Relato: EXPLOSION ANAL PRIMERIZA
Lo que os voy a contar me sucedi� exacatamente hace un mes, con mis dos mejores amigos de facultad y casi sin quererlo. Mi nombre es Viviana y acabo de hacer los diecinueve, soy alta, de cabello negro, piel blanca y ojos negros. No me puedo quejar de mi cuerpo pues estoy bastante orgullosa de lo que poseo, buen culo, cintura fina, pecho imponente y a decir de mis compa�eros de aventura, una loba en la cama. Todo ocurri� durante una fiesta en la que no dejaba de rular el licor y cuando casi todos est�bamos algo pedo y la gente se marchaba, Pablo y Ariel me propusieron de quedarme a dormir en su casa. Acept� y salimos en el coche de uno de ellos rumbo al piso donde Pablo viv�a solo.
En el trayecto y con la cabeza d�ndome vueltas me apoy� al hombro de Ariel que se sent� a mi lado en el asiento trasero. Su mano me tocaba el hombro y aveces intentaba bajar hasta mi pecho procurando ver mi reacci�n. Lo cierto es que en la fiesta estuve bastante excitada y con ganas, me encerr� en el ba�o y hasta me hice una paja, aliviando en algo mi calentura vaginal. Le tom� de la mano y entrelazamos los dedos. Pablo conduc�a pero iba atento a la escena. Sent� la humedad en mi entrepierna, signo de deseo. Estaba pedo pero las sensaciones las ten�a a flor de piel. Lo llev� hasta mi pecho y juntos acariciamos mis melones sobre la tela de la camiseta. Algo lanzada, con la mano libre me hice con su virilidad que la ten�a a reventar. La sob� y aquello aument� de tama�o. Para entonces Ariel me hab�a levantado la camiseta y me daba un magreo bestial que me puso los pezones como escarpias. Baj� la cremallera de sus pantalones y no con facilidad se la saqu� por el peque�o agujero. por poco y rompe la tela. Se la masturb� muy suavemente viendo c�mo cerraba los ojos y disfrutaba del masaje. Ech�ndome de lado engull� su pene comi�ndoselo hasta obtener el preciado trofeo que me pring� entera pero que me dej� un agradable sabor de boca. Al llegar sub� en medio de ambos, magreada hasta por los sobacos. Entramos al sal�n y sin que me lo pidiesen me desnud� entera delante de los dos. Pablo se baj� los pantalones y me mostr� su encanto masculino. Se la chup� de rodillas mientras Ariel que hab�a tenido lo suyo en el coche me penetr� por el co�o haciendo que la polla de Pablo me entrase hasta la garganta. Ahi, en la alfombra hicimos algo m�s que el amor. No sab�a quien entraba y quien sal�a de mi cuerpo pero s� que me corr�a a cada embite que me simbraba hasta la coronilla. El mareo se me hab�a ido, ahora disfrutaba de dos chicos a la vez, alternando sus pollas, sinti�ndolas duras entrar en mi cueva empapada en jugos. El manoseo era constante, se agarraban a mis tetas y me sableaban hasta hacerme chillar de gusto. Si uno ocupaba mi almeja, el otro lo hac�a por mi boca. Pero de pronto un sudor helado recorre mi espalda, un gemido de dolor que suelto y el empalamiento rectal que por poco y me deja sin sentido. Pablo, aquel semental con el que ahora mantengo relaciones de todo tipo, accede a mis enta�as por la v�a prohibida. �Joder!, que me rompes el culo cabr�n... Quise escapar pero era tarde. Aprisionada entre sus formidos brazos me sodomiz� con ansias de toro. Pero el dolor inicial se fue transformando en gusto, en placer y al final en orgasmo... Una explosi�n interna y mis orificios agradecidos entregaron al macho un torrente de dulce manjar que no se bien si fue corrida o qu�. Ariel ped�a la vez. El muchacho me puso morada. Asido a mis ubres me encul� sin piedad mientras su compa�ero lo jaleaba, vamos t�o, j�dete a �sta putita por el culo, r�mpela toda que es una guarra, y yo chillando como perra en celo. Escuchar los bufidos del macho mientras me hace suya, me pone algo m�s que cachonda. Ariel fue el primero en descargar sus enormes huevos. Una riada de esperma inund� mi recto d�ndome alivio al fuego que ten�a en todo el interior. Sent�a claramente los chorros de su semen inyectarse en mis entra�as. Al salir Ariel de mi, el mismo agujero fue ocupado por Pablo casi sin darme tiempo a expulsar la corrida del primero. Pablo, el chico que ten�a fama de correrse como un caballo deposit� su semen tambi�n en el mismo compartimento dej�ndome repleta e inseminada por la v�a de chocolate como llama �ste a mi culito. La postura en la que me hallaba imped�a que el l�quido se expulsase por si solo. Ariel, el m�s precavido ten�a en sus manos un vaso. Inmediatamente lo pusieron a la entrada media de mis muslos para que recogiese ahi el resultado del sexo. Ayudada por los dos me acuclill� y literalmente "cagu�" el esperma de ambos en el recipiente. No puedo decir que haya sido poco aquella mezcla de l�quido masculino y jugos rectales femeninos, pero tampoco fue mucho, algo menos de medio vaso. Es cierto que soy algo guarrilla y que mont�rselo con dos la primera vez es para ser catalogada como una fresca o algo m�s, pero es que el vicio aveces me pierde. Al ver el resultado entre ocre y marr�n no tuve reparo en llev�rmelo a la boca y vaciar en ella el contenido para catar su sabor y el m�o en un mismo liquido. El semen sabe rancio y no siempre tienes a mano az�car para endulzarlo, pero �sta mezcla me supo dulce, suave, de textura espesa pero f�cil de tragar y sobretodo tuve la oportunidad de catar el sabor de mi culo, cosa que siempre quise hacer y hasta ese momento nunca tuve la oportunidad o no me atrev�. Pablo y Ariel me miraban excitados toc�ndose las pollas que iban otra vez en aumento y desafiando mi integridad, cosa que durante toda la noche y parte de la ma�ana del d�a siguiente acab� por hacerse realidad, dej�ndome como un colador de tanto que me dieron por mis tres femeninos orificios con desprop�sito y violencia, claro, al haberme petado de esa forma, estaba tan dilatada que a petici�n m�a me encularon los dos a la vez llen�ndome siempre el culo con su semen para despu�s hacerme beber el elixir maravilloso de nuestros cuerpos. No me dieron tregua, aquel ambiente s�lo ol�a a sexo y vicio. Dos sementales que acabaron por romperme el virgo de mi tan bello culito y con quienes mantuve relaciones a tr�o hasta que Ariel se march� de la ciudad. Entonces Pablo tuvo que tomar el sitio de dos para satisfacerme como para ese tiempo necesitaba. El sexo anal me fascina y si no lo practico con un chico en la soledad de mi intimidad me penetro con juguetes o hasta con verduras de forma f�lica para calmar mis bajos instintos. No soy una pervertida o una adicta al sexo, pero si me considero una chica viciosa, explosiva y como dije antes, un poco guarrilla y algo puta con quien deseo y a quien quiero que me deje del rev�s si es posible despu�s de una buena enculada. Probadlo, el sexo anal es lo mejor que han inventado, se los digo yo, una experimentada ya en ese campo.
Y por cierto, Pablo no es mi �nico amante anal, pero esa es otra historia y ya os la contar�, si quer�is... Un beso, Viviana.