Relato: Org�a virginal



Relato: Org�a virginal

Org�a virginal


Unos nuevos vecinos hab�an llegado a la casa al lado de la
m�a. Y la hija, una mamacita, ten�a todo lo que a mi me pod�a gustar: culona,
siempre me han gustado las culonas, tetona, siempre me han gustado las tetonas,
mientras mas mejor, y una pinta de puta ma�era que me volv�a loco. Debo ser
sincero y decir que no se vest�a como prosti, no, simplemente algo en ella
emanaba una sexualidad �nica que me generaba una sensaci�n de calentura extrema.
La pobre era mas bien feita, pero ustedes saben tanto como yo que cuando un
hombre anda caliente no le importa mucho la caripela. La vi por primera vez
desde mi ventana cuando sentada en el escritorio de su habitaci�n escrib�a sin
pausa en la computadora.


Despu�s de alg�n tiempo de sue�os calientes en los que sus
tetas y su culo estaban siempre presentes, mi hermano y yo escuchamos una
conversaci�n entre mi mam� y mi abuela en la que declaraban que la vecinita, la
mamacita tetona, era virgen. Se me dispar� como misil y supe que deber�a hacerla
m�a. Encima de tetona, culona y puta, ahora la ni�a ten�a un regalito en las
piernas que con muchas ansias esperaba abrir. Solo hab�a desvirgado una vez en
mi vida y fui tan tonto que no hab�a tenido la viveza de disfrutarlo. Ahora una
oportunidad �nica, para no desaprovechar, estaba al lado de mi casa, con una
vaginita estrechita que me apretar�a la verga si mi sue�o se hac�a realidad. Me
relam� y excit� de solo pensar en la imagen de sus tetazas y su agujerito sin
estrenar y sentado a la mesa me toqu� un poco el paquete.


Decid� que sentado en ese lugar y paje�ndome pensando en ella
no lograr�a mi objetivo de modo que mientras com�a empec� a pensar en la manera
de hablarle a la mamacita. La chica, de unos 25 a�os le calcul�, no era muy
amante de las salidas, de modo que yo deber�a trasladarme hacia su casa. La
excusa mas r�pida que pude encontrar fue el ir a pedir prestado.


Esa misma tarde, aprovechando que mi mam� no estaba, fui a
tocar su puerta. Grande fue mi sorpresa cuando la abri� un muchachote enorme con
la cara llena de granos y que por lo menos me llevaba unos 15 cent�metros.
Esperaba las tetas de ella recibi�ndome y me qued� duro ante el imprevisto
cambio.




Qu�?, dijo el armatoste con cara de pocos amigos


Ehhhh, dice mi vieja si le pod�s dar un poco de az�car...
y es que eh la tienda del pueblo est� cerrada aun...... y, est� eh con la
presi�n baja... y eso.


Ma!!!! Ac� hay un boludo que quiere az�car!!!, dijo a los
gritos mientras me miraba desafiante esperando una reacci�n de mi parte. Por
supuesto, yo me qued� en el molde. No era cosa de andar embroncando al
hermanito y que me diera un shot dej�ndome frito.


Qui�n es?


Uno de los pendejos de al lado.


Ya voy.




La mirada mas fiera me la lanz� cuando se estaba yendo en el
mismo momento que llegaba su madre.




Si querido?


Es que mi mam� se qued� sin az�car, la tienda est�
cerrada y le baj� la presi�n


Est� bien tu mam�? Quer�s que vaya a verla?


No, no, se�ora, no, no, solo necesita un poquito de
az�car y se le pasa enseguida.


Seguro?


Si, se�ora, est� todo bajo control.


Bueno, esperate que voy a buscarla.




Dej� la puerta entreabierta y trat� de pispear. No vi nada,
solo pude o�r los pasos de la mujer yendo y viniendo de la cocina. Me dio una
taza repleta de az�car, lo agradec� y volv� a mi casa completamente frustrado.
El plan no estaba funcionando pero una nueva oportunidad apareci�: alguien deb�a
ir a devolver la taza. Por supuesto, ser�a yo, pero esta vez me asegurar�a de
que fuera la tetona la que abriera la puerta. Empec� a estudiar los movimientos
de la casa hasta descubrir que todos los d�as la rutina era la misma: tanto ella
como el padre se iban tempran�simo aunque ella volv�a cerca del mediod�a, la
madre part�a a eso de las diez y regresaba a las dos, y el armatoste, solo los
martes y jueves sal�a durante tres o cuatro horas. Lo mejor fue comprobar que la
chica estaba completamente sola los s�bados durante todo el d�a.


Un martes, en que ni la mam� ni el armatoste estaban en la
casa, fui a devolver la taza y tal como lo esperaba un par de tetas gigantes y
expuestas ante mi abrieron la puerta. Casi me caigo al ver las puntas de los
pezones remarc�ndose a trav�s de la remera y no pude mas que estirar el brazo,
haciendo fuerza para dejar de mirar ese par de tetas preciosas, y dar la taza.
Solo un hola balbuceado sali� de mi garganta, la mir� a los ojos y ella sonri�
como si se diera cuenta de mi torpeza.




Y esto?


Tu mam� me prest� az�car en tu taza, y desvi� los ojos
hacia su "tacita" todav�a cerrada, y, eh... vengo a devolverla.


Ah, bueno, gracias.




Me la qued� mirando completamente empalmado delante de ella
sin saber que decir.




Algo mas?


No, no, ya me iba.


Bueno, gracias, chau.




