64. PUNTO DE NO RETORNO
- Pues ver�s, habl� con Toni el d�a que estuvimos en Port
Aventura y me coment� que estaba cansado de vivir en casa de sus padres,
entonces pens� que quiz�s era una buena idea que viniese a vivir con nosotros,
as� que se lo propuse�
Me hubiese gustado verme mi propia cara, seguro que las
merluzas congeladas del s�per de la esquina ten�an mejor aspecto que yo en ese
momento.
- �A Toni? �He interrogado perplejo.
- Eso es� al fin y al cabo Toni es tu amigo, es decir, sois
muy buenos amigos �no? �Carlos ha remarcado especialmente eso de "muy buenos
amigos".
- Amigos, somos amigos� -he rectificado.
- Eso he dicho�
- No, no� has dicho que somos muy buenos amigos, como si
intentases decir algo m�s �he replicado algo molesto por su tono.
A pesar de que Carlos tenga motivos m�s que suficientes para
pensar en que hay algo m�s que una amistad entre Toni y yo, l�ase nuestro
encuentro en la buhardilla, no me parece justo que lo diga de una forma tan
maliciosa.
- S�lo he querido decir que sois amigos desde hace mucho
tiempo y que Toni me parece una persona de confianza, adem�s, es gay� as� no
tendremos problemas de homofobia� jejeje �Carlos ha soltado una risita, yo le he
mirado fijamente sin cambiar mi cara de merluzo congelado.
- No le veo la gracia�
- Vaaaaa, Juan -ha dicho mi hermano mientras se sentaba junto
a m� en la cama-, no convirtamos todo esto en un problema. Toni me parece un t�o
genial para compartir piso con �l, independientemente de su orientaci�n sexual�
no seremos nosotros los que juzgaremos a alguien por eso �no?
- Carlos, me est�s mosqueando esta noche� -he dicho mientras
me incorporaba y empezaba a desabrocharme los botones de la camisa-. Parece que
los recuerdos de tu noche con Valeria mantienen ocupadas a tus dos neuronas�
- S�lo bromeaaaaaaba� no te lo tomes tan mal.
- Joder, es que no s� que pretendes esta noche, parece que
intentas echarme algo en cara�
- No, nada de eso� s�lo intento que�
- �Qu�?
- Pues que te sientas c�modo�
�Prefecto! He exclamado para mis adentros. El se�or se folla
a mi secretaria y recupera su conciencia y orgullo heterosexual (maltrechos
desde la noche del 31-J) y encima se permite el lujo de tratarme como si
esperase a que yo hiciese p�blica mi bisexualidad u homosexualidad. Hay que
joderse.
- Ya veo� supongo que todo esto tiene que ver con la noche de
mi viaje a Par�s�
- Yo no he dicho eso�
- Ya, pero lo piensas �he replicado.
- � -silencio de Carlos y mirada asertiva.
- Lo piensas, claro. Pues te est�s equivocando, Carlos, yo ya
me siento c�modo as�, no esperes ning�n cambio por mi parte �he respondido en
defensa de mi malherido orgullo.
- Bien, olvid�monos de la noche del 31 de julio, pero que me
dices del d�a en que os encontr� a Toni y a ti sin camiseta en la buhardilla o
del d�a que encontr�
- Basta �he dicho sin dejarle terminar-. Sal de mi habitaci�n
por favor, Natalia va llegar en 20 minutos y a�n tengo que ducharme.
- Quiero hablar de esto contigo, por favor� llevo demasiado
tiempo esperando a que te decidas a hablar conmigo�
- No hay nada de lo que hablar Carlos, y te aconsejo que no
me juzgues, te recuerdo que el que estaba en mi cama la noche del 31 de julio
eras t�.
No le he dejado responder, me he dado la vuelta y me he
encerrado en el ba�o. Me he quedado inm�vil frente al espejo� sab�a que alg�n
d�a Carlos me pedir�a una explicaci�n, aunque ten�a la esperanza de que no lo
hiciese tan pronto. Mis sospechas se confirman, Carlos ya no tiene dudas, es
evidente que da por hecha mi bisexualidad. Pero a pesar de que todo es muy
evidente, no puedo limitarme a asentir y darle la raz�n, no estoy preparado para
hacer balance, ni siquiera s� en que punto de mi particular evoluci�n me
encuentro. Carlos me ha recordado nuestra noche juntos, el encontronazo con Toni
en la buhardilla y algo m�s que desconoc�a, mi hermano ha dicho que hab�a
encontrado algo �el qu�? Deb�a ser algo importante si le ayud� a confirmar sus
sospechas�
He salido de la ducha con una toalla anudada en la cintura,
distra�do d�ndole vueltas a lo que deb�a haber encontrado mi hermano para
alimentar sus recelos.
