Relato: Mi compradre y yo Aquella tarde no ten�a idea de lo que suceder�a m�s adelante
y ni siquiera lo hab�a imaginado. Sentado frente a mi computadora miraba algunas
fotograf�as de paisajes con el af�n de escoger alguna de ellas y usarlas en un
reportaje que deb�a entregar dos d�as despu�s.
En eso estaba, pero la verdad es que no me hab�a concentrado mucho que digamos y
mi mente divagaba sin prestar mayor atenci�n a lo que ve�a. Sentado estaba y con
las piernas estirad�simas cuando sin motivo alguno tuve una erecci�n de
campeonato que me extra�� un poco, sin embargo no le di mucha importancia.
Segu�a en mi tarea sin enfocarme en nada y aunque la vacuidad de mi cerebro era
real, la dureza de mi miembro era tal que hasta me dol�a. Instintivamente pas�
mi mano por el gran bulto y sent� ganas de restregarlo con furia mas me contuve.
Volv� mi atenci�n a las im�genes cuando sent� una mano en mi hombro. Volte�, era
mi compadre que me preguntaba si ya hab�a terminado mi labor para retirarnos. Le
dije que estaba listo; apagu� el ordenador y salimos hacia el aparcadero.
Mi compadre es fot�grafo y casi todas las tardes me conduce a casa en su
motocicleta. �l es bajo de estatura, un metro cincuenta cent�metros a lo sumo,
pero est� bien proporcionado. Nunca hab�a reparado bien en su f�sico hasta ese
d�a cuando antes de partir el se retir� un poco de mi para contestar una llamada
en su m�vil.
�Qu� me pasa?
El sol comenzaba a caer y el dorado reflejo le pegaba de frente; entonces empec�
a notar algunas facciones que antes �no s� por qu�- no hab�a notado. Me fij� que
su cara era como la de un muchachito. Cejas pobladas, largas pesta�as y ojos
caf� un tanto rasgados. Su nariz peque�a y unos labios que sin ser voluptuosos
se me antojaron apetitosos; debajo luc�a una barbilla partida y sin ning�n bello
facial.
Creo que sinti� mi mirada porque regres� a mirarme, me sonr�o y me gui�� un ojo
para enseguida darse la vuelta y seguir con su conversaci�n telef�nica. Como
ten�a el brazo flexionado sosteniendo el celular, observe un b�ceps marcado que
contrastaba con el blanco de la manga de su camiseta.
Me qued� mir�ndolo y comenc� a bajar la mirada. Recorr� su espalda hasta llegar
a sus nalgas y vaya sorpresa, mi compadre ten�a un trasero peque�o, cuadrado y
respingado. Mi contemplaci�n se torno en una nueva erecci�n que no contuve ni
siquiera porque otra vez se volte� aunque no me miraba de frente.
�l se arrim� sobre el cap� de un carro estacionado y cruz� las piernas mientras
segu�a al tel�fono, situaci�n que yo aprovech� para clavar mis ojos en su
entrepierna. Tampoco estaba mal y para su estatura puedo decir que mi compadre
ten�a un pene de buen porte, al menos eso era lo que ve�a.
Volv� en mi y me dije para mis adentros ��epa! Qu� te est� pasando,
tranquil�zate- fue suficiente para que mi dureza bajara justo cuando �l cort� y
me dijo �vamos pues que se nos hace tarde-; y subimos a la moto con rumbo al
centro de la ciudad.
Morbo en la motocicleta
Nunca he tenido reparos al situarme detr�s de �l, pero esta vez me alej� lo que
m�s pude para evitar cualquier bochorno. �l tom� la ruta y par� en el primer
sem�foro en rojo, lo que provoc� que yo me moviera hacia delante y que mi verga
quedara pegada a su culo.
Quise moverme de vuelta, pero arranc� y qued� m�s apegado que antes porque ahora
mi torso estaba rozando su espalda. Ya en la marcha me mov� hacia atr�s y me
pregunt� algo que por el viento no pude o�r. Inclin� mi cuerpo y lade� la cabeza
para escucharlo � �qu� le pasa cumpa porque va tan callado?- Le contest� que no
me suced�a nada y de pronto un nuevo plant�n en la v�a que me hizo chocarlo por
detr�s, quise retirarme cuando sent� que �l movi� su trasero hacia mi y de nuevo
dio marcha.
