Relato: edgar gonzalez Al cabo de dos semanas despu�s de haber cargado y restregado por primera vez en su verga a su ahijadita Karen de todas las formas imaginables, la peque�a culoncita parec�a ignorar que estaba siendo utilizada sexualmente, pero eso a ella en su inocencia le gustaba, Don Jorge hab�a podido lograr lo que muchos hombres desear�an (su mas grande placer, tener a una ni�a tan peque�a y tan rica como Karen haci�ndole gozar a placer como nunca, un verdadero juguete sexual), todos los d�as andaba como un toro tan solo de recordar y pensar en aquella ni�a y no era para menos, se encerraba con la ni�a cada tarde en su habitaci�n por varias horas desahog�ndose en grandes venidas de semen en el cuerpecito de Karencita que tanto lo enloquec�a y sobretodo lo que mas adoraba su hermoso, parado y frondoso trasero de mujer en el cuerpo de una ni�a, mientras su mama abuela do�a Juanita trabajaba limpiando casas para darle de comer.
Siendo el lunes don Jorge plane� que ese ser�a el d�a que har�a mujercita a esa dulce y tierna nena de 7 a�itos, la penetrar�a por primera vez y quer�a gozar al m�ximo de la linda escolar de linda y fina cara, con tersa piel canela en todo su cuerpecito, ese d�a la ni�a llego despu�s del colegio y se puso su excitante y ya com�n faldita de delgadas telas que excitaba tanto a don Jorge porque el saber que ocultaban secretos y vivencias sucias entre �l un hombre maduro y una ni�a de primero de primaria que estaba siendo pervertida era mas que excitante, era el caos.
Ese d�a don Jorge en la fabrica andaba ansioso, esperando la hora de salida y llegar a �jugar� con su peque�a ahijada, que ya lo esperaba en su casa despu�s del colegio ansiosa de ser tocada y divertida por su maduro padrino.
Cuando llego tan solo pensar en como la penetrar�a tra�a la verga a mas no poder, cuando entr� a su casa, su esposa preparaba la comida, la ni�a lo recibi� con un fuerte abrazo y beso en la boca, el la cargo y la llevo con su madrina donde preparaba la comida, ese d�a le dijo a su esposa que podr�a tomar la tarde libre que se quedar�a en casa con Karen, que no tra�a hambre, al menos de comida, porque de comerse a la ni�a tra�a bastante.
Su esposa ante lo cari�oso que se comportaba con la ni�a sospechaba de sus sucias intenciones con la ni�a y le dijo: Jorge te has enamorado de Karen como si fuera tu verdadera nieta, la llevas a todas partes y ella esta cada vez mas �pegada� a ti, te busca y te quiere mucho, quiere estar a solas contigo siempre �verdad Karen?
-Si madrinita, yo quiero mucho a mi padrinito, porque el juega conmigo y me hace cosquillas, adem�s me carga y me hace vueltas y me gusta estar con el. Dijo la dulce voz de la ni�a, tan tierna e inocente, de verdad que la ni�a era inocente e ignorante de lo que su padrino abusivo le hacia con su vergota, manos y boca en su tierno e imberbe cuerpo de nena, pero cada vez que estaba a solas con el a ella le encantaba sentirse amada.
-Ok, pues los dejo para que se pongan a �jugar�, yo voy a visitar a mis amigas, regreso tarde no se preocupen, tienen el campo libre, dijo la se�ora prepar�ndose para irse, sabiendo el tipo de persona que era su esposo y sabiendo que seguramente el abusaba de la ni�a a ella no le import� porque pensaba: �tremenda mocosa, si a la ni�a le gusta la verga desde chiquita y es una putita igual que su madre que se la cojan, que se la coja mi esposo que es un cabr�n en la cama�, ella seria compinche con los actos degenerados de su esposo al permitirle quedarse con la ni�a tanto tiempo a solas, eso a ella tambi�n le excitaba, que siendo tan chiquita la nena la penetrara su esposo con esa verga tan grande que ten�a, y mejor aun sabiendo que era su ahijadita dejar�a que su esposo le ense�ara los placeres del sexo a esa tierna ni�a, ya que cada noche ella recib�a su premio, don Jorge desde la llegada de la ni�a andaba mas fogoso con ella.