Y cerr� la puerta en mis narices. La puta madre, que est�pido
soy, pens� para mis adentros. Tuve sus tetas delante m�o y actu� como un boludo.
Habr�a que pulir toda la estrategia de avance. As� estuve trabajando durante
largas semanas: fui en busca de yerba, aceite, otra vez az�car y un largo etc.
No solo me regocijaba mirando sus tetas y su culo; tambi�n y mas importante era
mi principal objetivo en ese momento: ganarme de a poco su confianza. Y lo
estaba logrando. As� me enter� que su nombre era Grisel, que hac�a notas
period�sticas y que ten�a mas edad de la que pens�: 30 a�os... Cada vez que iba
a su casa el empalme era muy obvio y yo lo dejaba seguir porque quer�a que se
diera cuenta de la calentura que me generaba el solo verla o tal vez que
imaginara que ese era mi paquete en estado de reposo. Jam�s la roc� ni me le
insinu�, no quer�a estropear las cosas pues hasta el momento todo estaba
funcionando sobre rieles.


Y mi calentura estaba yendo en aumento d�a tras d�a tal cual
a mi me gustaba. Siempre he disfrutado de esos estados de excitaci�n que se
retrasan casi hasta el infinito y reci�n ah�, cuando la calentura es
insoportable, tratar de mojar en la mujer anhelada. Y esto en todo sentido. Soy
de los que gozan calentando al extremo a la mujer, haci�ndola jadear y ansiar
con desesperaci�n que mi verga la penetre. Gran excitaci�n me genera retrasar mi
propio gozo lo mas posible oyendo gemir y viendo retorcerse de deseo a esa mujer
que yo mismo he calentado con todo lo que soy capaz de hacer. No solo me excita
sino que genera en mi un c�mulo de energ�a y vigor que puedo llegar hasta
eyacular dos veces seguidas siendo la segunda la que mas tiempo tarda en llegar
y la que mas disfruto. Con Grisel me estaba excitando de esa manera,
retras�ndolo todo hasta el momento de que ya no fuera capaz de contener mi
excitaci�n y necesitara penetrarla y descargar toda mi energ�a en ella hasta
quedar completamente vac�o y extasiado. No es que sea un fr�o calculador,
simplemente me gusta retrasar y gozar de las cosas buenas. Y Grisel se estaba
convirtiendo en la cosa mas buena que me hab�a pasado durante el �ltimo tiempo.


Uno de esos d�as en que fui a visitarla con excusas que ni
ella se cre�a me recibi� con la puerta entornada. Y dijo sin mas:




Pod�s venir hoy a las seis de la tarde? Tengo algo que
decirte.


Si, por supuesto


Bueno, te espero entonces. Ahora te dejo porque estoy
ocupada, si?


Est� bien, no hay problema, hasta las seis entonces.


Hasta luego




Y cerr� la puerta. Que mierda tendr�a para decirme? Mi mente
empez� a volar y la verga a engrosar como era la costumbre cada vez que mis ojos
la ve�an. Me ba�e, afeit� y perfum� para la cita y a las seis menos dos minutos
sal� de casa impecable con el paquete bien abultado dentro de mis pantalones. Ni
bien sal� vi a mi hermano tocando el timbre de Grisel y apur� el paso. Al verme
mi hermano me mir� tan extra�ado como lo estar�a mirando yo.




Qu� hac�s ac�?


Vos que hac�s ac�?


Yo tengo una cita.


Yo tambi�n.




Y las preciosas tetas envueltas en una remera blanca salieron
a abrirnos.




Pasen chicos, los estaba esperando. Si�ntense




Enseguida vi pasar al armatoste que nos mir� a los dos con
cara de odio. Me cagu� en las patas pensando que quiz� la bestia se nos tirar�a
encima dispuesto a fajarnos por andar mostrando a su hermanita querida el bulto
dentro del pantal�n. Trat� de no mirar el par en danza para que se deshinchara
un poco pero nada pas�, sigui� igual. Ya mas tranquilo cuando lo vi desaparecer
tan r�pido como hab�a llegado la mamacita empez� a hablar.




Se preguntar�n qu� es lo que est�n haciendo los dos ac�,
no?


Si, dijimos al un�sono.


Bueno, por alg�n motivo que desconozco los dos han
estado, como decirlo..... cortej�ndome. El problema es que los dos lo han
hecho al mismo tiempo y no creo en las casualidades. En realidad no es esto
lo importante. Quiero decirles que me he sentido a gusto con los dos y que
si tengo que elegir entre ustedes no podr�a hacerlo.




Trat� de decir algo pero ella me par� en seco:




Dejame terminar por favor.


Si


Los dos saben mas o menos como soy y lo que pienso y creo
que ambos de una u otra manera se ganaron mi confianza. Yo tambi�n conf�o en
ustedes y por eso...




Hizo una pausa, inspir� y larg� lo que ten�a para decir:




Y..... bueno.... por un largo tiempo he estado esperando
al pr�ncipe azul que hasta el momento no ha llegado y.... estuve guardando
para �l.... mi virginidad.....




Mir� a mi hermano que la escuchaba hablar como si estuviera
viendo una pel�cula porno de lo mas salvaje aunque no evidenci� ni un m�nimo
cambio en la actitud de su cara mientras la mamacita nos revelaba su intimidad.
Enseguida me di cuenta que mi hermano hab�a escuchado tan claramente como yo
aquella conversaci�n entre mi mam� y mi abuela. Y no pude mas que odiarlo un
poco por entrometerse en mis planes. Grisel sigui� hablando:




Con mi edad y a pesar de que soy virgen ello no significa
que no sienta como las dem�s chicas. Es decir, me he excitado mucho cuando
vos Dami�n, dijo mir�ndome a los ojos, todos los d�as te presentabas con la
verga parada y solo separada por la tela del pantal�n. Y de vos, Cristian,
he gozado tus roces en mis piernas y todas las veces en que disimuladamente,
dijo con sus manos marcando las comillas, apoyaste tu verga en mi culo.




Mi paquete empez� a reclamar acci�n y una mezcla de verg�enza
y excitaci�n empez� a recorrer mi mente agitada. Las ganas de tir�rmele encima
hicieron que me tuviera que agarrar de los brazos del sill�n para evitar la
tentaci�n.