Comenz� a conversarme y eso me oblig� a no cambiar de posici�n, pero si tuve que
poner mi oreja casi roz�ndole su mejilla. En el trayecto sigui� hablando y
percib�a que sus nalgas trataban de acercarse m�s y de rozar mi falo.
No quise elucubrar sobre sus intenciones porque nunca me hab�a dado muestras de
querer tener ese tipo de contactos conmigo peor yo con �l, sin embargo el
movimiento de sus caderas me pusieron nervioso y mi arma empez� a calibrarse.
Tomamos por una ruta sin sem�foros y pens� en salir de la circunstancia sin
temer a los frenazos. Mi compadre no me dio tregua sino que sigui� con su
perorata, lo cual me mantuvo cerca de su cuerpo todo el tiempo. �l tampoco dej�
de mover sus nalgas y mi pene no resisti� el embiste. Tuve una erecci�n mayor
que la que hab�a tenido frente al computador.
Debi� haberla notado, pero ni se inmut�; por el contrario comenz� a contarme una
de sus tantas experiencias sexuales con las chicas porque el cumpa es m�s
mujeriego que Casanova. Yo pens� �qu� venga lo que venga- y me abandon� al
movimiento y a la frotaci�n que me ten�a a mil.
A pocas cuadras de mi casa, la conversaci�n y las risas segu�an. Ya sin pudor
alguno tambi�n restregaba sus nalguitas con mi picha dur�sima y �l me contestaba
con un refriego intenso. Aprovech� para cruzar mis manos hacia sus piernas. Una
de ellas descans� en su muslo y la otra se acomod� en su ingle.
�l solt� el manubrio derecho y con la mano libre se acomod� el paquete por
encima del pantal�n de manera que su glande hinchado roz� mi mano que le
sujetaba por la cadera. No fue m�s y mis dedos comenzaron a tamborilear encima
de ese bulto. Continuamos charlando como si nada.
Llegamos a casa y fren� bruscamente, lo que yo aproveche para darle mi �ltimo
friegue con rudeza. El se movi� con fuerza hacia atr�s, al tiempo que yo le
apret� el paquete y baje rozando mi pecho contra su espalda.
Me ape� sin comentario alguno y extend� mi mano para despedirme; el respondi� el
saludo habitual dici�ndome � bueno compadre ma�ana nos vemos y espero que ya no
vaya tan callado- volvi� a gui�arme un ojo y parti� a toda velocidad.
De vuelta a empezar
Apenas entr� me desnud� por completo y me faltaban manos para acariciarme los
test�culos y el pene que me ped�a a gritos una buena paja. Otra vez una
vocecilla dentro me rega�� por lo que hab�a sentido. Le hice caso, me contuve y
me fui a ba�ar. Mientras me aseaba, mi verga no dej� de cabecear en busca de una
corrida pero me mantuve a raya y abandon� la idea. Cuando sal� ya estaba calmado
y s�lo sonre� �qu� pendejos que fuimos- me dije.
Ser�an como las once de la noche; yo estaba en mi habitaci�n buscando unos datos
en Internet cuando escuch� el ruido de una motocicleta afuera en la calle.
Enseguida o� a mi compadre llamarme.
Sal�, lo hice pasar y le pregunt� que qu� le tra�a a mi casa a esas horas. �Lo
que sucede es que me mandaron un deber de investigaci�n en la universidad y
ma�ana con tanto trabajo no voy a alcanzar a hacerlo- respondi�.
Le expliqu� que yo no le har�a el trabajo y que si quer�a podr�a �l usar mi
ordenador; acept� de inmediato, pero antes me pidi� el tel�fono y llam� a su
esposa (mi comadre) para decirle que ten�a que hacer ese trabajo y que no sab�a
a qu� horas iba a llegar. �Si se me hace muy tarde me quedo adormir aqu�- le
dijo y me gui�o un ojo.
Yo me molest� un poco por el atrevimiento. �l se despidi� y tono triunfal
exclamo: -listo- En seguida me pidi� ir a mi cuarto para ponerse a realizar la
tarea. Yo lo dej� instalado y me recost� en la cama a leer un poco. En mi
interior ya sab�a cual era su juego, pero fing� ignorarlo.
A cada rato se interrump�a para pedirme agua, o para consultarme algo. Como a la
hora y media yo estaba casi dormido y no me hab�a sacado la ropa. Mi cumpa me
despert� para preguntarme si pod�a quitarse la camiseta porque le hac�a calor.
