Lleg� la ma�ana de la partida de Nicol�s y tras despedirse de
ella y de sus padres parti� y regresando Luc�a al interior de la casa se top�
con Ringo que la miro fijamente pero esta vez ella noto en los ojos del perro
intenso y particular brillo. De todas maneras en ese momento y durante todo el
d�a no recibi� ninguna comunicaci�n por parte de el.
Esa noche ceno con sus suegros, una vez que terminaron de
cenar y de tener una breve sobremesa ayud� a su suegra en la limpieza de la
vajilla y cocina y se retiro a su apartamento.
Una vez en su dormitorio se desnudo y coloco en su cuerpo el
liviano camis�n que le llegaba hasta la mitad de sus muslos y se meti� en la
cama. Al rato volvi� a sentirse inquieta y nerviosa como la vez anterior e
inmediatamente tuvo la necesidad de dirigirse a la puerta del apartamento. Una
vez parada frente a la cerrada puerta reson� en su mente la orden mas n�tida y
potente que nunca "abre la puerta", sin vacilar ni un segundo as� lo hizo, y
all� firmemente plantado en sus cuatro patas, la cabeza erguida, las orejas
tiesas y mir�ndola fijamente estaba Ringo.
Se hizo a un lado y el can entro y se paro en medio de la
peque�a sala que estaba discretamente iluminada por una lampara de pie. Luc�a se
aseguro de cerrar bien la puerta y se encamino hacia el mismo lugar en donde la
esperaba Ringo, se detuvo frente a el y descubri� su ansiedad por la espera de
la siguiente orden. Esta no se hizo esperar ... " qu�tate el camis�n"...
obedeci� de inmediato sac�ndoselo por encima de su cabeza, all� frente a los
brillosos ojos del perro aparecieron los rotundos y blancos muslos de Luc�a y su
peque�o monte de suaves bellos sobre una cerrada y carnosa vagina. La mujer
sinti� un tremendo escalofr�o cuando el hocico se apoyo con firmeza en su pubis
y luego una rosada, larga y rugosa lengua le recorri� sus muslos en forma larga
y pausada.
Ya entregada y con su mente solamente puesta al servicio de
las ordenes de Ringo
recibi� una �ltima orden, y digo �ltima porque a partir de
esto ella, como hembra obediente, sumisa y anhelante sabr�a exactamente que
hacer y en que forma satisfacer a su macho dominante. La �ltima orden: "abre tus
piernas".
Luc�a recibi� en su abierta vulva la mas salvaje y placentera
lamida de su vida, esa lengua la llevaba a los limites de un placer que jamas
imagin�, la recorr�a desde su pubis, pasando por entre sus labios vaginales
hasta su ano y viceversa. En un momento Ringo concentro sus lamidas en el
inflamado cl�toris y su hembra gimi� profundamente presa del impresionante y
explosivo orgasmo que estallaba en su cuerpo. Las piernas de Luc�a se aflojaron
y esta cay� de rodillas frente a su macho quedando cara a cara. Ringo apoyo el
hocico en la boca de la mujer y sacando apenas la punta de la lengua rozo, con
esta, los h�medos y carnosos labios. Ella entendi� y abrio sus labios para dejar
que penetre en su boca aquella sabia lengua y jugaron largo rato con sus lenguas
explor�ndose ambos sus respectivas cavidades bucales y mezclando y trag�ndose
sus salivas y babas.
Ringo se separ� de la boca de Luc�a y se dedic� a lamer los
senos palpitantes de la mujer y a mordisquear suavemente los duros y erectos
pezones, llev�ndola al l�mite total de su calentura. El perro al advertir esto
dejo de lamer y le dio un firme empuj�n al pecho de la mujer para que quedara
acostada de espaldas al piso y cuan larga era, una vez en esa posici�n la hembra
abri� autom�ticamente sus piernas, pero el can ten�a otra idea, comenz� a
avanzar sobre el cuerpo de Luc�a pisando a los costados del mismo. De pronto
ella sinti� la punta h�meda y caliente de la verga del animal que hacia contacto
con su pubis y desde all� comenz� a avanzar lentamente hacia si vientre, alzo un
poco su cabeza y vio, por vez primera el rojo y enorme miembro del perro.
Hipnotizada observo como avanzaba y dejaba un rastro de viscoso semen en su
blanco cuerpo y ya se acomodaba en el medio de sus senos, haciendo una breve
escala para seguir y llegar por fin a los labios de la entregada hembra. Lucia
entreabri� los labios y aprisiono suavemente la punta aguda del miembro que se
le ofrec�a y lo acarici� con la punta de su lengua. As� unos minutos hasta que
golosa y sedienta comenz� a tragar todo lo que pod�a de la verga animal, una vez
que ya ocupaba casi la totalidad de su boca y lleg�ndole hasta la garganta,
aunque ni siquiera era la mitad de la verga que casi la ahogaba, comenz� una
profunda u concienzuda mamada, mientras acunaba y acariciaba con sus peque�as
manos los grandes y cargados test�culos de Ringo.
Asombrada vio como se formaba una gran bola en la base del
miembro y como este comenzaba a latir y sacudirse dentro de su boca, aunque ya
en este rato que duraba la mamada hab�a sentido resbalar garganta abajo peque�os
latigazos de �cido semen, sabia que lo mas importante estaba a punto de ocurrir,
apenas termino de pensar en eso cuando una catarata de leche perruna inundo su
boca oblig�ndola a tragar r�pidamente para que no se desbordara por la comisura
de sus labios, aun as� eso fue inevitable y sus mejillas y cuello se vieron
mojados de este, para ella, ya sabroso semen. Mientras su macho se descargaba
interminablemente en su boca ella a su vez se vio sorprendida por un intenso
orgasmo que inundo aun mas su ya encharcada concha.
