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El domingo era el cumplea�os de la madre de Alejo y fuimos,
casi sin dormir, a almorzar con ella.
Cuando ibamos para su casa Alejo me dijo:
-Parece mentira, el viernes era virgen y hoy ya estoy cansado
de coger. Eulogia es insaciable, te juro que no doy m�s. No te imaginas la
siesta que me voy a hacer.
A mi me pasaba lo mismo, no ve�a el momento de usar la cama
s�lo para dormir.
Cuando a la tarde volv� a casa estaba de visita Yolanda, una
prima de Eulogia que hab�a venido a Buenos Aires por unos d�as. Me alegr� porque
as�, ocupada en atenderla, me dejar�a descansar. Enseguida me d� cuenta que
estaba equivocado. Estaba tomando un caf�, cuando a boca de jarro Eulogia dice
con toda intenci�n:
-Jorge, le estaba comentando a Yoli lo lindo que haces el
culo y ella anda con ganas de que se lo desvirgen �le har�as ese favor?
Claro que se lo har�a. Yolanda estaba fuertisima, era
bastante parecida a Eulogia. No ten�a tan grande las tetas, era m�s delgada pero
en cuanto a culo no se quedaba atr�s.
-S�, pero ahora no doy m�s, si me dan tiempo para reponerme.
-Seguro chiquito, anda a acostarte y descans� mientras
charlamos. Tenemos mucho para contarnos.
Cuando me despert� ya era de noche, hab�a dormido bastante y
tan profundamente que me sent�a totalmente recuperado y listo para cumplir la
misi�n encomendada.
Las encontr� de lo m�s entretenidas tortilleando. En aquella
�poca el lesbianismo, tanto como la homosexualidad, eran pr�cticas condenadas
por la sociedad. Verlas chupandos� las conchas mutuamente me caus� cierto
resquemor, pero a la vez me calent� muchisimo.
-A falta de pan, buenas son tortas -dijo riendos� Eulogia y
palpandom� la poronga dura debajo del calzoncillo, agreg�- Pero mir� que pedazo
de pija tenemos ahora
-�Eso me va a meter en el culo? -pregunt� austada Yolanda
cuando me vi� la poronga- Me va a reventar, es muy gorda y larga. Creo que ni en
la concha me entra.
-Hay, pero no sab�s lo linda que se siente adentro -le dijo
Eulogia- �No te vas a arrepentir ahora, no?
No se arrepinti� aunque estaba dubitativa. Despu�s de la
enema, cosa que no le gust� mucho, Eulogia se encarg� de toda la preparaci�n.
Empez� chupandol� la concha y cuando Yolanda se puso a ton�, sigui� con el culo.
Empapado por la saliva ya se estaba relajando, ah� hizo el trabajo de los dedos.
Primero uno, despu�s dos. Mientras tanto, para que se fuera acostumbrando, se la
puse en la boca y me la empez� a chupar, cosa que hac�a con mucho empe�o y muy
bien. Cuando el orto estuvo a punto, Eulogia me dijo que se la metiera.
Al principio Yolanda estaba tensa y recul� un poco, pero con
suavidad se la fu� acomodando y cuando se di� cuenta la ten�a casi toda adentro.
Sent�a en la pija los latidos del ojete y me volv�a loco. Empez� a acabar,
ayudada por la paja que le estaba haciendo Eulogia, se fu� relajando y al final
termin� pidiendome que no se la sacara nunca. Reci�n se la saqu� despu�s de
vaciarle tal cantidad de esperma que le produjo un pedo de leche interminable.
Tan enloquecida qued� que quer�a seguir cogiendo. Eulogia la
entretuvo un rato haciendo un 69. Yo me puse de nuevo a tono y le hicimos un
servicio completo a duo, impresionante, yo por la concha y Eulogia dandol� con
los dedos por el orto. Termin� pidiendo clemencia, despu�s de cinco o seis
orgasmos, pero tan satisfecha que no dejaba de abrazarnos y besarnos.
-Gracias, nunca goc� tanto como hoy. Ten�as raz�n, -le dijo a
Eulogia- la poronga de Jorge es sensacional. Espero disfrutarla siempre que
venga a Buenos Aires, si Eulogia no se pone celosa, por supuesto. Desde ya que
si vas a San Luis, mi cama est� disponible -me dijo provocativamente.
Despu�s que Yolanda se fu� todav�a tuve que calmar a Eulogia,
se hab�a calentado tanto que no la paraba nadie. Por suerte despu�s de un
poderoso polvazo que saqu� no se de donde se tranquiliz� y pudimos descansar. Yo
ya ten�a la pija insensible y no quer�a saber m�s nada de garcha.
(continuar�)
PD. Escucho halagos y cr�ticas. Escribanme.