Relato: NUNCA PODRAS AMARME
NUNCA PODRAS AMARME
Muchas veces el mundo gira m�s r�pido de lo deseado y la vida se esfuma como una triste pel�cula, como un drama.
Hab�a tenido muchas mujeres en la cama, algunas novias pasajeras, pero un solo amor, un amor imposible, un amor de casi cinco a�os...
Todo empez� cuando pis� por primera vez la facultad de medicina, fue todo un cambio para m�, una nueva forma de estudiar, nuevas responsabilidades, nuevos compa�eros�
Reflexiono, nuevos compa�eros�
Ferchu, as� lo apodaban, y Keyla nos hicimos r�pidamente amigos, como suele suceder, por afinidades, por puras casualidades, por habernos sentado juntos, por vivir relativamente cerca unos de otros.
Conforme fue pasando el tiempo nos fuimos conociendo, compartimos actividades, visitamos nuestras casas, horas de estudio, problemas, alegr�as, frustraciones�
Ferchu era un rubio bastante musculoso, extrovertido, un tanto fanfarr�n, �nico hijo, un tanto malcriado. Era un chico de hacer siempre lo que quer�a, ten�a un coche que su padre le hab�a obsequiado y de quien era evidente que heredaba su forma de ser.
Era el t�pico chico facultativo que se llevaba el mundo por delante, ese que desafiaba a profesores y quien se pusiese delante, ese tonto por el cual suspiraban todas las chicas, el modelo masculino�
Keyla era la menor de cuatro hermanas, de una familia inmigrante griega, me contaron que su nombre quer�a decir �bella� y realmente hac�a honor a su nombre, ten�a unos largos cabellos pelirrojos, ojos oscuros, cara redonda y tez blanca, de altura normal, de cuerpo normal, tirando a delgada, cada cosa en su lugar. Keyla respiraba tranquilidad, siempre serena, de voz pausada, casi imperceptible, era un amor, su dulzura, su femineidad, parec�a como si el mismo Dios la hubiera creado con sus manos�
Y yo, Miguel, el tercero en discordia, alto, de cabellos largos, casta�os y enrulados, uso lentes de aumento por un problema en mi vista, soy atl�tico, delgado, me considero un tipo bien parecido, ojos verdes, solo que mi car�cter no me ayuda demasiado, suelo ser introvertido y hasta t�mido lo que alguna vez me jug� en contra con el sexo opuesto. Vivo solo con mis padres ya que mi hermana mayor hace un tiempo form� su familia.
En fin, �ramos los tres muy buenos amigos, lo que empez� con un compa�erismo de facultad se transform� en una amistad que trascendi� los l�mites de la misma, nos encontr�bamos para ir a pasar un d�a al aire libre, para salir a comer, para ir a un centro comercial, al cine y no s�, hasta para ir a bailar.
El problema fue que con el paso del tiempo, lentamente, sin saber c�mo Keyla se fue transformando en m�s que una buena amiga, me enamor� sin darme cuenta de esa pelirroja de pecas frondosas, en silencio, sin decir nada, respiraba por ella, sufr�a por ella, disfrutaba por ella�
Pero deb�a mantener mi amor en silencio, porque ella no ten�a ojos para m�, ella estaba enamorada de Ferchu, de echo estaban noviando formalmente, cosa que a m� no me hac�a gracia�
Y Ferchu? Ferchu solo se amaba a s� mismo, si bien �l estaba a gusto con la relaci�n, para �l era solo un pasatiempo, nunca la am�, y en toda chica ve�a una oportunidad�
Y en esos a�os esa fue mi desesperante situaci�n, ver como el la lastimaba, una y otra vez, saben cu�ntas veces la abrac� solo para contenerla, cuando ella desahogaba sus l�grimas entre mis brazos?, cuantas historias que tuve que callar, su dolor era mi dolor, y yo sin poder decir nada�
Porque Ferchu en definitiva era mi amigo, y con la amistad no se juega, con bronca entre mis labios escuchaba sus aventuras amorosas, como enga�aba a Keyla, sin remordimientos.
Ferchu era un egoc�ntrico que jam�s hab�a sufrido, y creo no mentir si aseguro que pon�a a su novia a la altura de Sara, su perra.
