Mi nombre es "puta-cerda609". Casi no recuerdo como me
llamaban antes, cuando a�n ostentaba el rango de persona...creo que Mar�a, o
algo as�.
Desde hace unos ocho a�os he ido perdiendo progresivamente
todos mis derechos como ser humano y me han ido convirtiendo en lo que ahora
soy: un trozo de carne con tres agujeros, para uso, abuso y disfrute de machos
de toda raza o especie. Mejor dicho, soy lo que mis Amos quieran que sea, seg�n
su capricho. Y digo mis Amos, porque pertenezco a dos concretamente. Bueno, hay
tambi�n un cornudo esposo con el que me cas�, que fue qui�n me inici� en la
esclavitud cuando a�n �ramos novios, y quien me entreg� a mis Amos. �l tambi�n
les sirve, como criado, y nuestro matrimonio no tiene ning�n efecto, ya que soy
Propiedad exclusiva de mis Due�os. A veces le permiten montarme o lamer la leche
que sale de mi co�o cuando me lo llenan mis Amos o alguno de sus amigos, aunque
habitualmente le obligan a mantener castidad absoluta mediante un cintur�n de
castidad que le impide tener erecciones.
Durante un periodo tiempo me usaron como una puta. Aunque,
seg�n mi cada vez m�s corto entender, ni siquiera creo que en mi estado actual
se me pueda catalogar como tal. Supongo que una puta debe ser una hembra
atractiva destinada a dar placer a los hombres. Pero, despu�s de las vejaciones
y deterioro que ha ido sufriendo mi cuerpo a lo largo de estos a�os, mi aspecto
no creo que resulte atractivo mas que para algunos degenerados de mente
retorcida y perversa. Por eso creo que pronto me cambiar�n el nombre. De hecho
creo que lo acortar�n, dej�ndolo simplemente en cerda609.
Y es que han ido eliminando en m� todo aquello que han
considerado superfluo o inc�modo para su forma de usarme o humillarme, a�adiendo
otros elementos que en cambio han considerado �tiles para sus objetivos.
La primera gran vejaci�n que cometieron conmigo fue
"vaciarme" por dentro. Dec�an que para evitar que una basura como yo pudiera
procrear. Me llevaron a un ginec�logo chino clandestino, y en el s�tano de un
sucio restaurante me extirparon los ovarios, y con ello mi dignidad femenina. En
pago a sus servicios, el "doctor" pudo despacharse a gusto conmigo antes de la
operaci�n. Pero esa historia la contar� m�s adelante.
Otro "doctor" fue el encargado de arrancarme las u�as de
manos y pies. Mis Amos alegaron que a veces les ara�aba con ellas, bien cuando
les hac�a pajas o al intentar rebelarme ante lo que ellos llaman "tratamientos
severos". Lo hizo tan bien que no me han vuelto a crecer, ni creo que lo hagan.
Cualquier rastro de vello en mi cuerpo tambi�n ha
desaparecido. Llevo la cabeza totalmente afeitada, el co�o, culo y axilas
depiladas, e incluso me han quitado las cejas. Y periodicamente uno de mis
Due�os se encarga del depilado de pesta�as una a una. A veces me ponen pelucas y
pintan sobre mis ojos grotescas cejas, solo para divertirse.
Pero no quedan ah� los cambios provocados en mi cuerpo. Un
"muy reputado" odont�logo fue el encargado de arrancarme una a una, a lo largo
de varias sesiones, todas mis piezas dentales, de tal forma que ahora soy
considerada por mis Amos una excelente mamadora de rabos. La cerda desdentada,
dicen, ya no tendr� que preocuparse de no hacer da�o con los dientes a la polla
del macho que se la "enchufe" en la boca. Las violaciones bucales son, despu�s
de aquello, salvajes. Las pollas entran y salen de mi boca con la misma
facilidad que de mi co�o o ano, sin obstrucci�n de ning�n tipo. Cuando termin�
el trabajo, el dentista, supongo que orgulloso de su obra, tuvo a bien regalarme
una copiosa meada que tuve que tragar y agradecerle m�s tarde sus servicios con
un coito oral completo. Desde entonces solo como papillas, cuyo contenido
desconozco, que me prepara un viejo encargado de mi mantenimiento, a las �rdenes
de mis Amos.
Para completar el pat�tico aspecto de mi cara, un cirujano
pl�stico me extrajo el cart�lago de mi tabique nasal, y lo sustituy� por un
grueso aro de metal, del que mis Amos tiran transport�ndome as� como vulgar
ganado. Al fin y al cabo eso es lo que soy, una sucia res. Otras veces, mediante
unos ganchos nasales que unen a un collar de perro, a la altura de la nuca
mediante unas gomas, me estiran las aletas de la nariz hacia arriba abri�ndolas
completamente al no imped�rselo el tabique nasal. El labio superior se me
levanta mostrando lo que en otro tiempo eran mis enc�as. Realmente la cara de
cerda que se me pone me hace convencerme cada vez m�s de que en realidad lo soy.
El resto de mi cuerpo est� tambi�n bastante machacado. Mis
pezones, alargados e hinchados por el uso y castigo, lucen dos aretes. Mis
tetas, est�n algo caidas, aunque creo que todav�a soy bastante joven, y
habitualmente llenas de moratones y marcas. Mis labios vaginales, los mayores,
tambi�n est�n taladrados por aros, y bastante alargados por el uso. Los labios
menores me fueron amputados. De todas formas eran peque�os, y no serv�an para
colgar pesas, seg�n mis Amos. Mis agujeros inferiores, co�o y ano, han sido
dilatados al m�ximo, ofreciendo a simple vista el interior de mi asqueroso
cuerpo.
Por lo dem�s, tengo una marca a fuego en mi nalga izquierda,
con el "hierro" de mis Amos, TR. Completan mi aspecto quemaduras de cigarrillos
y marcas de vara, al margen de m�ltiples hematomas que cubren toda mi piel, en
distintas partes, y un tatuaje en mi pubis con mi nombre: "puta-cerda609".
Pero se preguntar�n c�mo una chica de 22 a�os (ahora tengo
30) puede llegar hasta este extremo de degradaci�n sexual y personal, que excede
todos los l�mites sexuales habituales, hasta el punto de perder la noci�n de la
realidad, la dignidad personal y la propia autoestima, entreg�ndose sin
condiciones a todo tipo de abusos f�sicos y psicol�gicos. La respuesta es
sencilla: por el puro placer de sentirme esclava, aunque el proceso ha sido
lento y no exento de dificultades.
Por orden de mi Amos, me dispongo a relatarles la historia
completa de mi transformaci�n de chica joven y guapa (eso dec�an) a sumisa,
esclava, puta barata, cerda engrasada, saco de cuajo, retrete con co�o, bola de
sebo, carne de apaleo, cenicero con co�o, fulana con tres co�os, funda de rabos,
furcia de relleno, perra de apareo, vaca de monta, marrana pelada, ramera
traganabos, orinal de tres plazas, mamona multiusos... y otros apelativos con
los que actualmente me regalan mis leg�timos Propietarios y Due�os de mi cuerpo
y mi voluntad.
Esta es mi historia:
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Continuar� ...
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