- Lo siento �ha murmurado Carlos. Estaba sentado en la cama.
- Sal de aqu� por favor�
- No, antes deja que me disculpe �ha dicho incorpor�ndose y
acerc�ndose a m�-. Supongo que me he metido donde no me llaman, pero s�lo lo
hago por ti, te quiero y s�lo quiero lo mejor para ti�
- Bueno, si me quieres, resp�tame y no me juzgues�
- Lo siento� -ha repetido-. No quiero que te enfades conmigo,
eres lo m�s importante que tengo en este mundo�
Ufff� sus palabras me han llegado al alma, a partir de ah� he
empezado a aflojar, pero antes, un �ltimo toque:
- Ahora ya tienes a Valeria, seguro que pronto ocupa un lugar
predominante en tu coraz�n.
- Lo que sienta por Valeria no cambia lo que siento por mi
hermano, t� siempre ser�s prioritario para m�. Que est� con Valeria no cambia
nada�
- �Nada? -He preguntado sin poder evitar sonre�r.
- Nada� -ha respondido Carlos. Sin perder la sonrisa, he
liberado la toalla de mi cintura y la he dejado caer.
- Pues que todo vuelva a ser como antes �he dicho justo antes
de darme la vuelta para ponerme los boxers-. �Te vas a quedar ah�? �Carlos
parec�a haberse quedado congelado ante la visi�n de la parte posterior de mi
anatom�a.
- Voy a preparar la cena� -ha respondido con una sonrisa.
Su relaci�n con Valeria no cambia nada, bien� y entonces
�nuestra relaci�n vuelve a ser como antes? �c�mo antes del 31-J o como ha sido
despu�s del 31-J? Me temo que ya nada volver� a ser como antes. Mi hermano sabe
que soy bisexual, es m�s �yo mismo s� que soy bisexual! Y por primera vez desde
hace casi un a�o, los cambios no me parecen algo totalmente negativo, supongo
que de todas las situaciones, hasta de aquellas que nos resultan m�s hostiles,
podemos sacar algo �til.
Creo que �sta ha sido una noche que marcar� un nuevo punto de
inflexi�n en mi vida, un punto de no retorno. Mi conversaci�n con Ariadna sobre
no bloquearse por la culpa y aprender de los errores, mi reci�n adquirido buen
rollo con �ngel, las preguntas de Carlos� son demasiadas cosas para pensar que
en alg�n momento de mi vida todo volver� a ser como antes. No hay marcha atr�s,
ahora s�lo puedo ir hacia delante, sea cual sea el camino.
Cuando Carlos y yo termin�bamos de preparar la cena, ha
sonado el timbre. He abierto yo, y tras de la puerta, ha aparecido una Natalia
radiante con una generosa sonrisa. Iba vestida con una falda tejana, una
camiseta ajustada y una chaqueta de lana gruesa.
- Hola guapo �ha dicho Natalia mientras se acercaba a m� y me
plantaba un beso en los labios.
- Hola �he dicho sin demasiado �nfasis-. Pasa, te est�bamos
esperando para cenar�
Hemos entrado en el comedor donde mi hermano terminaba de
poner la mesa. Tras saludar a Natalia con dos efusivos besos, nos hemos sentado
los tres.
- Vaya� tiene muy buena pinta� -ha dicho Natalia mientras
contemplaba las rodajas de merluza en salsa verde que Carlos hab�a cocinado y
presentado elegantemente en unos platos cuadrados de color negro.
- Ya ves, hay d�as en los que me apetece cocinar� -ha
respondido Carlos con una amplia sonrisa.
- Eres un buen partido �ha bromeado Natalia-. �Tambi�n sabes
planchar?
- Tambi�n, es fruto de una buena educaci�n.. lo curioso es
que con Juan no funcion�
- Te equivocaste de hermano� -he replicado en tono de burla.
- En el fondo Juan es un buen chico, pero muy en el fondo�
jejeje.
- Carlos es el c�mico de la familia �he bromeado.
- Y el guapo� -ha a�adido �l con una sonrisa p�cara.
- Jejeje� los dos sois muy guapos.
- No, no� yo estoy m�s cachas �ha replicado Carlos.
