Relato: Y sab�a de todo... (10)
OJITOS VERDES (10)
----- Mensaje original -----
De: tronco loco
Para: POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Enviado: Mi�rcoles, 22 de Octubre de 2003 09:58 a.m.
Asunto: Consulta
Buenos d�as, te quer�a decir que le� tu historia "Ojitos
Verdes (1)" y me pareci� muy buena.
Quer�a preguntarte si escribiste m�s historias de Ojitos,
porque la verdad es que me quede con ganas de leer m�s.
A mi esposa y a m� nos pareci� muy buena.
Si podes, te pido que me adjuntes mas relatos o decime de
donde los puedo bajar.
Un abrazo.
Troncoloco.
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Desde Buenos Aires: 4004-1010
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----- Mensaje original -----
De: luis cabrero
Para: POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Enviado: Lunes, 03 de Noviembre de 2003 10:39 p.m.
Asunto: hola le� tu relato ANALBO
Hola como estas:
Acabo de leer tu relato me gusto mucho, me gustar�a que
pudiera estar en contacto con Graciela y Rosmaris de tu relato LA HERMANA DE
MAMA, con Rosmari y de tu relato LA HERMANA DE MAMA II, con Karina de tu relato
Y SABIA DE TODO... (1), si puedes dame sus correos o si no preg�ntales si me
puedes dar sus correos, espero tener noticias prontas de ti.
Se despide tu lector Roberto.
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el resto del Mundo.
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OJITOS VERDES... (10)
Flabiau
De
ANALBO
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D�CIMA NARRACI�N
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Alejandro con su mujer se acost� en uno de los cuartos de
hu�spedes, dejando el m�s grande para la Nona y el t�o Patricio. Los dem�s
parientes se hab�an retirados todos. Mercedita, la hermana menor de de Amalita,
decidi� quedarse un par de d�as en casa de Rodrigo, ya que su marido y los dos
hijos se fueron. Ellos trabajaban todos en el campo. No estaban muy lejos.
Ojitos Verdes en su habitaci�n, dorm�a luego de una larga ducha en su ba�era.
Hab�a tenido un ajetreado d�a y se sent�a muy cansada. Adem�s le dol�an sus
partes. Se olvid� por completo que lo hab�a invitado al t�o a que viniera a
verla. Como siempre, su puerta sin llaves y a oscuras. El ventilador tiraba
demasiado aire y ella se cubri� con la s�bana solamente. Dorm�a totalmente
desnuda. No oy� nada, pero unas suaves caricias entre sus piernas la
distrajeron. Se di� vueltas tal vez inconscientemente, dejando a la vista su
hermoso trasero. Y nuevamente, ahora algo caliente acariciaba su ano. Tal vez
crey� que estaba so�ando y levant� su colita y ah� s�, algo �spero, pero fogoso
comenz� a querer meterse en su hermoso y dolorido conducto. Di� un suspiro de
placer y vibore� en la cama. Estir� sus manos sin ver qu� era y tomando una
cabeza por sus cabellos, la empez� a empujar como pidiendo m�s. Volvi� a gemir.
Un deleitable orgasmo la termin� de despertar:
- �� Ayyyyy, padrinito!!... qu� placer m�s grande, pero estoy
cansada.... � dos fuertes manoplas la voltearon, ella extendi� su mano y
encendi� el velador -... Ti�to, eras vos...
