Mariana es una deportista innata, su deporte es el tenis, lo
juega desde muy peque�a, es todo para ella, su mundo gira en y por el deporte,
su padre le inculco la idea fija de que hay que ser una ganadora siempre, no
importa los medios, que los que terminan segundos no pasan a la historia.

As� ella siempre lucho para estar en la cima, pon�a todo de
s� para lograr la victoria, su meta era ser la numero uno, costare lo que
costare.

Pero las cosas no eran tan f�cil, no bastaba ser
perseverante, hacia falta una gu�a profesional, que la llevara al sendero del
�xito, ya tenia 19 a�os y se estaba sintiendo vieja para lograrlo sin ayuda.

Comenz� a preguntar por los entrenadores que hab�a en el
circuito, alguno podr�a dar en lo que ella precisaba para lograrlo. Los mas
renombrados que estaban disponibles, ten�an muchas pretensiones que ella aun no
pod�a pagar, los otros ten�an compromisos firmados por un largo tiempo, todo
esto desesperaba a Mariana que ve�a como el tiempo avanzaba y no lograba nada.

Un d�a que estaba participando de un torneo del ATP, en
Europa, vio como una de sus colega, le preguntaba a otra sobre cierto
entrenador, alcanza a o�r como lo alababan por llevar a todas sus pupilas al
�xito en muy corto tiempo, esto entusiasmo a Mariana, pues escucho que
recientemente hab�a abandonado a su ultima atleta, sin perder tiempo puso a una
de sus amistades a averiguar todo sobre ese gran entrenador y en cuando pudiera
que le concediera una entrevista.

Pasaron mas de tres semanas cuando su secretaria le avisa que
el entrenador en cuesti�n era Carlos Espinosa, de 40 a�os, que en la d�cada del
ochenta llego ser numero dos del mundo y por un accidente de transito tubo que
abandonar el deporte activo, pero que a los 30 empez� a entrenar a j�venes
deportistas, al principio de ambos sexo, pero que luego se especializo en damas.
Que El jam�s fue despedido y que si algo no le gustaba o su entrenado llegaba a
la cima lo abandonaba no importaba la cantidad de dinero que le ofrecieran.
�Bien- dijo Mariana � cons�gueme el numero de tel�fono, que quiero hablarle
personalmente.-

Mariana estaba entrenando en el club, cuando llego su
secretaria corriendo y agitando un papel, - �!Contesto!!, �!Contesto!!, El
Sr. Carlos contesto � Mariana toma el papel y ley�, " Srta. Mariana Smith,
en respuesta a su solicitud, tengo el agrado de comunicarle, que a quedado
dentro de las dos finalistas, es preciso realizar un ultimo tramite para poder
decidir, la cuesti�n es simple, solamente una entrevista personal, que se har� a
la brevedad en el lugar por Ud. Elegido. Esperando su pronta respuesta Carlos
Espinosa"

Viernes al anochecer , Mariana se presenta en el lobby de un
importante hotel 5 estrellas, solicita una mesa para reuniones y espera, esta
muy ansiosa , le han comentado que Espinosa es un tipo carism�tico y seductor
por naturaleza, y eso la intrigaba.

Se visti� de forma elegante pero a la vez bastante juvenil,
no ostentaba joyas, solamente un muy llamativo reloj de importante marca, estaba
ensimismada en sus pensamientos cuando

La reuni�n sigui� en forma muy agradable, conversaban de
cualquier tema, los dos buscaban conocerse para as� poder tomar una decisi�n,
Mariana observaba como estaba vestido Carlos, un fino y elegante sport, de
colores suaves, muy a tono para la hora, el tipo sabe vivir, pens� ella, sabe lo
que quiere y como conseguirlo, es seguro, tiene una claridad mental asombrosa y
una mujer joven como yo no lo acobarda, eso es muy bueno.

Finalizada la reuni�n donde ambos no bebieron mas que simples
jugos de naranja, se despidieron, d�ndole un beso en la mejilla �l le dijo casi
al o�do, me comunicare, Adi�s.

