El otro d�a lleg� Sandra, es una amiga de mi mujer que vive
en una ciudad de provincias, y ha tenido que venir una semana a la capital para
resolver no se que tr�mites burocr�ticos. La tal Sandra es muy reivindicativa,
siempre esta metida en rollos de feminismo, colectivos de mujeres, vegetariana,
e historias de esas, no me extra�ar�a que fuese algo lesbiana.
Se instal� en un peque�o cuarto que tenemos para cuando
vienen amigos, una cama, una silla y un armario, no esta pegado a nuestro
cuarto, pero casi, en esta ciudad los pisos son peque�os, y nuestros sueldos no
dan para m�s.
Sandra como ya he dicho era peculiar, no le importaba ir a
desayunar vestida solo con bragas y camiseta ense�ando su huesudo y largo
cuerpo, meaba con la puerta del ba�o abierta o se met�a a duchar mientras yo me
afeitaba. Ella deb�a considerar que yo no era un cerdo machista obsesionado por
los co�os y las tetas, esa era su habitual descripci�n del g�nero masculino. Yo
procuraba disimular y no mirar a su entrepierna cuando ella distra�damente se
abr�a de piernas o se rascaba alegremente las tetas a trav�s de su camiseta,
pero francamente me pon�a bastante caliente. Mi mujer acostumbrada a las man�as
de su amiga y confiando en el correcto comportamiento de su marido ni se
enteraba de mis penurias.
Una noche me despert� inquieto, no pod�a dormir, me levante a
beber agua, y cuando volv�a a mi cama, pase a lado de la puerta de la habitaci�n
de Sandra, pase a ver. Estaba placidamente dormida, apenas tapada, una pierna
desnuda hasta la ingle se escapaba de la sabana, al menos se depilaba las
piernas, ya era algo. En la penumbra se le ve�a con la boca entreabierta,
respirar suavemente, su cuerpo estaba al alcance de mis manos: En la silla
estaba la ropa interior que hab�a usado ese d�a, unas bragas. Cog� las bragas y
empec� a pas�rmelas por los test�culos, mi polla se salio por la bragueta del
pijama, empec� a frot�rmela, cuando de repente ella se gir� en sue�os, cre� que
se iba a despertar, tire sus bragas y me fui a mi cuarto.
All� estaba mi mujer, me acost� pegado a ella, empalmado como
estaba, lo �nico que se me ocurri� fue meterle la mano desde atr�s por la
entrepierna para sobar su co�o, ella acostumbrada como estaba, reconoci� la
se�al, se medio despert�, se subi� encima de mi, d�ndome las espalda, me agarr�
el pene y se lo meti�, empez� a cabalgar. Yo me imaginaba tener a Sandra en vez
de a mi mujer, y me trabaje un poco m�s el asunto, le amase las nalgas y lam� su
espalda. Al final me corr� dentro de ella y nos separamos para dormir cada uno
en un extremo de la cama.
Al d�a siguiente mi mujer me comento ingenuamente: -Que polvo
el de anoche, quiero m�s de esos- Desde luego el matrimonio nos hab�a hecho
bastante rutinarios, y cualquier extra le gustaba.
Pasaron dos d�as m�s, y yo no me atrev�a a entrar de nuevo en
el cuarto de Sandra. Una noche que mi mujer y ella se fueron al teatro, me quede
solo en casa, me eche en su cama, oliendo sus ropas y me casqu� una paja en su
honor.
La �ltima noche que iba a estar Sandra con nosotros, no
dejaba de pensar en ella, y me empalm�, intente meterle mano a mi mujer para
desfogarme, pero ella dormida se dio la vuelta y no me dejo hacer nada. Me
levante, solo llevaba la camisa del pijama, y me plante con la polla tiesa
delante de Sandra. Ella estaba destapada, y cuando mi vista se acostumbr� a la
oscuridad vi que solo llevaba una camiseta larga, estaba de medio lado d�ndome
la espalda, y el culo se le ve�a perfectamente.