- �qu� es eso de padrinito?... � pregunt� Patricio que estaba
con un pantal�n pijama, el que baj� urgente, tomando su enorme �rgano y se lo
puso en la boca de la zafada muchachita -... �Qu�? � tu padrino tambi�n?... �
Ojitos Verdes se hizo la ofendida:
- T�o, �c�mo pod�s decirme eso?... Vos sab�s que fuiste el
primero y sos el �nico... � Su sonrisa enga�era y sabia, lo hizo titubear a
Patricio. Entonces aprovech�, lo atrajo hacia ella y le llen� la boca con su
lengua impidi�ndole seguir hablando. Patricio, not� el enorme progreso de la
sobrina desde la �ltima vez que estuvo ella en su chacra. Sus senos, a�n no muy
grandes, estaban esplendidos. La luz iluminaba bien las blancas carnes de la
ni�a que �l hab�a desflorado a los 9 a�os, de maravill� al mirar los belfos
vaginales, se hab�an convertidos en enormes labios de esa vulva cuyas feromonas
lo excitaron de tal manera que se abalanz� sobre ellos y comenz� a succionarlos
casi con desesperaci�n. Los mordi�. Se coloc� en un brillante 69, y la
incestuosa ni�a tom� su larga y gruesa verga perdi�ndola en sus ardientes
fauces. Patricio era distinto a Padrino, pens� Ojitos Verdes. Mejor lengua s�,
pero nada comparable con el espesor de la verga de Alejandro y adem�s el t�o,
era una bestia en celo, de la forma en que la penetraba. Como si nunca lo
hubiera hecho antes, asimismo, se dio cuenta la muchachita experta en tener esas
cosas en su boca, que el t�o, ten�a menos aguante que su adorado Padrino. La
furia sexual de Patricio, la enloquec�a, pero iba tan r�pido que solo pudo tener
algunos orgasmos, nada m�s y cuando el t�o eyacul� dos veces en su boca, sin
sacarla, se baj�. Se puso el pijama le dio un beso y se retir� a su cuarto. Eran
las 5:30 de la ma�ana del lunes.
--00�
Momentos despu�s, ya dormida Ojitos Verdes, no oy� ni vio que
alguien entraba a su cama. Era Lucy, su compa�era del colegio, que volv�a de
gozar varias horas con el viejo encargado de la estancia. Un desastre. Un zombi
caminando. Se tir� en la cama y qued� dormida. Tra�a su braguita en la mano y al
acomodarse solt� la �ntima prenda totalmente impregnada de espermas del abu
Anasta, que fue a dar junto a la boca de Ojitos Verdes, cuyos vahos lograron
despertarla. Se sent� en la cama. Se restreg� sus ojos y la vio. La muchachita
era un mont�n de carnes macerada, totalmente estrujada, con distintos moretones
y marcas de mordiscos en varios lados de su cuerpo. Ol�a apestosamente. La
despert�:
- Lucy... �eh, che!... despertate nena...
- �qu� pasa?... estoy muerta de sue�o...
- Por favor and� al ba�o y date una buena ducha caliente de
inmersi�n con las sales que tengo all�... �apest�s con el olor que ten�s! Si
viene mi mam� y te ve as�, va a pensar que te culiaron hasta los cerdos... Est�s
ba�ada en leche amiga m�a... �Tanto, che?... � Lucy la mir� y casi sin ganas se
fue al hermoso toilet de su amiga y con la puerta abierta, se meti� en la ba�era
a gozar pl�cidamente de agua limpia y caliente y ricos perfumes, mientras Karina
buscaba en su guardarropa, algunas de sus prendas limpias para la amiga. Se la
acerc�. Al entrar al toilet, despacio por detr�s le mordi� el cuello. La amiga,
hizo un moh�n como si le hubiera dado un escalofr�o. Ojitos verdes que estaba
desnuda, se meti� en la ba�era y juntas se enjabonaron una a otra. Lucy, se
hab�a despertado bien despierta, demasiado despierta. Ellas se conoc�an cada
rinc�n de sus cuerpos ya que en el colegio ocupaban una celda junto a la otra y
muchas noches las encontraba la claridad del amanecer, teniendo sexo entre
ambas. La enjabonada se hizo lenta. Las dos gozaban esas caricias. Casi bajo el
agua, hicieron un 69 y se castigaron con delirio, introduciendo en sus grietas,
lengua y dedos hasta atiborrarse de tantos orgasmos, que las hac�an gritar de
placer. Sus bocas se unieron como siempre en un prolongado beso de lengua
mientras amasaban cada una las tetas de la otra. De pronto, totalmente
obnubiladas por la belleza del placer, no vieron a Rodrigo y al Padrino que se
acercaron al o�r tantos gemidos, que les preocup�. Como la puerta segu�a abierta
entraron a la habitaci�n, semi desnudos, ya que dorm�an, pero la furia de esa
lucha sin cuartel hab�a llegado a los o�dos de ambos hombres. Al ver el
espect�culo de esas dos criaturas gozando de tal manera. Rodrigo le se�al� a su
compadre que tomara a Ojitos Verdes y �l se hac�a cargo de su amiguita. Cerraron
la puerta con llave. Apagaron las luces y cada uno tom� su presa. Como la cama
de Karina era grande, las arrastraron hacia ella, ante el pataleo de ambas.
