El tren comenz� a reducir la velocidad. Esteba ya entrando en
la estaci�n de Atocha con la puntualidad que le caracterizaba.
Desde la ventanilla Lisette pod�a ver como el sol estaba ya
en el ocaso del d�a, dando sus �ltimos rayos de luz a la ciudad. El viaje hab�a
sido Bastante aburrido desde Toulouse, ya que su amiga Justin hab�a sufrido un
esguince dos d�as antes. Ten�an ya el viaje de fin de carrera pensado y
reservado desde hacia dos meses, y pidi� a Lisette, que aunque sola, disfrutara
de sus 3 d�as en Madrid por las dos.
El tren por fin se detuvo y abri� sus puertas, Los viajeros
pasaban con rapidez por su lado. Decidi� permanecer sentada hasta que el vag�n
se despejara un poco. Cogi� su peque�a bolsa de viaje y su bolso del
compartimento situado encima de su asiento.
Llevaba una camiseta de tirantes rosa y unos pantalones
vaqueros corto. Sus pies estaban calzados con unas zapatillas de deporte. Eran
ya las 9 de la noche as� que decidi� ir directa al hotel para darse una ducha y
tomar un bocado antes de sumergirse en la noche madrile�a.
Mientras consultaba un peque�o plano de Madrid, sinti� un
fuerte tir�n en el bolso. Intento cogerlo pero ya era tarde. El individuo que la
hab�a dado el tir�n, ya estaba corriendo.
-Socorro, me han robado el bolso, por favor det�nganlo.- Las
personas de su alrededor contemplaban la escena como si de una pel�cula se
tratase, pero ninguno intento detenerle.
-Maldita sea. �Bram�.
Se inclino para coger su bolsa de viaje e intentar encontrar
alg�n polic�a, para denunciar el robo.
-Que mala suerte tengo. Por que todo me pasa a m�.
-Disculpe se�orita.-Lisette se volvi� para mirar a la persona
que se dirig�a a ella. Sus ojos vieron que se trataba de un chico.
Sus ojos se posaron en el. Era alto, su ajustada camiseta
marcaba un cuerpo bien trabajado en el gimnasio, de cabello oscuro y mirada
profunda. Ten�a una sonrisa en su bello rostro, moreno por el sol.
-Esto es suyo.- En sus manos tenia su bolso.
-Oh, mi bolso, much�simas gracias.
_No hay de que. Siempre pasa lo mismo. Las estaciones se
llenan de carteristas y timadores, y las victimas propicias son los turistas.
Por eso tenemos tan mala fama.
-Es verdad. En la agencia de viajes, cuando mi amiga y yo
reservamos el viaje, nos advirtieron de estas cosas. Pero yo me he descuidado un
momento y me ha tocado a m�. Menos mal que usted ha podido recuperarlo, Ya lo
daba por perdido.
-O� sus gritos pidiendo ayuda y sal� corriendo detr�s de �l.
Cuando vio que le estaba persiguiendo, arroyo su bolso a una papelera. No pude
alcanzarlo, pero si recupere su bolso. Por cierto, mi nombre es Carlos.
-Yo me llamo Lisette, encantada.-Y extendi� su mano para
estrechar la de �l.
-Me gustar�a, poder ser tu gu�a y as� intentar que olvidadas
el mal recibimiento con el que te has encontrado.
Lisette sonri�. Ya que venia sola, pens� que no seria mala
idea.
-De acuerdo.- Respondi�
Carlos cogio su bolsa de mano y la acompa�o hasta el hotel.
-�Has cenado ya?- Pregunt�.
-No. Pensaba darme una ducha y tomar algo despu�s.
-Estupendo, conozco un peque�o restaurante cerca de aqu�.
Mientras t� duchas tomare algo en el bar del hotel.
-Bajare enseguida. Y sali� corriendo hacia el ascensor.
-Ya estoy lista para ir a cenar.-Dijo Lisette al llevar a su
lado.
Carlos la miro. Se hab�a cambiado de ropa. Ahora llevaba un
vestido blanco, de tela fina. Era un poco ce�ido, por lo que las formas de su
cuerpo quedaban marcadas.
-Estas preciosa con ese vestido.
-Muchas gracias.- Respondi� Lisette con una sonrisa picara.
Pasearon tranquilamente por la calle, charlando amenamente, y
conoci�ndose un poco mejor. Despu�s de la cena, a base de raciones y picoteos,
decidieron irse a bailar. Carlos s� conoc�a muchos sitios donde pasarlo bien. La
discoteca ten�a mucho ambiente, y Lisette se marcho a la pista de baile. Despu�s
de 1 a�o sin apenas salir de fiesta los fines de semana para sacar la carrera de
F�sica y Qu�mica, estaba dispuesta a despenolarse ese fin de semana.
Carlos bailaba a su lado y muy bien por cierto. La m�sica era
muy marchosa, y es ritmo se met�a en el cuerpo. Sus cuerpos se rozaban porque la
pista estaba llena. La m�sica cambio de pronto y una lenta melod�a comenz� a
sonar en l discoteca. Carlos tomo a Lisette por la cintura y ella le rodeo el
cuello con sus brazos. Sus cuerpos se pegaron, y comenzaron a moverse al ritmo
de la m�sica. Sus miradas se encontraron y no hizo falta ninguna palabra para
saber lo que dec�an sus ojos. Lentamente, sus bocas se acercaron hasta que sus
labios se juntaron, en un beso, dulce primero y despu�s lleno de deseo.
Las manos de Carlos subieron por su espalda, despertando una
pasi�n casi olvidada por los estudios en Lisette. Su cuerpo comenz� a excitarse
con las manos y besos de Carlos. Not� como sus pezones se pon�an duros, prestos
para ser acariciados.
