente nos
limpiamos un poco con la toalla porque esta gente est� ya llegando y�." no
escuch� m�s porque tem� ser descubierto y baj� las escaleras intentando no hacer
ruido. Todos ya hab�an entrado por la puerta y cada uno se sentaba en el sof� o
en alguna silla intentando descansar. Al poco rato, alguien bajaba las
escaleras, era pap�, pero no iba solo ni con David, sino que lo acompa�aba otro
hombre del grupo, pero al que yo no hab�a encontrado en falta. Sin duda lo que
hizo mi padre fue a tres banda, pues me acord� de lo que escuch� minutos antes
"d�chate tu ahora nosotros simplemente nos limpiaremos un poco�.".
Entre el anfitri�n y algunos m�s, se encargaron de hacer una
barbacoa, comimos y aquel d�a no pas� nada m�s importante. De regreso, Gerardo
se coloc� detr�s conmigo, creo que hab�a bebido bastante vino y andaba un poco
alegre, no paraba de tocarme la barriga y, en ocasiones, su mano se dejaba caer
un poco m�s abajo. Antes de llegar, le dijo a mi padre que parara, que se estaba
meando y antes de que el coche se detuviera, el ya se hab�a sacado la verga del
pantal�n. Solo bajo �l y despu�s de una larga meada, reemprendimos el viaje.
Tener aquella verga junto a m�, ya no esta tan excitante como lo hubiera sido
unos meses atr�s, ahora ya el aliciente no era ver rabos, sino degustarlos, y
as� me convert� en un extraordinario "chupapollas". Bueno, que me hice un adicto
a la carne�. de macho.
Las cosas no acabaron ah�. Lleg� el verano y fue
relativamente tranquilo, pero al empezar el curso escolar�.. Ser� otro relato.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 2
Media de votos: 10.00
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Me iniciaron los colegas de mi padre (2)
Leida: 2800veces
Tiempo de lectura: 9minuto/s
|