Cuando se acostumbraron a la oscuridad, Ojitos Verdes por el olor a ese cuerpo
atl�tico, limpio y un perfume especial que ella siempre oli�, m�s al tocar la
verga, reconoci� a su padrinito y le dijo por lo bajo a Lucy que no tuviera
miedo, que quien estaba con ella era su pap�.
--00�
Alejandro, auscult� mil�metro a mil�metro la suave piel de
Ojitos Verdes, y su lengua la mojaba casi con rabia por todo lo que le hizo
pasar esa noche. Y se lo dec�a en sus o�dos, cosa que calentaba a su ahijada,
que se retorc�a de placer, se regodeaba. La delectaci�n era tal, que cuando
Alejandro le dio su verga para que la mastique, la lujuriosa adolescente cuya
incontinencia era imposible de satisfacer en media hora, segu�a eyaculando sus
l�quidos cuyo hedor calentaba a quien, como Alejandro met�a sus narices en la
cueva tan deseada, que solamente en dos d�a y ahora, la estaba saboreando por
d�cima quinta vez. Su lengua suavemente acariciaba el pijito de la mocosita que
lo estaba enloqueciendo, mord�a los laterales de esos labios vaginales que lo
aturd�an y gustaba de esos l�quidos que por la fuerza de su juventud descargaba
en su boca. Se sinti� inc�modo en esa cama, donde Rodrigo, hab�a montado a Lucy,
m�s ardiente a�n que Ojitos Verdes y el o�rla gemir como una hechizada, se baj�
de la cama y alz�ndola en sus brazos la llev� al sof� que estaba casi en un
rinc�n de ese enorme dormitorio, corri� un biombo que separa los ambientes. La
agarr� con furia como castig�ndola, la sent� con fuerza sobre su garcha
totalmente lubricada por ella misma, quien peg� un suave gritito al sentirse
perforada por su culito y comenz� a removerlo de tal forma, que ahora, s�,
gozaba de verdad y no con el t�o Patricio que solo se ocupo de gozar �l
solamente. En esos dos d�as, Alejandro tuvo la sensaci�n de que sus pechos
hab�an crecido. La hizo girar, poni�ndola frente a �l, de tal manera que ese
movimiento puli� los esf�nteres de su acabadora ni�a, que se prendi� de su boca
con desesperaci�n, pidi�ndole que la volviera a girar que le gustaba mucho, que
era una nueva forma de gozar. Y la tuvo girando sobre ese perno que ella sent�a
maravilloso, tantas veces hasta que Ojitos Verdes, le rog� al padrino:
- �Por favor, Alejandro... no doy m�s... me has hecho acabar
tantas veces que he perdido la cuenta... quiero descansar... ��Por favor te lo
pido!!... hoy he tenido un d�a de maravillas, pero �sto es el s�mun de los
placeres... � y se tir� sobre el hombro de Alejandro totalmente agotada:
- �Con qui�n estuviste, desvergonzada? Conmigo no ha sido...
Te busqu� toda la tarde y no te encontr�. �Con quien te enculaste putita?... �
le dec�a al o�do, mientras con ferocidad y rabia con sus fuerte brazos la sub�a
y la bajaba con su enorme poronga ensartada hasta las tripas y volvi� a sentirla
desvanecida. Se enfureci� m�s, le mord�a las tetas, la boca, le hizo sangrar los
labios, mordi� su cuello y no pudo acabar. Cosa que lo irrit� m�s a�n. Quit� su
verga de esa maravillosa vaina, la recost� sobre el sof�. Se hab�a dormido. Oy�
los gemidos de Rodrigo, y los placenteros gemidos de Lucy, y decididamente fue a
la cama. La muchachita, fresca como una uva, cabalgaba sobre el compadre, que la
ten�a abrazado bes�ndola fren�ticamente, con el culito sin custodios, se
arrodill�, meti� su lengua en ese orificio maravilloso, que hizo retorcerse a la
muchacha, apunt� su enorme tranca en la puerta de ese delicioso culito y comenz�
a empujar, cosa que la ni�a goz� como nunca, Tal vez ser�a la primera vez que
ten�a dos porongas enormes dentro de ella y afloj� sus nalguita y all� fue
cuando Alejandro, con la carga que tra�a, la envisti� hasta tocar sus huevos,
ante un delirante grito de enorme goce de la mujercita, que sinti� vaciar en sus
tripas fuertes e hirvientes chorros de esperma del padrino de su mejor amiga.
