Mi primera experiencia fue con un novio de mi edad de 15
a�os. Se imaginar�n que no fue muy espectacular, pero para la ignorancia de los
dos fue algo grandioso. En el tiempo he tenido experiencias m�s satisfactorias,
pero ninguna como la que goce con el esposo de mi t�a. Ellos viven en Caracas y
yo hab�a ido a estudiar a Espa�a durante un largo per�odo de tiempo, casi 10
a�os. Siempre viv� con ellos de manera que me conocen desde que era una ni�a muy
peque�a. Ahora tengo 19 a�os y aunque sigo siendo peque�ita en tama�o o pettite
ya deje de ser la ni�a del pasado.

A mi retorno me encontr� que mi t�a se hab�a convertido en
una se�ora gorda y se�orona con solo 52 a�os, mientras que mi t�o o sea su
segundo esposo, con 55 a�os se notaba lleno de salud y energ�a. Viv�amos en una
casa grande en las afueras con una gran piscina, cancha de tenis y amplios
jardines. El clima era espectacular tirando hacia lo caliente por lo que me
vest�a generalmente muy ligera de ropa. Esto le hac�a gracia a mi t�a qui�n a�n
me ve�a como su ni�ita de a�os atr�s. Pero las miradas de mi t�o Pablo lo
traicionaban y en varias oportunidades lo coj� mir�ndome las nalgas o mis tetas
que a pesar de mi tama�o, meto 34C de sost�n, o la forma como mis labios
vaginales se marcan por encima de la tela de mis pantaloncitos cortos que
siempre los uso una talla m�s peque�a.

Realmente les digo que no fue a prop�sito, solo que de alguna
manera yo tambi�n regres� a aquellos tiempos en que dorm�a en la misma cama de
ellos, o me quedaba dormida en sus piernas abrazada a su pecho, o me sentaba en
sus piernas a ver la tele y re�rnos juntos de los programas c�micos. Por el
calor solo usaba una tanguita y franelilla muy ligeras para dormir y
constantemente me tropezaba con t�o Pablo en la cocina buscando un vaso de agua.
�l tambi�n manten�a la costumbre de arroparme antes de dormir y darme un beso de
buenas noches, que en el pasado era en la frente y ahora sin querer era un suave
roce en los labios. Constantemente sent�a la verga de t�o Pablo aumentar en
tama�o y rozar mis nalgas por encima de la ropa, a veces sus manos parec�an
acariciarme entre los muslos con m�s calor que el adecuado e inclusive rozando
discretamente el borde de la tanguita en mis labios depilados. Una noche luego
de compartir con �l en su butaca especial una sesi�n de roces indiscretos pero
salpicados de inocencia regres� a la cama con mi cuquita inflamada y h�meda, y
luego de mi beso de buenas noches con un poquito de lengua y definitivamente m�s
h�medo que los anteriores, tuve que masturbarme pensando en como ser�a hacerlo
con t�o Pablo o el esposo de mi t�a si lo quieren ver de otra manera.

Les cuento que todo pas� de lo m�s natural. T�a sale a jugar
cartas con su grupo de amigas en el club y t�o Pablo se dirige a la piscina a
tomar el sol. Yo decido ir de compras de un traje de ba�o y le pido el carro a
t�o. Me hab�a puesto un jean de esos muy bajos que dejaba ver mi tanga por
fuera. En Espa�a es una moda y trato de convencer a t�o de que es as�. Para eso
me inclino ante �l, giro y pos� en distintas posiciones todas ellas dejando
mucho que ver de mis nalgas. A t�o le encanta el espect�culo y noto como debajo
de su traje de ba�o tipo Speedo le crece su verga. Finalmente acepta no muy
convencido pero si muy complacido por el espect�culo privado.

