El barrio y su gente
A Antonia, la hija de do�a Mercedes de bajos, siempre le
dijeron Coca. A la madre "de bajos porque" en una de las tres �nicas casas de
alto hab�a otra do�a Mercedes.
Coca estudi� solfeo y piano; corte y confecci�n,
encuadernaci�n y pintura sobre tela. Do�a Mercedes �su marido no contaba, s�lo
era el proveedor del dinero de la casa- no quer�a a su hija ociosa ni casada con
un don nadie, por lo que desde peque�a le puso ideas de superaci�n a la ni�a ya
sea por buenas o por malas.
Evaristo, un gallego coloradote y de cejas enormes, era el
carnicero del barrio y ten�a un mocet�n hijo de un compadre como ayudante. Pepe,
que as� se llamaba el muchacho, era un joven alto y fuerte que se cargaba a
hombros una media res como si se tratara de un simple pollo. Coca, que hac�a la
compra, lo miraba con ojos tiernos cada vez que �l le deshuesaba y desgrasaba la
carne con infinito cuidado. Un s�bado de verano, con ambo gris claro y un ramo
de flores en la diestra, Pepe traspuso el port�n de la casa de do�a Mercedes
para pedir a su marido permiso para visitar a Coca. Antes que el pobre dijese
palabra, do�a Mercedes ya hab�a ordenado a su hija que pusiese en un vaso las
flores, lo hab�a hecho sentar frente a ella y le hab�a otorgado el
consentimiento. El marido, asent�a encogiendo los hombros, como diciendo: "Ya
ves..."
Tres a�os de martes, jueves, s�bados y domingos de ocho a
diez en cualquier estaci�n del a�o; tres a�os de despedidas en el portoncillo de
hierro, y mientras tanto en los fondos se levantaba una casita de dos
dormitorios, ba�o, cocina y comedor-recibidor.
Y por supuesto, boda. Boda con fiesta en el Centro Valle
Mi�or donde don Evaristo, que era el padrino, figuraba en la comisi�n directiva.
Y luna de miel en Piri�polis, porque do�a Mercedes pensaba que no hab�a por qu�
gastar tanto en lunas de miel cara.
Que si hubiese sido por ella bastaba con la casita de los
fondos, ahorr�ndose ese despilfarro para cosas mejores. Pero el viaje de bodas
era un regalo de do�a Dosinda, la esposa del carnicero, que hab�a recibido su
parte de una herencia en la Madre Patria y no pod�a hac�rsele un desprecio. D��a
Mercedes supon�a �y con ella el barrio, tambi�n- que como los buenos gallegos
carec�an de hijos, seguramente la carnicer�a, la casa bien puesta con cuatro
apartamentos alquilados en su corredor adyacente y vaya a saberse las cuentas
bancarias pasar�an al ahijado tan querido.
Con un emocionado beso de adi�s a los padres y amigos que
desped�an el taxi en la acera, Coca se fue a su luna de miel acurrucada en el
amplio pecho de su flamante esposo.
El lunes siguiente, ya estaban nuevamente en Montevideo y
Pepe reintegrado a su trabajo. Do�a Mercedes mand� a su marido a la f�brica de
pastas m�s lejana y a otras compras un tanto inusuales para quedar a solas con
Coca, pues hoy eran invitados suyos y la comida del almuerzo estaba casi lista.
-Bueno, Coqui- comenz� el di�logo- �est�s contenta?
-Si, mami. Por supuesto.
-�Y?�C�mo se port� el galleguito?
Con la cara roja como un tomate y la mirada baja, respondi�le
Coca:
-Bueno, mami, t� sabes que lo quiero mucho, pero s�lo piensa
en "eso" y la verdad que la "cosa" que tiene me produce mucho miedo y dolor.
Tuve que ir a una farmacia en Piri�polis porque estoy toda desgarrada y �l no
quiere perden ninguna oportunidad...
-Pero nena, eso es normal...la chochita se acostumbra con el
uso. Yo bien me s� que nunca les di oportunidad que te me desgraciaras antes de
casrte �explicaba la matrona- ya vas a ver c�mo despu�s que se te cure vas a
pasarla muy bien. Ya ves, hasta el in�til de tu padre en esas cosas se porta
como Dios manda...
-Pero mami...-insist�a Coca- lo que pasa es que no te
imaginas c�mo tiene la "cosa" de enorme. Creo que nunca voy a poder
acostumbrarme...Y quiere hasta pon�rmela en la cola...
