El mismo consist�a en acompa�ar en distintos eventos a profesionales o
empleados de empresas en congresos y eventos , todo terminaba al final del
evento y si nosotras quer�amos aceptar invitaciones extras, corr�an por nuestra
cuenta, tanto los honorarios como cualquier situaci�n, el pago era de pesos 50
por noche y los eventos terminaban a las 3 a.m.

Esto me dejo m�s tranquila, puesto que nada era como a mi me parec�a , todo
quedaba en mi decisi�n y era ese poco dinero el que me hacia falta para hacer
m�s llevadera mi existencia.

En la primera noche, tuve que asistir a unos m�dicos especialistas en
cardiolog�a, los cuales ubicaba en sus mesas, no me extra�o recibir ofertas
"para despu�s", hice o�dos sordos hasta que una persona me invito y me dijo
directamente te doy 500 d�lares por una noche de" placer mutuo", nunca hubiese
so�ado tal oferta, si bien soy alta y creo linda, verdaderamente me turbo y no
le conteste enseguida, pero lo mire detenidamente.

Me detuve en su rostro, sus manos sus cuarenta y tantos a�os, contrastaban un
poco con mis edad y sin pensarlo mucho asent�, no pense en nada m�s que el
dinero , ese d�a que cada uno de nosotros tiene su precio , me dio las llaves de
una habitaci�n en el cuarto piso del mismo hotel donde era el congreso y muy
suelto me dijo que le abriera cuando vaya a las 3 y media, faltaban quince
minutos cuando entre en la habitaci�n , esta era de lujo, su cama enorme, un
televisor gigante, dos sillones con un tapizado de ensue�o, las cortinas blancas
y un escritorio donde hab�a unos papeles, que sobre un fino tapete de cuero no
pude dejar de leer, Dr. Jos� Antonio �(su nombre) eran cartas a su hijo Alberto
que estudiaba en Harvard, de pu�o y letra, una escritura sacada del tiempo que
me recordaban los escritos de mi bisabuelo, cerr� la puerta con cerrojo y me
puse a leer del texto pude averiguar que era viudo que su hijo tendr�a entre 20
y 25 a�os el hablaba de estar enamorado, pero recordaba siempre a su madre.

Cuando toco la puerta me sobrevino un poco de temor, no por miedo, m�s por inexperta en este nuevo trabajo.

Tal como me indico Clara, pense en el mejor amante y trate de poner su cara
en ese cuerpo, abr� la puerta y ironizando lo invite a pasar, le saque el saco,
lo puse sobre ese mueble que hay en todos los hoteles para colgarlos y hablando
despacio, le dije que estaba a su disposici�n, me invito a desnudarnos y
ducharnos, ambos mir�ndonos como en estudio y recelo, nos fuimos a la ducha, nos
enjabonamos todo el cuerpo especialmente nuestras parte p�dicas, al enjuagarnos
me acaricio los senos y me beso, fui entreg�ndome a el , como si fuese mi pareja de mucho tiempo, dir�a con amor, las toallas esponjosas me tentaron, arrodillada sobre ellas lam� su falo el cual respondi� en r�pida erecci�n, lo acomode sobre mi lengua y succion�ndolo con mis labios, deguste sus l�quidos preseminales cuyo salado me enloquecen, hasta que ya sabore�ndolo recib� su leche, trag�ndomela
sin dejar gota.

Lo sent� cansado recostados en la cama nos quedamos dormidos, son� un timbre
del tel�fono y ambos despertamos, eran las 11 a.m. pero como era S�bado y no tenia clases me di vuelta, en ese instante record� que no estaba en mi departamento, el hablaba respondiendo a la llamada en forma cortante, seca, no
creo que haya sido su novia, me beso la oreja y se fue al ba�o (supongo que a orinar) cosa que yo hab�a hecho dos horas antes, entro de nuevo a la cama y sent� sus manos haci�ndome cosquillas

primero y despu�s acomod�ndome, sus dedos calientes provocando flujos jugaban
con mi cl�toris, me di vuelta y me penetro, sin preservativos , por suerte yo
llevaba un DIU desde hacia un a�o, su cabeza penetro unos pocos cent�metros y
eso me llevo a abrazarlo con mis piernas para que penetrara m�s ya toda adentro,
jugaba en mi vagina en un entre y saca fuerte y constante que mi hicieron acabar
en pocos minutos, el sigui� hasta dejar toda su leche y bes�ndome, me interrogo,
como hab�a estado, por supuesto que le dije que bien, al verme la cara, entro a
dudar, no lo deje as�, mediante mis manos y lengua, logre que su erecci�n se
restableciera, ahora yo me puse arriba y esta vez yo jugaba con ese pene, hasta
que acabo, me encanto el ruido de nuestros jugos, todav�a penetrada lo bese, me
di cuenta que esa piel me gustaba y que hab�a sido una buena faena.

Duch�ndonos, saco su risa frente a mis ojos y nuevamente lo bese, no parec�a
un acto comprado, verdaderamente me atra�a, cuando me cambie, en mi peque�a
cartera agarrados con el cierre estaba lo que me prometio, los guarde como con
verg�enza, me beso suavemente en los labios apretando mi nalga izquierda, perd�
contacto con el, no le hab�a dicho mi nombre , ni el me pidi� la direcci�n, ni
nada.

Fue el primero, pero no el ultimo se�or que paso un momento de" goce mutuo",
al otro viernes, fue con un gerente para Sudam�rica de una empresa a�rea, esta
vez fueron cuatrocientos d�lares, no tuve nunca m�s esa sensaci�n de "amor" de
la primera vez , del primer d�a de trabajo.

En cada relaci�n pon�a el rostro de el, hasta cuando sal� con un japon�s, que
no entend�a nada al escucharme a re�r a carcajadas ( yo analizaba mi fantas�a,
que me permit�a actuar), despu�s de cuatro a�os, con Clara hac�amos una perfecta
pareja para ejecutivos, sociedad que incrementaba nuestros ahorros y un buen
pasar, ambas seguimos estudiando y conseguimos hacer un curso en Harvard .

All� fuimos, ambas nos complotamos en ese a�o ser estudiantes y se�oritas
olvidando nuestro trabajo tan rentable, un a�o sab�tico , mejor dicho un a�o
dentro de nuestros antiguos principios, de hacer el amor si nos gustaba la
oportunidad y para nada de vendernos.

El grupo era extraordinario, gente de todos los pa�ses del mundo, el profesor
era argentino de unos 28 a�os, aparentemente casado, fue el quien nos invito a
una reuni�n en su casa con otros argentinos, all� fuimos con Clara, era un grupo
de aproximadamente 30 personas, todas argentinas, profesionales algunos
profesores otros alumnos, pero todos extra�ando los problemas y costumbres de
nuestra patria, los renegados de siempre y los nacionalistas para su bolsillo en
verdes.

El due�o de casa se me acerco y me invito a salir solos despu�s del lunch, mi
onda de trajecito , sensual ( sigo creyendo que con unos cent�metros m�s podr�a
haber sido modelo), qu�mica o flechazo acepte.

Me extra�e que no avanzaba, pero poco a poco entend� que cuidaba las formas
al extremo, quer�a noviar, quer�a algo m�s que sexo, lo sent� enamorado y no
estaba errada a la otra semana, directamente me lo dijo y me gusto, hacia mucho
tiempo que hab�a olvidado el cortejo del macho por su mujer, regalos, flores,
perfumes, besos , no paso quince d�as que estabamos apareados en su
departamento, donde aplique la regla de oro de las parejas actuales," ..que si
quiere buscar nunca encuentre algo mejor que lo que le dan en su casa ", por eso
la primera vez no lo mame, lo endiose a caricias, hasta que mi vagina dejo fluir
sus jugos lubricantes y me sent� amada, diferente a gozar, sutil diferencia que
nunca pense encontrar.

A los sesenta d�as estabamos viviendo juntos, Clara me insultaba por haberla
dejado sola, pero me entend�a , no dejaba traslucir los celos , verdaderamente
nos llev�bamos bien, en todos los aspectos, no me extra�o que dijera de
casarnos, fue el momento que nos preguntamos por la familia, tenia una hermana ,
su madre hab�a fallecido y su padre prefiri� siempre escribir antes que hablarle
por tel�fono. Le cont� de mis padres separados de mi madre en pareja y con otro
hijo en Rosario y no pude decirle de mi manera de ganar el dinero, no pod�a y no
quer�a arriesgar la relaci�n.

Fue un s�bado, que me mostr� las cartas de su padre, su letra tipo inglesa,
me descoloco totalmente, me sent� y empece a leer esas cartas, contaba lo que le
pasaba, que hab�a estado enamorado pero una relaci�n casual lo dejo sumido en
una depresi�n total, totalmente desarmado por haber dejado partir al amor de su
vida, que est�pidamente hab�a cre�do que no se iba a enamorar de una prostituta
y ahora que ya hacia un tiempo, no tenia dudas fue la �nica mujer que lo hizo
sentir hombre, lo �nico que consigui� fue su foto que guardaba para recordar lo
tonto que hab�a sido.

El membrete la carta era el mismo que esa mi primera vez, que hacer, que
decir, que decidir, yo sabia que el me mover� el piso de todo esto, mi edad,
todas las variables se me cruzaron, hice creo lo mejor , le escrib� una carta
desde la direcci�n de Clara, dici�ndole que hab�a cambiado de vida, que no me
interesaba, que todo fue circunstancial.

No me contesto, una tarde llego al departamento que habit�bamos con Alberto,
cuando me vio, entro y mi beso, no pude dejar de contestar ese beso que tanto
hab�a extra�ado, nos desnudamos mutuamente y me penetro sobre la mesa de la
cocina, en unos segundos, record� esa noche, su qu�mica, sus besos, llorando le
pregunte �Por qu�? nos tocaban esas circunstancias �Por qu�? con su hijo, como
hacia ahora que tenia que decidir, no hablaba , solo me acariciaba , nos
arreglamos, llego Alberto y le di un beso con gusto a traici�n.

Nos casamos hace ya ocho meses, Alberto no sabe que la foto que no le muestra
su padre es la m�a , tampoco que el es mi amante, espero que nunca se de cuenta.