Tambi�n les cuento que todo esto me excit� bastante y sal�
apuradita a buscar el ba�ador y regresar para estar con �l. Me dirig� a la
primera tienda y me consigo a una vendedora que inmediatamente y observando mi
imagen exhibicionista me escoge la tanga o hilo dental m�s peque�o que
encuentra. Lamentablemente el sost�n me queda algo peque�o pero al final me lo
llevo igual. Solo que debo de tener cuidado de cubrir bien mis pezones a pesar
de que el resto de mis senos quedan expuestos debajo de la delgada tela. Regreso
a casa me cambio y con el apuro y la poca luz en la tienda no me di cuenta que
el ba�ador no solo es peque�o sino que es de una tela muy delgada y casi
transparente. Me veo en el espejo y me digo para m� que espero que no le d� un
ataque al coraz�n.

Hago mi entrada triunfal a la piscina y t�o est� nadando en
la piscina y me paro en la orilla de manera que cuando termine el recorrido
quede exactamente debajo de m�. Wow� a t�o casi le da un infarto. Sus ojos se
abrieron y devoraron todo lo que ve�an al frente, mis labios vaginales
totalmente demarcados debajo de la tela del min�sculo traje de ba�o que dejaba
mis nalgas totalmente descubiertas y solo una delgada tira manten�a el resto en
su lugar. Solo pudo decirme que me ve�a muy bonita y que cre�a que era algo
atrevido pero que estaba bien para la familia. Por alg�n motivo no quiso salir
de la piscina y me invito a nadar. Con gusto lo complac� y me lanc� de chapuz�n,
segu� nadando y al regresar a su lado emergiendo desde abajo del agua, me
consegu� que el sost�n lo ten�a suelto completamente y luc�a mis hermosos senos
frente a t�o Pablo a solo unos pocos cent�metros. Con delicadeza �l mismo me
arreglo el sost�n rozando mis pezones con sus dedos, mientras me recomendaba que
tuviera cuidado, pero bajo el agua yo lo ten�a abrazado por la cintura y mi
pelvis rozaba con su enorme verga que presentaba una erecci�n que deber�a de
estarle doliendo por lo apretada debajo del ba�ador, ya mis jugos comenzaban a
fluir y mis instintos sexuales comenzaban a apoderarse de la raz�n. Continu�
nadando otro rato mientras t�o Pablo sal�a presuroso de la piscina y se sentaba
en una de las sillas playeras. A mitad de mis ejercicios decid� quitarme
totalmente el sost�n el cual siempre se me desprend�a y le dije a t�o que me lo
aguantara un ratito no m�s mientras terminaba mis ejercicios.

Sal� de la piscina con la respiraci�n agitada y estaba
consciente que mi imagen era espectacular. Mis senos sub�an y bajaban por efecto
de la respiraci�n balance�ndose con una sensualidad exquisita. Mi piel toda
mojada reflejaba los rayos del sol como peque�os luceros que danzaban en m�
alrededor y mi traje de ba�o todo transparentado dejando ver la forma de mis
labios vaginales que ofrec�an al imagen de una ni�a desnuda en un cuerpo de
mujer. Mi rostro se iluminaba con una de mis sonrisas m�s ingenua y sensual que
se puedan imaginar y con un andar lento y pausado le ped� a t�o Pablo que me
secara como en los viejos tiempos. El abri� una toalla y yo me deje arropar por
sus enormes brazos. Sent�a sus manos secarme la piel con suavidad y en especial
las nalgas y la espalda. Para complacerlo y con la excusa de secarme los pies,
me inclin� hacia delante dejando que sus ojos se deleitaran con la vista
iluminada por el sol de la abertura de mis nalgas y como el peque�o hilo trataba
de ocultar mi huequito moreno o la inmensidad de mis labios vaginales rojos e
hinchados de excitaci�n con la delgada tela atrapada entre ellos.

