CATHERINE



Hab�a llegado a San jer�nimo con un bagaje de ilusiones, a mis treinta a�os hab�a decidido aceptar una jugosa oferta laboral y empezar una nueva vida.
En parte quer�a escribir mi futuro empezando de cero, un proyecto de vida ambicioso, con posibilidades de progreso, en una ciudad que crec�a a ritmo vertiginoso cimentada en un poderoso cord�n industrial. Por otro lado, deseaba borrar mi pasado, necesitaba olvidar la amargura del enga�o de la que imaginaba como al amor de mi vida, hac�a un par de a�os que sospechaba de la infidelidad de Raquel, mi esposa, hasta encontrarla y verla con mis propios ojos en mi cama con otro tipo.

El comienzo fue duro, solo, completamente solo, sin familia, sin amistades, en un lugar desconocido.
La conoc� una ma�ana por casualidad, tom� el �mnibus de l�nea como hac�a todas las ma�anas, hab�a algunos lugares vac�os y otros ocupados, por aqu�, por all�, ella atrajo de inmediato mi mirada, estaba sentada contra una de las ventanillas, semidormida, cabeceando inconscientemente en un sue�o que no terminaba por envolverla, me sent� a su lado con sumo cuidado de no molestarla. Ten�a una apariencia centroamericana, de piel morena, labios carnosos y provocativos, y una endemoniada cabellera enrulada, un jean ajustado y una remera un tanto holgada dejaban imaginar un cuerpecito de perfecta armon�a, sus pechos saltaban con el movimiento del �mnibus y atra�an mi mirada. Sobre sus muslos llevaba unas carpetas sobre las cuales depositaba sus manos llenas de anillos, con llamativas u�as rojas esculpidas a espejo.

En un momento, los movimientos y su estado de inconciencia se combinaron para que las carpetas fueran a parar al piso y se despertara sobresaltada, r�pidamente la ayude con sus cosas y ella me lo agradeci� con un acento que o hac�a m�s que confirmar su origen, m�s adelante me enterar�a que Catherine hab�a nacido en Panam�, pero en ese momento no pude arrancarle muchas palabras, apenas sonrisas y monos�labos tratando de esquivar mis improvisadas adulaciones. Al llegar al predio de facultades, ella pidi� permiso y la vi alejarse, con un rico perfume y una silueta que luc�a a�n mejor de lo que hab�a imaginado.
Me qued� ciego ante tanta belleza y d�a tras d�a sub� al �mnibus con la esperanza de encontrarla, pero una y otra vez me quedar�a con las ganas.

El destino volver�a a encontrarnos, tuve que ir al predio de facultades a validar unos estudios a pedido de la empresa donde trabajaba y ella iba caminado bajo una larga arboleda que rodea los edificios, con una pollera azul a media pierna que resaltaba un culito m�s que sugerente, aceler� el paso hasta ponerme a la par, la salud�, ella pareci� no recordarme, pero poco a poco entablamos un di�logo, ella se negaba rotundamente pero al menos fui m�s que satisfecho con el n�mero de su celular agendado.

As� empezamos, fuimos a tomar unas copas, Catherine estaba sola, no ten�a familia, estudiaba medicina y ten�a una beca universitaria que le alcanzaba para alquilar un departamento y vivir modestamente, �ramos dos almas solitarias que se encontraron en un lugar del mundo, su voz, su acento, m�s la escuchaba y m�s me enamoraba de ella, era como un canto de sirenas, solo que cada vez que intentaba avanzar ella pon�a un freno, manten�a la distancia, dec�a que le encantaba mi compa��a, pero solo me ve�a como amigo, que no me ilusionara, que entre nosotros era imposible que existiera algo m�s que eso�
Pero yo me hab�a enamorado, pasaba el d�a pensado en ella y sab�a que ella ten�a los mismos sentimientos y ni siquiera hab�a podido robarle un beso, aunque se notaba que se mor�a por ganas de besarme�

Y una noche pude robarle el primer beso y sent� sus labios, ella se descuid� y yo apret� el acelerador, met� mi lengua en su boca y ella pareci� deshacerse en mis brazos, fueron apenas treinta segundos, pero de pronto se apart� rechaz�ndome y se puso s llorar como una chiquilla y entre sollozos repet�a una otra vez

- No seas est�pida Catherine� no puedes enamorarte, t� lo sabes�

Y yo no pod�a entender, cu�l era el problema, cu�l era el secreto, pero trataba de acercarme y ella me rechazaba, a mis preguntas solo respond�a con silencio y volv�amos a no poder ser m�s que amigos, frezando mis sentimientos�

Pasar�an seis meses para conocer el motivo�
En la empresa ya me hab�an facilitado un coche para poder movilizarme, sol�a llevar a Catherine de un lado a otro, incluso hasta su domicilio al cual una y otra vez me hab�a impedido acceder para evitar que avanzara sobre ella.
Esa noche estaba demasiado bonita, en principio era una cena en un restaurante de la zona, luc�a un vestido plateado demasiado ajustado, yo ya estaba demasiado cansado de idas y vueltas, con la testosterona por el cielo al regreso sin decir nada cambi� de camino, ella se mantuvo expectante, hasta que gir� y me met� en un hotel alojamiento, entonces ella protest� neg�ndose una y otra vez, pero esta vez las cosas se har�an a mi manera y casi a la rastra est�bamos los dos solos en un cuarto con una cama esper�ndonos.