Creyeron que no me daba cuenta? Tampoco entiendo por qu�
raz�n ninguno de los dos me ha avanzado directamente y se han limitado a
seducirme y a apoyarme la verga disimuladamente. Por eso he decidido, y ya
harta de esperar a ese pr�ncipe azul que no llega, entregar mi virginidad a
alguno de ustedes dos.


YYOOOOO, dijo mi hermano que se ve�a sacad�simo.


No, no, vamos a ver. Hay una condici�n.


Cual?


Voy a darles una tarde a cada uno. El que mas me excite y
logre hacerme acabar la mayor cantidad de veces sin penetrarme, ese se
llevar� mi virginidad.... les interesa?


Siiiiiii, dijimos los dos completamente alborotados.


Tal vez la propuesta les parezca demasiado racional pero
entre los dos han logrado ponerme muy caliente y quiero que sea el que mejor
sepa hacerme acabar quien se lleve mi virginidad por tanto tiempo
guardada......al cuete. Ya que esper� tanto tiempo puedo esperar un poco mas
para asegurarme de que mi primera vez sea �nica en todo sentido.


Cu�ndo empezamos? Dije ansiosamente


Veamos. Por orden de aparici�n. Vos primero Cristi�n.




Y me o� decir:




Vos la encaraste antes que yo?




Mi herman� obvi� mi pregunta y dijo a Grisel:




Cu�ndo?


El s�bado. Pero les quiero dejar algo en claro. Con
ninguno de los dos voy a dejarme penetrar en el per�odo de prueba, dijo con
una sonrisita mal�vola. Si se retoban, para eso estar� mi hermanito peque�o
cuidando de que mis gritos no sean su nombre. Est� claro?


Si.


Bueno, ahora pueden irse. A vos, dijo a Cristi�n, te
espero a las 3 de la tarde el s�bado.


Y yo cu�ndo?


Vos a la misma hora del s�bado siguiente.




La gran siete, no ser�a el primer hombre en besar ese par
impresionante de tetas pero me ten�a confianza respecto de lo que a mi mas me
interesaba.


El s�bado de mi hermano lleg� raudo. Lo vi irse feliz y
radiante dispuesto a chupar por todos lados a la mamacita. Una linda calentura
se hizo carne en mi verga cuando imagin� a mi hermano regocij�ndose en su piel,
gozando y chupeteando esas tetas maravillosas, d�ndole lengua a su conchita
cerradita. Y yo solo en casa bufando contra mi hermano, no me qued� mas que
hacerme una paja furiosa encerrado entre las paredes de mi cuarto.


******************************


Estaba nerviosa. Todav�a le parec�a muy loco lo que hab�a
dicho y lo que hab�a propuesto a los dos hermanitos. Tal vez hubiese sido mas
sano dar rienda suelta a su calentura cuando los vecinitos la provocaban con sus
herramientas. Pero es que siempre le hab�a resultado mucho mas f�cil
racionalizar las cosas que dejarse llevar por sus impulsos. Siempre hab�a sido
as� y no cre�a que a esta edad fuera capaz de cambiarlo. Tampoco le interesaba,
su forma de ser la hab�a salvado en muchas circunstancias. A ciencia cierta no
sab�a como insinuarse a un hombre, daba a entenderse mejor con la palabra que
con la acci�n y hab�a actuado consecuentemente de la �nica forma con la que
sab�a manejarse.


A pesar de todo no estaba arrepentida de nada y se oblig� a
relajarse para disfrutar al m�ximo de lo que le esperaba. Los pendejos de 20 y
22 a�os la ten�an a mal traer y demasiado caliente como para seguir esperando.
Hab�a perdido completamente las esperanzas de que el tan ansiado pr�ncipe azul
llegara y estaba dispuesta a experimentar todo lo que hab�a estado retrasando.
Los dos, por diferentes motivos, le generaban sensaciones rar�simas que no pod�a
identificar. No era la primera vez que una verga le rozaba el culo, pero la de
Cristi�n la sum�a en una excitaci�n confusa. Es que se ve�a a s� misma apoyada
por detr�s, con esa dureza rica roz�ndole las nalgas, mientras imaginaba la
entrepierna abultada de Dami�n, todo en una misma ficci�n. Los deseaba a ambos
con la misma intensidad y tem�a que si eleg�a a alguno perdiera al otro. Los dos
formaban al hombre perfecto, ese que por tanto tiempo hab�a esperado en vano.
Los dos hac�an el ideal que como tal nunca llegar�a. Pero un d�a lleg� encarnado
en dos personas y se dijo a s� misma que si lo hab�a encontrado no pod�a dejarlo
pasar. No estaba loca, solo jugaba a que hab�a encontrado a su pr�ncipe azul y
estaba dispuesta a hacerlo suyo al menos en ese espacio ut�pico en el que estaba
acostumbrada imaginar.


