Parte 2
Luc�a estaba bailando cuando llegamos con Adriana de vuelta a
la fiesta. Nos dirigimos a una mesa para seguir bebiendo cerveza, y comer unos
bocadillos.
Luc�a se zaf� de Ra�l, y se acerc� a mi, d�ndome un pellizco
en la cintura, y diciendo: Esta me la pagas!.
Se volvi� con Ra�l, y aprovech� que la m�sica era suave para
pegarse bien a su cuello, cosa que Ra�l no despreci�, y corriendo su cara
comenz� a besarla en la boca. Yo mientras tanto segu�a jaraneando con Adriana, y
por ratos la miraba como iba calentando a Ra�l. Sus roces no eran ya
disimulados, y se ve�a que Ra�l ya ten�a ganas de llev�rsela a alg�n lugar
apartado.
Lamentablemente para �l, la fiesta llegaba a su final, y pap�
apareci� en escena queriendo bailar con la "nena", por lo cual Ra�l debi� meter
viol�n en bolsa, e irse al ba�o apresurado a cascarse una suculenta paja, cosa
que me fue confirmada por mi querido amigo de juegos.
Despu�s de esa reuni�n, pap� algo pasado de copas se fue a su
dormitorio, y se qued� profundamente dormido.
Luc�a se fue a su cuarto y se estaba desvistiendo, cuando yo
pas� rumbo al m�o.
�Te divertiste con Adrianita no? Dijo mi hermana en tono
ir�nico.
La verdad s�.
Sos un guacho de mierda!
�Porqu�?.A ver... �Qu� le pasa a mi nenita?
No tengo ganas de hablarte ni darte explicaciones. Pero ten
presente una cosa, conmigo nunca mas.....
Y se larg� a llorar como marrana, cerr�ndome la puerta en la
cara.
No era que yo, no me hab�a dado cuenta de sus sentimientos
hacia m�, lo que suced�a era que, justamente en m� se cruzaba como siempre, el
saberme culpable de algo impropio, y era ese sentimiento, lo que me hab�a hecho
dudar de acercarme mas a Luc�a.
Pero realmente yo la quer�a, y mucho. Realmente creo que la
am� desde el momento en que empezamos nuestros juegos, y el pasar tantos
momentos solos fue el espaldarazo que confirmaba que yo sin Luc�a no era nada.
Me arrepent� de esta noche, y me dije a mi mismo que de ahora en mas luchar�a
por recuperarla, y enfrentar�a en el momento preciso a mi padre.
Yo iba a defender nuestro amor.
Ese a�o yo termin� mis estudios secundarios, y pap� decidi�
enviarme a C�rdoba para continuar mis estudios universitarios. Pap� compr� un
tres ambientes en la ciudad para que viviera, por ahora solo, pero el sab�a que
al a�o siguiente Luc�a me acompa�ar�a, cuando iniciara su carrera.
No fue f�cil dejarlos, y menos separarme de Luc�a, qui�n a
pesar de su enojo, hizo la promesa de visitarme en las vacaciones de invierno.
Estudi� como loco esos meses, y deseaba que pasara el tiempo
cuanto antes.
Finalmente, un 8 de Julio, Luc�a vestida con una minifalda,
botas de cuero y una polera ce�ida a su talle, hizo sonar el portero
el�ctrico...
�S� qui�n es?
Yo boludo! No te dije que llegaba a las once.
Ya bajo a abrirte.
Cuando la v� me qued� helado! Estaba divina. Se me trep�, y
nos abrazamos d�ndonos un beso en la boca interminable. Por fin! Hab�an ca�do al
suelo todas nuestras ataduras!
Subimos abrazados al departamento, entramos y apenas cerramos
la puerta a nuestras espaldas, para caer abrazados sobre el sof� del living.
Su boca me sab�a a miel, nuestras lenguas jugueteaban,
expresando todo esa pasi�n contenida durante tanto tiempo.
Te quiero Pablito, te amo tanto. No se como pude estar tanto
tiempo sin vos.
Yo tambi�n te amo Luci, hace tanto que te amo. Pero ten�a
miedo. Miedo a confes�rtelo, miedo a lo que vos pudieras pensar, miedo a que
pap� nos viera.
Pero eso se acab�. �Y sabes cuando se acab�? El d�a de tu
cumple. Fue ah� cuando me jur� llevar nuestro amor hasta el final.
