Lo cierto es que m�s all� de todo lo dicho lo que voy a
contarte forma parte de uno de mis mayores placeres carnales el cual disfruto en
la intimidad (a veces con alguna ayuda extra), pero siempre sin ofender ni
incomodar a nadie ya que quien normalmente me acompa�a en este tipo de
travesuras comparte mis gustos y lo disfruta mucho.

LLendo a los hechos y obviando en honor a la brevedad los
detalles del caso, te cuento que soy una mujer de 34 a�os, casada y luego
divorciada, profesional y sin hijos, En lo f�sico me considero una mujer
atractiva, cuento con un cuerpo esbelto que as� se mantiene gracias a un intenso
cuidado.

El hecho que da origen a esta nueva pasi�n m�a y que es mi
intenci�n compartir con vos, ocurri� hace ya dos a�os y encontr�ndome a�n
casada.

Mi marido se dedicaba por entonces a la actividad
agropecuaria-comercial, espec�ficamente a la Compra-Venta de animales, como
encargado de una consignataria de hacienda de esta ciudad, por lo que
constantemente estaba viajando a los pueblos aleda�os, en busca de la hacienda o
concurriendo a los remates rurales.

En mi caso todav�a no me dedicaba por entero a mi profesi�n,
un poco por comodidad y otro por falta de necesidad ya que sus ingresos nos
permit�an vivir holgadamente y sin contratiempos.

As� las cosas comenc� a acompa�arlo en sus viajes y pas�bamos
varios d�as recorriendo los distintos remates de hacienda y dem�s, y debo
confesarlo en aquellas oportunidades ten�amos una excelente "cama", es decir
parec�a que la soledad de esos pueblos o el aire de campo nos facilitaban una
cuota extra de erotismo y sexo.

Lamentablemente, el fuego se fue apagando y despu�s de
algunos meses mi esposo comenz� con algunos problemas en su trabajo yo dej�
paulatinamente de acompa�arlo y en casa la cosa tampoco funcionaba por lo que
casi sin darnos cuenta nos fuimos distanciando.

Fue por esos d�as que sucedi� el hecho que voy a describirles
y casualmente en uno de los �ltimos viajes que hicimos juntos.

Nos encontr�bamos en uno de esos remates de hacienda y en un
pueblo cercano a nuestra ciudad y yo estaba bastante aburrida por lo que decid�
dar una vuelta por los corrales y ver las distintas especies de animales all�
existentes.

Despu�s de pasear un largo rato y ver una cantidad indefinida
de vacas, ovejas y toros, me encontr� con el stand de caballos, los que se
encuentran por razones que desconozco un poco m�s apartado de los dem�s.

En ese lugar no hab�a nadie y comenc� a recorrer admirando
esos hermosos ejemplares de pura sangre, cuando al pasar por uno de los "box"
(as� se llaman), veo un caballo que de su ingle sobresal�a un enorme miembro
color negro y brillante, y que remataba en una cabeza, a�n m�s grande e
impresionante.

Grande fue mi sorpresa y lo �nico que hice en los pr�ximos
minutos fue observarlo detenidamente, acerc�ndome un poco m�s.

Tal fue mi distracci�n que no me percate de la presencia de
un pe�n que me observaba extra�ado.

Haci�ndome la distra�da le coment� que estaba paseando y que
me hab�a perdido pregunt�ndole a continuaci�n la salida. Esto resultaba rid�culo
ya que el predio no era para nada grande como para perderse y adem�s el muchacho
se di� cuenta de mi evidente fascinaci�n por el miembro del caballo, por lo que
con una sonrisa socarrona me dijo: -No se haga problema Se�ora, ac� en el campo
es com�n que la gente de la ciudad se asombre con esas cosas, sobre todo por el
tama�o que tienen esa bestias.- y agreg� - Quien pudiera tener una as� no?.-

Yo ya hab�a recuperado un poco la compostura, as� que solo me
limite a asentir con la cabeza, pero de todas maneras no apartaba la mirada de
la pija del caballo y creo que fue eso lo que impulso al pe�n a proponerme -
Quiere verlo m�s de cerca, No hay peligra, venga, venga que es mansito,
asegur�.- Ya dispuesto a abrir la puerta del box, yo no sabia que hacer, por un
lado mi cabeza me urg�a a salir corriendo de all�, por el otro mi cuerpo me
exig�a seguir adelante. Sin pensarlo mucho m�s y viendo que el pe�n ya ten�a
abierta pr�cticamente la puerta me met� adentro creo que temblando de pies a
cabeza.