El timbre la sac� de su meditaci�n, se mir� al espejo
arregl�ndose la ropa y el pelo y sali� a recibir a su amante. Parec�a un poco
nervioso pero estaba segura que no mas que ella. Lo tom� de la mano y se
dirigieron a su habitaci�n donde apenas cerrar la puerta �l la tom� por la
espalda y clav� su verga sobre las nalgas. Las manos le aprisionaron las tetas y
un peque�o gemido sali� de su boca. Sinti� la dureza ahora ya plenamente, sin
roces, sin disimulo y la disfrut� un poco mas movi�ndose apenas delante de �l
para que se incrustara por su raya. Mucho hac�a que deseaba experimentar esa
sensaci�n y la goz� tanto como pudo movi�ndose cada vez mas r�pido y apret�ndose
contra �l. Sent�a mojarse y excitarse un poco mas en cada segundo de aquel
encuentro. El acrecent� el ritmo detr�s y delante de ella y su cuerpo todo le
respondi� en estremecimientos completamente nuevos para ella. Meti� mano por
debajo de la remera toc�ndole con velocidad de rayo una y otra teta mientras se
desabrochaba el pantal�n. El instante que no sinti� su dureza apoyada la hizo
desearlo tanto que arque� su cuerpo, irguiendo el culo y reclamando su verga,
mientras �l desesperadamente hac�a vanos intentos en soltar el bot�n. Se gir� y
desabroch� el pantal�n y la bragueta tan r�pido como pudo. Estaba desesperada
por sentirla nuevamente bien cerca de su vagina h�meda. Muy r�pido se fueron
despojando completamente de todas las telas. Apenas se dio un momento para
contemplarle las tetas y el pubis cuando la gir� para apoyarla nuevamente. Era
una sensaci�n indescriptible para ella sentir esa cosa dura detr�s, le gustaba y
la excitaba tanto que la concha le lat�a, los pezones se le hab�an puesto duros
y extremadamente sensibles y dese� desprenderse ah� mismo de ese ardor intenso
que le recorr�a el cuerpo. Nunca hab�a estado tan caliente en su vida, ni
siquiera cuando se masturbaba junto a su pr�ncipe azul. Gozaba cada movimiento
del chico, cada gota de humedad que iba acumul�ndose dentro de su vagina cuando
�l le abri� un poco las piernas y sin penetrarla se meti� entre su carne h�meda.
Pod�a sentirla como se refregaba bajo su vulva y el calor que emanaba esa piel
tersa se confundi� en sus sensaciones cuando empez� a tocarle el cl�toris y a
apretar una de sus tetas. No pod�a mas y se escuch� jadear al apretar con sus
piernas la verga del muchacho con el solo fin de sentirla mas cerca. El chico
empez� a bombear, apoyando los huevos una y otra vez en sus nalgas, friccionando
en todos los puntos sensibles de su cuerpo y se apresur� a que llegara el
orgasmo. Estaba gozando tanto que ni cuenta se hab�a dado de que el muchacho
retorc�a los pezones y el cl�toris tan fuerte como pod�a y que empujaba
violentamente dentro de sus piernas. Se movi� para penetrarla y ella, a pesar
del placer que estaba recibiendo dio espacio para pensar en la otra parte de su
hombre ideal. Cerro aun mas las piernas imposibilitando que el muchacho tuviera
acceso y �l la empez� a forzar para que se dejara. Y dijo No!!!!!! Pero quiso
decir si, si, ahora, met�mela hasta el fondo aunque te diga que no, obligame a
sacarme todo este ardor y humedad que llevo encima!!! El chico obedeci� y se
limit� a seguir bombeando y tocando todas sus partes sensibles. La sensaci�n del
orgasmo estaba tan cerca que frot� su mano en la verga del chico a quien arranc�
una buena cantidad de jadeos. Ya estaba lista para el primer orgasmo con un
hombre cuando el muchacho derram� todo su semen en la mano de ella. Aun
eyaculando le llev� la mano a la boca y le introdujo los dedos para que ella
lamiera los suyos y los de �l que le recorr�an la boca y le palpaban la lengua.
As� lo hizo, sintiendo por primer vez el gusto salado y untuoso que le supo a la
delicia de los dioses. El �xtasis estaba acerc�ndose, lo sinti� venir y lo dej�
correr dentro de ella, lax�ndose y tens�ndose a la vez, con las piernas flojas
amenaz�ndola con dejarla caer. El la sigui� tocando y manoseando completamente
por todo el cuerpo, pasaba las manos por su raja mientras los espasmos se
suced�an, apenas metiendo sus dedos.


Ya mas tranquila la tir� sobre la cama y su cuerpo se apoy�
completamente en el suyo, dej�ndole sentir nuevamente esa verga que deseaba
ahora chupar. Quer�a saborear el semen aunque ya estuviera menos caliente y
hacerle parar la pija hasta que no pudiera aguantarse mas y reventara dentro de
su boca. Ella era ahora la que quer�a hacerlo gozar, jadear, pedir por mas,
hasta anhelaba ver la cara de �xtasis del muchacho en el instante de la
eyaculaci�n.


Lo dej� chuparle la concha mezcla de semen y sus propios
jugos y sinti� la lengua penetr�ndole la vagina una y otra vez. La suavidad de
esa carne h�meda la estaba haciendo enloquecer y no pudo mas que agarrarse de
las tetas a las que apret� intensamente una y otra vez. El chico se estaba
poniendo violento dentro de su intimidad y sent�a despedir sus jugos que corr�an
raudos hacia la boca del muchacho que usaba sus dedos para abrirla, tocarle el
cl�toris, y nuevamente meter su lengua hasta el fondo, casi llegando a su himen.
Sinti� que perder�a su segundo orgasmo cobijando la boca experta del muchacho,
empecinado en hacerla acabar a fuerza de dientes que rozaban su cl�toris y sus
labios sin piedad. Jadeaba como posesa y se retorc�a de placer. El roce con los
dientes la hac�a saltar de estremecimiento y no tuvo mas que hacer fuerza para
que aquella lengua la penetrara aun mas llev�ndola a un orgasmo intenso y
largu�simo, con una cantidad de espasmos que no la terminaban de saciar nunca.


Esper� y esper� y ahora era el turno de ella de dar placer
para saciar el suyo propio.




Ven� que me muero por chuparte la verga y hacerte acabar
en mi boca.