-Eso nunca, Coca- esas chanchadas son para cuando descubras
que tiene inter�s en alguna lagarta merodeadora. Ah� si t� misma te le ofreces
para que vea que es siempre mejor lo que hay en casa. Pero dime, �es tan grande
as�, o ser� que nunca has visto una?
-Yo hab�a visto unas fotos que Emilita llev� a clase de
costura, unos hombres desnudos. Pero esto no tiene punto de comparaci�n.
Adem�s ...es como si fuera un hongo, muy grande y duro, con
una cabeza asustadora, siempre babosa y de olor fuerte.
-Pero nena, Pepe es un muchacho muy limpio...�ser� que no se
lava sus partes con cuidado?- pregunt� intrigada do�a Mercedes.
-No lo s�, no voy a estar cuando se la lava, mami.
-Mal haces, nena. Debieras estar all�. M�s, lav�rsela t�
misma con jab�n de ba�o, corri�ndole la piel hacia abajo para poder enjabonarla
mejor.
-Ah, si, mami...si me meto con Pepe al ba�o y se la tomo para
lavar en seguida va calentarse y va a querer empalarme...�qu� gracia!
-Bueno, no te preocupes. Yo misma le voy a ense�ar a hacerlo.
Supongo que por ser hu�rfano desde muy peque�o nadie le haya
dado lecciones de higiene. Y la verdad, que no me imagino a Dosinda revisando a
su ahijado a ver si est� bien prolijo por todas partes.
-Pero mami, le va a dar mucha verg�enza y va a pensar que yo
te cont� algo. Cuando le dije que ten�a feo olor porque me ped�a que le diese
unos besitos ya que no lo dejaba entrar otra vez en mi chochita, me pregunt�:
"Pero Coca, �a qu� va a oler, si es una pija?" A m� me da asco hasta la palabra,
mami.
-Que no te d�, que no te d�. Bien, tu me dejas a m� que yo
arreglo esto. Despu�s de cenar, porque hoy tambi�n cenar�n aqu�, te quedas a
lavar la loza y le dices que vaya a darse un ba�o para ir a la cama. Lo dem�s lo
arreglo yo misma. �Silencio, que aqu� llega el in�til de tu padre!
El d�a fue muy fruct�fero en la carnicer�a, porque Pepe era
tan simp�tico y respetuoso que todas las vecinas quer�an saber c�mo le hab�a ido
en su luna de miel. Y claro, se hab�a casado adem�s con una de las mejores
chicas del barrio.
Pepe volvi� a la ocho de la noche y se dirigi� a la casa de
los fondos a darse una ducha, dici�ndole a Coca que fuese con�l a aprontarle la
ropa.
Estaba ya bajo el agua de la roseta cuando se abri� la puerta
del ba�o. Como la cortina evitaba que el agua salpicase el encerado piso de
baldosas color ocre, s�lo pudo escuchar ruiditos sensuales de cierres y
el�sticos y la cabeza se le puso a mil enviando a su verga una buena cantidad de
sangre ocasionando una erecci�n descomunal.
-Dale, Coquita, entra ya que la tengo lista y durita todita
para ti...-dijo el mocet�n con esa voz que suele usarse cuando existe la mayor
intimidad- dale, chiquita, ven que te quiero cepillar la rajita antes de la cena
y despu�s...
La cortina se descorri� y el muchacho qued� p�lido de susto
cuando vio que quien ten�a frente a su cuerpo enjabonado que luc�a un
impresionante tolete de no menos de veinticinco cent�metros era su suegra, no
Coca.
Intent� en vano correr la cortina, taparse �era imposible,
aun a dos manos- Do�a Mercedes, qu� hace, �me estoy ba�ando!
-Shhhh- no hagas esc�ndalo, Pepe. �No pensar�s que nunca
hubiese visto otro var�n antes que a ti? Te traje la ropa y vine a darte un
consejo.
-�Consejo?- balbuce� el joven, todav�a empinad�simo pese a la
situaci�n embarazosa- Pero pueded�rmelo despu�s, en la mesa mientras cenamos.
-No, Pepe, es ac�, ac� mismo. Mi hija dice que tu "cosa"
tiene mal olor y yo hice un curso de primeros auxilios, as� que traje espadol
para prevenir que no vayas a contagiarte de hongos, que son los que producen el
olor desagradable.