Catherine intentaba escaparse y evitaba que la tocara, al fin se vio acorralada y resignada exclam� mir�ndome a los ojos.

- Bien� s� que me odiar�s por esto, solo quiero que sepas que me hab�a jurado no enamorarme, pero nunca hab�a sentido por un hombre lo que siento por ti�

No entend� sus palabras en ese momento y no me dio tiempo a preguntar porque se abalanz� desesperadamente y me dio el beso m�s dulce y profundo que una mujer me hubiera podido dar, Catherine no me besaba con su cuerpo, me estaba besando con su alma�

Me sent� hervir, mis manos fueron a sus pechos, a sus nalgas, a su concha�
Catherine no ten�a concha, en su lugar not� un bulto, se me hel� la sangre y la separ� con violencia, no pod�a creerlo, ella solo mir� el piso.
Volv� sobre ella como un toro enceguecido, necesitaba comprobarlo, casi por la fuerza levant� su vestido y descubr� una enorme verga reposando bajo una delicada tanga�
Solo le d�a una furiosa cachetada que la hizo tambalear sobre sus altos tacos y caer de culo al piso al costado de la cama, Catherine solo comenz� a llorar, a llorar profundamente, con el alma herida, pagu� el lugar y solo me fui�

La odi� en ese momento y en los d�as siguientes, pero no pod�a dejar de pensar en ella, aunque no era mujer, Catherine era sin dudas la mujer m�s sensual, m�s excitante y m�s femenina que hab�a conocido en mi vida, puta madre! Me atormentaba la mente, no pod�a sacarla de ella.
Pasaron veinte d�as en los que no supe nada de ella, decid� que deb�a cerrar una historia, ten�a muchas preguntas y pocas respuestas.
Conoc�a a la perfecci�n sus horarios, su domicilio, as� que mont� guardia hasta verla llegar, entonces la abord� en la puerta, bajo el umbral, ella se molest� al verme, no quer�a saber nada conmigo, pero yo insist� y nuevamente casi por la fuerza la met� adentro.

- Que mierda quieres ahora?
- Quiero saber todo, tu vida, quien eres, porque lo ocultaste�

Ella entonces hizo una detallada narrativa desde sus m�s j�venes recuerdos, de su origen en Panam�, de sus gustos, de sus preferencias, de su orientaci�n sexual, de sus cambios f�sicos, del desprecio de su familia, de su viaje a la Argentina y como sola hizo su camino, entonces le pregunt� por qu� no me lo hab�a contado, ella con una risa sarc�stica me dijo

- Y que hubieras dicho? acaso me abr�as aceptado? crees que es f�cil para m�? Desde el d�a en que nos conocimos yo intent� en cada segundo que la relaci�n no avanzara, no pod�a darme el lujo de ilusionarme contigo y me daba cuanta que te estabas enamorando de m�, pero si bien quer�a apartarte de mi lado por otro me aterraba perderte�
- Y preferiste enga�arme?
- Enga�arte? No entiendes verdad? no entiendes que te amo como m�s que a m� misma? Que dar�a mi vida por ti? Solo quer�a que veas una mujer en m�, pero el otro d�a cuando me diste esa cachetada y ver c�mo me mirabas, con desprecio, solo viendo un puto reprimido�

No pod�a asumir que fuera como fuera, yo me hab�a enamorado de esa persona e internamente deb�a luchar con demasiado ideales que amenazaban con derrumbarse, mi mejor defensa fue el ataque, y comenc� a reprocharle todo lo ocurrido, ella reaccion� y la discusi�n fue levantando temperatura, al borde de los golpes, me tir� con un plato que ten�a a mano y a los grito me pidi� que me fuera, que la dejara sola, que ya no la molestara�

Actu� por instinto, como un depredador salvaje, empuj� a Catherine haci�ndola recular hasta la pared posterior, la gir� apoyando su frente contra la misma, su espalda qued� hacia mi lado, levant� su pollera hasta la cintura, sus nalgas morenas quedaron desnudas solo cubiertas por una delicada colaless blanca, la tom� entre mis dedos y se la arranqu� con un fuerte tir�n, ella permanec�a inm�vil, afloj� la bragueta, baj� mis pantalones, saque mi verga dura, escup� mi mano y la pas� por su culo, busqu� su agujero con la punta y se la enterr� con suma facilidad, empec� a moverme con furia en su interior, con locura, sac�ndome todas las ganas acumuladas, Catherine gozaba en cada embate dejando escapar de sus labios ruidosos jadeos que llenaban de placer mis o�dos.
No tard� mucho, me vine en su interior, llen� su trasero de semen, fue glorioso�

