�De Infarto!
Fui testigo furtivo cuando mi primo Alberto, hijo de la
hermana de mi madre, o sea mi primo hermano, la ten�a a mi madre boca bajo, �l
estaba sentado en el sof� de la sala, y ella tendida de largo sobre sus
piernas, volteando la mirada hacia �l y le sonre�a, estaba con un vestido de
seda suelto, que boca bajo ella se le pegaban a sus nalgotas, �l le agarraba el
culo por debajo del vestido, el vestido estaba levantado, casi pod�a notarse el
enorme culo blanco y su calz�n rojo bajado hasta sus muslos, el espect�culo era
tremendo, de donde yo estaba ocultado no pod�a creerlo, el hijo mayor de mi t�a
Sof�a le estaba agarrando y sobando el culo a su t�a, a mi madre, ella nos hab�a
criado como a sus hijos, y ahora �l todo un joven le dec�a: pensar que toda mi
vida me alocaba por agarrarte el culo t�a, despu�s de esto ya me puedo morir
tranquilo, eres una zorraza, quien iba a imaginar con esa carita de �ngel, de
Sra. de respeto, me� plaf, sonaba los lapos en sus ricas y carnosas nalgas
blancas�iba a entregar este.. plaf�maravilloso ojete,�ella, solo atinaba a
sonre�rle mir�ndole a los ojos y a cerrar los ojos delatando el enorme placer
que sent�a cuando su sobrino Alberto de la edad de su hijo, pero mas atl�tico
por cierto, le agarraba el panderazo, el tremendo trasero que se manejaba, yo
estaba indignado, pero excitad�simo, era extra�o el sentimiento, quer�a matar a
Alberto, y odiaba a mi madre por la ofensa, me estaban ofendiendo, pero creo que
mas eran los celos, es decir lamentaba que fuera �l y no yo el que estuviera en
el sof� agarr�ndole el culazo a mi madre. Ella, por habernos criado a veces le
dec�a Beto, a veces le llamaba hijo, como todas nuestras t�as nos llamaban,
"hijo, aseg�rate que la puerta est� bien cerrada, tu t�o puede venir de
improviso" "y ser�a el acabose, no me lo perdonar�a", y "peor si nos
sorprende Luisito, tan buenito �l, se morir�a".
Ser�a de locura, dec�a �l, si Luis nos encontrara as�, t� con
tu culazo al aire y a mi falt�ndome manos para agarrarlos, imag�nate que nos
sorprenda mas adelante, a ti calatita chup�ndome la pinga en tu cama, en tu cama
de matrimonio, no digas eso, respond�a mi madre�qu� malo eres, a ver si t� le
sorprendes a Luisito ator�ndole la verga a tu mam�, te indignar�as, ojal� nunca
se entere, ya a esa altura cuando ella le hablaba �l hab�a separado sus nalgotas
con sus fuertes manos y le estaba chupando el culo a ella, ella suspiraba y se
agarraba fuerte del sof�, estaba excitad�sima, todav�a llevaba puesto sus
zapatos de tacos rojos al igual que sus Bragas, calzoncito peque�o, tipo bikini,
que se perd�an en su culo, nunca imagin� que usara esos calzones, en el cordel
de ropa tend�a los tradicionales, calzones grandes, de vieja, pero despu�s me
enter� que Beto le ped�a que usara esos calzoncitos, y que ella no quer�a
contrariarlo, quer�a s�lo satisfacerlo, �l ya era su macho, su hombre, su
marido, y se la estaba cachando y tirando como todo un marido a una hembra de
hembras, culona, yo sent�a envidia y compadec�a al cornudo de mi padre, si le
delataba con mi padre el que quedar�a mal ser�a yo, porque me humillar�a ante
Beto, y de repente nunca mas los ver�a as�.
Mi madre, una mujer de buen cuerpo, siempre relleno, t�pica
mujer voluptuosa de los a�os sesenta, ahora delataba unos rollitos en el
vientre, pero todo lo olvidaba cuando me fijaba en su trasero,
esplendoroso, antes no me hab�a fijado por que su temperamento era muy formal,
siempre fue alegre pero marcaba distancia con sus hijos cuando se trataba de
bromas que tengan que ver con el sexo, fue autoritaria con nosotros, muy
cat�lica, y nos obligaba a asistir a misa todos los Domingos, ella llevaba las
riendas del hogar, mi padre siempre nos descuid�, s�lo llegaba en las noches, y
por supuesto, tambi�n descuid� a mam�, el zorro de mi primo Alberto se percat�
de ello y tuvo la suficiente inteligencia y valent�a para atreverse a culear a
mi madre. Lo que hab�a acabado de descubrir era tremendo, inimaginable, primero
casi me dio v�mitos, despu�s no pude dormir de excitaci�n, ya nada volver�a a
ser igual.
