Relato: LA TONTA LA TONTA
Esto sucedi� all� por los a�os setenta, cuando entraba en mi adolescencia, digamos entre mis diez y veinte a�os, por lo tanto les dejo a ustedes la tarea de adivinar mi edad.
El mundo de esos a�os era otro mundo, nada que ver con este que hoy conocemos, no se hablaba de medio ambiente, Greenpeace podr�a haber sido una comida inglesa y las cuentas se hac�an con l�piz y papel, no exist�an celulares, y los mensajes m�s modernos eran postales navide�as que se enviaban por servicio postal.
Las computadoras eran cosas del futuro que ve�amos solo en pel�culas, nos dec�an que para el a�o dos mil viajar�amos a la Luna de la misma manera que tomaba un bus para ir al colegio.
Wi-fi? Whatsapp? USB? Que era eso� las cosas que sonaban esos d�as eran USA y URSS, � Cia y Kgb.
Facebook? Nadie lo hubiera imaginado, los mejores amigos se ten�an mano a mano, en el bar de la esquina, en una tarde de familia, � bajo un �rbol tocando la guitarra y cantando todos al un�sono.
Internet? para qu�? si alguien necesitaba saber algo, buscaba en los libros de la biblioteca, geograf�a, historia, biolog�a, ah� estaba todo, cada cosa en su lugar, y el �buscador� era do�a Gloria, la gorda bibliotecaria que ten�a todo en su lugar.
Solo algunos pocos ten�an televisor, obviamente en blanco y negro, transmit�an pocas horas, noticieros, novelas, series y no mucho mas, por suerte hab�a solo dos canales, nadie necesitaba un control remoto.
Ese era mi mundo, la educaci�n era estricta y f�rrea, con los padres no se hablaba de sexo, era tab�, as� que los j�venes solo adivin�bamos y aprend�amos a los golpes, por cosas que escuch�bamos, � intu�amos.
Toda mi vida tuve un defecto, fui siempre muy cr�dula, todo lo que me dec�an a mi me parec�a muy normal, por eso siempre me jugaban bromas pesadas, y yo siempre ca�a, yo dec�a que era inocente, otros dec�an que era est�pida, si hasta mi propia madre me trat� de boba cuando a los doces a�os le pregunt� por �Los Reyes Magos�, ya que a�n le dejaba pasto y agua para los camellos� Mis amigas dec�an que eran los padres y se re�an de m� porque en verdad pensaba que ellos dejaban los regalos, el desenga�o fue grande, pero el dolor por mi ingenuidad fue mayor�
Vamos al grano, mi padre fue cuidador de caballos toda su vida, desde que tengo memoria hasta el d�a que falleci�, viv�amos en una modesta casa en el hip�dromo de la ciudad y el atend�a la caballeriza donde estaban los mejores ejemplares, los equinos pura sangre, era su responsabilidad alimentarlos, limpiarlos, mantenerlos, procurar que nada les faltara, y yo crec� en ese entorno, me gustaban estos ejemplares. Siempre hab�a querido ir a las carreras, solo para ver a los animales, pero era menor de edad y pap� no me hubiera dejado, pero al menos hab�a aprendido a montar�
Yo siempre fui muy delgadita, de peque�a estatura, en la edad de desarrollo y mi despertar sexual mis pechos eran sumamente peque�os, muchos me confund�an con un chico, a mi me deprim�a mucho esta situaci�n, incluso los varones de mi edad jam�s me miraban, era frustrante.
Tambi�n era amiga de una joven, unos cinco a�os mayor que yo, p�cara como ninguna, siempre me gastaba pesadas bromas, y yo siempre ca�a en sus trampas. No s� porque la segu�a, tal vez porque no hab�a muchas m�s chicas en el lugar para hacer confidencias, pero ella si ten�a pechos enormes, exageradamente grandes y yo respiraba resignada cuando los chicos la observaban por la calle. Una vez, ingenuamente confes�:
- Sonia, como envidio las tetas que tienes� har�a cualquier cosa por tener unas tetas as�
Sonia, r�pida como la luz me agarr� al vuelo, y exclam�:
- Bueno, esto no fueron gratis� hay una f�rmula secreta� pero no puedo contarte nada�
Me miraba con su rostro envuelto en sonrisas, y r�pidamente despert� mi curiosidad, har�a lo que fuera para que me crecieran las tetas, pero ella eran h�bil, y me tuvo m�s de un mes jugando a las adivinanzas, porque en definitiva �era un secreto� y esto solo aumentaba mi intriga, hasta le suplicaba que me dijera como hab�a hecho para tener tan linda delantera, le ofrec� dinero para que largara, pero nada.
