Aquella noche acordamos los l�mites
en que se desarrollar�a, en adelante, nuestra relaci�n y
debo decir que eran pocos.
Antes de que se fuera a su casa
tuve el placer de ponerla rojas las nalgas a azotes y utilizarla un par
de veces.
Pero la prueba de si estaba decidida
a seguir iba a ser al d�a siguiente.
Hab�amos quedado despu�s
del trabajo y yo la hab�a dado instrucciones muy precisas.
Y a las seis en punto llegu�
y mi esclava me estaba esperando; me hab�a obedecido.
Para cualquier transe�nte
�ramos una pareja de profesionales que charlaban tranquilamente,
si hubieran o�do la conversaci�n habr�an cambiado
de opini�n r�pidamente.
Tal y como la hab�a ordenado
llevaba un correcto traje chaqueta que con el portafolios la daba un aire
sumamente ejecutivo.
-Hola perra, �has seguido
mis instrucciones?.
-Si, amo.
-�llevas ropa interior?
-No amo.
-�Las bolas chinas?
-Las he llevado todo el d�a,
amo.
-Estar�s muy caliente, perra.
-Si amo, me he corrido seis veces.
-Bueno, no te di permiso para correrte,
veremos de castigarte despu�s. Ahora vamos a comprar un collar y
una correa para mi perra.
Luego averiguar�a que poner
el collar a una esclava se suele hacer despu�s de su entrenamiento,
pero me excitaba sobremanera y quer�a hacerlo cuanto antes.
Era excitante verla caminar y saber
que no llevaba ninguna ropa interior y que las bolas chinas iban chocando
en su interior. Llegamos a una tienda de art�culos para animales
y entramos, solo la dependienta (una se�ora de unos treinta y tantos
normal y corriente) y otro cliente al que atend�a en aquel momento.
Ten�an los collares en un
expositor y nos pusimos a mirarlos, los hab�a de todas clases
y era dif�cil escoger pero me llamaba la atenci�n uno de
cuero rojo de unos dos dedos de ancho, muy sencillo as� que lo saqu�
del expositor y me qued� mir�ndolo cuando o� la voz
de la dependienta detr�s de mi.
-Depender� del tama�o
del perro, si es un perro grande ese no es adecuado pues podr�a
romperse.
El otro cliente se hab�a
marchado yo, Pilar miraba como hipnotizada el collar y se me ocurri�
una idea para humillarla.
-Bueno, en realidad es para esta
perrita - dije se�al�ndola � no creo que tire mucho de �l.
La dependienta ni se inmut�.
-No, si est� bien educada
�lleva mucho tiempo de entrenamiento?
-Estamos casi empezando.
-�Y que tal se porta?
-No es muy mala.
Coloc� el collar en el cuello
de Pilar y enganch� una cadena. Era excitante. Hizo adem�n
como de tocarla las tetas y me mir�.
-�Me permite?
-Por favor, a su disposici�n...
Desabroch� la blusa
y masaje� apreciativamente sus tetas.
-Vaya, la de cosas que har�a
yo con este par de tetas. Y estos pezones est�n pidiendo unas pinzas...
-Bueno, no tengo inconveniente
en hacer un par de cosas pero despu�s tenemos que irnos.
Se acerc� a la puerta y
dio la vuelta al cartel de abierto, despu�s nos gui� a la
trastienda. Yo estaba excitad�simo y la entregu� la cadena
de Pilar.
-Gracias querido, vamos a ver que
tal se porta.
Se sent� en un taburete,
se alz� las faldas y dej� al descubierto un co�o grande
cubierto de una mata de pelos negr�simos.
-C�memelo perra.
Y de un tir�n acerc�
la cara de Pilar a su entrepierna. Pilar en primera instancia se resisti�
un poco pero un buen palmetazo en su culo la devolvi� a la obediencia.
Agachada meti� su cara entre las piernas y o� como empezaba
a lamer.
Yo ya no pod�a mas, me la
saqu�, alc� las faldas de Pilar, saqu� las bolas chinas
de su co�o y empec� a bombearla por detr�s,
cada empuj�n clavaba mas su boca en el co�o de la otra mujer
que gem�a de gusto.
-Que bien lo chupa, as�,
as�, sigue, mas, sigueeeeeeeee.
Y se corri� en la boca de
mi perra mientras yo hacia lo mismo en el co�o.
Pilar alz� la cara y ella
con otro tir�n la acerc� a la suya y la dio un beso profundo
y h�medo en los labios.
-Muy bien perrita, muy bien, se
nota que has comido muchos conejos.
Yo retom� el control y la
quit� la cadena de las manos.
-L�vate la cara bollera,
se te ha corrido el rimel.
Obediente Pilar se dirigi�
hacia un peque�o lavabo y comenz� a lavarse.
-Querido, es una perra de maravilla
-Tiene amo.
-Jajaja, ya lo veo �rebusc�
en su bolso y me alarg� una tarjeta- tengo una pareja de esclavos,
macho y hembra, si te apetece cruzarla no dejes de llamarme.