Le dije que no me molestaba, pero que me llamara cuando se fuera porque yo iba a
reposar.
Claro que lo de mi sue�o era ficticio s�lo quise dejarle claro que no estaba de
acuerdo con que se quedara; as� que me acost�. El computador estaba frente a mi
cama y mi compadre quedaba de espaldas a mi por lo que pod�a contemplar su
espalda desnuda y sus nalgas cubiertas por el jean.
Desde esa �ptica no pude despegarle la mirada y �l de cuando en cuando cruzaba
las manos hacia atr�s y se llevaba las manos al trasero y se lo masajeaba. Yo
encantado con la vista.
Un poco m�s de la media noche escuch� que grit� �termine esta pendejada- Yo me
hice el dormido esperando que imprimiera el trabajo y que se fuera. Estaba
equivocado porque en vez de eso se acerc� a la cama y me dio tremendo palmazo en
la retaguardia diciendo �arriba compadre que ya termin� y vamos a celebrarlo- me
di la vuelta haci�ndome el tonto. �l me tom� de la mano para pararme y me
pregunt� si no ten�a alguna cervecilla vaga por ah�. Le dije que fuera al
refrigerador y que de paso me trajera una.
Al rato ya estaba en la habitaci�n bebiendo y hablando cuando me dice �cumpa
disculpe si abuso de su confianza pero hoy quer�a quedarme aqu� para conversar-
y se lanz� a la cama.
Yo supuse que ten�a alg�n problema, pero se puso a narrarme sus cosas de la
universidad y de los sue�os que ten�a. Mi cabeza estaba a los pies de �l, en esa
pose mi entrepierna estaba a la altura de su mano derecha. Yo estaba ladeado y
mis pies llegaban m�s all� de su cabeza.
Mi compadre hablaba como loro y al mismo tiempo tom� la cerveza con su mano
izquierda y dej� caer la derecha muy cerca de mi miembro. No hab�a reparado en
ello hasta que sent� uno de sus dedos rozarme. No dije nada y segu� escuchando.
�l avanz� cada vez m�s hasta que todos sus falanges me ten�an empalmado, pero ni
se mosqueaba.
El masajito
Pens� que iba a apret�rmelo pero se gir� para el otro lado para poner la cerveza
vac�a en el piso. Pude ver sus nalgas otra vez y me excit�. Entonces volvi� a su
posici�n habitual y me cont� que ten�a un dolor horrible en la espalda. Se puso
boca a bajo y me pidi� que le diera un masaje.
Cabreado por todas esas insinuaciones le expliqu� que si quer�a pod�a quedarse o
irse pero que me dejara dormir porque ya iban a dar las dos de la madrugada.
Balbuceando me rog� �s�lo un masajito cumpita y no lo molesto m�s-
Me enterneci� la manera de ped�rmelo. Me sent� a su lado y comenc� a masajearlo
con rapidez sin detenerme en ning�n sitio en particular. �l al sentir mis manos
se relaj� por completo y pod�a escuchar su respiraci�n, luego comenz� a
suspirar.
Esas manifestaciones me pusieron erecto y mis masajes se volvieron m�s lentos,
m�s firmes y concentraba el manoseo ya en su nuca, ya en sus hombros, ya en sus
dorsales, ya en la media espalda�
-Un poco m�s abajo- me pidi� con voz de ni�o malcriado y deslic� mis palmas y
dedos hacia su cola sin llegar a tocarla. Con las yemas medio rozaba el inicio
de su raja y �l chillaba como un ratoncillo.
Entusiasmado como estaba, mi verga babeaba y me quedaba a poco de pasarle la
lengua por la espalda, pero me conten�a. En una de esas se levant� de un salto,
se desabroch� el pantal�n y se lo baj�. Qued� en un slip blanco. Pude notar su
verga a medio parar cuando volvi� a echarse y me suplic� que tambi�n le
masajeara las piernas.
-Esp�rese un ratito compadre d�jeme ponerme m�s c�modo porque estoy que ardo- y
literalmente as� era. Esta vez me arm� de valor y quise darle una sorpresa al
atrevido. Me qued� desnudo y �l ni cuenta se dio porque estaba con los ojos
cerrados y restreg�ndose contra el colch�n.
El pulpito
Me sent� a su lado y sin contemplaciones puse mis manos en su espalda y las
deslic� por debajo de su slip hasta llegar a su carnoso culo. Sent� que se
estremeci� y dej� escapar un quejido de placer. No pude m�s y le agarr� con
fuerza ambos cachetes.
Se los estruje, se los pellizque, se los agarr� y les di cachetazos. Yo estaba
como loco con la picha a todo lo que daba pero no me la tocaba siquiera. Mi
compadre se retorc�a de gozo y ahora jadeaba. De un solo tir�n le baj� los
calzoncillos y los bot� lejos.
Me inclin� un poco para bajar con mis manos por sus piernas. Su culo era
lampi�o, pero ten�a vellos en los muslos y pantorillas. Llegu� con mis dedos a
sus pies y volv� a subir hasta su orto y roc� apenas con el dedo medio su
rajita.
-Qu� me est� haciendo compadre- pregunt� haci�ndose el ingenuo, -lo que usted
quer�a mi cumpa ahora sentir� cu�nto lo quiero- y me le trep�. �l se extra��
porque reci�n cay� en cuenta que yo estaba desnudo. Me acomod� el huevo de
manera que quedara sobre su raja y comenz� a masajear su espalda con fuerza.
Met� mis manos por debajo de su pecho y le ped� que se alzara un poco para pasar
mis manos por sus tetillas.
Se las restregu� mucho mientras mi pene se deslizaba suavemente por su culo sin
llegar a penetrarlo. A esas alturas, los dos est�bamos como locos. No me contuve
m�s y termin� por alzarlo para abrazarlo bien por detr�s y le bes� el cuello, le
lam� las orejas, le bese las mejillas hasta que al fin le pas� la lengua por la
boca.
-Ay compadrito que es esto tan rico, que estamos haciendo cumpita, por Dios que
rico- me dec�a y yo segu�a sob�ndole mi verga en las nalgas. El me tom� las
manos y me las fue bajando hasta su verga, la cual tom� con ansias y me percat�
que sin ser inmensa, estaba bien ancha y cabezona.
Le met� la punta de la lengua dentro del o�do y con mi boca devor� su oreja;
comenc� a chup�rsela y al mismo tiempo a taladrarlo con mi lengua. �Qu� rico,
qu� rico- dec�a entre sollozos. Mis manos corr�an de sus tetillas -que ya
estaban dur�simas- hasta sus huevos y su falo mientras mi glande buscaba el
ojetito que le dar�a placer.
No s� como pero se zaf� de mi, se acost� boca arriba y me extendi� los brazos
invit�ndome a ponerme encima. Como yo soy m�s alto coincidimos en las caras pero
mi verga quedaba fuera de su cuerpo y la suya me llegaba al ombligo.
�l se dio cuenta y se chorre� un poco hasta que nuestros penes coincidieron pero
no pod�amos juguetera con nuestros labios. Me abraz� dur�simo y de un solo
impulso me volte�. Qued� yo boca arriba debajo y �l boca abajo encima.
Fue la perdici�n porque �l por su tama�o pod�a deslizarse f�cilmente por mi
anatom�a. Se coloc� de forma tal que mi glande chocaba con sus bolas grandes, su
cabezota rozaba mi obligo y su lengua me abri� los labios en dos para licuar mi
boca.
Est�bamos tan abrazados, tan empalmados, tan succionados que hubo un momento en
que sentimos que nuestros corazones palpitaban al un�sono. No emitimos ruido
alguno, apenas el respirar profundo y el grito ahogado de dos hecho uno
compartiendo el mismo aire.
La declaraci�n
Creo que estuvimos as� unos 10 minutos cuando el separ� de mi su boca y sin
dejar de moverse para que mi pene alcance sus test�culos me tom� la cara con sus
manos y me mir� directo a los ojos.
Aquello fue lo m�s impactante que me han hecho. Abajo sent�a su lubricada verga
y esponjosos cojones y arriba un corrientaza que me traspas� el alma. �Te amo
compadre- me susurr� y un rictus se desdibuj� en su rostro.
Arque� las cejas pobladas, frunci� la frente, su boca dulce hizo un puchero y
sus ojos brillaron con la aparici�n de las primeras l�grimas. Pronto comenz� a
llorar a raudales, quer�a hablar y no pod�a; as� que tembloroso abri� la boca y
sell� con ella la m�a.
