Rosa es elegante, lleva el pelito negro a media melena y es
muy sofisticada en el vestir y en el trato. Y extra�a. Sobre ella se contaban
historias de viuda negra, mejor, de divorciada negra, y de hombres que sal�an
con ella y que luego desaparec�an. Ella es abogada y no se le conocen amigos.
Vive sola en un chalecito de las afueras, con la �nica presencia de un
mayordomo, Ambrosio, m�s mayor que ella. Yo la conoc�a al haber tendido que
relacionarme con ella por los juzgados por los que se desenvolv�a siempre muy
bien vestida, elegante y con zapatos caros. Se le notaba que le gustaba el
lujo y la buena vida y que ten�a buen gusto para vestir y para ordenar su
vida.
Un d�a me coment� que para darme los papeles que me hac�an
falta para no s� qu� sumario, deber�a acompa�arla a casa pues los ten�a all�.
Y all� la acompa�� en el coche fij�ndome en sus muslazos pues gastaba faldas
muy cortas, plisadas, con un traje de chaqueta de corte masculino y corbata,
como de ejecutiva, pero elegante y con una sobria distinci�n. Cuando llegamos
a su casa sali� a recibirla el mayordomo, que le cogi� la cartera con los
documentos, nos trajo un caf� y se qued� all� plantado. Era mayor que ella
pero no mucho.
- Es mi marido �me dijo-, me divorci� de �l y a pesar de
ello quiso quedarse conmigo sirvi�ndome porque dice que me ama.
Me qued� de piedra. As� es que algo hab�a de cierto en
aquello que se dec�a de ella, de mujer fatal que gobernaba a los hombres que
pasaban por su vida.
- No te extra�e �me dijo-, porque despu�s de casados me
enamor� de otro y cuando le dije a m� marido que era un cornudo y que le
conced�a el divorcio, no lo quiso, dijo que no le importaba que lo hiciera
cornudo y que �l segu�a am�ndome tanto que prefer�a quedarse a�n sabiendo que
lo era.
- �No es verdad Ambrosio?
- S�, mi se�ora, es todo cierto.
- Qu� es lo que eres?
- Su cornudo, mi se�ora.
Y sigui� cont�ndome que con �l amante que se cas� con ella
le volvi� a ocurrir otro tanto a los pocos meses de vivir juntos, que no pudo
resistirse a hacerlo cornudo cuando encontr� a otro t�o bueno que le gust�
much�simo y que ten�a la polla m�s grande �l. Y lo hizo. Pero �l al enterarse,
al saberse cornudo, no se inmut�, quiso quedarse pese al divorcio que ella le
planteo, y le suplic� que lo dejara quedarse en la casa a servirla, pese a que
ser�a su ex marido y que otro ocupar�a su lugar en la cama. De hecho ya la
ocupaba. Hab�a pues un problema, no pod�a tener dos mayordomos porque era
llamar mucho la atenci�n y opt� por prostituirlo
- �Prostituirlo?
- Bueno, no es eso precisamente eso, sino alquilarlo,
porque como estaba loco por servirme se convenci� �l mismo de que lo mejor era
que lo hiciera a trav�s de otros, es decir que lo env�e a servir a casa de un
matrimonio amigo m�o que sab�a que eran dominantes y que lo tienen como
mayordomo sexual para todos los servicios tanto dom�sticos como sexuales.
Ellos lo usan como esclavo sexual para que los lama la polla y el co�o
mientras ven la televisi�n, por ejemplo, o incluso para que �l se lo folle.
Pero me ingresan su n�mina a m� en el banco por lo que aunque �l trabaja para
ellos, en realidad me sirve a m� porque su sueldo lo cobro yo. Y �l tan feliz
y contento de servirme a trav�s de otros.
- �Cuantos ex maridos tienes en estas condiciones?
- Pocos, s�lo tres.
- �Tres?, �c�mo es posible?
- No tengo ni idea, yo no hago nada, lo que debe de ocurrir
es que a los hombres os gustan las mujeres malas.
- A todos no, yo no lo soportar�a
- �Est�s seguro? �me pregunt� mientras me miraba fijamente
a los ojos y me obligaba a bajarlos al suelo.
S�, estaba seguro, o al menos eso cre�a porque cuando ella
se levanto las falda plisada por encima de los muslos y me los mostr� tan
t�rgidos y sensuales, con la tanguita transparente que deja ver los
prominentes labios de su co�o, no pude resistir, me abalance sobre ellos y
quise quitarle la braga, pero ella no me dej� baj�rsela y entonces pegu� mi
cara sobre ellos, los lam� y lam� de arriba abajo, de abajo a arriba hasta que
consegu� que la tela se mojara y que ella se corriera sobre mi cara apretando
sus muslos sobre mis mejillas.
Una semana despu�s nos casamos aunque yo ya sab�a que tras
la boda ella se divorciar�a de m�, tendr�a un nuevo amante, y yo ser�a un
marido cornudo que ser�a cedido a alg�n matrimonio para servicio dom�stico y
sexual. Incluso ahora, mientras les ofrezco el culito a mis nuevos se�ores
para que lo usen a discreci�n, para que �l se lo folle y me folle como una
vulgar puta mientras su mujer me aprieta los huevos y me dice al o�do que soy
un cornudo porque mi mujer en ese momento est� follando con su nuevo amante,
yo no puedo dejar de gozar, de sentirme dichoso porque soy usado sexualmente
por ellos pero la que s� que goza es mi amada mujer a la que tanto quiero.
Incluso procuro portarme bien, mostrarme como una buena putita cari�osa
moviendo mi culito en c�rculo para que cuando mis se�ores redacten el informe
que se le env�a a ella junto con el importe de mi n�mina, puedan decir de m�
cosas como que mi culo es suave, bonito, c�lido y acogedor, y que mi polla
est� siempre dura para que ella la use como reposapi�s. Porque s� que mi
mujer, mi exmujer, aunque estar� en ese momento haci�ndome cornudo, a m� y a
algunos m�s, al saber de mi situaci�n gozar� todav�a m�s con �l.