Don Jorge no espero mas y se subi� con la ni�a en sus brazos como novia en luna de miel a su lecho de amor, durante el traslado empez� como siempre a acariciar sus tersas y lindas piernas, empezando a recorrerlas con lentitud para llegar despu�s al nacimiento de sus enormes y carnosos cachetes que tenia por culo, la besaba con pasi�n y la ni�a le respond�a golosa, al parecer el estar restregando todos los d�as la verga en la ni�a hab�a hecho que sus nalgas se pusieran mas gorditas y abiertas y sus caderitas mas cerradas y curveadas.
Cuando don Jorge llego a la habitaci�n cerr� con llave el cuarto como siempre lo hacia y se dispuso a preparar a la ni�a, le dijo que ahora jugar�an al balero, la ni�a pregunto de que se trataba dicho juego, el le dijo que este juego se trataba de que los dos deber�an de quedar unidos por sus cuerpos como un balero, que el la cargar�a y ella se quedara ensartada como el juego, la ni�a no sabia de que hablaba nunca hab�a escuchado de ese juego, don Jorge para ello saco de un ba�l un viejo balero y le ense�o a jugarlo y le explico la mec�nica del juego que era ensartar el balero de madera en el palo, sacarlo y volverlo a hacer hasta dominarlo, durante unos minutos la ni�a le pareci� divertido, pero su pericia era nula, por lo que le dijo a su padrino: �no voy a poder jugar ese juego se�or Jorge, yo no sepo como se mete ese palo en el balero, como vamos a jugar?
-Mira Karen, ese es un ejemplo, tu y yo vamos a jugar al balero pero tu vas a ser el balero y yo el palito, tu no vas a tener que meter nada, solo me dejas que yo te haga vas a ver que esta bien bonito ese juego, �que dices, jugamos?
- Si padrino porque yo soy chiquita y mejor usted me ense�a. Agarr�ndose sus manitas con cierto nerviosismo.
Don Jorge no espero m�s tiempo y le dijo: Mi bebita, debo quitarte tu calzoncito y t� playerita para que no se ensucie, solo debes quedarte en faldita y yo tambi�n debo jugar con un short solamente porque este juego as� es, as� que esp�rame aqu� mientras me cambio y t� vete quitando tus calzoncitos, ok mi vida?
-Si se�or Jorge, �solo me quito mi choncito?
- Si mi amor, ahorita regreso y te quito tu playera, entr� al ba�o se saco los pantalones de trabajo se puso un short flojo sin calz�n y libero su vergota bien parada esperando penetrar la virgen panochita de la ni�a.
Salio del ba�o y lentamente se acerco a la ni�a, parec�a tan impaciente y deseosa de jugar el juego del balero con su padrino, entonces la abrazo lentamente y la cargo entre sus brazos le dijo vamos a jugar ahora ya mi amor pero primero debemos preparar al palito para que resbale y entre en tu balerito, as� que deja te doy un poco de vueltas y empezamos a jugar bebe.
� Si padrino ya quiero jugar mucho.
El se�or Jorge nuevamente la volteo y con la cabeza bien gorda de su verga que ya empezaba a soltar el liquido y poni�ndose bien babosa empez� con el vaiv�n meti�ndole su gruesa verga entre las nalgas de la ni�a muy suavemente, enterr�ndosela en la profunda brecha de su tierno culo de nena y disfrutando del calor de sus gl�teos y el tope de su lindo y cerrado ano, nuevamente la ni�a en sus sensaciones de placer infantil y deseo de diversi�n no se daba cuenta que estaba siendo iniciada en el sexo a tan infantil edad.