Debo confesar que hasta ahora no he podido averiguar c�mo
Alberto sedujo a mi Madre, porque era imposible que ella hubiese tomado la
iniciativa, estoy seguro que �l fue el que se atrevi�, y se gan� la loter�a. S�
se�ores, se gan� la loter�a, porque s�lo despu�s de verlos en esa situaci�n pude
darme cuenta que mi madre era espectacular y a mi primo Beto le entreg� todo, me
imagino que como toda mujer mayor act�a, pensando en no desperdiciar nada y en
no hacerse de rogar, pensando en aprovechar aquel cuerpo joven y atl�tico, y
prohibido por supuesto, por ser el hijo de su hermana, pensando en demostrarle
que ella era mejor que cualquier jovencita. De eso estoy seguro.
Empec� a sospechar cuando mi madre empez� a usar maquillajes
de jovencitas, cuando mostraba especial atenci�n cuando yo llegaba con Alberto a
casa, para �l era la mejor presa del estofado, claro ella alegaba que Betito
necesitaba mas porque era mas grande y su cuerpo ped�a, y para no quejarnos
cocinaba mas cantidad cuando �l estaba y no nos rega�aba cuando alguien de sus
hijos ped�a mas. El imb�cil de mi padre no se daba por enterado. Tambi�n empec�
a sospechar cuando mi padre sal�a de viaje por varios d�as, ella usaba zapatos
altos, de tacos, y escotes que dejaban ver sus tetas como si fueran una nalga en
el pecho, que ricas tetas por dios, parec�an que ten�an harta leche. Eran para
llamar la atenci�n de Beto, o simplemente para complacerlo. Mi hermana y mis dos
hermanitos mayores ni se daban cuenta.
Ese d�a, el d�a que los observ� por las rendijillas de la
pared de la sala, cerca al techo para dar ventilaci�n, mi coraz�n empez� a
acelerarse, se me sal�a por la boca, yo me colgu� sigilosamente por aquella
rendijilla, que daban al jard�n interior de la casa. Qu� hermoso culo de mi
madre, un trasero lleno de carne y grasita, blanqu�simo porque ella nunca los
exhibi�, pensaban que estaban solos, y se notaba que ella estaba feliz, se
dejaba manosear bien rico, y despu�s Beto, su sobrino, le empez� a chupar el
culo, el agujerito entre marr�n y rosadito, conforme me cont� despu�s Beto,
cuando se lo ped� y �l gozaba al ver mi rostro de excitaci�n, de pena, de rabia,
de humillaci�n, pero me lo cont� para sentir mas morbo me imagino. Ese d�a ella
estaba con un peinado diferente, un peinado como para fiesta, medio ondulado.
Cuando termin� de chuparle el ojete le dio dos palmazo
plaf..Plaf.., que les caus� risa a ambos, qu� feliz se les ve�a, ella se par�,
la m�sica sonaba despacio, era un bolero antiguo, le dio la espalda y dej� caer
por completo su vestido, era un enterizo de seda, de colores fucsia, y
anaranjado, como de gitana, medio bailando, ya sus bragas estaban en sus
tobillos, que hermoso cuerpazo, luego se giro mir�ndole de frente y se puso de
cuclillas, que bonita se ve�a mi madre, cara redonda y ojos pintados, un poquito
achinado por el rabillo que se hizo en los ojos�, como de puta, " ah, Beto"
suspiraba, "gracias por esto hijo", y empez� a bajarle el sierre del pantal�n,
le agradec�a porque sab�a que el miembro de Beto era monstruoso, bien grande,
tres a�os atr�s, entrando a la pubertad, en nuestras travesuras por descubrir el
sexo, Beto me hizo que se la chupara, mi boca entr� a las justas, y el casi me
obligaba con violencia y yo me dej� llevar por su temperamento, as� era �l de
morboso, de diablo, de macho, ahora esa misma verga que yo chup� a�os atr�s, por
curiosidad por cierto, estaba por meterse en la boca de mi madre, ella lo sab�a,
sab�a de su tama�o, porque por sus palabras se notaba que ya la hab�a probado.
"dime que esto es solo para mi, Beto, hijo m�o" le dec�a mientras la sobaba el
miembro por encima del b�xer, luego le baj� el b�xer por los costados sin
agarrar su miembro, ya sus brasieres que le sujetaban los melones estaban
sueltas, y pude notar sus tetas blancas cerca al miembro de Beto, ella no dejaba
de mirarle a los ojos a su sobrino, hubiera dado lo que sea por tomar una
fotograf�a en ese momento, mis brazos que me sosten�an, que me manten�an
colgado, no sent�an agotamiento alguno, ella me daba cara pero no me ve�a por la
forma de la rendija, s�lo se ve�a de mi lado, sent�a que la pinga me dol�a desde
la base, var�as veces sent� latir mi pene, que alegr�a sent�a, que excitaci�n,
que envidia, que dolor tambi�n, eran todos los sentimientos juntos.
"Fanny, ch�pame la pinga hasta que muera carajo" "vamos puta,
prep�ralo para que entre sin pena en ese culo que me aloca" y ella sin agarrar
la pinga de Beto se lo acomod� en boca y empez� a comerle su pinga, se lo com�a
con fuerza con ganas, no hab�a romanticismo en esa chupada, en esa comida de
verga, hab�a arrechura, excitaci�n, qu� rico hac�a sonar su boca con su
saliva la entrada y salida del monumental miembro de Beto, parec�a que desde un
inicio empezaron a prepararse para que Beto le rompa el culo a mi madre, ella ya
lo sab�a, parec�a que era una promesa, dios, c�mo iba a entrar eso en el culo de
mi madre, una ves que se lo chup� bien, se par� y se dirigi� a la cocina y Beto
estaba con la pinga bien lubricada, mirando al techo como agradeciendo a Dios,
ella se contoneaba al caminar hacia la cocina, sus tacos le levantaban el
culazo, yo con solo ser espectador me sent�a en la gloria, imaginen a Beto,
cuando al dirigirse mi madre a la cocina se dirigi� ella a la ventana a ver si
todo en la calle estaba en normalidad, corri� un poquito la cortina s�lo para
uno de sus ojos porque estaba desnuda, estaba calatita, pero se inclin� un poco
dejando el culo en pompa, y de aquel espect�culo se percat� Beto, que se agarr�
la pinga y lo masajeaba despacio de la excitaci�n, ella volte� a verlo y se
percat� de su posici�n, le hizo un gui�o a Beto, movi� el trasero como
ofreci�ndolo, Beto hizo como que se desmayaba, ufff, y ella sonri� sinti�ndose
complacida. Se incorpor� un poco y se dirigi� a la cocina. Confirm� mis
sospechas cuando apareci� con la mantequillera en las manos, la mantequillera
donde nosotros sac�bamos mantequilla para embadurnar nuestros panes en el
desayuno.
J�rame hijo que me lo vas a hacer despacito, le rogaba ella
prendida de su cuello, como enamorada, como si fuera su primera vez, sus
blanqu�simas tetas chocaban el pecho Beto. El, le agarraba las nalgotas con sus
manos abiertas, y la besaba metiendo su lengua, respond�a "no te preocupes, soy
experto rompiendo culos" "despu�s de esto mandar�s a la mierda a todos y te
vendr�s conmigo" "perder�s la verg�enza y pedir�s que te siga cachando". Y de
un solo impulso la carg� como una novia. Ella estaba en el cielo, se cre�a una
novia, el cachero de mi primo sab�a seducir a sus hembras, tan seductor era que
con mi madre, tan recatada y seria ella, estaba haciendo su doctorado, era su
diploma de honor, honor al m�rito, a la valent�a, a la inteligencia, al coraje
de atreverse a comer ese rico ojete.
Ella, cruzaba sus brazos al cuello de Beto sosteniendo la
mantequillera en una de sus manos, y se fueron al dormitorio de ella, al
dormitorio sagrado de mis padres, y dejaba ver su culo y su concha colgadas de
esa forma, qu� maravillosa vista, como para meter mi cara y no despegarme nunca,
agarr�ndole y chup�ndole el culo y la concha. De ese lado s�lo ve�a su cabeza
casi tapada por sus rodillas, y la vista entera de su culo y su concha al centro
del redondo y blanqu�simo pandero, pod�a apreciar tambi�n sus zapatos rojos de
taco y tiras, haciendo juego con sus u�as pintadas del mismo color. Se la llev�
calatita al cuarto. A mi madre, se la llev� el maldito de mi primo, se la llev�
calatita y se la bombe� bien rico en su cama de matrimonio, qu� odio, qu�
excitaci�n, qu� envidia. Hubiera sido feliz si tan s�lo me dejase chupar su
pinga despu�s de sacarlo del culo de mi madre, si la hubiera sacado con residuos
de caca se la hubiera saboreado con delicia y lujuria. De pronto se escuchaba
un ligero "hay hijo,�des�pa�ciii�too,..oohg,�." "uff,�ahhh. Tii�aaa."
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