No imaginan cuantos maltratos y humillaciones presenci�, cuantas discusiones, cuantas promesas, cuantas mentiras�
Keyla hasta soportaba que el la humillara en p�blico, delante de todos los compa�eros, delante de los profesores, �l era muy h�bil, sab�a bien c�mo manejar las piolas de titiritero, como vasar de victimario a v�ctima, hasta como dar vueltas las casas para que ella terminara pidi�ndole perd�n a �l!
En fin, al ser tan introvertido jam�s tuve el valor suficiente para enfrentarlo en una charla de caf� y hacerle ver c�mo eran en verdad las cosas, y tampoco tuve el valor para sembrar discordia en ella esperando que lo dejara, a pesar de lo mucho que la amaba.
Saben lo que era para m� verlos abrazados, verlo a �l deslizar sus sucias manos por ese cuerpo angelical, ver como se besaban, ver como ella se derret�a antes sus caricias�
Y algo peor, saben lo que es imaginarlos haciendo el amor? lo que hac�an en la intimidad, donde pon�an sus bocas? sus manos?
Era el peor momento de la situaci�n, Keyla estaba saturada y ya no soportaba nada, estaba al l�mite de rebalsar el vaso, hastiada de mentiras y enga�os, �l no se detendr�a, no cambiar�a, nunca cambiar�a y yo segu�a siendo un triste espectador de lujo.
Esa noche de viernes recuerdo que las cosas ya hab�an comenzado mal, Keyla estaba hermosa, con una minifalda exageradamente corta que resaltaba sus piernas perfectas, casualmente su corta falda fue el motivo de una acalorada discusi�n con Ferchu, lo curioso fue que �l se la hab�a regalado�
Salimos sin rumbo fijo y a la madrugada terminamos en un boliche bailable, estaba tomando un trago, presenciando como ellos discut�an acaloradamente, el final era evidente, hab�a �otras� de por medio.
Ella le dio una cachetada, y casi corriendo lo dej� solo, Ferchu y yo nos miramos, a �l no le importaba, dolo se encogi� de hombros, fui desesperado tras ella, que casi corriendo se meti� en el ba�o de mujeres, lo m�o fue inconsciente, sin darme cuenta, sin pensarlo, me mand� decidido�
Normalmente las chicas hubieran armado un esc�ndalo al ver un hombre en su ba�o, pero cre� percibir un dejo de compasi�n por la situaci�n, Keyla estaba desencajada, con el alma partida, llorando como una ni�a frente al espejo, llegu� tras ella, solo la abrac�, ella gir� sobre s� misma y abraz�ndome con fuerza, levant� su rostro, el r�mel negro hab�a corrido por sus mejillas, como un r�o lleva una mancha de petr�leo, me mir� a los ojos, levant� mis lentes por sobre mi cabeza para m�rame directamente, sin nada de por medio, creo que en ese instante ella percibi� cuan perdidamente enamorado estaba por ella, cuanto me hab�a ignorado por estar enceguecida con ese amor que la estaba matando en vida�
Se estir� un poco, lo suficiente para llegar con sus labios a los m�os, sus besos sabrosos calentaron mi alma, su lengua invadi� mi boca, respond� con un dejo de timidez, pero ella me abraz� con fuerza y su respiraci�n agitada invadi� mis sentidos, la tom� fuerte por la cintura y parec�a estar viviendo un sue�o del que no quer�a despertarme, sent� su calor de mujer como nunca imagin� sentirlo, acarici� sus cabellos pelirrojos, la bes� como a nadie hab�a besado, me estremec� con sus caricias, sent� el calor de sus pechos apretados contra el m�o.
A pesar que hab�a demasiadas chicas entrando y saliendo, me sent�a solo con ella, por suerte a las dem�s parec�a no importarles nuestra situaci�n, algunas eran indiferentes, otras miraban y se sorprend�an, pero ninguna daba demasiada importancia.
