Los Biendotados (3)
Sent�a que la lengua se me perd�a en la boca de mi t�o. Ya no
era yo quien besaba a Rafa, sino un Pedro vuelto loco, que casi mord�a los
labios de su t�o. Besaba su boca, sus mejillas, su frente, su cuello, sin parar.
Con una fuerza desconocida me arrojaba sobre mi t�o que, ahora debajo de m�, me
recib�a sonriente. Lentamente comenc� a mover mi pelvis, arriba y abajo,
mezclando los restos de mi semen con el abdomen marcado de Rafa. Entre sus
m�sculos mi primera eyaculaci�n se perd�a, calent�ndome a�n m�s. En un momento
par� de besarle, para respirar. Me qued� mir�ndolo a los ojos, fijamente,
mientras �l sonre�a. En ese momento Rafa se incorpor�, dej�ndome ensartado en su
polla que rozaba mis gl�teos, haci�ndome sentir que �l era el m�s fuerte.
�Qu� significa esto?- me pregunt�
No s�me he dejado llevar por�
Calla, no digas m�s��Quieres seguir besando a tu t�o?
�S�, quiero.
Vamos, contin�a- dijo, lanz�ndose sobre la cama, con los
brazos hacia arriba, rindi�ndose ante mi calentura.
Yo sobre Rafa pod�a observarlo completamente. Su cara de
�ngel sonriente esperaba que me lanzase sobre sus brazos, su cuello, su abdomen,
sus pechos. Y eso hice. Comenc� por su cara, besando cada parte de ella. Sus
labios fuertes parec�an apretarme a su faz, como un im�n ardiente, que a ratos
me mord�an. Sus brazos largos fueron un descubrimiento; desde el olor a macho de
sus axilas, hasta la punta de sus dedos. Sus pectorales bien marcados me
recibieron saltando mientras los besaba. En ese momento �l baj� sus brazos y
comenz� a jugar con sus pezones. Entend� que eso le produc�a placer, as� que
comenc� a sobajearlos, primero lentamente, luego con mis dientes, haciendo que
�l gimiera de placer. Toda timidez ya la hab�a perdido, no pod�a seguir
resisti�ndome a la primera mitad del cuerpo de Rafa. Era imposible.
Segu� bajando por su abdomen, donde sabore� mi propio semen
mezclado con sus gotas de sudor. Un gusto salado me acompa�aban por cada m�sculo
abdominal de Rafa, por sus costillas, por su ombligo. Mientras lo besaba pod�a
sentir que una masa dura se apretaba a mi pecho. Era su verga que crec�a con
cada paso de mi lengua por su cuerpo. De todos modos, no baj� por su cuerpo,
volv� a subir a su cara, y frente a su mirada azul le ofrec� otro beso. Estaba
acostado sobre su cuerpo, entre sus piernas, rozando nuestras vergas, �l
apret�ndome con sus piernas hacerme sentir m�s pegado a �l.
Me encanta lo que est�s haciendo Pedro � me dijo
�Te gusta mucho?
S� b�same todo el cuerpo
�Quieres que siga?
S�, por favor�- dijo, tomando mi cabeza y llev�ndola a la
parte inferior.
En un primer momento no entend�, as� que segu� besando su
entrepierna, sus piernas gordas y largas, llegu� a sus rodillas y me di vuelta.
Le ofrec�a a Rafa mi ano cerrado que comenzaba a palpitar, cosa que �l tom� y
peg� una peque�a palmada en mis nalgas. Grit� de placer, girando mi cabeza,
mir�ndolo mientras besaba hasta los dedos de sus pies. Ya no sab�a qu� m�s
besar, as� que sub� nuevamente a su cara, pero Rafa no dej� que lo besara en los
labios.
�Qu� pasa?- le dije
Te falta lo m�s importante- me respondi�
�Qu�?