El chico completamente sorprendido se dejo guiar cuando ella,
muy despacio, lo puso de espaldas en la cama y le mir� la verga. Estaba
semifl�cida y agradeci� de que no tuviera una recuperaci�n rauda. Eso le
permitir�a a ella jugar a su antojo con ese falo que ya mismo deseaba lamer. No
le caus� impresi�n ni nada parecido solo un deseo loco de clav�rsela hasta la
campanilla, de chuparla y lam�rsela toda hasta que ni una gota de semen quedara
dentro. Empez� por sus huevos, pas�ndole la lengua y lami�ndolos tan despacio
que sent�a los peque�os estremecimientos del muchacho que le agarraba la cabeza
en un vano intento de dirigir la acci�n. Luego se los meti� en la boca y los
rode� con su saliva y su lengua, los succion�, los apret� uno con el otro
mientras por el rabillo del ojo pod�a ver bien de cerca como la verga se le iba
parando de a poco. Sigui� su labor all�, disfrutando los escondrijos y de la
visi�n de una verga cada vez mas grande que ella iba a vaciar cuando su lengua
empez� a correrse desde los huevos hacia la base de la verga. Un lento recorrido
se inici� desde abajo hacia la punta. Apenas llegar al glande, que se reserv�
para el final, bajaba y atacaba alg�n otro sector de esa golosina que estaba
chupando y que todav�a no hab�a recibido su porci�n de lengua y saliva. El
muchacho estaba extasiado, no se mov�a, solo movimientos involuntarios de su
cuerpo se suced�an ante las caricias h�medas de ella. No sab�a si lo estaba
haciendo bien pero los estremecimientos continuos del muchacho la animaron a
seguir con suavidad y cautela, disfrutando ella misma de tener a su merced a esa
verga que le gustar�a tener metida bien adentro. Se vio a s� misma penetrada una
y otra vez por ella y la de Dami�n y se dirigi� hambrienta al glande, al que
rodeo con la lengua, lo introdujo en su boca, llen�ndolo de su saliva. Un buen
rato se lo estuvo chupando sin usar las manos, no d�ndole ni un segundo de
descanso hasta que, despu�s de mucho succionar, chupar, lamer y latigar, la
verga estuvo colorada e hinchada, dura y brillante como un diamante. Se la meti�
por completo en la boca y empez� a usar sus manos de una manera endemoniada,
llevando al chico a respirar en jadeos vociferados, desencaj�ndolo por completo,
recorri�ndolo todo y por todos lados, con las manos en los huevos, en la piel
sensible, en el glande, en el tronco, todo tan r�pido que el chico no pudo
sostenerse mas y le acab� dentro de la boca. Dej� de chupar para tragarse todo
el licor que sinti� caliente y muy espeso y que �speramente lleg� a su garganta
una y otra vez. Disfrut� de todo su sabor y vio que restos de leche formaban
gotas en la verga desinflamada. Lo limpi� con dulzura y sonri� al muchacho que
dijo:




Alguna vez hab�as chupado alguna?


Nunca.


Para ser la primera vez est� muy bien. Te gust�?


Me encant� todo. Chuparla y tambi�n tragarme tu semen.


Se not�.



**********************************




Cerca de las 6 de la tarde lo escuch� volver y fui corriendo
a preguntarle que tal hab�a sido. Se lo ve�a cansado pero su cara brillaba.




Y? Contame!!!


Me prohibi� que te contara.


Dale contame, no seas hijo de puta.


Tampoco quiero contarte.


Por qu� no?


Porque no quiero darte ning�n dato del que puedas sacar
ventaja.


Que guacho de mierda....


As� son las cosas.




La llegada de mi s�bado se me hizo de goma, los minutos eran
lentos como horas y ya no me pod�a aguantar. Todo el tiempo estuve alzado,
calent�simo, paje�ndome una y otra vez hasta que me llegara el momento para
lamerla, chuparla y hacerla acabar. Me excitaba el solo pensar en enloquecerla,
en hacerla venir continuamente para que despu�s supiera premiarme con su
estrechez. Nervios�simo y excitado toqu� el timbre de su casa a las 3 en punto.
Sus tetas gordas y amplias estaban cubiertas por una fina tela que las
realzaban. La pollera era ancha y vaporosa, casi transparente. Sencillamente
preciosa y muy excitante. Apenas verme su cara dibuj� una sonrisa y me dijo al
o�do.




Estas dispuesto a hacerme acabar hasta perder el sentido?


Si, mamacita, lo que me pidas.




Casi enloquezco al o�r sus palabras que no revelaban mas que
una buena calentura acumulada por a�os. Me tom� de la mano y mientras ella iba
delante m�o me concentr� en su abultado culo que se bailoteaba de un lado al
otro. Ya ten�a la verga bien parada y supe que me vendr�a enseguida si Grisel se
empe�aba en seguir dici�ndome sin tapujos que estaba caliente.


Una vez en su habitaci�n me detuve mas de lleno a
contemplarla de pies a cabeza. Se la ve�a tensa y mas fr�gil de lo que pensaba.
Ten�a un cuello largo y muy femenino que daban ganas de besar una y otra vez.
Baj� a sus hombros redondeados junto a esas tetas gordas que hab�an llegado a
enloquecerme tanto. Y todo eso ser�a muy pronto completamente m�o. Mir� su
entrepierna, imaginando lo que hab�a detr�s y sin darme cuenta me estremec�
ansiosamente. Las rodillas le temblaban y la mir� a los ojos. Se la ve�a
encendida y vi mover su boca sin escuchar sus palabras.




Perdon�, dijiste algo?


Que si te gusto


Mucho me gust�s, mucho.


Cu�nto?


Tanto que no puedo dejar de mirarte.




Sus cachetes se pusieron colorados y sigui� pregunt�ndome:




Te caliento?


Estoy que me muero de las ganas de besarte y tocarte.


Y por qu� no me besas?


Porque me gusta disfrutar de todo al m�ximo.