--00�
Ojitos Verdes, escuch� murmullos. Se revolvi� en el sof�.
Entre dormida, comenz� a caminar en direcci�n del ba�o estaba totalmente mojada.
Se acerc� a la cama donde Lucy, segu�a recibiendo sin piedad, que era lo que le
gustaba, dos experimentadas vergas, tan incansables como ella. Karina, no le
gust� que Alejandro siguiera cogiendo con su amiga. Le golpe� el hombro, pues la
hab�a vuelto a encular. Los gemidos de placer de su amiga la pusieron mal... Lo
tom� del brazo al padrino y lo sac� de ese extraordinario apareamiento. Ojitos
Verdes se hizo la que se sent�a mal y cay� redonda a los pi� del Padrino, quien
se asust� la alz� y la llev� al ba�o. La meti� en la hermosa tina de madera,
mientras le hac�a salir agua caliente y vaciaba bolsitas de sales en el agua.
Fue a la puerta y le puso llave. Volvi� a la enorme ba�era y se meti� en ella,
entr� a enjabonar a su peque�a amante que lentamente fue reaccionando, pero
realmente estaba lejos de ser la misma del s�bado durante todo el d�a. Ello lo
enjabon� a �l y ambos gozaron de ba�o relajador y vitalizante, Descansaron. �l,
la carg� de mimos y se durmieron en el agua caliente. De pronto, dos golpecitos
en la puerta los sobresalt� a ambos. Alejandro salto del agua, se cubri� con un
toall�n y mir�, era Rodrigo;
- �Qu� pasa compadre?...
- Regresemos que nuestras mujeres nos andan buscando... Dale
lugar a �sta chica para que se duche... ha quedado muy mal...
- Est� bien... tr�ela... � y trastabillando, la muchachita
logr� llegar a la ba�era y meterse en ella, desparram�ndose luego de varias
horas de sexo loco. Los dos hombres, salieron furtivamente desapareciendo en la
oscuridad. Minutos despu�s, volvi� a abrirse la puerta del dormitorio de Ojitos
Verdes y entraron Amalita y Mariana. Vieron la cama vac�a, la luz del ba�o
prendida, la puerta abierta:
- �Mira... � le dijo Marianita y a su comadre casi con
ternura:
- ��Pobrecitas!!... se han divertido tanto que se quedaron
dormidas en la tina... Est�n rendidas, vamos, dejemos que sigan descansando, les
har� bien... � coment� Amalita:
- S�, �ste cumplea�os no lo van a olvidar nunca... �
chismose� la mujer de Alejandro. Ambas mujeres hab�an olvidado realmente el
motivo por el cual se hab�an levantado.
- Nosotras tampoco... � dijo melosamente ardiente Amalita, y
la atrajo hac�a ella, peg�ndose ambas bocas en un largo y excitante beso,
arrastr�ndose entre caricias y franeleo, hacia la cama donde se revolcaron en
una s�rdida lucha amatoria. Mientras las "c�ndidas amiguitas", descansaban
placenteramente en un ba�o de inmersi�n...
--00--
Alejandro y Rodrigo, ya repuestos del apur�n y siendo casi la
siete de la ma�ana, las buscaban ahora a ellas. Las encontraron desnudas entre
las s�banas de la cama de Ojitos Verdes, mientras las ni�as segu�an durmiendo
sus borracheras de placer. Fueron a la cocina, los dos hombres y se encontraron
con Merceditas, la cu�adita de Rodrigo. Se miraron, la joven se�ora estaba en
tanguita y un peque�o corpi�o, le sobraba de todo por donde la miraran. Al ver a
los hombres se asust�. Alejandro tom� un mantel y fue a cubrirla, aunque �l y su
compadre solamente andaban con taparrabos. Ellos no se dieron cuenta, pero
Mercedita s� y se qued� mirando esos dos instrumentos como asom�ndose con sus
cabezas moradas. Mercedita, les alcanz� dos peque�as toallitas y les ayud� a
taparse, ante la sorpresa de los hombres que se pusieron rojos de verg�enza.