Me lami� hasta el coraz�n y dej� de hacerlo s�lo para mirarme de nuevo y decirme
entre l�grimas �Lo amo cumpa, lo amo y no s� por qu� siento as�, s�lo s� que
desde que lo mir� por primera vez hace ya nueve a�os supe que lo amaba. Fue por
eso que lo escog� para ser padrino de mi hijo. Todo este tiempo me he contenido,
pero ya no he podido m�s y creo que met� las patas hasta el fondo. No s� que
pensar� de m�, no s� si seguiremos siendo amigos, no s� c�mo me voy a sentir
despu�s de esto; s�lo s� que mor�a por sentirme entre sus brazos y que nunca
antes hab�a experimentado esta pasi�n por hombre alguna en mi puta vida-
Clav� su cabeza en mi hombro. Dej� de menearse pero nuestras vergas segu�an
dur�simas. Yo s�lo atin� a abrazarlo sin saber que decir. Mirando al techo sent�
que por dentro estaba a punto de estallar y comenc� a llorar tambi�n.
Le acarici� la cabeza con una ternura que jam�s hab�a sentido por una mujer peor
por alg�n hombre. Me incorpor� como pude y qued� sentado en la cama. �l se
retir� y se sent� a llorar a un lado del colch�n. Respir� hondo y le dije �Venga
compadre, ven mi amigo- con el pie le hinqu� el trasero para hacerlo reaccionar.
Hice que se sentara con las piernas abiertas frente a mi y con las m�as lo
aprision� para atraerlo. Con mis manos lo tome por las nalgas y lo pegu� a mi
cuerpo. Nuestros penes medio fl�ccidos se toparon. �l pas� sus brazos y con sus
manos se at� a mi espalda.
-Tampoco s� que me pasa, ni quiero saberlo. Pero lo que usted acaba de hacer me
ha llenado no s�lo el cuerpo sino tambi�n el alma. Yo al igual que t� siento lo
mismo y quiero que sepas que esto me confirma que te amo y que siempre ser�s mi
amigo, mi compadre, mi pana, mi amante, mi otro yo. No te voy a cuestionar, pero
no quiero que t� te cuestiones a ti mismo ni que me cuestiones a m�. Esto surgi�
de repente, quiz�s siempre estuvo ah� pero no me hab�a dado cuenta. Como sea,
esta nueva faceta ser� exclusiva de los dos y ser� nuestro pacto de lealtad
entre t� y yo para siempre-
No pude seguir hablando y esta vez fui yo quien sell� su boca con un beso. El
respondi� con ansias y al momento ya est�bamos revolc�ndonos como dos leones en
celo. Me mord�a por todos lados, pero me chupaba los labios con tal furia que se
me hicieron los besos m�s dulcemente agresivos que he recibido en toda mi vida.
Sexo en c�mara lenta
Otra vez encima me levant� los brazos y me lami� con deleite las axilas. Su pene
restregaba el m�o con una fuerza descomunal. Est�bamos tan embarrados de l�quido
preseminal que se deslizaba por nuestros costados. Sus manos no paraban de
tocarme las tetillas, la boca, el pelo.
En una de esas se fue un poco m�s arriba y dej� su rajita al alcance de mi
verga. Se la coloqu� como quien coloca una salchicha en un pan y �l se abri� las
tapas para que resbalara con facilidad sin ser perforado todav�a.
Mientras su lengua recorri� mi ment�n, me lami� los labios y cerr� su boca justo
en mi nariz. Yo no sab�a que las fosas nasales eran zonas er�genas pero cuando
me met�a la lengua por ah� me sent� incre�ble. Con sus dientes mordisque� mi
tabique y con mucha suavidad me bes� los ojos, chup� mis cejas y embadurn� mi
frente con su saliva.
Ya no hab�a sitio de mi cara sin explorar, as� que con su lengua abri� surcos en
mi cabello y recorr�a con su punta la piel de mi cr�neo. Esa fue otra de las
caricias desconocidas que me pusieron en el cielo.
Yo con mis manos lo sobaba todo, pero me concentr� en sus nalgas respingonas y
las apretaba mientras mi verga sub�a y bajaba por su raja. Con maestr�a baj� por
todo mi cuerpo hasta que lleg� a mi pubis y se hundi� en �l.