Empec� a masturbarme, lentamente, con golpes lentos, arriba y
abajo, disfrutando de la situaci�n, por un lado estaba con el o�do atento por si
mi mujer o Sandra se despertaban, y por otro pensando donde ir�a mi semen cuando
me corriera, pues mi glande estaba a menos de quince cm., de la cabeza de
Sandra.
Sandra se giro en sue�os, su boca casi se topa con mi polla,
mi mano se aceler�, estaba dispuesto a echarle en la cara toda mi lefa. Ya ver�a
que hacia luego.
De repente, ella debi� notar algo, alg�n ruido, o suspiro
m�o, pues abri� los ojos, y medio entre sue�os me dijo:
�Qu� pasa, que haces?-
Nada, que me pones cachondo, y me la estoy cascando-
susurr�
Ella se despert� del todo
Pero t�o, pero si yo pensaba que no eras as�
Todos los hombres somos iguales,� no dices eso?- replique
Ven, cacho cerdo, te voy a arrancar los cojones- musit�,
cogi�ndome los huevos con la mano.- y me atrajo hacia ella.
Me puse encima de ella con una rodilla a cada lado de su
cara, ella me empez� a chupar los huevos y el perineo, hasta el esf�nter del
culo. Yo intentaba meter mi polla en su boca, pero ella buscaba por otro lado, y
mi polla lo �nico que hac�a era chocar con su nariz. Mis test�culos estaban
babosos por acci�n de la boca de Sandra, incluso cuando note que sus dientes
pellizcaban el escroto, tem� que sus amenazas se hicieran realidad.
Retroced�, para sentarme encima de sus rodillas, y empec� a
chupar su peludo monte de Venus, con las manos, le levante la camiseta hasta la
altura de los hombros para dejar al descubierto sus tetas. Estaba realmente
delgada, al tacto se le notaban las costillas, y sus tetas parec�an dos pegotes
colgantes, eso si, de pezones enhiestos. Mientras le sobaba las tetas y le met�a
mi lengua por la vulva, ella empez� a abrirse de piernas, los brazos los tenia
relajados a ambos lados del cuerpo, pero se fue animando y sus manos pasaron a
empujar mi cabeza dentro de su pubis. Al final rodeo con sus piernas mi cuello,
y mis dientes mordisquearon los labios de su vulva, el cl�toris estaba duro y
parec�a querer salirse de aquel co�ito baboso. Ella casi estaba colgando de mi,
apoy�ndose en sus codos arqueando su cuerpo hacia atr�s, sus tetas de cabra se
mov�an cada una a su aire.
La tumbe en la cama, boca arriba, le levante las piernas y ya
le iba a follar, cuando farfull�.
- No me la metas, no, no quiero que me jodas
- Tranquila, que solo es para lubricar- y le met� y saqu�
r�pidamente el pene, el cual se deslizo en aquel untuoso agujero, un par de
veces. Cambie el rumbo y aplique mi glande sobre su ano.
Fui barren�ndola poco a poco, ella estaba quieta, sin golpes
fuertes pero constante segu� avanzando, cuando no me entr� m�s, ella quiso
empezar a moverse. Se la saqu� algo bruscamente, y me puse de pie, con un pie a
cada lado de su cuerpo, ella quer�a cogerme la polla, pero apart� sus manos, y
termin� de masturbarme, dos chorros cayeron, uno cruzo sus tetas, y el otro cayo
sobre su abdomen, ombligo incluido. Mientras la miraba desde arriba, ella se
frot� las tetas y la tripa, extendi�ndose el semen por su cuerpo. Luego se bajo
la camiseta, se puso de costado y se puso a dormir. Yo me fui a la cama, y
d�ndole la espalda a mi mujer aproveche las escasas horas de sue�o que me
quedaban.
Han pasado varios meses, mi mujer me dice que su amiga Sandra
tiene que venir unos d�as de nuevo, que si no me importa. He puesto cara de
circunstancias y he aceptado, mi mujer esta contenta y me ha preparado una cena
especial, yo pensando ya en la visita, he hecho que mi mujer me la mamar�,
despu�s me he dormido como un angelito.