Pilar volvi� de lavarse,
Juana que era como se llamaba la dependienta, la dio un par de palmetazos
cari�osos en las bamboleantes tetas y la quit� el collar
y la cadena.
-�los envuelvo para regalo?......
Nos dirigimos a su casa, cuando llegamos all� ella subi� primero pues deb�a
prepararse conforme a las instrucciones que yo le hab�a dado.
Yo mientras tanto me fui a tomar un caf� y estuve pensando como iba a
desarrollar la sesi�n pues, a decir verdad, tendr�a que improvisar por mi falta
de experiencia.
Al cabo de media hora sub� a su casa y encontr� la puerta como hab�a ordenado�
sin cerrar, empuj� y Pilar estaba esper�ndome tal y como la hab�a ordenado:
De rodillas en el hall, totalmente desnuda salvo por los zapatos de aguja, un
delantal, una cinta blanca al pelo que hacia las veces de cofia, el collar de
perro en el cuello y una bandeja en las manos.
Sobre la bandeja descansaban sus tetas y una fusta....
Me acerqu� a ella y poni�ndome a su lateral me saqu� la polla del pantal�n y
comenc� a follarla por la boca, con una mano la sujetaba del pelo y con la otra
empec� a acariciar sus tetas, pellizqu� sus pezones y cog� la fusta.
Segu� foll�ndola mientras pasaba la fusta sin azotarla por sus hermosas nalgas y
comenc� a hablar.
-Bueno querida, vas a recibir seis azotes como castigo por haberte corrido sin
permiso de tu amo...
La levant� tir�ndola del pelo y con peque�os golpecitos de la fusta la fui
guiando delante de mi.
Era hermoso ver moverse su culo haciendo equilibrios por los tacones y sus tetas
ofrecidas en la bandeja.
Al pasar por la cocina vi el lugar ideal para atarla y la orden� parar y traer,
en la bandeja, unas cuerdas.
Ella march� y volvi� enseguida con las cuerdas en la bandeja.
Tenia una mesa auxiliar plegable de cocina bastante adecuada, la hice doblarse
sobre ella de forma que por un lado sus dos agujeros quedaban totalmente
expuestos y por el otro colgaban su cabeza y sus tetas.
La at� brazos y pies a las patas de la mesa y me coloqu� frente a ella.
-No te voy a amordazar porque si sueltas el mas m�nimo sonido doblar� la raci�n
de azotes.�Comprendes?.
-Si amo, gracias amo por castigar a su perra.
-Bien, despu�s de los azotes te voy a dar por el culo, como eres una guarra no
habr�s tenido la precauci�n de limpiarte el ano con una lavativa �verdad?.
-No amo, soy una guarra.
-No hay problema, me la limpiar�s con la boca porque pienso ir directamente de
tu culo a tu boca y correrme en ella.
-Gracias amo.
-Vamos all�.
Y me puse detr�s y descargu� el primer fustazo. Pilar se arque� pero no dijo
nada, ni un gemido, una deliciosa marca roja trasversal qued� marcada en sus
nalgas. As� descargue la fusta cinco veces y a la sexta cambi� el sentido de los
azotes y golpe� su co�o abierto y rezumante.
Pero ni as� chill�, tan solo un peque�o gemido y una violenta sacudida que
recorri� todo su cuerpo me indic� que la hab�a dolido de veras. Entonces avanc�
y la sodomic� de un solo golpe.
Estaba sumamente excitado y a la cuarta o quinta embestida not� que me iba a
correr por lo que cumpl� mi promesa, sucia de sangre y heces se la saqu� del
culo y se la met� en la boca hasta tocar sus am�gdalas. Salvo una peque�a arcada
inicial se port� de maravilla y con los labios y la lengua me la dej� brillante,
trag�ndose adem�s el semen de mi corrida que vert� en ella.
-Muy bien perrita, ha estado muy bien, ahora te quedar�s as� mientras voy a
fumarme un cigarrillo.
Y me fui a sentar al sal�n dej�ndola all� atada, chorreando y con el culo como
un tomate.
Hab�a estado muy bien....
Cuando acab� el cigarrillo volv� y all� estaba, por supuesto, la palme� las
nalgas y la un par de golpecitos juguetones con la fusta en las tetas. La
desat�, la at� la cuerda al collar y la obligu� a ponerse a cuatro patas.
-Como una perrita obediente, pero te falta la cola...hum.... vamos a ver...
Si, en un escobero hab�a un� plumero de plumas negras. Lo saqu� y se lo
ense��.
-Esto puede hacer muy bien de cola por ahora. P�ntelo
-�C�mo amo?
-Pues meti�ndote el mango por el culo imb�cil.
Obediente se separ� las nalgas con una mano e introdujo el mango del plumero con
la otra.
-�Verdad que estas contenta?
-Si amo
-Pues que se te note, mueve la cola.
Y as� recorrimos el pasillo con ella sujeta por la correa delante de m� y
meneando el culazo para mover el plumero.
(Continuar�) (POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO)