Cuando entr� en el sex-shop,
no hab�a nadie y las pel�culas gay estaban justo enfrente
del dependiente, por lo que mientras las consultaba, no me quitaba ojo.
Por las im�genes, parec�a que hab�a algunas que podr�an
cumplir mis expectativas, pero me resultaban demasiado caras. Llevaba media
hora ojeando las cintas, y la que me gustaba no me la pod�a permitir,
y las otras no parec�an buenas, y no me atrev�a a dejar el
sex-shop sin comprar nada. As� que me puse a ojear las revistas
(todas precintadas) y los consoladores, y decid� comprarme un vibrador.
Nunca hab�a tenido ninguno y la idea de usar uno ya excitaba m�s
de lo que estaba. Me acerqu� al dependiente y le ped� que
me mostrara los vibradores anales. Empez� ense��ndome
un par de unos 15 cm de largo, pero s�lo de 2 cm de grosor. Le dije
que los encontraba muy delgados, a lo que me respondi� que los anales
eran as�, pero que me pod�a ense�ar otros vibradores
de mayor tama�o. Asent� y me ense�� uno que
estaba de oferta, anat�mico de l�tex de 20 cm por 5-6 de
grosor. S�lo de ver aquella polla casi perfecta, se me puso dura.
Adem�s, ten�a un motor regulable bastante potente. Me hubiera
gustado llev�rmela puesta, pero no era plan correrme en plena calle,
as� que me la envolvi� y me fui derecho a casa.

Al llegar a casa no esper�
ni un minuto, y me desnud� por completo. No quer�a manchar
mi nuevo juguetito, as� que me hice un enema casero. Cog�
un globo, lo llen� de agua, y introduciendo la punta del globo por
el ano, empec� a bombear el agua hasta que pas� toda a mi
interior. Ten�a la polla dura, aguant� lo que pude el agua
en mi culo hasta que la ech� toda, quedando perfectamente limpio
mi culo. Sin perder un instante me tumb� en la cama con mi nueva
polla en la mano. Era muy parecida a la m�a, aunque un poco m�s
grande. La comenc� a chupar y me encant� su tacto y gusto
a goma. Cuando estuvo bien lubricada, al igual que mi ano, empec�
la operaci�n. Empec� a introducirla poco a poco y con cuidado,
pero mi culo ya estaba acostumbrado a recibir objetos, as� que se
iba introduciendo lentamente, al igual que mi polla endurec�a sin
parar. En pocos minutos estaban toda dentro, y yo no pod�a aguantar
m�s de placer. Pero a�n quedaba lo mejor por llegar. Le di
al bot�n del vibrador y un cosquilleo empez� a recorrer el
interior de mis entra�as. Fui subiendo la velocidad del vibrador
poco a poco hasta llegar al m�ximo y yo ya no pod�a m�s.
A los pocos minutos, y sin tan s�lo tocarme la polla con las manos,
empec� a correrme. Fue una de las corridas m�s bestias de
mi vida. La primera sacudida de leche me lleg� hasta la boca. Fui
sacando el vibrador poco a poco de mi culo y las �ltimas sacudidas
descargaban mis �ltimas gotas de semen. A continuaci�n unt�
el vibrador con la leche que hab�a derramado sobre mi pecho, y empec�
a chuparlo como si fuera una polla que acababa de correrse. La sensaci�n
era tan real, que no tard� en tenerla dura otra vez. Cuando acab�
de limpiar con mi mamada, toda mi leche, cog� con mis manos las
dos pollas a la vez, una sobre la otra (parec�an gemelas), y accion�
el vibrador. El placer era infinito, un cosquilleo me recorr�a desde
la punta de los pies hasta la punta de la polla, y no tard� en correrme
por segunda vez.

Desde ese d�a, el vibrador
juega un papel importante en mis pajas, y lo utilizo a menudo mientras
contemplo una buena pel�cula gay.

Si os ha gustado, y quer�is
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