Una noche, cuando lleg� el momento me dijo:
- Si me juras que jam�s le contar�s nada a nadie te dir� el secreto, pero debes jurarme que nadie sabr� lo que te dir�!
Mis ojos se abrieron hasta casi salirse de las �rbitas, al fin tendr�a la f�rmula, le jur� y re jur� que nadie sabr�a nada de lo que me dijera
- Bueno� tienes que tomar leche de caballo�
- Si� yo todas las ma�anas desayuno con leche de vaca, y tomo mucha�
- Pero que vaca ni vaca! de caballo dije! le tienes que chupar la verga al caballo y tomarte toda la lechona!!!
Me qued� mir�ndola, como tratando de adivinar si era verdad � solo otra de sus bromas, por lo que me volvi� a pedir que no dijera nada, caso contrario ya no ser�amos amigas.
Los d�as siguientes pensaba y pensaba sin saber qu� hacer, cuando iba al establo miraba de reojo a los animales, en especial en esos momentos que ten�an la pija grande, casi tocando el piso, el problema es que no pod�a consultarlo con nadie, mi madre se hubiera enfurecido y al verla tan chata como yo sol�a pensar �se ve que mam� nunca tom� leche de caballo�
D�as despu�s, me decid� a probar, sab�a en qu� momento los animales quedaban a solas y ese ser�a mi momento. Eleg�a a �Mapuche�, un hermoso pura sangre ingl�s, grande, todo negro, brillante, solo ten�a un corte de pelos blanco entre los ojos, era uno de los mejores sino el mejor, yo razonaba tontamente que mejor calidad de animal, mejor calidad de semen, y mejor semen, mejores nutrientes�
Le puse la cabezada y amarr� las riendas a uno de los postes, luego me agach� a un costado con un dejo de inseguridad, pase la mano hasta el lugar justo y comenc� a sobar su pito, la bestia hac�a peque�os relinchos y corcoveaba un tanto, tal vez sorprendido por mi proceder.
Poco a poco su verga creci� casi hasta el suelo, no soy buena para las medidas pero era enorme, era suave al tacto y no me disgustaba.
Mientras lo pajeaba ya con ambas manos fui lav�ndosela, hab�a llevado una balde con agua limpia y ten�a miedo a que oliera, o a que sabiera, o agarrarme alguna enfermedad.
Esa primera vez me sent� excitada, pues a�n era peque�a y virgen y sea como fuera era mi primer contacto real con algo del otro sexo, con timidez acerqu� mis labios para apoyarlos con un tanto de asco, me sorprendi� comprobar que sencillamente no ten�a gusto a nada, pas� mi lengua entonces, nada, cuando me di cuenta no solo que lo masturbaba, tambi�n se la chupaba.
As� llegu� a su glande, abr� bien la boca, era muy grande y tem� lastimarlo con los dientes, pero deb�a asegurarme de que no escapara una gota, as� que ya en posici�n lo masturb� con ambas manos, con paciencia, esperando el momento deseado, estaba dispuesta a beber toda su leche. Present� el final, el animal estaba inquieto y la sent�a venir como sube la lava por el interior de una monta�a.
Pero mi teor�a se termin� cuando el animal eyacul�, yo no sab�a que iba a acabar tanto, como si de repente una bola de esperma hubiera estallado en mi boca, sencillamente era demasiado, esperaba un peque�o riachuelo, recib� una catarata�
La leche llen� mi boca en un segundo, trate de tragar, me ahogue, escup�, empec� a tose y la bestia aun segu�a acabando. Tuve arcadas casi toda le leche corri� por mi cara y fue a parar a la remera que cubr�a mi pecho. Maldije y maldije, porque mi primera prueba hab�a sido un fracaso, saqu� mi remera presurosa, fui a la pileta a lavar mi boca y la prenda y mientras pensaba alguna excusa para meter en casa sacaba algunas conclusiones, deber�a mejorar mi t�cnica si quer�a mamar bien, la leche de caballo sab�a muy rica, un tanto melosa pero dulzona, me hab�a gustado, y lo m�s importante, hasta cu�ndo deber�a tomar? Y si me pasaba y me explotaban los pechos?