Pasaron 48horas cuando Mariana recibe el llamado telef�nico
que tanto estaba esperando, Carlos le avisa que tomo la decisi�n de tomarla como
pupila para entrenarla y llevarla al �xito, si aun estaba dispuesta a llevar
acabo lo que hab�a puesto en la solicitud, si es as�,a partir del lunes
comenzamos.

Los d�as pasaban de forma muy lenta para Mariana, las
formalidades de los contratos eran para ella, algo que nunca pudo soportar, ni
siquiera para los patrocinadores, que le daban las raquetas y el vestuario.

Lunes a la ma�ana, Carlos y Mariana se re�nen por primera vez
a trabajar juntos, �l le dice, -Bueno Mariana, de aqu� en adelante me
perteneces, tu vida esta en mis manos, aqu� comienza a ponerse en practica lo
que te ped�a. El sacrificio y el dejar todo de lado por alcanzar el
�xito, estas de acuerdo?- - Claro que si Carlos, es lo que m�s quiero
en la vida, no importa lo que pidas, lo har�- Contesto Mariana muy
segura de s� misma.

A las tres semanas ya Mariana notaba en si misma un cambio,
su estilo en el juego, estaba mas suelta y sus golpes eran m�s precisos, eso la
alentaba a seguir trabajando con mas ah�nco, en el primer torneo del circuito de
ese a�o, Carlos le da consejos para ganar a su oponente de forma contundente, al
lograrlo Mariana pone su fe siega en El, y decide hacer de ahora en mas lo que
el diga siempre.

A mitad de temporada y estando Mariana muy firme en su juego,
Carlos le dice que ahora empieza lo m�s dif�cil, pues el cansancio y los
oponentes m�s fuertes pondr�n a prueba su voluntad de ganar, y es muy f�cil
tirar la toalla, por eso desde ese mismo momento va a implementar su secreto
profesional, su incentivo de premios y castigos, Mariana lo mira sin entender
que es lo que quiere decir, lo que el pasa a explicarle, -Veras Mariana,
todos en la vida necesitamos un aliciente, un premio o un castigo, el dinero no
es todo, no siempre cumple el rol de incentivar a las personas, por eso a partir
de hoy, si pierdes, ser�s castigada, pero si ganas ser�s muy bien recompensada,
y a todo esto no puedes negarte, ni renunciar, pues ya firmasteis un contrato
que no puedes romper.-

Final del primer partido, Mariana gana el primer encuentro
con mucha dificultad, cuando se re�ne con Carlos este le dice que no estuvo muy
bien, pero igual la va a recompensar, que valla a descansar y luego se
encontraran en la cena.

Durante la cena Carlos le dice que tiene algo en el cuarto
del hotel, que valla subiendo, ya en la habitaci�n Mariana ve unos vestidos muy
lindos sobre la cama, eran prendas exclusivas de un afamado dise�ador, ella esta
mir�ndolas cuando entra Carlos con unas bebidas, le dice que se las pruebe ,
ella solamente lo mira, no sabe que contestar, El se le acerca y tom�ndola del
rostro le besa suavemente los labios, - Rel�jate por favor- le pide Carlos, me
gustar�a verte con esa ropa puesta, por favor, Mariana pens� que no costar�a
nada complacerlo, as� que tomo un vestido y fue al ba�o a cambiarse, cuando
sali� no vio a Carlos pero igual se sent� en la cama, el vestido de color
turquesa le llegaba 15 cm sobre Sus rodillas, en realidad era corto, como esas
falditas blancas que usaba para jugar, solo que ahora tenia puesta una micro
bikini, que apenas le cubr�a su parte intima, y no el bombachudo blanco de
deporte.