Estuve as� un rato hasta que una mano se poso suavemente en
una nalga mientras que con la otra sus dedos recorr�an cada pliegue y ranura
expuesta ante �l. Me enderece y mir�ndole a los ojos le ped� que me colocara el
bronceador y me acost� boca abajo en una silla playera. Sus manos comenzaron un
recorrido espectacular. Eran fuertes y algo rudas pero el aceite suavizaba el
roce suficiente para que fuese agradable. Acarici� mi espalda con placer y al
llegar a mis nalgas inmediatamente busco la raja para introducir sus dedos de
arriba abajo. Sent�a como hurgaba debajo de la tela e invad�a mis orificios
suavemente. Me relaje para facilitar su labor y con mucha experiencia fue
elev�ndome a niveles de excitaci�n que nunca antes hab�a experimentado. Mi
primer orgasmo llego mientras ten�a un dedo metido en mi culito y su otra mano
se daba fest�n en mi cl�toris inflamado. Mis suspiros y jadeos fueron recibidos
con expresiones de deseo y posesi�n. Mis jugos llenaron sus dedos los cuales
ruidosamente los chupaba.

Al poder controlar la respiraci�n me separe de t�o Pablo y le
ped� que se acostara. El era mucho m�s grande que yo y tem�a que su peso me
lastimara. Al acostarse solo tuve que liberar su verga para ver su cara de
alivio. Me hac�a mucha falta fue su comentario y tomado un poco de bronceador se
lo unte en el velludo pecho y parte en sus genitales. Me monte encima de el y
aprovechando el aceite me balanceaba encima de su pecho. No se imaginan lo
sensual y grato que es el roce del vello de su pecho en mis labios depilados y
en mi pepita inflamada. De nuevo estaba excitada y volte�ndome en posici�n 69
comenc� a mamarle la verga a t�o. Por mi tama�o el no pod�a devolverme el favor
oralmente, pero sus dedos muy h�bilmente penetraban mis agujeritos y acariciaban
mis pliegues y labios e igualmente la sensaci�n fue incre�ble.

En momentos dejaba de mam�rsela y me concentraba en mis
propias sensaciones. Alimentaba mi orgasmo que parec�a explotar en cualquier
momento y a veces se escapaba como el aire de un globo perforado, continuo y
silencioso. Sab�a que la visi�n de mis labios depilados y mi huequito del culo
boqueando que ten�a t�o frente a �l, nunca la olvidar�a y mientras pajeaba
constantemente su hermosa verga, sent�a como sus comentarios sub�an de tono y
eso me excitaba. Sent� como sus test�culos se encog�an y supe que su eyaculaci�n
era inminente, entonces me introduje todo su verga hasta el fondo de la garganta
y chupando fuertemente como sab�a hacerlo sent� su semen comenzar a salir
caliente y rodar por mi garganta. Me separe solo un poquito para abarcar su
glande con mis labios y mientras mov�a la cabeza para estimular su cabeza
excitada chupaba para extraerle hasta la �ltima gota de semen de sus test�culos.
El grito de placer y lujuria se oy� en toda la casa pero no nos importaba. Su
cuerpo perd�a firmeza y su glande se empeque�ec�a aunque manten�a un tama�o algo
mayor a lo normal. Mientras todo esto ocurr�a se me escapaba un orgasmo chiquito
y travieso desde mi huequito del culo hasta mi pepita inflamada que me dejo las
piernas d�biles y temblorosas.

Me acuesto con �l en su silla y lo abrazo cari�osamente casi
regresando a los muy viejos tiempos, pero continuo acarici�ndolo, bes�ndole la
cara, chup�ndole los pezones, tirone�ndole los vellos del pecho y del pubis. Sin
embargo me recuerda que t�a est� por llegar y me pide que me vista con algo m�s
decoroso porque me veo como una putica deliciosa. El comentario al principio no
lo entiendo pero al rato comprendo que es una forma de decirme lo mucho que me
desea pero as� mismo tambi�n me quiere como su sobrina. Hago caso y me quedo con
la sensaci�n de querer tener entre mis piernas una verga dura y sabrosa como la
que me acabo de comer�

Esta noche continuara���

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