Al d�a siguiente repet� el procedimiento, solo que esta vez cambi� de animal y como ya sab�a lo que suceder�a me prepar� de diferente manera, sab�a que ten�a que tragar lo m�s r�pido posible y as� lo hice llegado el momento, tap� el orificio con la punta de mi lengua y apret� bien mis labios bordeando el glande del caballo, mejor�, pero la presi�n era tanta que escapaban peque�os chorros por la comisura de mis labios, se me hac�a casi imposible.
D�a a d�a fui perfeccionando mi t�cnica, se me hizo casi una adicci�n, me transform� en una chupa pija experta de caballos y tom� mas leche que nadie, realmente es exquisita, altamente recomendable.
Los d�as pasaban, me miraba seguido al espejo pero no notaba ning�n cambio, mis tetitas segu�an tan chiquitas y pasas de uva como de costumbre, no sab�a qu� hacer, cuando har�a efecto, cuanto m�s deber�a beber, ante los pobres resultados decid� doblar la raci�n, una vez a la tarde y otra por la ma�ana. A veces, llevaba una jarra, entonces hac�a acabar el equino en ella para despu�s beberlo como un refresco, � una chocolatata.
Segu� cuidadosamente mi rutina, pero ya sospechaba que la f�rmula no funcionaba, adem�s siempre me quedaba el temor de pescarme alguna enfermedad, hab�a pasado demasiado tiempo y no hab�a progresos�
As� lleg� el d�a en que est�bamos a solas con mi amiga y me anim� a recriminarle:
- Sonia! Me estoy cansando de tomar leche de caballo y mira! nada de nada!
Ella me mir� con la cara desencajada de espanto y asco y me recrimin�:
- Qu�? No me vas a decir que te lo cre�ste! est�s mamando leche de caballo! asquerosa!!!! ja! ja! ja!
Y luego ech� a re�rse a carcajadas, sent� mi cara encenderse de verg�enza, como si se hubiera incendiado al quedar una vez m�s en evidencia mi estupidez, solo atin� a re�rme con ella y contestar para zafar del aprieto
- No!!! esta vez ca�ste vos! Te imaginas? Chup�ndole la verga a un caballo!!!!
Ella convencida dijo
- Nena� ya me parec�a que no pod�as ser tan ingenua! Adem�s� no podr�as ser tan asquerosa!!!
Esa noche llor� en la soledad de mi cuarto, otra vez hab�a ca�do en una trampa, nunca aprender�a, adem�s, se hab�an esfumado mis sue�os de grandes pechos, hab�a una palabra llamada �gen�tica� que yo no quer�a aceptar.
Pero algo hab�a cambiado en m�, la tarde siguiente fui con los caballos como de costumbre, como suele pasar uno estaba con la tripa hasta el piso, no pude sacar los ojos de ella por m�s que quer�a, me asegur� que no hubiera nadie y se la chup� en forma desesperada, se me hab�a hecho una adicci�n, ya sab�a que por mas leche que tomara jam�s tendr�a tetas grandes, pero no importaba, solo quer�a sentir su leche caliente bajando por mi garganta�
Ten�a m�s de veinte cuando lo hice por �ltima vez, fue cuando perd� mi virginidad con uno de mis novios, y tuve luego varios hombres m�s, todos se enamoraban de la forma en que les chupaba la pija, mis gargantas profundas y mi capacidad para tragar hasta la �ltima gota de semen, claro, nunca se enteraron como hab�a aprendido�
Eso s�, jam�s me crecieron los pechos�
Si eres mayor de edad puedes contactarme con t�tulo �LA TONTA� a [email protected]
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Relato: LA TONTA
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