Se�al�ndome su centro pude entender lo que deseaba. Rafa
quer�a que le mamara la polla. Su verga estaba erecta completamente, pude
notarlo. Su cuero no daba para m�s y una vena atravesaba el tronco rosado.
Sonriendo fui bajando, sin dejar de besar su abdomen, llegando hasta su pene.
Con toda naturalidad mi mano se acerc� al m�stil y comenz� a masajearlo,
siguiendo el ejemplo que mi propio t�o me hab�a dado. Arriba y abajo, mi mano
apenas alcanzaba a cubrir una parte de su sexo que palpitaba. Not� que Rafa
hab�a cerrado los ojos y comenzaba a mover su pelvis a comp�s de mi masaje.
Luego de unos segundos la tom� con las dos manos y comenc� a masturbarlo con
fuerza.
Eso� as� me gusta�
�M�s fuerte?
M�s
�As�?
As� me gusta�
Yo segu�a masturb�ndolo, excit�ndome al mismo tiempo que le
produc�a placer a mi t�o. Arriba y abajo mis manos no paraban. Pero me detuve.
Corr� todo el extenso forro hacia abajo y acerqu� mi cara al tronco rosado.
Pod�a sentir su olor y notar que un l�quido brotaba�Acerque mi nariz y cerr� los
ojos, perdido en el olor de una verga enorme a punto de ser devorada. Finalmente
acerqu� mi boca y mi lengua lami� la polla de Rafa. �l lanz� un gemido dulce que
me hizo sonre�r. Segu� lami�ndola, bajando por los largos cent�metros que la
separaban de sus huevos. Llegu� a sus huevos y me los met� a la boca de
inmediato. Los chup� mientras sent�a el primer grito de Rafa. Segu� chup�ndolos,
me parec�an grandiosos. Grandes, forrados en una bolsa rosa, salados, me los
tragu� enteros, chupando uno cuando dejaba otro. Sin parar de masturbar a Rafa
me incorpor�, dejando sus huevos. Antes que �l lo notara agarr� con las dos
manos su polla y la met� a mi boca.
Al principio Rafa casi brinc� de impresi�n, pero siguieron
los gemidos de placer:
�Eso! �tr�gatela toda!
�Toda?
�Toda!
Sus gritos me excitaban demasiado. Me era imposible tragarme
ese pedazo de verga entera, a penas llegaba a la primera mitad. Pero cuando
cre�a que no pod�a seguir comenc� a deslizarme por ella. De a poco la fui
tragando entera, hasta llegar a los huevos. Rafa gritaba de placer, moviendo su
pelvis, haciendo que su verga entrara entera en mi boca. Yo casi no pod�a
creerlo. �Ese m�stil de carne duro y grueso me cab�a por completo! Arriba y
abajo con mis labios no dejaba de mamarla. Estaba vuelto loco, sintiendo mi
verga explotar, mi ano palpitando y la locura de mis manos, recorriendo los
huevos, el abdomen, el culo de Rafa. De a poco me la sacaba de la poca, y le
daba besos al glande, y volv�a a met�rmela entera, perfeccion�ndome. Despu�s de
unos minutos ya casi ni pod�a respirar. Mi cara me sudaba y la quijada comenzaba
a dolerme. En ese momento Rafa me dijo entre sollozos:
Aah..ahh cuidado que me voy a correr�aah..ahh�cuidado
No entend�a sus advertencias, as� que segu�, pero solo
besando el tronco. En el �ltimo momento Rafa se aferr� a las sabanas y grito
���Me voy!!!. Yo no alcanc� a darme cuenta y un chorro de semen me ca�a en la
cara, espeso, mucho m�s que �l m�o, mientras m�s gotas de su l�quido saltaban de
su enorme glande, manchando mis manos, su abdomen, la cama�fueron segundos
eternos en que mi t�o no par� de eyacular.
Despu�s de esa gran corrida Rafa suspir� hondo, dici�ndome:
Que bien lo haz hecho�
�Te parece t�o?
Fenomenal�mereces un premio
�Qu�?
Diciendo esto se incorpor�, tom�ndome de los brazos,
abraz�ndome, besando mi cara, arranc�ndome su semen dejando su verga en mi
abdomen, presion�ndome.
Por hacerle este regalito a tu t�o recibir�s el mejor de
los placeres
�De qu� hablas t�o?
Ya lo veras�
Me solt� y me tir� en la cama. Estaba mi t�o entre mis
piernas, lanz�ndose ante m�, como yo antes con �l. En ese momento cerr� los ojos
para sentir como sus besos recorr�an cada parte de mi cuerpo: comenz� con mis
piernas, bes�ndolas, tom�ndolas y masaje�ndolas, no se titube� y se meti� en la
boca mi verga semi erecta, chupando mi l�quido pre-seminal, luego subiendo por
mi abdomen, tom�ndome con sus brazos fuertes, rozando mis tetillas,
excit�ndolas, yo sin mirar, hasta que sent� su cara ante la m�a.
�Qu� me har� t�o?
Voy a hacer lo que vengo deseando desde que entre en esta
casa
Yo no entend�a nada. S�lo notaba que mi ano segu�a palpitando
mientras mi t�o comenzaba a mover su pelvis nuevamente, haciendo que mi verga se
parara, rozando la suya por de bajo de mis gl�teos, a veces haci�ndola chocar
con mi ano, lo que me produc�a dolor y placer. Ya con los ojos abiertos not�
como abr�a mis piernas lentamente, tocando mis huevos, levantando mis caderas.
En ese momento entend� lo que suceder�a�
Con mis piernas en sus hombros mi t�o comenz� a tocar mi ano.
Pas� dos de sus dedos por su boca, moj�ndolos y los dirigi� a mi culo,
pas�ndolos por mis nalgas. Yo comenzaba a susurrar, pidiendo m�s de esos tactos,
pidiendo m�s de sus besos�
Comenz� Rafa a tocar mi hoyo, haciendo que sus dedos rozaran
mi ojete, moj�ndolos con su saliva, yo masturb�ndome lentamente, �l metiendo la
punta de sus dos dedos. No pude controlarme y grite al sentir que los dos dedos
ya estaban dentro de m�. Primero la puta, luego enteros. Rafa los hizo entrar
con notable facilidad, dici�ndome:
Est�s tan caliente que podr�a meterte tres dedos y no te
doler�a
Y ten�a raz�n. El entrar de sus dedos, completos, por mi culo
no me produc�a gran dolor. S�lo placer, ganas de gritar y de sentir algo m�s
fuerte. Mord�a mi labio al ver que Rafa me miraba fijo, metiendo sus dedos,
disfrutando tanto como yo, movi�ndome, haciendo de mi cuerpo su instrumento de
placer. Segu�a metiendo mis dedos hasta que paro. "Listo", dijo y sent� el m�s
exquisito de los contactos. Pude ver como Rafa azotaba su verga ante mi ano, sin
meterla, haci�ndome cosquillas. Yo re�a y gem�a de placer.
- �Te gusta?
- S� t�o, mucho
- �Quieres m�s?
- S�, m�s�
- Ahora tendr�s m�s�
En ese momento sent� un dolor y un placer dif�cil de definir.
Grite de la sorpresa de sentir tan solo la punta de ese m�stil dentro de m�.
Gorda y fuerte la cabeza de ese miembro estaba finalizando el trabajo de los dos
dedos de Rafa. Yo pensaba que no pod�a haber m�s placer que ese, pero estaba
equivocado. Comenc� a sentir m�s y m�s carne dentro de m�, en una entrada
delicada de la verga de Rafa que no dejaba de mirarme, tom�ndome de la cintura.
Suave la polla se met�a y se met�a. Finalmente suspire pensando que estaba
entera�pero era tan s�lo la mitad. Antes de pensar en el dolor me alegr� al ver
que a�n pod�a sentir m�s dentro de m� a Rafa y as� fue. Hasta que no sent� los
huevos de mi t�o colgar, rozando mis nalgas no solt� la respiraci�n. "Estoy
adentro" dijo mi t�o. Yo sonre�a como loco, tocando mis tetillas, queriendo
besar a Rafa, pidiendo que el movimiento de sus brazos aumentara.
Poco a poco la velocidad fue subiendo. Pude sentir como mi
culo ya estaba casi dormido, no me pertenec�a, era de Rafa que lo romp�a cada
vez que entraba, haci�ndome sentir lejos de la cama, con un cosquilleo
constante, entrando y saliendo su vergota. La velocidad segu�a subiendo, cada
vez m�s fuerte, hasta cuando ya nadie pod�a detener a Rafa.
Con sus movimientos se acercaba cada vez m�s a m�, besaba mi
abdomen mientras segu�a con mis piernas en sus hombros, mordiendo su labio
inferior, riendo, hist�rico del placer. Yo soltaba gritos pidiendo m�s
velocidad, m�s fuerza, quer�a que me penetrar� hasta con los huevos si era
posible. Sus huevos chocaban con fuerza en mi culo, listos a dejar salir m�s
leche de Rafa. Fueron minutos eternos en que mord� las sabanas.
Sin poder evitarlo eyacule sobre mi cuerpo, muriendo de
placer. "Acaba" le dije a Rafa. "Estas seguro" me pregunt�, "No, sigue, m�s
fuerte, m�s r�pido". Riendo y clavando su mirada azul sobre m� Rafa tomo mis
piernas, las dej� en alto. Y comenz� a penetrarme fuertemente, a�n m�s fuerte.
Cada arremetida me dejaba m�s alto en la cama. Besaba mi
semen que derram� y segu� dejando su m�stil dentro de m�, hasta que sent� que su
cara cambiaba, igual que antes. "Prep�rate", me dijo nuevamente. Yo gritaba,
sonriendo, esperando su leche sobre mi abdomen. Pero estaba errando. Rafa segu�a
dentro de m�, rompi�ndome el culo, pero sonriendo furioso.
�Me ir� dentro!�dentro!
Hazlo, hazlo
Agarrado a sus brazos sent� que las arremet�as cesaban y un
calor atravesaba mis entra�as. Su l�quido estaba dentro de m� y su polla aun
lat�a en mi interior. Rafa no la sac� nunca, la dej� dentro. Me produjo un
placer inmenso verlo dentro de m� todo el tiempo. La carne dura era mi
prisionera.
Cuando saco su verga de m� se lanzo sobre mi cuerpo con un
gemido de animal, comenz� a besarme y rozar nuestras vergas. Yo sent�a a�n mi
culo abierto, pero no sent�a dolor. El semen comenz� a escurrir lentamente por
mis nalgas, quem�ndome. Rafa subi� hasta mi cara y me beso en los labios. Su
verga ya casi se perd�a entre sus huevos y su abdomen no paraba de subir y
bajar. Ambos �ramos cuerpos llenos de sudor, abrazados, mezclados entre nuestro
semen, yo sin dejar de besarlo, sintiendo su cuerpo de rey sobre mi cuerpo de
ni�o.
Finalmente dej� que se estirara bien y me sub� a su cuerpo.
Lo abrac� mientras el cerraba los ojos, sob�ndome la espalda, dici�ndome que
nunca antes hab�a sentido tal placer. Yo cerr� los ojos y busqu� nuestras
vergas. Las dej� juntas, ambos pedazos de carne a�n en reposo se sent�an
enormes. Quiero que est�n siempre juntas, le dije y dormimos.
Deb�amos dormir. Cuatro d�as nos quedaban y nuestro pacto
reci�n comenzaba.