Te quiero divinooooo!
Y mas besos desquiciados inundaron nuestras bocas, mientras
comenzaba a desvestirla quit�ndole su polera.
Espera, me dijo. Vamos a la habitaci�n.
Fuimos de la mano, y me empuj� sobre la cama bastante c�moda
de mi habitaci�n.
Nos desvestimos casi arranc�ndonos la ropa.
�Qu� belleza el cuerpo de Luc�a!. Esas tetas erguidas,
coronadas por esos pezones rosados de 4cm de di�metro eran espectaculares. Su
monte, depilado en parte, dejaba ver solo una plumita central de bellos rubios.
Me perd� entre sus senos, succionando y besando cada parte de
ellos hasta que se irguieron
denostando la calentura que invad�a el cuerpo al que
pertenec�an.
Segu� bajando hasta llegar al nudo del placer. Besando y
chupando, una y otra vez.
El manantial ya manaba su humedad, mientras Luc�a se retorc�a
suspirando, gimiendo, y gozando de una explosi�n de placer incontrolable.
Mi pija me dol�a de tan dura que la ten�a. Luc�a se revolvi�
en la cama girando sobre m�, y tomando mi pene entre sus manos lo llev� a su
boca, comenzando unas lamidas llenas de saliva que lubricaban mi herramienta en
toda su extensi�n.
No pude contenerme, era tanta mi calentura que derram� mi
simiente en su boca a los pocos minutos.
Ella sol�cita sorbi� cada gota del elixir hasta dejar el
objeto de placer limpio.
Nos dormitamos unos pocos minutos, solo para volver a
empezar. El fragor de la lucha no hab�a cesado. Nuestros cuerpos sudorosos
exhalaban perfumes de sexo que nos embriagaban mas a cada instante.
Luc�a abri� sus piernas y me abraz� sobre ella. Dirigi� mi
pene hacia su entrada diciendo:
Mi vida, esto es por lo que yo esper� tantos a�os, ahora,
hazme tuya por favor. No aguanto mas esta tortura.
Sell� con un beso su boca, mientras el objeto de mi placer
invad�a su virginal abertura.
Un poco mas all�...se abr�a para siempre la flor de mis
sue�os. Un gemido profundo, una l�grima brotando de sus ojos, y el abrazo
doloroso de sus manos me dijo que Luc�a era finalmente m�a.
Te amo amor.
Yo tambi�n dulzura.
Y, a partir de ah� la danza de los sexos comenz� su suave
vaiv�n acompasado. Un orgasmo, y otro mas me regal� Luc�a antes de que yo
explotara en una catarata de placer interminable.
�Qu� haremos ahora Pablo?
Ya te dije...Yo te amo. Te amo con locura, con pasi�n. Lucia,
hace rato que sos el objeto de todos mis pensamientos. Voy a defender este amor,
solo ten paciencia.
Te creo mi vida. Tantos a�os juntos me demostraron que
realmente cumples con tu palabra, solo que...desear�a que el tiempo pasara mas
deprisa.
Mira...Dentro de 6 meses vendr�s a vivir aqu� conmigo. Vamos
a estudiar juntos, bien y r�pido, nos recibiremos de abogado y tu de contadora,
y cuando eso est� realizado, volaremos lejos, donde nadie nos conozca y ah�
podremos realizar nuestro deseo de vivir juntos para siempre.
Luc�a se acurruc� en mi, y comenz� a besar mi pecho
suavemente. Sus besos tiernos sub�an por mi costado hacia mi cuello, para
depositarse finalmente en mi boca, que la recib�a deseosa de nuevos placeres.
Acarici� su sexo, cuyo calor y humedad me indicaban que una
nueva aventura comenzaba, que como el amanecer del nuevo d�a que se avizoraba en
la ventana de la habitaci�n, as�, as� nuevamente comenz�bamos a disfrutar el uno
del otro, como ayer y por siempre, y hasta el fin de nuestra existencia.
Estas memorias las escribo desde mi habitaci�n en Italia, con
vista a una plaza donde las palomas s�mbolo de la paz beben de una fuente, como
lo hacemos nosotros, bebiendo de nuestro amor... en paz. Melicucco (Italia)
Enero de 2005.
FIN