Relato: Real como la vida misma
Soy una mujer de 62 a�os, viuda y jubilada ya que toda mi vida trabaje, paso muchos ratos en Internet leyendo relatos er�ticos, por lo que me decido a contar lo ocurrido hace cuatro a�os, contaba 58 a�os.
Me llamo Teresa y me cas� muy joven, con 20 a�os tenia a mi hijo Juan, nombre que le pusimos en recuerdo de mi abuelo.
Yo siempre observe que mi hijo ya con 16, 17 a�os cuado tenia ocasi�n me observaba, y yo para confirmarlo andaba ligerita de ropa por casa y efectivamente Juan me viraba con disimulo, a lo cual yo me sonre�a.
Juan era muy buen estudiante y con 25 a�os estaba en una gran empresa, que lo destino a una provincia lejana de la nuestra.
Su padre y yo segu�amos en nuestra provincia con nuestros trabajos, yo era secretaria en unos grandes almacenes.
Cuando yo contaba 48 a�os mi marido sufri� un accidente y falleci�, mi hijo estuvo unos d�as con migo hasta que volvi� a su trabajo, fueron unos d�as dur�simos pero la vida sigue y de nuevo me reincorpore a mi trabajo.
En los a�os siguientes tuve un par de relaciones de las que se dice espor�dicas, de unos d�as, pero no cuaj� ninguna, siempre fui una mujer ardiente, y hoy con 62 a�os lo sigo siendo, as� que me arreglo sola.
Hace casi cinco a�os, cuando contaba yo 57 camino de 58 me llam� mi hijo, que con 38 a�os segu�a sin novia:
.- Mam�, me env�an para mi ciudad, no se cuando pero vuelvo.
.- Hijo no sabes lo que me alegro.
Charlamos un buen rato y yo estaba loca de contenta, as� que su antigua habitaci�n le estaba esperando.
Pasaron unos meses y mi Juan volvi� a casa, nos abrazamos como locos, incluso lloramos abrazados nuestra alegr�a era enorme.
Pasaron los d�as y �ramos los seres mas felices del mundo, siempre me abrazaba con fuerza, si yo llegaba primero o el llegaba primero nos recib�amos con fuertes abrazos, siendo muy cari�oso.
Un s�bado yo me met� a duchar, serian las 10 de la ma�ana, ya que los s�bados y domingos sol�a dormir un poco m�s, cuando sal� del ba�o envuelta en una toalla me lo encontr� en el pasillo solo con su slip, y sin mas me abraza y me dice:
.- Mama, que alegr�a estar en casa.
.- Lo se cari�o, soy la madre m�s feliz del mundo.
.- Que bien hueles.
.- Hijo acabo de ducharme.
Seg�n me ten�a abrazada me levant� en vilo y dio unas vueltas.
.- Para bruto, que me vas a tirar.
.- Anda miedica.
Cuando par� y me dejo en el suelo me solt�, y entonces me call� la toalla y me qued� desnuda delante de �l, muy r�pido cog� la toalla y me fui corriendo a mi habitaci�n.
Des pues de comer est�bamos viendo la tele y me dijo:
.- Mama, nunca tuviste ning�n pretendiente despu�s de la muerte de papa.
.- Hijo, estuve muy bien sola, �Por qu� lo dices?
.- Es que con el cuerpo que tienes es raro que ning�n hombre lo intentara.
.- Anda, no seas pelota.
.- Te lo digo en serio, a tus 58 a�os eres todav�a una mujer muy atractiva.
.- Cari�o, los a�os no perdonan.
Pasaron unos meses y mi hijo segu�a tan cari�oso, hab�a veces que nuestros abrazos se prolongaban, pero yo lo disfrutaba, as� que segu�a la corriente.
Un d�a me dice:
.- Mama, la empresa abre una sucursal en Valladolid, y nos invita un par de d�as con todo pago, te apetece venir conmigo.
.- Pero que d�as son.
.- El martes y mi�rcoles de la semana siguiente.
.- Hablare con mi jefe haber si me da los dos d�as.
Al d�a siguiente se lo dije a mi jefe y me dijo que lo que necesitara, que no hab�a ning�n problema.
As� que el lunes a la tarde nos encaminamos hacia Valladolid, nos instalamos en el hotel y salimos a cenar, a un restaurante que mi hijo conoc�a, cenamos muy bien con un buen vino, estuvimos charlando un buen rato tom�ndonos una copa, y sobre la una nos dirigimos al hotel, unos metros antes de llegar al hotel hab�a una discoteca y mi hijo me dice:
.- Entramos y tomamos la �ltima.
.- Cari�o, no es un poco tarde.
.- Anda que ma�ana la presentaci�n es la las doce, podemos dormir hasta esa hora.
.- Como quieras.
Entramos y nos acomodamos en una mesa cercana a la pista, pedimos unas copas y charl�bamos, la iluminaci�n digna del lugar, no se ve�a a m�s de un metro.
.- Cuanto hace que no bailas.
.- Ni me acuerdo.
.- Venga, vamos a bailar.
Cos encaminamos a la pista y comenzamos a bailar, me abrace a mi hijo y bailamos, termin� la pieza y seguimos abrazados y sin movernos, yo con mi cabeza apoyada en su pecho, comenz� la siguiente y de nuevo comenzamos a movernos.
Fueron varias piezas las que pasaron y siempre abrazados, en una pieza lenta pude sentir la erecci�n de mi hijo, yo me sonre� y segu� pegada a �l, pod�a sentir en mi vientre su erecci�n, yo estaba en otro mundo, me quer�a separar pero era incapaz, me estaba excitando, me apret� contra �l, y para colmo �l me beso en el cuello, estaba loca, pero segu� pegada a �l.
Pas� un buen rato y le dije:
.- Cari�o, v�monos estoy cansada.
.- Como quieras mama, bailamos un par de piezas y nos vamos.
Bailamos dos piezas m�s, pegados como lapas, estuve a punto de tener un orgasmo, me besaba en el cuello yo ya no pod�a m�s.
Nos encaminamos al hotel, ten�amos las habitaciones seguidas, y entramos en mi habitaci�n.
.- Cari�o vamos a dormir para estar descansados para ma�ana.
.- Bueno, dame un abrazo.
Nos abrazamos y de nuevo empez� a besar mi cuello, creo que las copas estaban haciendo su efecto o yo lo deseaba pero nos besamos como locos, y estuvimos toda la noche follando como locos, no recordaba una noche de tanto follar desde mi viaje de boda, a la ma�ana hablamos.
.- Hijo esto no puede ser, es una locura.
.- Mama, somos t� y yo, solo t� y yo, porque no disfrutar.
.- Cari�o, somos madre e hijo.
.- Mama, esto nadie lo sabe, disfrutemos de ello.
.- Cari�o estamos locos.
Hoy tengo 62 a�os y estoy jubilada, mi hijo 42, y seguimos follando como locos, pero como verdaderos locos, como digo llevo cuatro a�os como en mi viaje de boda.
No se si esta mal o bien, lo que si se es que con 62 a�os follo m�s que de 30.