Un asomo de timidez que hasta el momento nunca hab�a
percibido amaneci� en su cara y baj� la cabeza. Me acerqu� y le bes� los labios,
primero lentamente y muy de a poco el deseo fue invadi�ndonos a los dos,
acelerando el ritmo y los bailoteos de las lenguas dentro de nuestras bocas. Le
bes� ese cuello esbelto, se lo lam� por completo junto a sus orejas para luego
acercar mi lengua al inicio de las tetas que apenas se asomaban por la remera.
Pas� mis manos dentro de ella, hasta llegar a su corpi�o con mi boca pegada a su
cuello. All� me detuve a jugar un poco con �l para luego desabrocharlo
completamente. Sent� sus tetas aflojarse sobre mi pecho y segu� acariciando su
piel suave de arriba abajo. Muy lentamente, disfrutando cada espacio de piel,
fui desde la espalda hacia delante con mis manos recorriendo sus costados hasta
aproximarme a sus tetas. Sin tocarlas, apenas roz�ndolas por los costados me
detuve y esper� ansioso y excitado el momento a que por fin pudiera sentirlas
dentro de mis manos. Su respiraci�n estaba acelerada, al igual que la m�a, se
mov�a ansiosamente para que la tocara y eso me excitaba aun mas. Dej� de hacerla
sufrir y me met� por debajo de la tela. Se arque� hacia delante y levant� la
remera y el corpi�o. La punta del pez�n estaba completamente r�gida, rodeado por
una aureola rosada y juvenil. Su carne llenaba todo mi campo de visi�n y mi boca
fue a besar esa delicia por tanto tiempo ansiada. Apenas sinti� mis labios las
piernas le flaquearon y se estremeci� de placer cuando le rode� el pez�n con mi
lengua, haci�ndola girar cada vez mas r�pido. Mientras segu� chupando me detuve
a disfrutar la suavidad de esa piel con mis manos, a sentir sus bellas formas,
desde la garganta hasta la elevaci�n de sus monta�as. Le saqu� la remera y el
corpi�o en una lentitud exasperante y vi sus ojos llenos de lujuria y ansiedad.
Me arrodill� y no pude evitar la tentaci�n de tocar su vulva por encima de la
bombacha. Suspir� cuando mis dedos traviesos amagaban meterse en su vagina,
apenas rozando sus labios, apenas tocando su cl�toris, dej�ndola expectante,
deseando a que por fin la tocara, excit�ndola y excit�ndome cada vez mas. Jugu�
un tiempo con su ansiedad, ella parec�a disfrutarlo y calentarse tanto como yo
pues la bombacha estaba completamente h�meda e imagin� su vagina cargada de
flujos que dese� chupar hasta la saciedad. Finalmente empec� a tocarla y
acariciarla con mis dedos mientras le bajaba la bombacha con la otra mano. Una
vez desnuda la llev� hacia la cama y la contempl� yaciendo completamente a mi
merced. Me desvest� lentamente aunque estaba empezando a dominarme una ansiedad
que nunca antes hab�a sentido. Siempre supe controlarme y retrasar todo para
disfrutarlo mas. Como un mazazo en la cabeza sent� los huevos a reventar, la
verga completamente expandida y el descontrol se estaba apoderando de mi. Dese�
penetrarla ah� mismo cuando abri� las piernas y con sus ojos me invit� a
poseerla. Ya no pude pensar y me tir� encima de ella completamente loco y
desencajado, gui� mi verga hacia su vagina y con desesperaci�n trat� de
ensartarla. La sangre se me subi� a la cabeza y no quise mas que bombear y
bombear hasta el final. Met� la cabeza y un grito de ella me despert� de la
locura.




Perdoname, es que....


Voy a darte lo que quieras...pero despacio...




Me bes� en la boca y me sonri� con tal dulzura que calm� mis
ansias animales. Volv� a meter la cabeza y me qued� all�, concentr�ndome en
sentir el placer que eso me originaba. La mir� gozarlo tanto como yo y met� un
poco mas. Su vagina lubricada, caliente y estrecha me la estaba apretando tal
cual hab�a imaginado y volv� a besarle la boca, el cuello, las orejas, con mis
manos en las tetas apret�ndolas y acarici�ndolas tan suave como pod�a. Me mov�
dentro de ella para sentir toda su pulposidad envolvi�ndome y la o� gemir en
unos ruidos estremecedores de gozo. Y un poco mas hasta llegar a su himen, lo
percib� claramente, lo sent� impidiendo el paso. Me estremec� con todo, ya no
aguantaba mas. Y dulcemente, al besarle la boca, empuj� con un poco mas de
fuerza dentro de ella desgarrando su himen, al que sentir colapsar; ella se
arque� y mas que un grito de dolor jade� de placer.




Duele?


No, segu�, segu�.




Empec� a bombear lento, acompasado, me ten�a agarrado del
pelo y hab�a empezado a tirar de �l generando mayor excitaci�n, jadeaba, se
arqueaba y echaba la cabeza hacia atr�s, sus piernas me envolv�an y entre
gemidos cortados por sus palabras dijo:




Que placer estar as� de llena.




Tuve ganas de llenarla aun mas y aceler� el ritmo. Jadeaba de
lo lindo y me estaba volviendo loco.




Llename, llename toda, as�, asiiii




Empez� a tensarse, ya casi gritaba ante la llegada del
orgasmo, su vagina estrechita segu�a comi�ndose mi pija y ahora, con ella
acabando, sent�a sus espasmos apretarme aun mas la verga que en cualquier
momento saltar�a sin poder contenerse.


El traqueteo se hab�a vuelto infernal, estaba vini�ndome y
mientras bombeaba le dije:




Hablame que tus palabras me sacan completamente loco.


Quiero que me llenes de leche, que acabes dentro de mi,
quiero sentir tu pija gorda desinfl�ndose dentro de mi.




Y no pude mas, me descargu� dentro de ella, la llen� de mi
semen, y dej� mi verga dentro para que la sintiera deshincharse, tal cual ella
quer�a.


Sigui� bes�ndome, pidi�ndome mas, yo estaba exhausto pero no
dej� pasar la oportunidad de darle todo lo que quisiera. Estuvimos bes�ndonos,
acarici�ndonos despacio uno al otro durante un largo rato; no pod�a despegar ni
mi boca ni las manos de su piel, ni de sus tetas ni de su concha cuando logr�
arrancarle otro orgasmo. Ya estaba encaminado a una nueva erecci�n y se dispuso
a chup�rmela. Se desvivi� en llenarme la verga de su saliva haci�ndome disfrutar
al m�ximo de su lengua, de sus dedos y manos que sub�an y bajaban por mi piel
dej�ndome la verga tan tensa que las ganas de penetrarla estaban nuevamente ah�.
Me aproxim� a su concha y nuevamente excitado comenc� a chup�rsela, usando mis
dedos y mi lengua para penetrarla una y otra vez. Sus flujos crec�an cada vez
mas y se fueron acumulando en su vagina, a la que recorr� completa para sorberme
sus l�quidos y los restos de mi semen. Gem�a mientras le retorc�a las tetas y le
dije que me hablara. No se por qu� raz�n, pero o�rla hablar en esa forma tan
desinhibida que ten�a me generaba una excitaci�n tremenda.