- Jajajaja� si hoooooooombre, �y Aznar es progresista!
- A ver� eso tiene f�cil soluci�n� que juzgue Natalia�
Y dicho esto, Carlos se ha levantado de la mesa y lanz�ndome
una mirada desafiante, se ha quitado la camiseta de manga larga de Desigual que
llevaba. Los ojos de Natalia se han iluminado ante la visi�n de aquel torso de
nadador.
- Dif�cil de superar� -ha dicho ella con una sonrisa.
- Bueno, eso est� por ver� -he dicho mientras empezaba a
desabrocharme los botones de mi camisa Energie.
- Jejejeje� se nota que sois hermanos �ha ratificado ella.
- Cierto, pero hay algo que nos diferencia� �sabes qu� es?
- No, no lo sabe, Carlitos, ni lo sabr� �he dicho gui��ndole
un ojo-, ahora mejor terminamos de cenar, que a�n tenemos que ver la peli.
- �Ay! Que se pone celoso� -ha murmurado Carlos mirando con
picard�a a mi novia.
Durante la cena Carlos ha estado deslumbrando a Natalia
habl�ndole de su trabajo en la empresa de telecomunicaciones y de su intensa
vida social� si no fuera porque le conozco y s� que tiene algo con Valeria,
dir�a que intentaba levantarme a la novia. Cr�a hermanos�
Pero ya lo dicen: "el que r�e �ltimo, r�e mejor". As� que las
tornas han cambiado una vez en el sof�. Cuando Carlos ha apagado las luces y los
t�tulos de cr�dito de "Adaptation" han iluminado la habitaci�n, mi acercamiento
a Natalia se ha consumado. Mi hermano estaba estirado en uno de los sof�s, y
Natalia y yo est�bamos sentados en el otro, muy cerca el uno del otro.
No s� exactamente por qu�, pero en pocos minutos mis manos
recorr�an camino de la perdici�n las piernas de Natalia, y mis labios buscaban y
encontraban lo suyos� de fondo el trabajado mon�logo de un atormentado Nicolas
Cage.
- Bueno chicos, me voy a la cama� ma�ana trabajo �ha
murmurado Carlos, su voz me ha resultado muy lejana, como si no estuviese en
este mundo.
Cuando mis manos se han deslizado bajo la camiseta de Natalia
y han rozado sus pechos (�sin sujetador?) he entendido porque estaba haciendo
todo aquello� con mi escenita con Natalia me aseguraba un triunfo ante Carlos y
un rev�s a la idea preconcebida que ten�a sobre mi orientaci�n sexual. Ni
siquiera el contacto con la suave piel de Natalia despertaba en m� las mismas
sensaciones que tiempo atr�s hab�a descubierto al acariciar a una chica. Ni
siquiera sus labios me han parecido tan jugosos como los de Ana. Ni siquiera sus
dedos acariciando mi pecho me han hecho temblar. Quiz�s porque no hay nada tan
absurdo como hacer algo que no te apetece� que no deseas, y mi roce con Natalia
no ha sido algo deseado. Pero lejos de detenerme, he querido llegar m�s lejos�
he querido demostrarme que pod�a llegar m�s lejos.
Por eso no me he detenido cuando le he arrancado la camiseta
de un tir�n y he hundido mi boca en sus pechos. Por eso no he escuchado sus
quejidos y he continuado apret�ndola contra el sof�. Quer�a llegar tan lejos que
me ha parecido incluso normal sentir las c�lidas l�grimas de Natalia mezcladas
con sus besos. Mi mano apretada contra su boca ha logrado su silencio, sin
importarme el precio. Con mi mano libre he liberado los botones de mi pantal�n y
he levantado la falda de Natalia hasta su cintura. Al sentir el roce de nuestra
ropa interior la he mirado. Sus ojos llorosos me han hecho volver a pisar ese
suelo inestable y vol�til por el que me muevo, sus ojos me han dicho que hab�a
llegado m�s lejos� demasiado lejos. Derrotado, con los ojos llenos de l�grimas,
arrepentido� me he apartado de ella y he hundido mi cara en los cojines del
sof�, buscando refugio ante mi escandalosa verg�enza.
- No quiero volverte a ver� -ha balbuceado Natalia en medio
de un incontrolable llanto.
Cuando la puerta se ha cerrado tras de ella, me he mirado las
manos� mis dedos se han deslizado sobre un rastro de m�scara de pesta�as, mis
l�grimas la han extendido hasta trazar un t�trico dibujo en la palma de mi mano.
Continuar