Solo me retir� dej�ndome caer exhausto sobre una silla, ella gir� al tiempo que bajaba lentamente su pollera, con una l�grima rodando por su rostro me dijo

- No debiste hacerlo�

Nos miramos en silencio, est�bamos enamorados, m�s all� de su sexo, me hab�a enamorado de su coraz�n y sus genitales no iban a ser un obst�culo.
Sab�a que no ser�a f�cil, pero le propuse compartir un techo, al poco tiempo Catherine y yo formamos pareja y empec� a sentir el rechazo de la sociedad, porque viv�a con un puto, lo que me convert�a en uno y ese dedo acusador que muchas veces hab�a levantado ahora se volv�a en mi contra.
Ella sigui� con sus estudios, yo con mi trabajo, y aprend� a hacer el amor de una manera diferente, ella no ten�a argolla, as� que me la chupaba y como la chupaba! o se la daba ricamente por el culo, digamos que empezamos a llevar una vida matrimonial, ella sigui� siendo tan femenina como siempre y por dem�s atenta hacia mis necesidades.

De todas maneras hab�a algo que me inquietaba, no me sent�a del todo honesto con ella, porque no entregaba todo de m�, solo lo que a m� me interesaba y si bien Catherine nunca me reclamar�a nada, yo necesitaba �ntimamente cambiar algunas cosas si quer�a que nuestro amor fuera de mutua entrega.
Meses atr�s tendr�a mi primera oportunidad, un domingo por la ma�ana, reci�n empezaba a aclarecer cuando me despert�, ten�a gasa de orinar as� que medio dormido medio despierto fui hasta el ba�o, ya no ten�a sue�o, calcul� las siete u ocho de la ma�ana, me lave la cara y los dientes, me pein� y volv� a la pieza por mis ropas, en puntas de pie para no molestarla.

Fue entonces cuando no pude resistirlo, Catherine dorm�a profundamente, estaba boca arriba con una remera transparente que sol�a usar para dormir, pero el tema estaba entre sus piernas, ten�a una terrible erecci�n, su verga dura como un m�stil hab�a desbordado por todos lados la peque�a tanga negra que usaba en ese momento, aclaro que ella tiene una enorme y envidiable pija, sumamente larga y gruesa, no pasa desapercibida.

Me aproxim� a su lado, con sigila, decidido, me acomod� sin que lo notara, me acerque, se la bes�, una, otra y otra vez, estaba enorme y amenazante, la tom� con una mano para desnudar su glande, en ese momento ella abri� los ojos sorprendida por mi actitud, sonri�, solo me dej� hacer. Deb� aprender, nunca hab�a chupado una pija, pero puse la misma devoci�n que alguna vez hab�a puesto en chuparle la concha a mi esposa. La tom� entre mis manos y la lam� de punta a punta, sus hermosos test�culos depilados, lo masturb� con lentitud, me la met� profundo, suave, pero profundo, ten�a un rico sabor, ella me miraba sin decir palabra, solo me dejaba hacer. Por ser hombre sab�a lo que le gustar�a, como le gustar�a, acarici� la parte inferior de su glande desnudo con la punta de mi lengua, sin ser brusco, sin ser soso, lo masturb� tan larga como era, de pronto en mi mano lo sent� latir con fuerza, lo sent� llegar, estaba excitado, solo lo dej� llegar con mi mano, su semen empez� a saltar con locura por todo su vientre, llegando a sus hermosas tetas y hasta su cuello, me sent� feliz, feliz por ella, feliz por m�.

Termin� por lamer nuevamente su pija, por recorrer su cuerpo con mi lengua desde su verga hasta su boca, pasando en el camino por mares de leche, de leche que probaba por primera vez en mi vida, me pidi� devolverme el favor, y me dio una terrible mamada, solo que ella no dej� escapar una gota�

Pero no todo ser�a un camino de rosas, la excelente convivencia que llevaba con mi nuevo amor puertas adentro empez� a sufrir por culpa de lo que suced�a puertas afuera, la homofobia de la sociedad nos entr� por los poros llegando a calar nuestros huesos...

