Me encontraba paseando por la ciudad cuando de repente y sin
darme cuenta llegue a la periferia de la misma.
A lo lejos vi un almac�n que parec�a abandonado. Me dirig� a
el y pude comprobar que el almac�n estaba efectivamente abandonado por sus
due�os, pero que esa situaci�n hac�a que de vez en cuando la gente acudiera a el
para hacer sus cosas en la intimidad.
As� pude contemplar, eso s�, sin ser visto, el desarrollo de
toda una org�a sexual en la que interven�an adolescentes y adultos de todas las
edades.
En un rinc�n de la estancia hab�a una ni�a de aproximadamente
unos once a�os que estaba siendo penetrada por un chico que aparentaba tener
unos treinta y cinco a�os.
La chica parec�a una principiante pues no mostraba mucha
destreza es eso del sexo, adem�s,� se ve�a que no estaba muy contenta con la
situaci�n, pues miraba al hombre con cara de estupor.Sin embargo, el hombre
segu�a a lo suyo, metiendo y follando con delectaci�n a la chica. En esta
situaci�n se encontraban ambos cuando por detr�s se les uni� un segundo hombre,
que situ�ndose a la espalda de la chica, comenz� a magrearla� los apenas
incipientes pechitos, unos pechitos que eran del tama�o de un cuarto de lim�n,
con los pezoncitos muy endurecidos y negros.
A su lado, otra chica, de m�s edad, estaba siendo sometida,
muy gustosamente por su lado, a una doble penetraci�n por dos hombres de
aproximadamente la misma edad que el anterior.
El tr�o no paraba de gemir y lanzar suspiros de enorme
placer.
En otro lado de la estancia, hab�a una mujer de unos cuarenta
a�os, de muy buen ver que estaba haciendo lo propio con un muchacho de unos
trece a�os. El chico ten�a una corpulencia normal para su edad y un pene de
aproximadamente unos doce cent�metros que a juzgar por los gritos de placer de
la mujer, hacia bien su cometido.
Otro chico, algo mas� joven, se acerc� a ellos y con su verga
en erecci�n, de unos diez cent�metros, se la dio a mamar a la mujer, que comenz�
a chupar el glande , como si de un chupachups o un helado se tratara, con
verdadera maestr�a, arrancando inmediatamente gemidos de placer al muchacho.
En otro lado se encontraba un hombre de cuarenta a�os
haciendo el amor con un chico de unos doce a�os. Su peque�o paquetito, de unos
diez cent�metros de pene y un paquete testicular del tama�o de una casta�a se
mov�a acompasadamente al ritmo del la enculada del adulto, que un tiempo despu�s
comenzaba a pajearle.
Ni que decir tiene que ambos dos eran presa de un gran
placer, que demostraba sumando sus placenteros gemidos a los de los dem�s
A otro lado se encontraba una mujer que se dedicaba a la
tarea de comerla el chochito a una bella muchachita catorcea�era. Esta apenas
ten�a bello p�bico, solo una er�tica pelusilla, que permit�a observar con toda
claridad los hermos�simos labios mayores y el carnoso cl�toris. Sus pechos eran
mayores que los de la oncea�era, pero tampoco mucho m�s, m�s o menos del tama�o
de media naranja, y de esa misma forma.
La peque�a oncea�era comenzaba a variar el gesto, pues ya no
se mostraba timida, sino con m�s soltura. Miraba� con picard�a al partener y
empezaba a gemir de placer, mientras el que ten�a por detr�s continuaba
magre�ndola los pechitos. Pero justo en ese momento, el hombre se puso a su lado
con el miembro totalmente erecionado y se lo dio a chupar a la ni�a. Esta se
meti� el glande en su boca y comenz� a chup�rselo como si fuera un chupa chups
comenzando a sacar en seguida gemidos de placer del hombre.
El que la estaba follando aument� el ritmo de sus acometidas
y la intensidad de sus gemidos, hasta que decidi� salirse de ella y ponerse a su
costado para darla a mamar su polla,lo que hizo ella hasta recibir en su cara el
calido semen que la embadurn� toda la cara. En ese momento el otro hombre ocup�
el lugar abandonado por el primero y meti� su enorme pene en el peque�o chochito
de la ya m�s suelta ni�a, que comenz� a�� gozar las envestidas de su nuevo
amante.
El tr�o que se encontraba a su lado comenzaba a llegar al
climax de su relaci�n. La muchacha emparedada no paraba de lanzar gemidos de
placer y de animarles a que continuaran foll�ndosela,
Pero justo en ese momento, el que la estaba penetrando por la
vagina se sali� de ella y comenzando a menearse el pene logr� eyacular una
ingente cantidad de semen blanco , espeso y caliente que la embadurn� desde la
vulva hasta casi los pechos. El otro segu�a d�ndola por detr�s.
En el grupo formado por la mujer y los dos chicos todo
continuaba igual.El trecea�ero continuaba delect�ndose con la penetraci�n a la
mujer, mientras el otro chico gozaba con la mamada. Sin embargo, este quer�a
penetrar y retir�ndose del grupo se uni� al duo en donde estaban follando el
adulto y el chuiquito de doce a�os. Se puso por detr�s del adulto y con
facilidad meti� su peque�o pene en el culo del mismo. Aquel comenz� a redoblar
sus gemidos de placer, sobre todo cu�ndo se dio cuente de que qui�n le estaba
penetrando era un chiquillo, pu�s esto le erotiz� a�n m�s.
El muchachito que estaba siendo penetrado por el mismo, cogi�
su pene y comenz� a masturbarse el mismo, cosa que hasta ese momento hab�a
estado haciendo el adulto.
Era indescriptible el placer que el peque�o penetrador, el
que ten�a el adulto por detr�s, estaba teniendo, y que se reflejaba en sus
placenteros gemidos.
Sin embargo, el docea�ero� decidi� abandonar el grupo y le
dijo al adulto que le sacara el pene, lo que este hizo sin rechistar, qued�ndose
a solas con su penetrador. El otro chico fue donde se encontraba la mujer con la
chica a la que estaba comiendo el chochito� y poni�ndose detr�s de ella la meti�
su peque�o pene en la vagina ,lo que hizo que aquella lanzara un gemido de
enorme placer.
Volviendo donde la oncea�era, su nuevo amante estaba a punto
de terminar la faena, cosa que se demostraba por la rapidez e intensidad de sus
envestidas, y efectivamente as� era, pues sac� su enorme verga y se lo dio de
nuevo a comer a la chica. Esta chuperrete� el glande del hombre, sac�ndole los
�ltimos gemidos de placer y una enorme cantidad de semen, que fue a parar casi
todo a la boca de la chica.
El hombre se retir� y qued� sola la chica en la placentera
tarea de masturbarse.
En ese momento, como si se hubieran sincronizado el resto de
los participantes en la org�a comenzaron a correrse ellos, los chicos y los
adultos varones, y ella, las adultas y las chiquilla que a�n quedaban por
terminar.
Me sal� del almac�n y poni�ndome de cara a una de sus
paredes, me saque el pene y comenc� a masturbarme, cosa que hizo hasta que me
corr� y embadurn� la pared de semen. Entonces me march�, pero con la intenci�n
de volver de nuevo, a ver si pillaba otra como esa.
�
Este relato es pura ficci�n, nada de lo que se narra en el es
cierto, aunque pudiera serlo.
He de perd�n por lo atropellado de la narraci�n y pedir que
se pongan en contacto conmigo a trav�s de e-mail sobre todo los lectores y
narradores de Santander, Cantabria , provincias y comunidades lim�trofes y resto
de Espa�a, por este orden, y no por otra raz�n que por la cercan�a.
Espero que os haya gustado. Gracias.