Peg� su boca a mi piel y sin dejar de succionar y lamer al mismo tiempo fue a
dar a la ra�z de mi picha que lo esperaba con ganas. Empez� abriendo su boca y
rode� con ella el tronco hasta que a leng�etazos lleg� a mi cabeza. Se detuvo un
momento la miro, le dio un tierno beso y sin contemplaciones se la zamp� hasta
la mitad de un solo bocado.
Casi me vengo en el acto y tuve que apretar fuerte mis esf�nteres para evitarlo.
Con sus labios me replegaba la piel del tronco y con la lengua sub�a y bajaba
hasta llegar al borde del glande. All� con la puntita buscaba mi frenillo y lo
acariciaba como el aleteo de una mariposa.
Yo ya ni lo topaba, estaba concentrad�simo en el placer que estaba recibiendo y
eso era todo lo que necesitaba en ese momento. No s� como lo logr�, pero de
pronto ten�a mis 22 cent�metros encajados hasta mi pelambre p�bico y all� se
qued� apenas respirando y recorriendo mi estaca al interior de su boca con su
lengua.
Yo pegu� un grito de �xtasis y el dej� mi pinga en ese momento. Le rogu� �no
cumpita, siga, siga mi pana, siga chupando su caramelo- �l me hizo callar con un
beso en la boca y agreg� �no lo dejar� terminar ahora que quiero ense�arle las
estrellas y darle todo el placer que usted se merece. Aguante cumpa que esta
noche los dos conoceremos la verdadera arrechera- Con esas palabras me domin�
por completo, pero �qu� vendr�a ahora?
Pues nada que le tocaba a mis huevos recibir el tratamiento de mamada. Me los
lami�, me los bes�, me los masaje� y hasta me los piso suavecito con los dedos
de sus pies. Yo me arrebat� cuando se puso encima con su cara hacia mi sur y de
un solo lenguazo me recorri� desde el ombligo hasta los mismos cojones y con su
lengua los bat�a de un lado a otro.
Mi turno
Digo que me arrebat� porque vi�ndole el culo y la verga desde atr�s lo �nico que
hice fue tomarlo por las caderas, apartarlo de su manjar y meterme de un solo
golpe su pinga gordita y cabezona.
Se la chupe con delirio y a diferencia de �l me di modos para succionarle la
verga, los huevos y el culo. Fue un momento de arrechura cuando le abr� las
nalgas y le met� la lengua en el hoyito.
-Ay cumpita por Dios que Rico, me muero cumpa, me muero- me dec�a. No aguant�
m�s parlamento y le mord� el orto con sa�a. Se lo chupete� todo. No qued� nada
sin lamer y morder. �l s�lo resoplaba. Yo le ten�a cogidos los test�culos con
una mano y se los soltaba para pellizcarle duro el glande. Cuando hac�a eso
clavaba mi lengua lo m�s hondo que pod�a en su ano y �l se retorc�a de placer.
Pero no estaba satisfecho, quer�a complacer a mi compadre as� como el me hab�a
complacido. Dado que es m�s peque�o que yo, lo hice montar sobre mis hombros con
su tiesa verga dentro de mi boca. El se recost� un poco sobre mi cabeza y me
par�. As� lo goc� por un par de minutos.
Lo tir� a la cama y con fuerza lo tom� por los tobillos y lo lleve al filo del
colch�n hasta tenerlo arrodillado. Yo por detr�s de un jal�n le abr� las
piernas, met� la mano y traje hacia mi vista los huevos y la pinga, que ya
estaba media amoratada de tanto mame.
En esa posici�n fue f�cil lamer culo, huevos y pene de una sola pasada.
�Compadre que delicia, cumpita que me muero, lo quiero dentro mi vida- gritaba.
Le tape la boca para que dejara de gemir, pero fue peor porque el hombre se
volvi� loco, me mordi� la mano y se volte� rabioso hacia m�.
-Concha de su madre, compadre m�tame la verga porque sino le hago mierda el
cuarto- me asustaron su palabras, mi compadre estaba arrech�simo y no sab�a lo
que dec�a. La piel le temblaba, la boca le babeaba y el pene parec�a tenerlo de
fuego.
Me sobrepuse y le grit� que se callara que yo me lo culear�a cuando yo quisiera
y no cuando �l me lo mandara. Me tir� a la cama levante mis piernas y le orden�
�m�meme el culo hijo de puta- se me avalanz� con la boca abierta y me meti� la
lengua y la nariz. Hasta se refreg� las tetillas y las axilas en mi hueco.