No tard� nada en que mi pija se agrandara y se endureciera bajo mi pantal�n, obviamente ella lo not�, la sent� refregar su sexo contra el m�o, sus besos me embriagaban, giramos, me apoy� contra el m�rmol de los lavatorios, no quer�a abusarme pero mis manos se perdieron en sus gl�teos, ella gem�a excitada, comenz� a acariciar con su mano la tela del jean bajo la cual mi verga permanec�a r�gida, como si un demonio la hubiera pose�do en ese instante se arrodill� a mis pies, afloj� el cinto, baj� la cremallera, busc� bajo mi calzoncillo y sac� mi miembro que parec�a reventar, solo cerr� los ojos y me dej� llevar�
La manos tibias de Keyla acariciaron mi tronco dulcemente, llevendo atr�s mi prepucio hasta descubrir mi glande, para luego volver y ocultarlo, y otra vez atr�s, otra vez adelante, haci�ndome desear, sent� la humedad se su aliento como una brisa tibia de primavera, llev� una mano a sus cabellos solo para acariciarlos, al fin los labios de mi amor imposible se posaron en la punta de mi pija para ir empujando dulcemente, como comi�ndola mil�metro a mil�metro, la sent� deslizarlo en su interior, besarlo, lamerlo, volver a besarlo, estaba perdido, rendido a sus deseos.
Mi ni�a alternaba todas las combinaciones posibles, manos, dedos, besos, caricias, labios, boca, lengua, aspiraba cerr�ndolo entre sus labios, parec�a querer arranc�rmelo, sent�a mi cabeza desnuda siendo saboreada por su lengua, me lo recorr�a como tirabuz�n, le met�a bien adentro�
De pronto abr� los ojos y recapacit� sobre la situaci�n, �ramos el centro de atracci�n de varias j�venes de nuestra edad que solo eran testigo de lujo de lo que estaba ocurriendo, algunas se horrorizaban, otras nos ignoraban, otras miraban engolosinadas y las m�s osadas re�an picarescamente como aguardando su turno, me puse mal, me avergonc�, no por m�, sino por lo puta que parec�a Keyla, quien segu�a mamando como si solo hubi�ramos estado nosotros dos en el lugar.
La tom� del brazo interrumpiendo la chupada, en ese momento ella tambi�n se dio cuenta que estamos en p�blico, me tom� de la mano y me llev� hacia el fondo, busca un cubicle vac�o y me meti� en uno, casi no hab�a lugar para los dos, el inodoro molestaba, cerr� la puerta para tener un poco de intimidad, pero la cerradura estaba rota, quedamos parados uno contra otro, gir� d�ndome la espalda, levant� la peque�a minifalda hasta la cintura, sac� cola y me dijo:
- Cogeme, cogeme toda�
Se afirm� contra la puerta, ante mis ojos su colorado cabello cubriendo su espalada, su generoso trasero casi desnudo, sus piernas separadas sobre esos finos y largos tacos, una diminuta tanga blanca de no m�s de un cent�metro de ancho se perd�a entre sus cachetes, escarb� con mi dedo mayor, la enganch� y la corr� hacia la derecha, hab�a llegado el momento�
Acarici� con mi verga toda su generosa y jugosa concha, una y otra vez, la hice desear m�s de la cuenta, empuj� hacia atr�s buscando la penetraci�n, rog�, no pod�a resistirlo.
Al fin apunt� y la introduje, como un sable llegando a su coraz�n, se desliz� profundo en su alm�bar de placer, se contrajo por instinto, la tom� con fuerza por sus blancas caderas y me mov� en su interior, poco a poco se fue soltando y acompa�ando mis movimientos, m�s y m�s bruscos, m�s profundos, pareci� tomar el control empujando su culo m�s y m�s atr�s, al punto de casi hacerme perder el equilibrio y tener que apoyarme sobre la pared del fondo, gritaba
- Si!... si! ... si! ... si! ... si! ... si! ... si! ... si! ... si!
Parec�a estar en trance, sosten�a la puerta cerrada con sus manos para que no nos interrumpiesen, sus recules hacia atr�s se hicieron m�s y m�s fuertes, pero lo cierto es que por m�s que empujara estaba toda adentro, no ten�a m�s para ofrecer.
