UNA MUJER FELIZMENTE CASADA
Antes que todo, quiero aclarar que esto no es un relato, es un testimonio. Claro, no todo es verdad, hay datos que tuve que tergiversar para que no me pillen, pero gran parte es ver�dico. Y lo har� lo mas corto posible, para no aburrirlos.
Mi nombre de pila real es Mariana, soy chilena, vivo en Santiago, comuna de Providencia, 31 a�os, casada hace 10 a�os, due�a de casa. Mi vida actual, transcurre entre la crianza de mi hija, el cuidado de la casa, el gimnasio y el satisfacerme con mis m�ltiples amantes.
Respeto a mi esposo. Es un buen hombre. Excelente padre, buen proveedor, atento marido, esforzado trabajador. Y un p�simo amante. Durante a�os, me sent� agradecida por su estabilidad y desdichada por su flojera en la cama. Lo l�gico era divorciarme de �l y dejar que otra mujer lo haga feliz, como se merece� pero las mujeres somos complicadas. No lo quer�a ni lo amaba, pero tampoco quer�a compartirlo con otra. Decid� que iba a ponerle los cuernos de lo lindo, pero no iba divorciarme de �l, nada mejor que enga�ar a tu marido y que te siga manteniendo.
Una vez decidido eso, me volv� a preocupar de m� misma. Una estricta dieta, una exigente rutina de gimnasio, ropa bonita y maquillaje, y los hombres volvieron a gritarme piropos obscenos en la calle, como cuando era joven. Mido 1.65m, peso 55 kgs, piel blanca, cabello trigue�o largo y rizado, rostro anguloso, ojos color miel, mirada p�cara, nariz peque�a, labios bien delineados. Tetas grandes, abdomen plano, cintura estrecha, piernas dotadas de muslos gruesos y bien torneados y un culo grande, gordo y redondito.
Mi marido pasa afuera todo el d�a, por su trabajo. Mi hija pasa 10 horas en el colegio. Sola en casa, ten�a el tiempo y el lugar. Comenc� llevando amantes ocasionales a mi casa. Hombres guapos que conoc�a en el gimnasio y luego a los amigos de estos. Todos amantes fabulosos, que despertaron en m�, a la hembra caliente que dorm�a hace a�os. Me volvieron una mujer mas audaz, mas morbosa y mas hambrienta.
Como buena amante chilena, para que mi esposo no me descubriera, me organic� detalladamente. Actualmente tengo sexo con 31 hombres que voy conociendo en distintos lugares, amantes ocasionales, un amante por cada dia del mes. Y tengo tres amantes fijos con el que me acuesto todos los d�as. Y llevo cuenta de ello en el calendario que est� en la cocina, a vista y paciencia de mi marido, quien no sospecha nada.
Hector es uno de mis amantes fijos. Es personal traineer del gimnasio al que voy. Es un hombre allto, fibroso, caliente e insaciable, joven, hermoso y arrogante. Iv�n es mi segundo amante fijo, es un stripper que se ejercita en el gimnasio. Bello y sensual, lascivo y perverso, el sue�o dorado de miles de mujeres en la capital. Y Patricio ( Pato), es un atractivo y exitoso gerente, jefe de mi marido y casado con una fr�gida mojigata que ni le gusta darle sexo oral, asi que el pobre busca en todos lados lo que no recibe en casa. Los tres tiene algo en com�n: penes duros, tersos, gordos y muy largos.
Esta es mi rutina un d�a de semana cualquiera. Me levanto a las 6 de la ma�ana, preparo el desayuno y despido a mi hija y al cornudo de mi marido. Despu�s de eso, limpio la casa a la r�pida, me ducho y me pongo algo �lindo�. Entonces, a las 9 am, llega H�ctor. Es un hurac�n desde que llega hasta que se v�. Abre la puerta y, en el acto, me come a besos, me destroza la ropa y desordena el cabello, me manosea entera, me levanta en el aire y me clava hasta el fondo, todo en un minuto. Y as�, ensartada en su garrote, me lleva hasta la cama matrimonial. Se desnuda y se pone una de las camisas de mi marido, me tira al piso y me abre bien de piernas, me lame la conchita que a esas alturas ya est� muy mojada, acomoda su poderoso pene, y me llena la vagina, de un solo golpe. Y me taladra sin misericordia, durante media hora, sin parar, en distintas posiciones. Durante la follada, hace cosas muy perversas. Fiel a su naturaleza arrogante, toma su celular y hace un v�deo de la brutal follada, me saca fotos en posturas obscenas y se envanece de su propio poder sexual, compar�ndola con la del impotente de mi marido. Una de las cosas que hace y que mas amo de �l, es cuando me clava bien profundo y, sin sacarlo dentro de m�, me arrastra por el piso de toda la casa, d�ndome un orgasmo en cada habitaci�n. Y mientras me viola en el suelo, como la puta barata que soy, me susurra palabras obscenas y ricas al o�do, que me hacen gemir de caliente.