Que bien me las est�s chupando. Chupame mas que me gusta
sentir tu lengua y tu dedos adentro.




Segu� como desquiciado meti�ndome dentro de ella. Se mov�a
sobre mi cara y sent�a su olor riqu�simo y embriagador que goc� en cada
exhalaci�n. Ten�a la verga dur�sima, muy r�gida, con los huevos hinchados
pidiendo descargar.




Met�mela ahora, dale, dale.




Y ahora si, con toda la furia, como un animal, me met� dentro
de ella sin que pudiera pensar, solo le hice ver todo lo que me generaba, era la
primera mujer que hab�a logrado hacerme sentir como una especie de animalito
caliente sin mente, en busca del solo y mas absoluto placer, no empa�ado por
nada racional, librado a sus propios instintos. La sent� recibirme arque�ndose,
grit�ndome al o�do, desencajada, jadeando y gimiendo, posey�ndome con sus
piernas, uni�ndose y acompa�ando tan deliciosamente mi envestidas que entend�
que ella tambi�n hab�a dejado su raz�n de lado. Nos bombeamos los dos
intensamente, en un traqueteo mutuo y apasionado, agarrados a nuestras carnes,
como si quisi�ramos comernos vivos acabando ella primero y yo despu�s en
orgasmos sentidos y ampliamente disfrutados.


Durante un buen rato quedamos en silencio hasta que empec� a
vestirme para irme a casa:




La pas� muy bien.


Yo tambi�n.


Antes de que te vayas quiero decirte algo..


Si?


Estuve pensando que.... me gustar�a estar con vos y con
tu hermano, los tres juntos


Queeee?


No quer�s?


No es que no quiera...es que...


Es complicado de explicar y tal vez hasta ni siquiera lo
entiendas...


Ya se lo dijiste a mi hermano?


No. Pens� que tal vez podr�as dec�rselo vos.


No creo que diga que no.


Y vos que dec�s?


Est�s segura que eso es lo que quer�s?


Completamente.


Si es lo que quer�s se har�.......Conmigo no te alcanz�?


No es eso...


Est� bien... tendr�s tus motivos.... cu�ndo?


El s�bado a las tres.


Estaremos ac� entonces.




La bes� y sal� de all�. No cre�a estar enamorado de ella,
pero sent� celos de tener que compartirla con mi hermano y delante de mis
narices. Adem�s no pod�a dejar de sorprenderme su desinhibici�n. Reci�n hab�a
perdido su virginidad y la muy guarra ya estaba hablando de un trio. Ni siquiera
yo hab�a tenido sexo de a tres!!!! Sentimientos encontrados luchaban dentro de
mi: celos y calentura se mezclaban mientras le contaba a mi hermano algunos
detalles y la nueva propuesta.




Que puta y caliente result� la veterana.


As� es.


Obvio que le dijiste que si.


Aj�.




El s�bado a las tres lleg� y parados en la puerta de su casa,
nuevamente, los dos esperamos ansiosos la llegada de Grisel. Apenas abri� la
puerta mi hermano se le tir� encima y le toquete� las tetas, abriendo la boca
como si quisiera comerla. Yo qued� est�tico mirando como ella le respond�a
agarr�ndolo de las nalgas y atray�ndolo contra si. No era mi estilo el ir tan
r�pido pero evidentemente a ella le gustaba porque se refregaba sobre la verga
de �l. Ella fue gui�ndolo para el dormitorio pero mi hermano la detuvo y la
oblig� a acostarse en el suelo. Se desnud� r�pidamente y lo mismo hizo con ella
que le dec�a que estaba caliente y que quer�a cogernos a los dos, uno detr�s del
otro. Mi verga sali� disparada y me acerqu� ya mas excitado que est�tico cuando
mi hermano sin darle tiempo a nada se la meti� fiero. Ella grit� de dolor y de
placer, lo puteaba, dici�ndole que por que no la cog�a mas fuerte, que a ella le
gustaba fuerte. Ya no sent�a nada de celos, ese instinto animal estaba
nuevamente domin�ndome y estaba ansioso de que mi hermano eyaculara de una vez
para yo met�rsela hasta el fondo, quer�a que me puteara as� y que reclamara
penetrarla con toda mi fuerza. No pod�a pensar, solo sentir mi verga latir tan
fuerte como lat�a mi coraz�n. La estuvo bombeando, con ella gritando y gimiendo
cuando vi que mi hermano hab�a empezado tambi�n a jadear. Empec� a desvestirme y
a tocarme la verga para dejarla a punto y lista para el embiste. Ella ya estaba
acabando, hab�a dejado de putear pero no de gemir ni de gritar cuando vi a mi
hermano tensarse y doblarse encima de ella, descarg�ndose con furia en su
interior. Lo dej� un ratito para que disfrutara el momento pero lo apart� muy
luego, no pod�a ya contener las ganas de penetrarla tan violentamente como lo
hab�a hecho mi hermano. Se gir� y qued� tendido junto a ella, y calcul� para
ensart�rsela bien adentro. Con pasi�n la penetr� duro y ella volvi� a
retorcerse, a jadear y gritar, y a putear. Su voz ronca me sonaba a est�mulos
que hac�an mis deseos completamente incontenibles y traquete� tan duro como
pude. Las tetas le bailoteaban de arriba abajo, al comp�s de mis embestidas y la
bombe� una y otra vez sin pensar, mi hermano ten�a su pija en la boca y aceler�
mas y mas, mientras la ve�a como se tragaba a mi hermano incansablemente. Dej�
la boca abierta cuando otro orgasmo la invadi� y sent� venirme. Un poco mas de
traqueteo y la llenar�a de mi leche.