Al terminar de correrse Ringo ella le limpio completamente la
verga y vio como esta perd�a algo de rigidez y su bola disminu�a
considerablemente a pesar de esto sigui� con sus caricias linguales, bucales y
manuales por otro rato. La dureza de la verga volvi� a sentirla y su macho sali�
de la posici�n en que estaban y par�ndose al lado del cuerpo tendido de ella,
volvi� su gran cabeza y la miro fijamente directo a los ojos, ya no hab�a
necesidad de ordenes y ella lo comprendi� perfectamente.
R�pidamente Luc�a se volvi� sobre el piso y adopto la
posici�n de 4 patas abriendo al m�ximo sus muslos dejando as� expuesta y muy
abierta vagina. As� lo espero sumisa y caliente, el dio una vuelta en derredor
de su cuerpo, se detuvo detr�s de ella y le dio 3 o 4 lametones en la concha
palpitante y caliente de su ya perra en celo. Luc�a sinti� esos lametones y
crey� desvanecer de gusto pero de pronto no mas lamidas, solo o�a el jadeo de
Ringo detr�s suyo, y comprendi� que el momento crucial se acercaba, por eso
levanto lentamente las nalgas ofreci�ndose a su macho.
Este complacido de la total disposici�n y sumisi�n de su
hembra, la monto suave y tranquilamente, rodeo con sus patas delanteras la breve
cintura de la mujer, arqueo el lomo la atrajo hacia el, apoyo su peludo pecho en
la espalda de la mujer y con una habilidad incre�ble digna de la inteligencia de
este....animal? afirmo la punta de su grueso miembro en la entrada de la vagina
y con un golpe de caderas le ensarto la mitad de la verga. Luc�a al sentir la
penetraci�n tan firme y justa abri� muy grandes los ojos y la boca y de su
garganta sali� gutural y largo gemido que para su suerte no llegaria hasta los
o�dos de sus suegros debido a la relativa distancia en que estos se hallaban y
las ventanas y puertas cerradas de su apartamento. Ringo al sentir la ajustada
funda que cubr�a su pene y las palpitaciones de esta se quedo quieto en espera
que su hembra se acostumbrara a su verga y saboreaba complacido el pr�ximo
movimiento a dar que no era otro que ensartar a la hembra hasta el fondo de su
caliente y babeante concha.
Luc�a confiada por la quietud de su macho fue relaj�ndose y
por lo tanto acostumbrando a su vagina a tremenda y dura verga, Ringo se
regocijo al darse cuanta de lo confiada que se encontraba su perra y resolvi�
que ya estaba lista, apret� aun mas por la cintura a la hembra, afirmo sus patas
traseras al piso y de un fuerte empell�n enterr� totalmente su verga en el
cuerpo de la mujer. Esta aguanto estoicamente el empell�n afirmando sus manos al
piso y si no grito fue por lo sorpresivo del movimiento y porque este le corto
pr�cticamente la respiraci�n, aun as� su rostro era una muestra de variados
gestos de sorpresa, dolor, placer, lujuria, entrega. Las lagrimas corr�an por su
rostro, le era imposible cerrar su boca y jadear en forma constante como
realmente hac�an las perras, sent�a su vagina estirada al m�ximo y llena de dura
y caliente carne...le dol�a pero que gusto sent�a !!
Ahora Ringo ya no le importaba si su hembra se acostumbraba o
no a su potente verga, solo importaba su placer y llenar de leche el �tero de
ella, as� dio comienzo a un fren�tico bombeo que arrastraba los labios vaginales
de las mujer hacia fuera y luego los volv�a hacia dentro. Luc�a en el delirio de
su mente sent�a cuan profundo le llegaba su macho golpeaba algo dentro suyo, que
no sabia que era, y esto le produc�a como fuertes corrientes electivas que le
recorr�an toso du cuerpo y en su delirio comprendi� que pertenec�a en cuerpo y
alma a este tremendo macho que la fornicaba como nadie lo hizo ni lo har�a
jamas. As� comenz� a tener una serie de orgasmos que culmin� en uno el mas
grande orgasmo de su vida y fue en el preciso momento en que Ringo le introdujo
su gran bulbo. Si antes hab�a sentido dolor ahora se sinti� morir y sus jadeos y
gemidos se convirtieron de pronto en un sentido y lastimero llanto, no pod�a
hacer nada por la manera en que la sujetaba su macho y por la forma en que la
hab�a abotonado. Otra vez, en su desesperaci�n, trato de relajar todo su cuerpo
y sobre todo su conchita que ya jamas volver�a a tener aquel peque�o y delicado
hueco, la ayudo mucho que su amante otra vez se encontraba inm�vil dentro suyo.
Pasado un rato y cuando ya casi hab�a logrado distenderse vino lo previsible,
Rigo descargo cantidades infinitas de semen en sus entra�as de tal manera que le
provoco otra serie encadenada de orgasmos y ya no resisti�ndolo mas se dejo caer
de bruces en el piso quedando estirada cuan larga era y con sus piernas
totalmente abiertas. Pese a esto su macho segu�a firmente
Pegado a ella y con sus cuatro patas afirmadas en al piso al
costado del cuerpo de la hembra. El macho dominante sinti� un poco de piedad por
ella y se mantuvo inm�vil durante los 25 minutos posteriores a su descarga.
Pasado este tiempo su miembro y bola se fueron achicando haste que de un seco
tir�n se despego de ella.
Ocurrido esto mir� complacido y satisfecho a su hembra que
yac�a inm�vil boca abajo y con sus piernas todav�a abierta y escurriendo
lentamente hacia fuera de su vagina su espeso semen. Ella todav�a gem�a
quedamente y lanzaba peque�os quejidos......Continuar