Adentro
Eso me puso a bufar como toro y con rudeza le dije �ahora ens�rtatelo tu mismo-
no se hizo esperar y se sent� a horcajadas, se abri� las nalgas con las dos
manos y se la empez� a meter.
�Por la puta compadre que verg�n que eres me vas a reventar- Yo sab�a que era
su primera vez as� que cambi� mi tono � mire guev�n yo lo amo y no quiero
hacerle da�o, s�lo c�masela hasta donde la aguante y sino puede pues no hay
problema, yo igual lo quiero-
Esas fueron las palabras m�gicas porque se la fue tragando poco a poco. Yo mismo
qued� maravillado cuando vi mi pene desaparecer en ese estrecho culito. La cara
de mi compadre se hab�a descompuesto por el dolor pero no emiti� un solo ay. Al
final se dej� caer y qued� empalado. Cerr� los ojos y me tom� las manos
fuertemente.
Se qued� quieto unos tres minutos, cuando not� que su ano comenzaba a apretarme
la picha. El rostro de mi compadre se empez� a relajar y pronto tuvo una sonrisa
y se relam�a los labios.
-Ahora s� ya soy suyo cumpa, ahora s� h�game el amor, culee cumpa como nuca lo
ha hecho, vamos mu�vase por favor que quiero esa vergota entrando y saliendo,
por la puta mu�vase- me rogaba pero no hice caso sino que me dediqu� a apretar y
a aflojar mi ano para que el pene se me hinchara m�s.
Eso volvi� loco a mi compadre que ya fuera de s� se levant� con rapidez y se
dej� caer nuevamente. Lo hizo unas cinco veces seguidas. Despu�s se inclin�
sobre mi me tom� de nuevo las manos y las us� como soporte para balancearse
atr�s, adelante y en c�rculos. �Puuuuuuta, que rico, qu� rico, cumpa que verga
tan deliciosa, que es esto ay, ay, por favor cul�eme-
No pude m�s y lo vir�, sin sacarle el pedazo de carne de su trasero lo levant�
un poco, lo puse en cuatro y le enterraba mi daga hasta m�s all� de la
empu�adura. �Cumpa m�tame los huevos tambi�n- me ped�a y en serio que trat� pero
s�lo llegu� a sobarlos contra su dilatado orificio.
Del otro lado
Sent�a que estaba por terminar pero no quer�a acabar as�, yo tambi�n quer�a
probar verga. Se la saque sin compasi�n y grit� del dolor. No le di tregua sino
que lo arrim� de espaldas a la pared y me puse yo de espaldas a �l.
Me la enterr� de un solo golpe, s� me doli� pero su cabezota top� mi pr�stata y
ya no sent� m�s que un rico placer que hizo que me temblaran las rodillas. No me
pude mantener en pie y ca� con mi pecho al piso y culo levantado.
-Oh compadre que bien culea usted, deme duro, h�game suyo sin pena- le ped� y mi
compadre me complaci�. Me tumb� de lado, alc� una pierna y me la clav�
delicioso. Me mord�a la espalda, las orejas, estiraba el cuello para alcanzar mi
boca y con sus manos me pajeaba con fuerza.
Sent� que se ven�a as� que me retir� y lo puse encima, verga con verga, quer�a
sentir su semen y que �l sintiera el m�o. Nos abrazamos, nos devoramos la boca y
en el momento de eyacular nos paramos y botamos toda nuestra leche en el cuerpo
del otro.
Complacidos y asustados
Gemimos. Los te amo, los te quiero, los que rico, fueron muchos y el masaje de
las dos pijas mientras se derramaban una en la otra nos llev� a la gloria.
Rendidos ca�mos en la cama enredados con los brazos y piernas, toc�ndonos las
nalgas, d�ndonos lengua y lloramos como dos ni�os.
No pudimos dejar de besarnos, de tocarnos, de decir que nos quer�amos, que ya
�ramos hermanos y no se cuantas cosas m�s de ese tipo. Tuve que pedirle que se
calmara y logr� adormitarse en mi pecho.
Busque el reloj en la mesa de noche pero lo encontr� debajo de la cama; eran las
cinco y 20 de la madrugada. Le volv� a dar un beso y le suger� ba�arnos antes de
dormir. Est�bamos tan exhaustos que nos dol�a todo el cuerpo y al tratar de
orinar no pudimos hacerlo porque sent�amos los test�culos como de cemento. Nos
pusimos a re�r pero m�s nos dol�a. Con las piernas abiertas entramos a la ducha
y el agua caliente se encargo de relajarnos por completo.