Te voy a llenar toda como te gusta.


Si, si, toda tu leche la quiero dentro, mezclada con la
de tu hermano.




Sus palabras, como antes, me volvieron loco y en pocos
segundos me fui dentro de ella.


Completamente exhausto la vi ponerse en cuatro patas,
mostr�ndonos su culo redondo y gordo, con el bultito de la vulva recubierto de
pelos y con chorros de semen que recorr�an sus piernas.




Quiero que me hagan la cola, los dos, pero muy despacio
porque duele.




Que mierda.... me puse como loco otra vez y vi la cara de mi
hermano completamente desencajada, aun sin creer lo que estaba oyendo.




Qu� esperan?




Enseguida los dos nos acercamos y Cristi�n empez� a lamerle
el culo




And� a buscar a mi habitaci�n la vaselina que quiero que
entre lo mas f�cil posible...




Esta chica me estaba sorprendiendo cada vez mas. Fui
corriendo y sobre la c�moda encontr� la vaselina. Volv� tan r�pido como pude
para encontrar uno de los dedos de mi hermano ya metido dentro su ano. Ella lo
disfrutaba como loca, mov�a su culo de un lado al otro las tetas bailoteaban y
me acerqu� para ver mas de cerca. Me sent� delante de ella, con las piernas
abiertas y le mostr� mi verga. Enseguida la agarr� con las manos y se la meti�
en la boca. No se cuantos dedos le habr� metido mi hermano pero la estaba
sacando loca porque me chupaba la verga con tanta pasi�n que en unos 20 minutos
estuvo nuevamente tiesa. Debo confesar que esa era tambi�n mi primera vez en un
culo y estaba tremendamente excitado y nervioso. Cuando sent� que ya la ten�a
completamente dura me levant� dispuesto a ensartarla y ella llam� a mi hermano.
El fue y lo inst� a sentarse para trabajar sobre su verga: quer�a que fuera �l
el primero en penetrarla.




Ya que tu hermano me desvirg� por delante, vos tendr�s el
privilegio del atr�s.




Mientras ella chupaba la verga de mi hermano, yo me entretuve
toc�ndole la vulva una y otra vez, metiendo dedos en ella y en el culo, pasando
mi pija tiesa por toda su raya, o meti�ndole el glande por la concha y
qued�ndome ah�, sin penetrarla mas que eso, para no descontrolarme. Ella segu�a
jadeando y tal vez hasta acabando, no lo se, pero que le gustaba todo lo que
est�bamos haciendo no hab�a dudas.


Cuando mi hermano estuvo listo se agarr� a sus caderas y le
hice una se�al para que fuera suave. Sab�a la capacidad de su descontrol y tem�a
que la da�ara. El me hizo un gesto afirmativo con la cabeza y yo volv� a meter
dedos por el culo, uno, dos, tres, ensanch�ndola cada vez mas mientras
envaselinaba su verga. Saqu� los dedos y mi hermano apoy� la cabeza y empuj�.
Ella grit� y mi hermano se qued� quieto. Yo estaba que no pod�a mas y todav�a
faltaba todo el bombeo de �l y luego el m�o. Grisel empez� a moverse y empuj� un
poco mas. Y volvi� a quedarse quieto. Mas r�pido que antes el culito volvi� a
moverse y la entrada de la verga en ese ano virgen fue lenta pero sin pausa.
Miraba de costado su cara y era obvio que lo estaba gozando, yo ten�a la verga
como un misil y ve�a a mi hermano que hab�a empezado a moverse hacia los
costados y hacia delante cada vez con mas ritmo. No sab�a si ir a que me la
chupara o no, estaba tan caliente que si recib�a un lenguetazo de los suyos me
har�a acabar sin mas y no quer�a perderme ese culito. De modo que me banqu� la
excitaci�n y esper� a que mi hermano eyaculara. Ya estaban, los dos, jadeando
fuerte y los gemidos me volv�an loco, quer�a meterme en ese culo redondo y
descargarme en el. No se cuantas veces habr� acabado ella, que gritaba como
loca, estaba casi ciego de la excitaci�n y muy impaciente esperando a que mi
hermano acabara. El empez� a gritar y me puse a su lado, para que ni bien sacara
la pija meter yo la m�a. Y as� fue. El se sali� y yo conteniendo la excitaci�n
de penetrarla hasta el fondo y de un saque para no hacerle da�o, se la met� sin
ni siquiera lubricarme. La sensaci�n era indescriptible. Una cavidad estrecha me
sobaba la piel con tanta intensidad que tuve la necesidad de bombearla sin mas
para acabar lo antes posible. Ella segu�a extasiada, azuz�ndome con sus gritos y
jadeos, con la pija recubierta y apretada en ese canal tan estrecho y rico como
su propia vagina, quiz�s mas. Bombe� y traquete� una y otra vez, sin parar
cuando me dej� a l�mite de la eyaculaci�n con sus palabras:




Dale, que llega el quinto orgasmo, dale.




Le di un poco mas y no se si habr� acabado o no porque dej�
de sentir lo que pasaba fuera de mi, solo sent�a mi verga siendo apretada
deliciosamente por eso ano una y otra vez, aprisionada hasta ser orde�ada. El
orgasmo fue glorioso y como pude me sal� dentro de ella, despu�s de quedar all�
durante un rato. Fue dificultoso salir pero bien vali� la pena el haber entrado.


Como un broche de oro inesperado nos bes� con pasi�n y
dulzura en la boca y nos dijo que era la mujer mas feliz del mundo porque por
fin hab�a encontrado lo que buscaba.


Ese mismo lunes la vi cargando valijas en el coche de su pap�
y marcharse para no regresar nunca mas.



Agradecer�a comentarios, sugerencias y cr�ticas en esta
p�gina o a mi mail. Gracias por leerme.




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Relato: Org�a virginal
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