El juego del balero hab�a comenzado y la ni�a seria penetrada en su panochita por la larga y gruesa macana de don Jorge, afortunado viejo que hab�a encontrado la fortuna sin pedirla, despu�s de pasarle la verga por el culo llegando a su tierno ano, la coloco en la cama parando ese lindo trasero y le mamo su anito saboreando ese olor y sabor a mierdita que le daba la ni�a, le dio ricos leng�etazos desde el nacimiento de su lampi�a rajita hasta su lindo ano durante algunos minutos y despu�s de estar bien embadurnada de sus jugos mezclados con las babitas de la panocha de la ni�a le dijo que era tiempo de ensartar el balerito en el palo, la ni�a se emociono y fue entonces cuando le quito por primera vez su playerita y vio su pechito plano con unas peque�as protuberancias que tenia por tetitas, don Jorge la levanto y se fue a sentar a un bur� donde levanto de frente a la peque�a, le abri� sus gordas y ricas piernitas levantando su faldita y la fue bajando sobre su verga venosa rozando en cada movimiento su cerrada y virginal panochita, la ni�a no entend�a de que se tratar�a pero don Jorge le dejo prontamente saberlo, empez� a presionar su fierro en la entrada de la ni�a, ella empez� a quejarse: me duele padrino!, mi vida solo es al principio una vez que entre el palito podremos jugar bien lindo con tu balerito y yo con mi palito, la ni�a se tranquilizo, la verga empezaba a entrar entre los brillosos labios sin pelitos de la panochita de la ni�a que estaban empapados del lagrimeo de su verga, despu�s de seguir insistiendo sus labios se abrieron y abrazaban con fuerza la cabezota del tolete del se�or Jorge, el sent�a que se venia pero sabia que deb�a disfrutar al m�ximo esa ocasi�n.
Cuando la cabeza hubo entrado toda la empez� a besar con locura, a chupar sus labios y lengua de la ni�a, ella respond�a de maravilla, le gustaba besar y aprend�a muy r�pido, sus lenguas serpenteaban y el bramaba de tanta excitaci�n, al paso del los minutos su peque�a rajita empezaba a ceder ante el intruso bestial que tenia incrustado, una cuarta parte de su verga entr� y un hilillo de sangre empez� a salir y mezclarse con los l�quidos de su verga, el himen hab�a sido roto, la ni�a ya no era mas virgen, a sus 7 tiernos a�os era penetrada por una verga enorme de un hombre de 57 a�os en su imberbe y tierna panochita que atrapaba y reten�a esa vergota con mucha fuerza como para no dejarla salir jam�s, dio un peque�o brinco y gesto de dolor, hab�a empezado un viaje sin retorno, don Jorge la hab�a hecho mujercita, se quito su playera mostrando su pecho desnudo lleno de vellos canosos, a la ni�a le gustaron y acariciaba su vellosidad del pecho del hombre maduro con sus manitas peque�as e infantiles, mas que perversa era la imagen que guardaban aquellos cuerpos, mientras el la besaba locamente enredando su lengua en la de la peque�a Karen que se dejaba hacer el amor.
Ya con la gruesa verga de 25 cm. clavada a la mitad, don Jorge no cre�a como esa cerrada y apretada panochita lampi�a de la chiquilla de 7 a�os pudiera recibir semejante animal en su cuerpecito, ya que quedaba abierta groseramente por su tolete de fuego abrazando su hombr�a con tanta presi�n, el estaba parti�ndola a la mitad y no se quejaba, hab�a nacido como vergas esa nena, pensaba, se venia de solo ver esa imagen, empez� a mamar sus tiernas tetitas succion�ndolas con suavidad haci�ndolas tronar a cada chupeton que les daba, la ni�a empezaba a jadear con su vocecita infantil que al ser escuchada por el sr. Jorge le pon�a la verga mas dura y potente, estuvo un buen rato presion�ndola por la cintura sac�ndosela y meti�ndosela lentamente para que la penetraci�n fuera cada vez mas profunda, ya bien ensartada se levanto del bur� sin sacarle su vergota y as� parado la cargo en brazos y empez� a manejarla a su antojo, a sacarle la verga por completo y a hund�rsela lentamente a la ni�a, la cargaba agarr�ndola en dos manos de su hermosas y calientes nalgas, met�a sus dedos entre el surco de su grande culo hasta llegar a presionar levemente su ano de ni�a, ella soltaba quejiditos en cada metida que le daba su padrino vergudo, la peque�a se venia en orgasmos mojando su gruesa y dura verga del se�or, sent�a el dulce apretar de sus labios vaginales, tan tiernos y cerrados, en la habitaci�n se o�an gemidos de la ni�a siendo penetrada y chasquidos del choque de sus miembros, una imagen sensual de una tierna ni�a de 7 a�os cargada por un hombre maduro meti�ndole su gran verga y ella bien abrazada a su cuello, colgando en el aire subiendo y bajando ensartada en la verga de un se�or, su amado padrino.
- Te gusta como te meto mi palo en tu balerito Karen?, se siente bien rico, �lo sientes bebita? Jadeaba el se�or.
- Si se�or Jorge, me duele poquito pero siento cosquillitas y me gusta como mi balerito se mete en su palito, siento bien bonito padrinito, me gusta jugar mucho estos jueguitos.
- De eso se trata mi amor, de que te guste y sientas bonito mi nena, yo tambi�n siento bien rico en mi palo cuando se mete y sale de tu balerito bebe, me gusta mucho jugar contigo.
Despu�s de subirla y bajarla en su enorme verga por largo rato, la ni�a se abrazaba a el como si no quisiera que terminara el �juego�, con la cabeza recargada en su hombro dejaba que el se�or le metiera su tronco en su balerito y ella jadeaba muy suavemente en los o�dos de Jorge, el estaba por venirse despu�s de 40 minutos de estarla penetrando de esa manera, cansado la bajo y le quito la falda, su cuerpo era hermoso, morenito, curveado y de perfil de cielo, con unas piernas gorditas y torneadas y un culo de coraz�n bien gordito y exquisito a la vista.
La llevo a la cama le abri� sus ricas piernas y empez� a mamar su panochita, le dijo que deb�a ponerle saliva para que el palito entrara mejor, la ni�a solo cerraba sus ojitos dejando que su padrino la tomara, despu�s le dijo que ella deb�a aprender a ensalivar su palo y se puso de pie, la ni�a se levanto a la orilla de la cama y as� �l de pie y ella sentada en la cama le acerco su enorme verga en su carita, le sobo las mejillas y la barbilla con su enorme verga de 25 cm. la comparaba con su cara que era muy peque�ita contra su tama�o, le dijo que abriera so boquita y la chupara haciendo chasquidos, la ni�a al principio con algo de asco empez� a meter la cabeza de la bulbosa verga en su boquita, don Jorge le dijo que siguiera y en pocos minutos la nena tomaba la verga con su dos manitas y succionaba con fuerza la cabezota de la verga.
-�Te gusta peque�a?, es todo tuyo mi palo hazme gozar con tu linda boquita, sigue as� Karen, chupalo rico, as� mamita, �eso te encanta verdad? me encantas bebita.
Chup, chup, chup, se repet�a el sonido en la habitaci�n a cada succi�n que le daba a su verga, la ni�a mamaba esa gran verga y parec�a que le encantaba a ella tambi�n, parec�a una puta de profesi�n pues a la gran mamada que le estaba dando la ni�a naturalmente pon�a los ojos en blanco dando una vista a don Jorge como nunca imagino en una ni�a.
Dejo que la ni�a explorara su nuevo juguete durante 30 minutos a punto de explotar en su cara sent�a que se venia ante la succi�n de sus tiernos labios, al ver su cara de ni�a con ese monstruoso tolete en sus manitas y boca, pero quer�a gozar mas, se calent� tanto que quer�a cogerla con toda su fuerza, cargo nuevamente a la ni�a y le puso su babeante verga en su rajita lampi�a levant�ndola y dej�ndola caer en su pitote haciendo el cl�sico sonido al estar chocando sus nalgas sobre sus ingles.
Despu�s de cierto tiempo cogiendola cambio nuevamente en el bur� el quer�a venirse dentro de ella, as� que le dijo que el se acostar�a en la cama y ella solita se meter�a el palo en su balerito, la ni�a se subi� a la cama despu�s que el se�or Jorge su acost� y de frente a el la fue bajando lentamente, sus labios vaginales se abr�an groseramente a cada mil�metro de verga que penetraba su hermosa panocha pelona, la ni�a despu�s de un gemido quedo ensartada en su totalidad por el palo en su balerito, la vista era hermosa, ella peque�ita encima de un hombre lleno de vellos acariciando con sus tiernas manos su pecho y �l grande con su verga ensartada en el cuerpecito de la ni�a empalada en un enorme tronco que le abr�a su interior, el la manejo para subirla y bajarla a su antojo, en veces la mov�a r�pido y en otras lentamente, con el peso de sus caderitas la verga fue entrando con facilidad, don Jorge estaba en el mismo cielo, oliendo ese aroma de ni�a, de virgen siendo amada por primera vez, la ni�a despu�s de varios minutos cabalgaba la verga de su padrino soltando gemidos infantiles que pon�an a don Jorge loco acababa en un orgasmo que le produc�a mucho placer en su peque�o ser.
Para ya venirse a borbotones dentro de ella, la puso en la orilla de la cama en 4 patas, disfrutando de la hermosa vista que daba aquella peque�a de 7 a�os, la ni�a mostraba un terso cuerpo y hermoso culo bien parado, Jorge sinti� nuevamente su tersa y delicada piel, dorada por el color canela que tenia aquella peque�a diosa, y la empez� a coger como a una puta, la peque�a recib�a fuertes embestidas en su cuerpecito que a cada una de ellas gem�a dulcemente de placer, sus lindas nalgotas de ni�a mujer sonaban al choque de los cuerpos, era el para�so, don Jorge quer�a dejar sus mecos bien adentro de la ni�a, las metidas eran cada vez mas potentes chocando con fuerza la base de sus huevos en el nacimiento de su panocha que ya se encontraba roja de tanta fricci�n, su cuerpo ba�ado en sudor evidenciaba el enorme esfuerzo que le imprim�a a la gran cogida que le daba a Karencita, a el tambi�n le dol�a ya la verga de tanta presi�n que recib�a en su tolete, sus huevos estaban a llenar y quer�a sacar toda esa leche para los interiores de la peque�a.
Con las embestidas brutales y el jadeo de la ni�a don Jorge estaba por venirse, la hab�a cogido por horas y se sorprend�a de su potencial, la panochita de esa bella ni�a escolar recibir�a su primera mequeada, el se�or met�a y sacaba r�pidamente su miembro tom�ndola de su delgada cintura, mostrando su enorme culo a su vista y sent�a que ya no pod�a mas que iba a desfallecer, el estar bien dentro de su ahijadita y meterle su verga hasta topar con sus hermosas nalgas por fin estallo, dejo ir en la panochita tierna de la ni�a grandes cantidades de semen en el �tero de la peque�a, bramo como un toro dejando que toda la leche se derramara en el interior de la ni�a que jadeaba locamente tambi�n, ella tambi�n ya hab�a tenido sus primeros orgasmos a pesar de su tierna edad, despu�s de venirse una vez que su verga se puso fl�cida fue sacando su verga llena de l�quidos y semen que escurr�a por las piernitas de Karen, al terminar la beso ricamente por varios minutos uniendo los dos sus ardientes lenguas.
Al termino de la gran cogida ba�o a la ni�a y le puso una pomada en su panochita para el dolor as� como a tomar un analg�sico, la ni�a quedo agotada y sedienta, don Jorge le dijo que la amaba y que la cuidar�a por siempre, ella confundida y excitada tambi�n le dejo saber que lo quer�a mucho y que le gustaba estar a su lado �jugando�, se despidi� con un largo beso, esperando el siguiente encuentro de esa insana relaci�n entre dos amantes.
Ese d�a la ni�a se fue a su casa con su abuelita do�a Juanita pensando en lo maravilloso que era su padrino, recordando lo sucedido en su camita, esperando seguir jugando con su vergudo padrino los divertidos y ricos que juegos que le ense�aba.
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Relato: edgar gonzalez
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