No se dio cuenta cuando Carlos se acerc� a ella, tom�ndola de
la espalda la arrecosto sobre la cama, y aunque quiso en un momento resistirse,
Mariana lo dejo hacer, �l puso su mano sobre la pierna de ella y empez� a
subirla, Mariana temblaba y no era de fri�, El tenia una suavidad y al parecer
una amplia experiencia en lo que estaba haciendo, su boca busco la de ella, y
simplemente la beso, sus lenguas jugaban en el interior de la boca, Carlos en un
momento rozo con suavidad sus pechos, estos se erizaron, los pezones estaban en
su limite m�ximo, por la mente de Mariana pasaban muchas cosas, pero todas eran
agradables, no recordaba cuando fue la ultima vez que tubo un contacto tan
cercano con un hombre, ya hacia mucho, y lo que estaba pasando ahora la
enloquec�a, sus instintos estaban a flor de piel, su entrepierna ya estaba
h�meda, las sensaciones eran indescriptibles, cuando bajo la mirada vio a Carlos
como le bajaba su ropa interior, su piel se electrizo, todo su ser esperaba el
contacto con su sexo, pero lo que vino a continuaci�n dejo a Mariana extasiada,
Carlos abri� lentamente las piernas de ella, acerc� su lengua a la entrepierna y
empez� a succionar el cl�toris, con una maestr�a que nunca en toda su vida
Mariana sinti�, no preciso mucho Carlos para hacer que Mariana tuviera su primer
orgasmo, fue casi sin querer, El quer�a que ella gozara un poco mas, ya con sus
fluidos corporales corriendo por su entrepierna, Mariana ped�a ser penetrada, El
no dec�a nada, bajo los breteles del vestido y empez� a jugar con su lengua en
los pezones, en forma circular , esto erotizaba a Mariana hasta el suplicio,
estaba as� uno o dos minutos y bajaba a su entre pierna, ella ya lo esperaba con
las piernas bien abiertas y eso facilitaba el trabajo de el , que con la ayuda
de los dedos separaba sus labios vaginales, y con su lengua chupaba todo sus
jugos. Con su segundo orgasmo Mariana pidi�, mejor dicho suplico ser penetrada,
quer�a sentir en su cuerpo ese miembro que se imaginaba maravilloso, Carlos
demostraba tan auto control, que desesperaba a Mariana, El simplemente dijo,
- Bueno Marianita, ahora voy a taparte los ojos, no te asustes, no es
nada malo, al contrario, te va a gustar.- Tomando un pa�o de una bolsa, El
le tapo los ojos con una gran delicadeza, la acomodo en la cama y le dijo que
separara bien los brazos y las piernas, y que se quedara tranquila, no era
doloroso, ya con los ojos vendados Mariana sinti� como Carlos amarraba sus
mu�ecas a la cama y lo mismo hacia con sus tobillos, esto la asustaba pero a la
ves la excitaba hasta extremos insospechados, para ella eran todos sentimientos
nuevos, cosas que la estaban enloqueciendo de placer.

Ya bien atada Carlos unto en su cuerpo alg�n tipo de aceite,
con un agradable olor, este aroma estimulaba a Mariana, la hacia mover
instintivamente las caderas, como si alguien la estuviera penetrando, El
solamente susurraba cosas agradables a su o�do, cuando Carlos ve�a que ella se
estaba relajando simplemente besaba sus pechos y acariciaba muy suavemente la
entrepierna, no quer�a que se enfriara, con su labios apenas humedecidos besaba
suavemente su cuello y mord�a casi sin querer el l�bulo de sus orejas, estos
cosquilleos provocaban en Mariana algo muy parecido a micro orgasmos, que
sensibilizaban todo su cuerpo.

Cuando pens� que morir�a de placer, Mariana sinti� como
Carlos con la mayor de las delicadezas introduc�a su pene en su vagina, esta
estaba tan lubricada, que la penetraci�n resulto extremamente f�cil, en
movimientos r�tmicos y controlados �l pon�a a Mariana el borde del estallido
orgasmico

El m�ltiple orgasmo que tubo Mariana fue antol�gico, quedo
tan agotada, que solo quer�a dormir, y fue lo que hizo.

Cuando se despierta ve a su secretaria parada a su lado en la
cama, con un vaso de jugo y una taza de caf�,

Continuara...