Despu�s de la fiesta II
Lo ocurrido con la esposa de mi patr�n aquella ma�ana result�
para m� una experiencia muy fuerte.
La verdad es que durante algunas semanas me pareci� que ella
no registraba mucho acerca de lo sucedido. Probablemente estaba tan borracha y
drogada, y hab�a recibido tantas cogidas que una m�s no le hab�a hecho
diferencia.
Para m�, sin embargo, el recuerdo no me dejaba en paz.
Conciliar el sue�o durante la noche me costaba mucho. Quiz�s hubiera sido m�s
f�cil si no la hubiese visto nunca m�s, pero viv�a en la misma casa, es decir en
el mismo predio. Y trabajar como chofer de su marido significaba que muchas
veces deb�a conducirlos a ambos y verla nuevamente.
Su esposo me resultaba repugnante. Entiendanme: Yo he sido
delincuente, pero este tipo era un jefe mafioso y entre ambas actividades hay
sutiles diferencias. Este tipo no ten�a sangre en las venas (yo tampoco, es
cierto), pero al menos yo hago personalmente mis cosas. Este tipo s�lo las
ordena. Otro las hace por �l. Me parece repugnante. Sin embargo eso solo es
soportable, porque despu�s de todo "all� �l". En lo que a m� concern�a,
envidiaba que teniendo la esposa que ten�a se emperrara en follarse a las
mujeres m�s deseadas de la sociedad y lo peor de todo es que lo consegu�a a
fuerza de dinero.
Pero lo cierto es que yo no consegu�a tener otra intimidad
con la Se�ora.
Esta oportunidad se presento de improviso.
Fue al cabo de un par de meses cuando el jefe tuvo que viajar
por unos d�as fuera de la ciudad. A esas alturas yo no guardaba esperanzas de
que la Se�ora recordara que yo me la hab�a cogido. Ella no daba signos de nada.
Habi�ndose ausentado mi jefe, poco me quedaba por hacer m�s
que aprovechar el ocio en mis habitaciones y en eso estaba cuando el tel�fono
son�. Era el ama de llaves dici�ndome que esa noche deber�a tener listo el
Mercedes para llevar a la Se�ora a un desfile de modas en el Centro.
A las 19, con todo listo, estacion� el auto frente al portal
principal y la Se�ora sali� de la casa. Estaba espectacular. Vest�a un largo
tapado de piel que la cubr�a desde el cuello hasta la mitad de sus pantorrillas
y unos zapatos negros de tac�n alto. Su pelo patinado estaba peinado
espl�ndidamente y sus ojos ocultos detr�s de gafas negras.
Se instal� sin decir palabra en el asiento trasero y arranqu�
rumbo al centro.
Nada me dijo durante el trayecto y yo evit� mirarla para no
cometer ninguna locura.
A poco de llegar a destino, me alarg� un papel con una
direcci�n. Un edificio no muy distante y al d�rmelo me pidi� que la pasara a
buscar por all� a las 2130. hecho eso, se ape� y me dej� en libertad.
A la hora se�alada llegu� al lugar. El edificio era muy
lujoso. Toqu� el portero el�ctrico para anunciarme y sent� como una c�mara
registraba mi presencia y se abr�a la puerta.
Ingres� al edificio y tom� el ascensor hasta el piso 15 que
era el que me hab�a marcado en el papel. Tal vez quisiera que cargara algunos
paquetes de compras hechas en el desfile.
Pero cuando la puerta del departamento se abri� supe que
estaba equivocado. La se�ora estaba all�, completamente desnuda a excepci�n de
sus zapatos de tac�n y consignos de estar algo borracha.
"Pasa", me dijo, "o vas a quedarte ah� toda la noche".
Detr�s de m� la puerta se cerr� y ella camin� vacilante a
servirme un trago.
Mientras lo hac�a yo la tom� de su cintura y empec� a besarle
el cuello. Delante de m�, hab�a un espejo en el que se reflejaba otra pareja que
hac�a el amor en un sof�. Era un negro de unos 20 a�os que follaba a una mujer
muy bella que rondar�a unos cincuenta. El cuerpo del negro era musculado y su
enorme verga penetraba lentamente a la mujer por su culo arranc�ndole jadeos de
placer.
Not� que la esposa de mi jefe estaba con su entrepierna
mojada de semen por lo que supe que ya hab�a recibido abundante polla del negro.
Ella gir� su cuerpo, se arrodill� frente a m� y liberando mi
pija de su encierro empez� a mamarla como una experta.
Yo me quit� la ropa y cuando lo hube hecho, la cargu� en mis
brazos y me dirig� a la habitaci�n m�s cercana. Esa puta me ten�a muy caliente.
La deposit� en la cama y le met� mi tranca en su argolla.
Ella grit� y comenz� a hablarme al o�do. "Dale a tu puta,
dale fuerte".
Yo la embest� con fuerza y sent� su orgasmo al tiempo que
arrancaba el m�o. La llen� de leche.
Era una mujer escultural y hermosa. Nacida para ser cogida y
como tal, mi pija no daba tregua. La cog� por el culo. Sus suaves curvas
respond�an a mis manos y a mi pija de una forma que jam�s hab�a sentido en una
mujer.
La debo haber cogido unas dos horas, hasta que al final deb�
parar. Ella qued� en la cama, a�n con sus zapatos puestos tratando de recuperar
el aliento. Yo me incorpor� y sal� por un trago.
Cuando estaba en el living v� que el negro a�n segu�a all� y,
al verme, ingres� en la habitaci�n donde yo hab�a estado. La curiosidad me forz�
a ver. El negro ten�a su instrumento a tope y se lo ensart� a la mujer que
segundos antes hab�a sido cogida por m�. Ela volvi� a la acci�n. Era una
tremenda puta cebada de leche.
Venciendo mis celos, volv� al living. Ah� estaba la
cincuentona escultural que el negro hab�a cogido a mansalva. Me miraba. Estaba
tan buena como su amiga y al notarlo mi pija volvi� a la acci�n. Me acerque a
ella y sin pedirle permiso abr� sus piernas y la ensart�. Ella me besaba en los
labios devor�ndo mi lengua. "Hazme el culo", me dijo. Y me lo entreg�. Desde la
habitaci�n llegaban los gritos de la Se�ora. Ese negro era inagotable, pero yo
estaba demostrando que nada deb�a envidiarle.
Cuando acab�, mi compa�era se levant� tambaleante y se acerc�
a la mesa donde hab�a algo de mierda para aspirar. Yo a observ� con lujuria
mientras beb�a mi trago. Era otra hembra fenomenal. Se�ora aburrida y adinerada
que gustaba s�lo de la polla y de la merca. Y a m� me encantan las putitas
infieles de esa clase.
Luego de un tiempo, mi jefa sali� de la habitaci�n. Vest�a de
nuevo su tapado y hab�a arreglado su peinado. Estaba incre�blemente bella. Se
acerc� a m�, bes� mis labios y mientras yo palpaba su desnudo trasero por debajo
del sac�n, me indic� que era hora de irnos.
Durante el viaje de regreso se sent� en el asiento delantero,
desde donde mam� mi polla hasta la puerta de su casa.
Cuando se ape� no me dijo ni adi�s. Esa puta engre�da solo
quer�a el placer de mi sexo. Sab�a bien que lo tendr�a siempre, con solo
chasquear sus dedos.