-Vayamos al hotel.-Sugiri� con un susurro Lisette. Carlos
asinti� con la cabeza.
En el camino al hotel, no dejaron de besarse y abrazarse.
Lisette introdujo la llave en la cerradura y los dos pasaron
a la habitaci�n. Carlos a abrazo por detr�s y comenz� a besar su blanco cuello,
Lisette inclino hacia el otro lado la cabeza para dejar mas libre este, mientras
suspiraba a cada beso. Las manos acariciaban sus pechos y entre sus dedos atrap�
sus pezones encima de la ropa. Carlos notaba como se pon�an m�s duros entre sus
dedos.
-Me estas volviendo loca, cari�o.-Susurraba con voz
entrecortada Lisette. Su cuerpo comenz� a excitarse m�s, cuando sinti� la boca
de Carlos recorriendo su espalda, seg�n iba quedando al descubierto, porque
estaba bajando la cremallera del vestido. Este cayo al suelo dejando a Lisette
solo con un peque�o tanga blanco de encaje.
-Tienes una piel muy suave y sensible.-dec�a Carlos sin dejar
de acariciar sus pechos y besar su espalda. Lisette notaba como su "conejito",
como ella lo llamaba, se humedec�a cada vez mas. Sinti� de pronto los dientes
dando mordisquitos en sus nalgas y sus manos ya en su "conejito".
Carlos se puso de pie frente a ella. Sus labios se volvieron
a encontrar, Sus lenguas luchaban, como si de un duelo delirante de espadas se
tratara.
Lisette tiro de la camiseta de �l hacia arriba, dejando su
bello torso al alcance de sus manos. Acaricio su pecho y su boca fue bajando
despacito, de su boca, hacia su cuello, para continuar por su pecho, hasta
llegar a sus pezoncitos, a os que beso y mordisqueo.
Sigui� bajando por su estomago, mientras sus manos
desabrochaban sus pantalones. Lisette, notaba la excitaci�n de Carlos por el
busto que tenia ya en la entrepierna. Los pantalones se deslizaron despacito al
suelo, dej�ndole solo con unos b�xer blancos que parec�an ya incapaces de
retener m�s a su prisionero. Lisette lo libero.
-�Has visto que contenta se a puesto de verte! Exclam� con
una sonrisa.
-Ya lo veo.-Sonri� a su vez Lisette.- Muy contenta por lo que
puedo observar. Mientras dec�a estas palabras, sus manos rodearon su miembro y
comenzaron un suave movimiento, mientras se lo introduc�a poco a poco dentro de
su boca.
Carlos suspiraba y gem�a con los movimientos de Lisette en su
miembro. Aumentaba a veces y lo ralentizaba despu�s, para aumentar m�s, si cabe
el deseo de Carlos.
-Me vas a matar de placer, mi bella Lisette.-Dec�a Carlos,
con sus manos en la cabeza de ella.-Para por favor, si sigues as� no voy a poder
aguantar demasiado. Tu boca es un volc�n de placeres.
La tom� entre sus brazos y la tumb� en la cama boca arriba.
Sus labios comenzaron a recorrer de nuevo sus pechos. Tomo
sus excitados pezones entre los dedos y mientras los estiraba un poco, pas� su
lengua por ellos, primero uno y despu�s otro.
_Ohhhhh, como te deseo Carlos, sigue chap�ndomelos. Tu
lengua�.sabe�..como dar placer.
-Si tesoro, esta noche quiero hacerte disfrutar, como nunca.
Quiero excitarte con cada beso, con cada caricia.
Su cabeza bajo por su estomago, besando su ombligo. Sus manos
bajaron el tanga negro para dejar al alcance de su lengua y sus dedos, el
"conejito" de Lisette.
Introdujo dos dedos dentro, mientras su lengua jugueteaba con
su cl�toris. Lisette sent�a ya recorrer por su cuerpo peque�as descargas
el�ctricas, que la hac�an estremecerse de placer. Su "conejito" cada vez estaba
mas h�medo. Los dedos de Carlos aumentaron la velocidad, mientras L�esete, no
paraba de gemir.
-No pares, para, no pares, ahhhhhh, estoy a punto. Quiero
tenerte dentro, Fundir nuestros cuerpos en uno solo.-Consigui� articular Lisette
entre gemido y gemido.- T�mbate.
Carlos obedeci� al instante. Vio como su miembro desaparec�a
poco a poco en el h�medo "conejito" de Lisette. Sus cuerpos comenzaron un ritmo
pausado.
-Acaricia mis pechos. Me encanta sentir tus manos en ellos.
Hazme lo de la lengua otra vez.
Carlos apret� esta vez m�s. Los retorci� despacito, sintiendo
como Lisette disfrutaba y se excitaba con sus caricias.
-Apri�talos m�s, as�. �ohhhhh. .Gem�a mientras sus cuerpos se
perlaban de sudor y aumentaban el ritmo.
-As� Lisette, no pares amor m�o, ��.ohhhhh. Me hacer tocar el
cielo.- Susurraba, mientras su lengua castigaba sus pezones.
El ritmo aumento mucho m�s. Oleadas de placer recorr�an el
cuerpo de Lisette, hacia un punto concreto. Su cuerpo se estremeci� al notar
como el orgasmo era ya inevitable.
-Ahhhhhh. No puedo mas.- Chillo, mientras su cuerpo era
sacudido por un largo y placentero orgasmo. Sinti� como Carlos la llenaba entre
gemidos y palabras de amor.
Lisette temblaba todav�a al dejarse caer entre los brazos de
el.
Va a ser un fin de semana inolvidable.-Pens� Lisette.
FIN