-Pero, do�a Mercedes, �c�mo se le ocurre? Yo no tengo hongos,
soy una persona muy sana. El olor es normal...
-A ver, d�jame ver- y sin decir m�s le asi� fuertemente la
pija que palpit� desesperada entre sus dedos acerc�ndole la nariz- Mmm...s�,
tiene olor fuerte. Pero, �y elsabor? (Le pas� decidida la lengua, constatando la
calidad y cantidad de preeyaculatorio que desbordaba la cabezota, que, dicho sea
de paso, era mayor de lo que se imaginaba en la descripci�n de su hija) Sabe muy
�cido. D�jame lavarla bien.
Tom� una pastillade jab�n e hizo buena espuma que comenz� a
pasar de arribaa abajo por la herramienta del dependiente de carnicero. De paso,
no pudo resistir enjabonarle las bolas, y explic�- "es que la higiene es
importante tambi�n ac� para que no se formen colonias de bacterias".
�l, que estaba excitad�simo y resignado a aquella entrometida
de suegra que le estaba jalando rico la picha y acariciando las pelotas con la
delicadeza de una lengua, sedej� hacer.
-A ver ahora- dijo do�a Mercedes meti�ndose no sin esfuerzo
la cabeza entera en la boca para recorrer su friso con la golosa lengua buscando
inexistentes rastrosde smegma- s�, ahora est� m�s limpita. Pero habr�a que ver
si el olor no provendr� del contacto entre tus fluidos con los del chochito.
Mira, vamos a hacer una cosa: p�nmelasin demora para comprobarlo.
Pepe no era tonto por m�s bueno que fuese, y la suegra le
estaba dando tan rica mamada que no encontr� mejor formade compensarla que
levantarle una pierna y clavarla all�, de parado, no sin antes cerrar los grifos
sabiendo lo ahorrativa que era la buena se�ora.
Comenz� el vaiv�n despacio, acostumbrado tanto con las chicas
del prost�bulo al que concurr�a como con su reciente esposa a que no le
soportasen el embiste, pero do�a Mercedes en su af�n de pulcritud a fondo se lo
enterr� solita y de buen grado al mism�simo fondo de su co�o suculento. Era una
gloria...Pepe se dio cuenta que esta era la mejor cogida que tuvo en sus
veintid�s a�os.
-No acabes todav�a, Pepe- gimi� do�a Mercedes- me parece que
todav�a no me encuentro lista.
-No se preocupe, suegra- respondi� jadeante Pepe- soy
bastante lento para acabar, y adem�s as� puede usted comprobar si el problema
est� solucionado o necesito m�s tratamientos...
-S�, muchachote, tienes toda la raz�n, no debe ser tuyo el
problema porque no me arde para nada ni se nota ya m�s aroma que el del jab�n.
Pepe la sac� un poco.
-Pero �qu� haces, Pepe? Aun no terminamos...
-Venga, vamos a tumbarnos en el piso. La abri� como si fuese
un pollo para asar y volvi� a ponerla bien duro, coloc�ndole los tobillos sobre
sus hombros.
-Ah, mi hija no sabe lo que tiene en casa....-dec�a
estremeci�ndose de gozo la buena de do�a Mercedes.
-Venga, vamos a ponerla en el culito a ver si el problema del
olor no ser� a causa de la caca.
Do�a Mercedes sonri� satisfecha de lo despabilado que era su
yerno, y cuando sinti� aquella tranca traspasarle el culo se vino entre gritos,
provocando al mocet�n la debida retribuci�n de leche.
Har� uno o dos a�os me encontr� con Coca en la fila de un
cine. Con ella estaba Arturo, su actual marido al que me present�.
-Pero �no sab�as que con Pepe solo estuve casada un a�o? Se
fue para Espa�a con mi mam�, �te acuerdas de mami? Pap� falleci� de un infarto y
mami puso las casas a mi nombre y se march� a La Coru�a con Pepe. No, no te
preocupes, yo soy muy feliz con Arturo, y con Pepe era muy desgraciada. Fue
mejor as�...
-Bueno, Antonia, hasta pronto, un gusto verte-le dije
azorado.
La mirada de Antonia, la antigua Coca de mi adolescencia, era
de arrobamiento hacia ese se�or delgado y pausado que se parec�a tanto a su
padre. ..