Recuerdo que Keyla se puso tan fren�tica que hasta hacia abrir y cerrar la puerta con sus embates, provocando un r�tmico �tan, tan, tan�� de la chapa golpeando contra el marco, el sonido her�a los o�dos y el imaginarme la situaci�n de las dem�s chica fuera me hicieron hervir, le dije a ella
- Ah� viene, ah� viene!
Entonces ella par� en seco y mi verga sali� de su raja, visiblemente agitada me dijo
- Par�! par�!... ponete un preservativo�
- Qu�? De donde quer�s que saque un preservativo ahora?
- Diablos� Ferchu siempre tiene alguno encima�
Esas palabras me dolieron, las dijo en el momento m�s inoportuno, ella se dio cuenta de su error, casi de inmediato dijo
- Perd�n, perd�n� soy una tonta� no importa� voy a regalarte algo que �l siempre me pidi� y siempre le negu�, pero promete hacerlo despacito� es virgen�
No pod�a creer que me fuera a regalar lo que estaba imaginando, pero entonces not� como escup�a su mano una y otra vez para lubricar su culito, mi pija que hab�a perdido un poco de erecci�n reaccion� de inmediato, fue ella quien la tom� y la apoyo con dulzura para decirme
- Despacito, despacito� solo al cabecita� solo la cabecita�
Keyla comenz� a recular lentamente, fui un caballero, casi no me mov� dejando que ella manejara los tiempos, lentamente mi pija se fue abriendo paso en la puerta de su esf�nter, no pod�a creerlo, ella probaba y lo retiraba, volv�a a lubricar, volv�a a probar, no quer�a frustrarla, deb�a vencer sus temores�
Al fin su apretado anillito se acomod� a mi glande, cuando estuvo c�moda empez� a moverse r�tmicamente, con tiempo, con paciencia, apenas mi cabeza en su entrada, ten�a ganas de enterr�rsela toda pero no hubiera sido justo.
No hico falta, el diablo se apoder� de ella, y fue ella misma quien a medida que venc�a sus miedos volv�a a aumentar su velocidad, su empuje, casi sin darnos cuenta hab�amos vuelto a la situaci�n original, la ten�a toda dentro de su culo, apretando todo mi sexo, gritaba m�s que antes
- Dios!... Dios! Ahora si! ahora si!!!!
Esta vez no pude retenerlo, me contraje, ella lo percibi� y aumento el ritmo, como una locomotora, yendo y viniendo, casi arranco los cer�micos del lugar, mi esperma brot� en el interior de esa mujer, ella no par� un segundo, mi leche provoc� que gritara m�s fuerte y solo par� cuando mi verga comenz� a perder la erecci�n.
Nos desacoplamos, ella acomod� nuevamente la delgada tanga entre sus cachetes y bajaba su pollera mientras yo guardaba mi instrumento, parec�a una locura, mis jugos hab�an quedados retenidos en su interior�
Salimos airosos del lugar, me caus� gracia unas chicas que aplaudieron y una hasta se anim� a silbar� Nos enjuagamos el rostro y nos preguntamos qu� ser�a de la vida de nuestro amigo, pero al salir lo encontramos muy acaramelado con una morena�
Fui muy feliz, esa noche, cada uno termin� en su casa y dorm� como un santo.
El S�bado por la tarde la llam� para encontrarnos en un bar, necesitaba hablar con ella, ten�a tantas cosas por decirle, tantas ilusiones, tantos proyectos, fui a su encuentro con una sonrisa pintada en los labios, de oreja a oreja, el coraz�n parec�a saltarse de mi boca, pero mis ilusiones cambiaron al encontrarla, su rostro estaba desencajado, triste, partido, entonces comprend� la situaci�n�
�ramos dos almas en pena, ella segu�a perdida por Ferchu de la misma manera en que yo estaba perdido por ella, Keyla acarici� mi rostro y con sus ojos llenos de l�grimas agradeci� lo buen tipo que era y todo lo que hac�a por ella, pero�
- Lo se� dije resignado� NUNCA PODRAS AMARME�
Me alej� de ellos, si no pod�a tenerla deb�a olvidarla, alejarme de quien me hac�a mal, pasaron algunos a�os, s� que Ferchu a�n sigue �probando� mujeres, Keyla prob� una par de relaciones que fracasaron, y yo� yo la sigo amando�
Pamela
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