Una vez fuera nos secamos mutuamente y pudimos observarnos. Ten�amos el cuerpo
lleno de moretones, ara�azos, chupetazos, rojizos. Fue entonces que nos dimos
cuenta de la cantidad de energ�a que hab�amos puesto en el acto.
-Cumpa y ahora, no puedo llegar as� a mi casa- me dijo. Busqu� un spray
desinflamante, hielo y hasta carne cruda para aplicarle en las heridas de
guerra. Unas se fueron borrando pero las de las nalgas si que no cedieron, peor
aquellas marcas que mis dientes hab�an dejado en ellas. Calculando el tiempo, mi
compadre qued� en irse a las 7 de la ma�ana porque su esposa se iba a dejar al
ni�o al colegio. El llegar�a a cambiarse de ropa y le dejar�a una nota
dici�ndole que tuvo un trabajo de emergencia.
-Disc�lpeme compadre, no quise hacerle marcas, no al menos en su cuerpo- El s�lo
ri� para salir del paso, pero se notaba que estaba preocupado. A la hora
convenida sali� mi cumpa para la casa. Yo ya hasta hab�a pensado en mudarme esa
misma ma�ana otra ciudad. Lo nuestro era imperdonable y para colmo ambos
ten�amos las huellas del delito a flor de piel.
Feliz �t�rmino?
En fin, a las 9 de la ma�ana fui al trabajo cuando estaba en mi computadora
sent� que mi compadre me tocaba el hombro. �No se preocupe cumpita, la cosa
sali� mejor de lo previsto- Me cont� que cuando lleg� se cambi� de ropa y estaba
escribiendo la nota, de repente entr� mi comadre apurada y le dijo que deb�a
marcharse pronto a otro estado donde viv�a la mam� de ella porque la hab�an
llamado para pedirle que fuera de urgencia.
-Yo te llam� ayer a la casa de mi compadre pero nadie contestaba, as� que hice
las maletas y me voy. Mijito vengo en una semana. Al ni�o lo dejo donde tu
hermana, as� que anda a verlo a la salida de la escuela y est�te con �l un rato.
Me voy mijo ya te llamo- Ese fue m�s o menos lo que sucedi�.
Respir� aliviado y seguimos trabajando. Por la tarde, mi cumpa me esper� para
llevarme a casa. Volvimos a sentir lo mismo del d�a anterior, pero esta vez
paramos en una bar para hablar. Fui sincero al decirle que no deseaba causar
problemas en su vida y que lo mejor era distanciarnos. �l no lo acept� y propuso
no volver a hacerlo a�n sabiendo nuestros sentimientos y evitando encontrarnos a
solas nuevamente.
Me pareci� un trato justo para ambos y nos dimos un fuerte abrazo antes de salir
del bar. No falt� alguien que nos silb� al ver la escena, pero no nos import�.
Han pasado seis a�os de aquello, mi amistad con mi compadre est� intacta y si
m�s fuerte que antes, sin embargo nuca m�s ni hablamos del tema ni nos
insinuamos y ya no nos molesta ni incomoda estar a solas.
No creo que el deseo se haya ido del todo porque todav�a medio jugueteamos
cuando vamos en la moto y muy de vez en cuando en son de broma nos vamos
rozando. Por cierto mi comadre me cont� que mi compadre dej� de ser mujeriego y
que hasta le pidi� disculpas por las veces que le fue infiel. Ahora es ejemplo
de marido y hasta han planificado una segunda luna de miel. A mi tampoco me ha
ido mal y me caso a fines de este a�o con una buena mujer y bell�sima adem�s.
Ayer no m�s le dije a mi compadre que iba a escribir este relato y que buscar�a
una p�gina gay para dejarlo all�. �l me pidi� no revelar los nombres y no contar
un par de intimidades que �l me confi� esa noche y que no pusiera las palabras
exactas de lo que me pidi� que le hiciera en su momento de �xtasis. Bueno cumpa
aqu� est� la historia como usted la quer�a leer.
A.X.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 0
Media de votos: 0
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Mi compradre y yo
Leida: 906veces
Tiempo de lectura: 19minuto/s
|