Catherine se hab�a recibido y su primera intenci�n era especializarse en pediatr�a, pero con profundo dolor debi� soportar continuos rechazos por su condici�n, a pesar de tener uno de los mejores promedios de la facultad, y si no pod�a conseguir un m�sero trabajo como m�dica cl�nica qu� futuro le esperar�a como pediatra? Que padres quer�an poner en manos de una chica transexual la salud de sus hijos?
Mi vida no iba mucho mejor, mi relaci�n en la empresa corri� como reguero de p�lvora, pronto fui centro de burlas, de miradas indiscretas, de rechazos, de discusiones, me hicieron a un lado como perro sarnoso, y mi sexualidad estaba en bocas de todos.
Una tarde me llamaron de recursos humanos, ya imaginaba el motivo, trataron de explicarme que no ten�an nada contra m�, que era excelente en lo m�o y no s� cu�ntas adulaciones m�s, pero mi relaci�n, la cual ellos no objetaban, estaba trayendo muchos problemas en el personal, y entonces, deb�a comprender, o desped�an a media empresa o solo desped�an a una persona. Solo sonre� antes las excusas y falsas adulaciones�

Hace unos meses decidimos empezar de cero, vendimos la casa, y con el dinero que me dieron en la empresa dejamos atr�s la ciudad, Catherine olvid� su futuro en la medicina y yo dej� mi profesi�n en el pasado.
Ahora vivimos cerca del mar, tenemos un emprendimiento personal, un negocio de ramos generales.

Hoy se cumple el primer mes que sucedi� lo que ten�a que suceder�
El aire de mar me ten�a sumamente excitado, ese domingo lo ten�amos libre, no le dije nada, fue una sorpresa, me depil� por completo, mi pene, mis bolas, mi ano, todo para ella.
Por la ma�ana nos cambiamos para ir a la playa, verla a ella en traje de ba�o era enloquecedor, le ped� tomarles algunas fotograf�as, otra, y otra, Catherine se excit� con el tema y pronto su verga se infl� amenazante, as� que tom� algunas fotos m�s, un tanto porno, como la que les dejo de muestra, dej� la c�mara a un lado y fui sobre ella, no besamos como locos, bes� sus tetas, su cuello, sus hombros, pronto est�bamos los dos desnudos como locos enamorados, perdidos en tiempo y espacio.

La llev� a la cama, la recost� y fui sobre ella, pero invertido, empec� a lamer su enorme sable que esta duro y apetitoso, ella me tom� de las nalgas e hizo lo mismo con el m�o, la not� excitada al descubrirme todo depilado, ella recorr�a mi pija y mis bolas, pero fui bajando un poco y un poco m�s, dejando que naturalmente mi esf�nter llegara a su boca, no hubo palabras, no hubo pedidos, de pronto Catherine solo me chupaba y me besaba el culo, y me gustaba sentirla, entonces fue cuando cambi� de lugar, fui a besarla nuevamente y le dije

- Mi amor, hoy quiero ser todo tuya, quiero entregarme por completo, no quiero barreras entre nosotros y te amo tal cual eres, no te cambiar�a nada, eres perfecta como eres�

Mientras ella fue por lubricante, me puse en cuatro patas para recibirla, pronto estaba a mis espaldas y la sent� jugar con sus dedos untados en mi entrada, no me agrad� demasiado y me sent� medio inc�modo, pero estaba dispuesto a llegar hasta el final, luego la vi untar su barra de carne para empezar a refregarla en mi trasero, se acomod�, apunt� y empuj� suavemente, diablos! que dolor! La dej� seguir, poco a poco, empujando m�s y m�s, y cada vez dol�a m�s, que pija gorda que ten�a!
Al cabo de unos forcejeos Catherine venc�a mi resistencia y su verga se enterraba en mi culo, ella se movi� lentamente, mi dolor se transform� en placer, empec� a gemir, quer�a que me la ponga toda, que se llenara de gozo.
Me la dio en cuanta posici�n imaginen, nos llenamos de amor, pero al final tom� la iniciativa, volv� a recostarla, y me sub� a cabalgarla, tom� su enorme pija y me sent� sobre ella, empec� a mecerme hacia atr�s y hacia adelante, sus tetas se mov�an por mie movimientos, mi pija estaba dura como nunca y ella me masturbaba.
Tom� sus manos y las llev� hacia atr�s como teni�ndola prisionera, solo quer�a darle placer, quer�a ver sus rostro, fue perfecto, mi verga estaba por estallar con mi glande desnudo, la sent� venir, ambos al mismo tiempo, cerr� sus ojos, perdida, empez� a explotar en mi culo a llenarme de leche y yo sobre ella, sin siquiera tocarme mi pija empez� a largar litros de leche sobre su abdomen. Me entregu� por completo, qued� con culo abierto y lleno de semen, nos besamos apasionadamente�

Y esa es mi historia hasta el d�a de hoy, una historia perfecta con la mujer perfecta, de total y completa entrega, no la cambio por nadie�


SOLO MAYORES DE EDAD
Si tienes comentarios, sugerencias al respecto puedes escribirme con t�tulo �CATHERINE� a [email protected]

Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .