Si hay alg�n d�a de la semana que cuesta despertarse ese es
el domingo. Si adem�s la noche del s�bado anterior has estado pinchando m�sica
para una boda y despu�s tomadote unas copas en una discoteca plagada de gente.
Si a todo eso le sumas que no te encuentras en tus mejores d�as en lo que a
estado de �nimo se refiere y que es verano y el calor se hace insoportable, el
c�ctel es explosivo. Met�moslo todo en una batidora, agitemos bien y llam�moslo
RESACA.
Abr� los ojos lentamente a la vez que notaba como mi seca
boca me ped�a un trago de l�quido elemento. Incorpor�ndome despacio y con alg�n
que otro pinchazo en mi resacosa cabeza consegu� adivinar la hora. Supon�a que
eran alrededor de las 3 de la tarde porque mi estomago empezaba a necesitar algo
s�lido. Con reticencia y analizando lo ocurrido la noche anterior prepar� una
ensalada y tras asearme degust� aquel combinado de vegetales que, sinceramente,
aun me sabia a whisky.
Despu�s de limpiar el plato empleado y habi�ndome servido un
caf� bien cargado decid� hacer la digesti�n tumbado en el sof� de mi sal�n
mirando una pel�cula que hab�an repuesto 5 o 6 veces. Era de esperar que el
sue�o volviese a apoderarse de m�, y as� fue durante unos 25 minutos, momento en
el cual mi tel�fono m�vil son�. Mir� la pantalla con un ojo abierto y el otro
cerrado. Elena.
- Hola - dije con voz de ultratumba. - Uy!, te he despertado
- contest� Elena entre risas. - N�, siempre es agradable despertarse con tu voz
- repliqu� yo mientras me encend�a un pitillo. - Oye Javi, he pensado que
pod�amos quedar y as� me grabas el cd de OBK - dispuso con vocecita de ni�a
inocente� - mmmm� venga, dame 1 hora y te pasas por mi casa , �vale? - contest�.
- Guay!, pues en 1 hora estoy all� - afirm� Elena despidi�ndose y colgando el
tel�fono.
60 minutos, tiempo suficiente para ducharme, afeitarme,
recoger un poco la casa y ponerme menos feo para la visita.
Elena es una dulce mujercita que conoc� a trav�s de Internet
y que r�pido congeniamos en muchos aspectos, ya que parece que entre los 2 hay
una qu�mica especial que nos permite poder tratar cualquier tema de la manera
mas natural posible. Si, se puede decir que conectamos�
Ding-dong� Estaba perfumando mi cuello cuando son� el timbre
de mi casa. Ultima mirada al espejo del hall y abr� la puerta dando la luz.
Pelo liso, ojos marrones destellantes, boquita sonriente,
delgado cuerpo cubierto por una camiseta ajustada de tirantes y una minifalda
caracter�stica de su estilo de vestir. Estaba, dig�moslo as� seductora.
Tras los dos besos t�picos y despu�s de ofrecerla algo para
tomar nos dirigimos a mi habitaci�n. Las preguntas de rigor acerca del fin de
semana y alg�n comentario gracioso dieron paso a alguna mirada insinuante y a
cierto silencio incomodo que la m�sica que sal�a del pc pali� por suerte.
Elena cogi� su bolso y sac� de el un cd virgen con tan mala
suerte que cay� al suelo. Aun dudo si el cd cay� o si fue ella quien p�caramente
lo empuj�, ya que al levantarse y agacharse a cogerlo, me dej� admirar por
debajo de su nimia falda la poca tela de un bonito tanga que cubr�a su
entrepierna.
Con mis ojos clavados en su perfecto trasero, un escalofr�o
recorri� mi espalda con el pensamiento de poder disfrutar de tan lindo cuerpo.
Comenc� a ponerme un poco nervioso pero supe sobreponerme y
mirando ya la pantalla de mi ordenador lanc� la pregunta: - el tanga que llevas�
� de qu� marca es?. - � y ella sonriendo y poniendo una voz sumamente sensual me
contest�: - compru�balo t�� -
Me incorpor� y sin dejar de mirarla a los ojos me dispuse a
besar sus labios apasionadamente. Mis manos recorr�an su espalda y mis dientes
mord�an de una manera suave su labio inferior dejando paso a que nuestras
lenguas jugasen. Pos� mis manos en su todav�a tapado trasero y apret� sus nalgas
con delicada fuerza contra m�. Su pecho se aprisionaba contra el mio y sus manos
comenzaban a despojarme de mi camisa. Besando y lamiendo su cuellecito, levant�
su minifalda para poder palpar con lujo de detalle su culito. Movi�ndonos
despacio me dispuse a desnudarla de cintura para arriba dejando a mi boca el
dulce trabajo de saborear tan tersos y r�gidos pechos. Sus pezones empezaban a
endurecerse al igual que mi sexo que rozaba cada vez m�s intensamente con su
ropa interior. La cog� en brazos tumb�ndola en la cama y tras desnudarla por
completo abr� sus suaves y finas piernas para comenzar a lamer aquel co�ito
perfectamente rasurado y estrecho que poco a poco empezaba a mojarse. Mi lengua
y mis labios no daban abasto.
Lamiendo su rosado y sabroso cl�toris not� como comenzaba a
acelerarse su respiraci�n y a tener los primeros peque�os espasmos de placer.
Sab�a que eso la estaba gustando y procur� mejorar esa sensaci�n metiendo uno de
mis deditos en su ya empapada rajita. Ella, agradeci�ndome la labor prestada, me
desnud� y con ambas manos comenz� a jugar con mi pene semi erecto y tambi�n
completamente rasurado. A la vez que sus manos sub�an y bajaban por mi miembro,
su lengua se paseaba por mi pubis, ingles y escroto de una manera magistral. Lo
agarr� con una mano y lo meti� en su boquita lamiendo con la lengua mi glande
que notaba cada uno de sus movimientos. Aquello estaba al rojo vivo, ambos
quer�amos m�s. Abr� uno de mis cajones y saqu� un preservativo que ella me ayud�
a poner. Tumbada con las piernas abiertas acerqu� mi polla a la estrecha entrada
de su deliciosa vagina y entr� despacio pero hasta dentro en ella, notando un
calor y una fricci�n espectacular. Su cara se torn� a placer y mis m�sculos se
tensaron. Empec� a embestirla despacio pero cada vez el ritmo iba subiendo�
Mientras entraba y sal�a de ella, mis manos apretaban sus pechos. Que maravilla
era verla despu�s a 4 patitas , con las piernas cerradas y su culito preparado
para ser poseido por mi. Lo chup�, lo lam�, lo sabore� y lubric�ndolo bien
comenc� a entrar en ella por ese agujerito. Una autentica delicia. Ella
disfrutaba y yo mas sabiendo que lo estaba gozando. Movimientos intensos hacia
delante y hacia atr�s, mi pubis chocando contra sus nalgas y mis test�culos
contra su cl�toris hicieron que mi sexo dentro de su culito estallase de placer
y que Elena, junto a mi, tambi�n tuviera un orgasmo intenso y deseado.
Ambos empapados en sudor y relajados por tan especial momento
de sumo placer terminamos abrazados en la ducha