Me qued� dormido en sus brazos. Sin importar qu� pasara o
quien viniera a casa. Dorm� pl�cidamente hasta que la luz del sol me despert�.
Me levant� confuso, desconcertado. Me puse de pi� enseguida y pens� en que Dani
habr�a llegado y me encontrar�a con Santi, pero me di cuenta de que estaba en mi
habitaci�n. Al parecer me hab�a llevado en brazos a mi habitaci�n y me hab�a
acostado. Sonre� sin poder contenerme. Me vest� y me dirig� a la cocina a comer
algo. Ya era la hora de comer, hab�a dormido toda la ma�ana sin darme cuenta.
Prepar� una comida r�pida para Santi y para m�. Supon�a que mi hermano estar�a
demasiado cansado como para levantarse a comer.

Llam� a Santi bajito, pero nadie me respondi�. Extra�ado me
asom� a la habitaci�n de invitados y encontr� que estaba vac�a. Solo hab�a una
nota que dec�a que se hab�a ido a la ma�ana y que no se hab�a despedido por que
estabamos dormidos.

Lo entend�, pero algo se cay� a pedazos dentro de m�. �Qu�
significaba yo para �l? �Uno m�s? Me sent� en la cama y suspir�.

�Acaso pensaba que se quedar�a a vivir conmigo o que? Igual
estaba confundido, como yo. Pero no me lo cre�. �l no estaba confuso, Santi era
mayor que yo y yo ni siquiera ten�a los 18. �Porqu� tendr�a que quedarse
conmigo?

Me reconcom�an las dudas, las preguntas. Estaba indeciso y no
sab�a a quien acudir. Mis amigos me ca�an bien, pero entre tu y yo, solo eran
amigos para salir de fiesta. No confiaba en ellos como para contarles algo tan
intimo. Pens� en pasar de todo y olvidar todo lo ocurrido. Sin embargo �C�mo
olvidar aquello? El d�a pas� y yo segu�a tan confuso como antes.

�Lo pasaste bien con �l? Es muy majo, verdad?

Me atragant� un poco y respond� que era muy majo y que nos
entretuvimos mucho. Lo cual era cierto.

El resto del d�a transcurri� tranquilamente y los d�as
pasaron, el s�bado intent� desfasar un poco, pero el pensar en Santi me quitaba
el rollo. No me hab�a llamado, ni siquiera me hab�a mandado un mensaje al m�vil.
Los d�as pasaron lentamente, las clases comenzaban y yo segu�a tanto o m�s
confuso que antes. Lo sab�a, sab�a que era gay. S�, bien �y ahora qu�? �Qu�
har�a? No pod�a contar con nadie. Y eso me hac�a sentir solo. Clase nueva, gente
nueva y un viejo amigo de mi cuadrilla en mi clase. Por lo menos me entretendr�a
con alguien.

Segu�a sin tener noticias de Santi as� que decid� dar el
primer paso, aunque me mor�a de verg�enza (Y quien no se sentir�a as�). Pregunt�
por el a mi hermano. Pero no saqu� nada interesante de �l. Segu� insistiendo
hasta que harto me dio el numero de su m�vil y me mand� a fre�r esp�rragos.
Aveces la familia tiende a ser muy cari�osa...

Atolondrado me volv� a mi habitaci�n con el numero en una
mano y el m�vil en otra. Me qued� varios minutos en la babia ( estoy seguro de
que podr�a haber pasado un elefante volando y no me abr�a enterado).

Solo pensaba en el numero de tel�fono y en el m�vil. Me
pregunt� si val�a la pena llamarle. Y me tach� de tonto ante esa pregunta. Claro
que val�a la pena.

�Qu� quer�a? A �l. ya. Pero eso no era excusa para llamarle,
�no? Quer�a escuchar su voz, sentir sus manos, su piel.

Nos despedimos y yo me qued� mirando hipnotizado el tel�fono.
Realmente ahora que lo recuerdo parec�a realmente est�pido. Supongo que todo
parece as� cuando pasa tiempo.

Me arregl� a conciencia. Me duch�, me puse colonia (cosa que
no utilizo normalmente) y me vest� con mi ropa favorita. Respir� hondo y esper�.

�l estaba muy guapo, sonr�a ampliamente. Nos saludamos y
hablamos unos minutos de cosas sin importancia. Hasta que me arm� de valor.

Caminando llegamos a una cafeter�a, entramos y pedimos unos
caf�s. Hablamos de m�, de �l. de mis gustos de los suyos. De lo que pas�.

Mientras su mano se acerc� a mi muslo y lo acarici� con mimo.
Apret�ndolo ligeramente. Con cada apret�n sub�a la mano un poco m�s arriba. Yo
me dej� hacer, solo miraba sus ojos y me perd�a en ellos.

Levant� la mano un poco y la coloco en mi entrepierna, apret�
ligeramente. Yo me estremec�. Miraba nervioso alrededor para ver si alguien se
daba cuenta de esto. A nadie parec�a importarle. Su mano desabroch� mi pantal�n
y meti� su mano dentro. Estaba helada, pero no me import�. Como lo deseaba... Mi
verga se despert� como con un resorte y se levant� de inmediato. Santi me sonri�
p�caramente.

Su mano entr� en mis boxers y liber� de su encierro a mi
verga. Esto me asust�. Alguien pod�a vernos. Pero Santi segu�a a lo suyo. Agarr�
mi miembro y empez� a subir y bajarla. Contuve la respiraci�n un momento para
soltar un suspiro luego. Su mirada ladina se junt� con mi mirada que estaba
entre desesperadamente asustada y viciosamente lujuriosa. Aument� la velocidad.
Yo hac�a verdaderos milagros para que nadie escuchara mis gemidos. La otra mano
de Santi desapareci� debajo de la mesa con un pu�ado de servilletas. Se acerc�
mas a m�. Me hizo bajar la cabeza y apoyarla en la mesa. Yo me mord�a los labios
desesperadamente. Mi respiraci�n se agitaba, era una locura. Estabamos en una
cafeter�a. Y con ese pensamiento tuve uno de los mejores que recuerdo hasta
ahora. Santi utilizo las servilletas para depositar ah� todo mi semen. Yo
descans� con la cabeza encima de la mesa.