- �Chicos, parece que vuestras esposas son mezquinas CON LA
COMIDA ... � se cay� la toallita que aplic� a Alejandro para cubrir su parte
tremenda. Se inclin� para volverla a su lugar, pero ahora se le escap� su mantel
y el esfuerzo por evitarlo, rompi� el sost�n, saltando sus hermosa lolas, aun
duras, a pesar del amamantamiento de sus hijos, frente a la r�gida verga del
padrino de la nena - ... �Perd�n Alejandro... disculpe usted... � Alejandro la
mir�, le tom� la cabeza y le dijo:
- No, quien pide disculpas soy yo, no s� por qu� esto
descarado anda hambriento pide y pide... es incansable.... �Quer�s amamantarlo,
para ver si lo calmamos?... � ella dej� el mantel, tom� semejante instrumento
con ambas manos y cuando termin� de quitarlo de aquel lugar en que estaba
prisionero, qued� mir�ndolo, aterrorizada -...�Es todo suyo?...
- No, preciosa se�ora... ahora es tuyo tambi�n... � empuj�
hac�a adelante y Mercedita que hab�a quedado con la boca abierta ante semejante
COSA, no tuvo tiempo de cerrarla y la penetr� hasta la garganta, quedando mas de
la mitad afuera. Alejandro, vio que Rodrigo, tambi�n estaba para la guerra y
hab�a comenzado a masturbarse, se corri� hacia la pesada mesa. Ayud� a Mercedita
a ponerse de pi�. Se apoy� en la mesa de tal forma que la dama para seguir con
su trabajo, se encorv� sacando su cola hacia arriba, la que tambi�n comenz� a
deslizarse. Ella no lo advirti�. Rodrigo, acerco su lengua a ese bello ano que
parec�a haber sido usado durante su vida solo para expulsar, y lo moj�. Ella
quiso reaccionar, pero Alejandro la retuvo con la verga en su boca,
inmoviliz�ndola. Rodrigo, el marido de su hermana, manoteo un frasco con crema
de leche y le rellen� la colita, introduciendo sus dedos. Primero uno, luego
dos... mientras ellas giraba con desesperaci�n su cabeza en forma negativa. No
quer�a que se la pusieran por detr�s. Cuando su cu�adito, lleg� a meter tres
dedos y remover, como ablandando semejante entrada, meti� la verga en el tarro
de crema, apunt� bien en ese precioso agujero que comenzaba a dilatarse, e
inici� lentamente su avance. Ella gritaba. La boca llena no le permit�a hacerse
entender y justo en el momento en que Alejandro, no creyendo que iba a poder,
vomita en su boca, fuertes chorros de caliente leche que la atoran y es el
preciso instante en que Rodrigo empuj� sin compasi�n su duro pene que lleg� a
golpear con sus test�culos las nalgas de Mercedita. El solo hecho de pensar que
se estaba cogiendo a la hermanita de su mujer y el grito de placer de Alejandro
y la negativa de esa madraza, hicieron que Rodrigo eyaculara en el interior
sagrado hasta ese momento del reducto virgen, que llor� de dolor y placer al
sentir tanta leche llegar a sus intestinos. Termin� de limpiar la verga de
Alejandro. Se di� vuelta y le dijo al cu�ado:
- Me desvirgaste, cu�adito... �cu�nto placer junto!... �Sab�s
cu�nto hace que esperaba algo as�, y nunca te diste por aludido?...pero salgamos
de aqu� ya estar�n por levantarse sus esposas...
- Vamos a ba�arnos...- dijo Alejandro... y se encaminaron
hac�a el ba�o de la �ltima sala que casi nunca usaban.
(FINAL DE LA D�CIMA PARTE DE �STA HISTORIA)
Si tienen alguna queja, hacerla a
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