_�Como me gusta esa concha sucia que tienes, mhf, mhf� tan mojada, tan caliente, tan apretada� ufff, puedo sentir como te la lleno, puedo sentir la entrada a tu �tero� �lo sientes perra?, �te gusta?,.. d� que te gusta� mhf,mhf, toma�toma� �quer�as pico?, TOMA PICO, � GRITA,� GRITA�GRITA� QUE TODOS SEPAN QUE TE EST� CULEANDO UN HOMBRE DE VERDAD��. Y mientras grito como una demente, el me clava dur�smo, regal�ndome un orgasmo tras otro hasta que, agotada, sudorosa y adolorida, le suplico que se detenga, porque va siendo el turno de otro amante. Me saca el pene, a�n duro como un roble, y v� por el �ltimo gesto de humillaci�n para mi marido: el frasco de crema con el que mi esposo endulza su caf� todas las ma�anas. Se masturba fren�ticamente y arroja gruesos chorros de semen, gritando que el s� es un hombre, que se le para y que me culea bien rico. Se saca la camisa de mi marido, llena de sudor y hedionda a sexo y a macho, me la tira por la cara y se v� dici�ndome:
_� Te veo ma�ana puta rica para culear� dale mucho caf� a tu maridito� y ma�ana me vas a pasar el culo, �entendiste?�. Yo apenas susurro un s�, jadeando sobre el piso. Veo que, cuando Hector sale por la puerta se topa y saluda alegremente con Iv�n, que viene por su turno. Le bromea diciendo que me dej� con la concha bien mojada y abierta, y se va riendo a carcajadas. Iv�n, me v� tirada en el piso y se sonr�e perversamente. Se desnuda y me levanta gentilmente, llev�ndome a la ducha. All�, me ba�a y me mima, d�ndome besos lentos y profundos, masturb�ndome con delicadeza, toc�ndome en los puntos precisos, excit�ndome hasta hacerme gemir. Y as�, se coloc� entre mis piernas penetr�ndome con golpes cortos y r�pidos. Me enterr� su pene hermoso, hasta tocar la entrada del �tero, apartaba su cabeza unos cent�metros y volv�a a tocar el final de mi conchita, una y otra vez, sin parar, sin descanso, duro y rico, rico y r�pido, r�pido y profundo� bajo el chorro de agua caliente, el vapor, el morbo, el placer. Acab� rico. Un orgasmo que se contuvo durante media hora, que empez� en el cl�toris, recorri� la columna y estall� en mi nuca, haciendo que lance un sonido ronco y gutural, dej�ndome medio atontada por el placer y el aire caliente.
Una vez limpia, recuperada y contenta, Iv�n me pidi� que me pusiera mi vestido de puta y me sac� de paseo. Fuimos a una iglesia peque�a, en un barrio tranquilo y alejado. Nadie entraba en ella durante el d�a, nos sentamos en el �ltimo asiento, e Iv�n comenz� a levantarme la falda, sac� su precioso pene erecto y comenz� a pasearlo por mis muslos. Aquello me excito de sobremanera, ni siquiera tuvo que decirme que hacer. Agarr� la gruesa base de su pico de 22 cms, y me lo met� a la boca. No me import� que fuera una iglesia, iba a atender a mi amante como se merec�a, d�ndole una buena chupada, con calma y cari�o.
A medida que me lo com�a, mas duro se pon�a, y mas me excitaba, apretando mi concha con mis muslos, en una dificultosa masturbaci�n. Al final no pude aguantar. Sub� mi corta faldita roja por encima de la cintura, y mont� a mi amante en los asientos de la Iglesia. Sub�a y bajaba, con calma, con amor, hundi�ndome, devorando ese pene con los m�sculos de mi vagina. Los asientos de madera rechinaban ruidosamente, a medida que la velocidad de mis auto-clavadas iba aumentando. Oh, Dios, se sent�a tan rico, me sent�a TAN PUTA� y me encantaba. Al final, lo cabalgu� a toda velocidad, gimiendo y jadeando, con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo un ruido tan alto que estaba segura que toda la cuadra nos estaba escuchando� pero no ten�a intenciones de parar, porque quer�a mi orgasmo. Veinte minutos despu�s lo obtuve. Y, como yo sospechaba, nos escucharon. Tuvimos que irnos, apenas vestidos.
CONTINUARA�

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