Llegamos a su casa despu�s de una fiesta. Me iba a quedar
porque ya era bastante tarde y no me quer�a arriesgar a tomar un taxi a esas
horas.

En realidad ya lo hab�amos planeado, si la fiesta terminaba
muy tarde me permitir�a pasar la noche en su casa. Esperaba, sin embargo, que
sucediera algo m�s que dormir, aunque durante charlas previas siempre me hab�a
rechazado. Por si acaso iba preparado, hab�a comprado condones antes de llegar
por ella.

Cuando entramos a su casa me pas� a la sala y me pregunt� si
no me importaba dormir all�. Le dije que no hab�a problema, que me acomodar�a
bien donde ella me indicara.

- Entonces voy por algo para que te puedas dormir.

Mientras subi�, me sent� en la sala a descansar un poco.
Pens� que lo planeado se ir�a al cuerno, en fin, ya me hab�a rechazado varias
veces.

Regres� a los pocos minutos con unas s�banas, una almohada y
un cobertor, me los dio y volvi� a su habitaci�n.

Acomod� todo en el sof� disponi�ndome a dormir, apagu� la
luz, quedando �nicamente con la iluminaci�n del pasillo y comenc� a quitarme la
ropa. Primero los zapatos y los calcetines, luego la camisa y la playera... pero
cuando estaba a punto de quitarme los pantalones, apareci� ella de nuevo,
descalza y envuelta en una bata beige claro.

Se acerc� y me pregunt� que si as� iba a dormir.

- Estaba a punto de quitarme el pantal�n... ya sabes que no
acostumbro dejarme la ropa para dormir.

- (Con una sonrisa p�cara) �En serio? Est� haciendo un poco
de fr�o...

A decir verdad me sent� un poco inc�modo, as� que no hice
movimiento alguno para quiarme lo que faltaba de ropa, pero ella dijop con
cierta impaciencia:

- �No te vas a quitar el pantal�n?

- Pues, s� pero me da pena hacerlo frente a ti.

- No hay de qu� apenarse, ya he visto a un hombre sin ropa.
No tiene nada de malo.

Notando sus intenciones, continu� desvisti�ndome, comprend�
que esa era la oportunidad que hab�a estado esperando. Al terminar entr� al
juego, estando frente a ella con una incipiente erecci�n:

- Oye, �En serio duermes s�lo con una playera?

- En serio, mira.

Se afloj� la bata y me dej� a la vista una larga playera de
algod�n. Me acerqu� y le dije:

- S�, pero no se nota si traes o no algo debajo de ella.

Levant� las manos dirigi�ndolas hacia sus costados como para
comprobar si tra�a sost�n. Mir� a sus senos y se delataban f�cilmente sus
pezones.

- Ok, pero vamos a ver m�s abajo.

Deslic� las manos por sus costados, pas� un poco m�s atr�s
los dedos para sentir sus nalguitas.

- Bueno, ahora ya lo creo... �pero a poco s�lo yo voy a
quedarme desnudo?

Ella me mir� haciendo un leve gesto que parec�a indicar "eso
depende de ti", as� que comenc� a jalar su playera poco a poco hacia arriba.
Alcanc� a mirarle el abultado bello que coronaba el arco de sus piernas. Ella,
casi sin que lo notara, se despoj� de la bata.

Le segu� subiendo la playera y qued� ante mis ojos ese
delgado cuerpo con se�aladas curvas y un delicioso par de senos, aunque de poco
tama�o. Su piel morena era definitivamente apetecible a pesar de que ya no era
tan joven, s�lo unos a�os mayor que yo.

Termin� de quitarle la playera y apareci� completamente
desnuda; admir� por un momento su cuerpo y termin� en sus ojos, llenos de fuego.

- Hace fr�o -dijo con voz sensual-

La abrac� y mi erecci�n, que era ya bastante notoria, se peg�
a su bello p�bico. Pas� una mano para su pecho y puede sentir el levantado pez�n
entre mis dedos. Acarici� su seno y ella apretaba mi miembro con su mano hacia
su cuerpo. Nos besamos y la incandescencia de la pasi�n nos hizo olvidar el
fr�o. As� estuvimos por un momento.

Ella se separ� un poco y se puso en cuclillas quedando frente
a mi erecci�n. La tom� con una mano y la introdujo pausadamente en su boca. Yo
la miraba morbosamente disfrutar de esa mamada.

Ocasionalmente la succionaba para luego acariciar son sus
labios la punta. Eso me enloquec�a.

La levant� y la sent� en el brazo del sof�, abr�s sus piernas
y clav� dos desdos en su vagina para luego acercar mi boca y juguetearle el
cl�toris con la lengua. Ella gem�a, pero a�na m�s cuando le introduc�a la lengua
en la vagina acompa�ando los dedos que le hab�a metido, y que entraban y sal�an
r�tmicamente.

Al principio se sujetaba de mi cabeza, pero despu�s se dej�
caer de espaldas sobre el sof�. A veces me separaba de ella para mirar c�mo mis
dedos entraban y sal�an de ella. Es algo que me fascina.

Ella ya ten�a las piernas muy abiertas y se dejaba llevar por
las sensaciones... me puse de pi� sin sacar los dedos de su interior. Mir� c�mo
se estrujaba los senos y luego met� un dedo m�s en su vagina. Mientras tanto, le
acariciaba la pierna con el miembro y la cadera con la mano que me quedaba
libre.

Le abr� la vagina lo m�s que pude con los tres dedos
intentando meterle lo m�s que pudiera de la mano... pero ya no aguant� las
ganas, me puse un cond�n y le saqu� los dedos dej�ndosela ir hasta el fondo.
Recarqu� las manos en sus caderas y luego las sub� lentamente hasta tener sus
senos en mis manos, estruj�ndo y pellizcando sus endurecidos pezones.

En dado momento, reduje el ritmo de las embestidas, me sal�
un momento de ella y la volte� dej�ndola boca abajo, ella estaba algo cansada y
se dej� hacer. pero al momento de voltearla y mirar su abrillantada vagina me
introduje de inmediato en ella nuevamente.

Ella s�lo gem�a y gem�a, y cada vez m�s fuerte, mi
respiraci�n se hac�a m�s r�pida... �y lleg� el momento! . Me met� lo m�s posible
en ella y con la mayor fuerza que pude. Ambos est�bamos invadidos de placer,
envueltos en la lujuria que en ese instante nos hizo tocar las puertas del
cielo.

Descansamos un momento y nos recostamos juntos. La abrac� y
ella se acurruc� sobre mi brazo. Pero a pesar de la intensidad de la experiencia
reciente mi pene reaccion� al contacto con sus firmes nalgas. Ella comenzaba a
dormirse, as� que discretamente me coloqu� otro cond�n y poco a poco se lo fui
metiendo. Su estatura me ayud� mucho porque al tener encojidas las piernas s�lo
me tuve que hacer para abajo un poco.

Cuando se la hab�a metido toda, ella empez� a agitarse pero
no se movi� y nuevamente lubric� la vagina, y sus piernas cerradas propiciaron
que las paredes de su vagina apretaran y excitaran a�n m�s mi inflamado miembro.
Poco a poco y suavemente me empec� a mover para entrar y salir. En poco tiempo
ya est�bamos repitiendo el orgasmo.

Ella se qued� profundamente dormida y no se dio cuenta de
cuando se la saqu�. Tir� el cond�n y tambi�n me rend� al sue�o. Lo que sucedi� a
la ma�ana siguiente ya no corresponde a esta historia.