Ya adentro el caballo se puso un poco nervioso y empez� a a
caminar para atr�s, yo me mantuve pegada a la pared esperando que el pe�n lo
tranquilizara y este le comenz� a acariciar el lomo y de as� el caballo se fue
tranquilizando.

A continuaci�n me dijo - Tranquila Se�ora, yo se como
tratarlos estoy todo el d�a con ellos, lo que pasa es que este est� en �poca de
celo, por eso lo del miembro, parte lo tenemos bien apartado por que sino hace
un desastre con las yeguas de la cuadrilla.- Yo no dec�a nada, tan solo asent�
con otro movimiento de cabeza y mientras tanto ve�a como el miembro segu�a all�
tan duro y palpitante pero ahora lo ten�a mas cerca y pod�a adivinar la piel
sedosa y llena de venas que recubr�a semejante verga.

Tal vez fue transmisi�n de pensamiento pero ante mi sorpresa
el pe�n me dice -Quiere tocarlo Se�ora ? Mire que no muerde eh?. Esto ultimo lo
dijo con una gran sonrisa que a mi me dio un poco de miedo, pero as� y todo ya
esta lanzada y agach�dome un poco, acerqu� mi mano y toqu� por primera vez el
miembro de un caballo, y tal contacto me produjo una sensaci�n de placer nunca
experimentada, y de a poco me fui soltando y ya le pasaba la mano en toda la
longitud de la pija, para lo cual ya estaba en cuclillas. A todo esto observ�
como el pe�n en silencio se estaba masajeando el bulto (ya prominente ) por
encima del pantal�n.

No s� que es lo que hubiera pasado en ese momento de no haber
sido por unos ruidos que escuch� provenientes de alg�n lugar cercano, lo que me
hizo soltar la pija del caballo y salir corriendo de ese lugar, al tiempo que el
pe�n cerraba la puerta detr�s de m�.

Sin mirar atr�s llegu� al lugar del remate el que por suerte
ya estaba en su tramo final, y busque a mi marido el que estaba charlando con
unas personas, seguramente clientes.

Despu�s de almorzar me anunci� que deb�a ir a una estancia
cercana a llevar unos animales por lo que estar�a pr�cticamente ausente toda la
tarde, yo deb�a esperarlo en el hotel.

En el hotel tuvimos con mi marido un rato de sexo el que no
hizo sino aumentar mi calentura ya que no dejaba de pensar en ese miembro enorme
que hab�a tenido en mis manos, mi marido parti� y yo me qued� un rato m�s en la
cama presa de una excitaci�n inusitada.

Posteriormente me d� un ducha como para aplacar el calor
interior, sin resultado alguno y despu�s de mucho pensarlo o mejor dicho no
pensar en otra cosa, me vest� y sal� a la calle sin saber adonde ir pero
internamente una fuerza incontrolable me obligaba adonde ustedes saben.

Como el remate hab�a culminado el lugar estaba desierto, y
all� estaba yo resuelta y encaminada al box en donde estaba el poseedor del
miembro de mis sue�os.

Ya casi al llegar al lugar escucho voces y risas provenientes
de un galp�n cercano al box por lo que cautelosamente me fu� acercando amparada
por una mampara de madera. desde ese punto pude observar a dos peones que
estaban comiendo y tomando y por su estado deduje que estaban un poco borrachos.

Contrariada y confundida ya que no esperaba encontrar a nadie
me di la vuelta para retirarme pero al hacerlo me choqu� de cara con el muchacho
de la ma�ana, quien me miraba complacido y sonriente.

Agarr�ndome abruptamente del brazo me llev� para adentro del
galp�n, adonde estaban los otros dos que al verme se acercaron peligrosamente.

El que me ten�a agarrada del bazo les grito. - Esta es la
puta que les conte muchachos.- - Parece que le gustan las pijas bien grandes- y
los otros contestaron - As� que te gustan grandes eh? ven� mami que te vamos a
ense�ar-

Evidentemente estaban todos borrachos ya que de lo contrario
no le hablar�a as� a la mujer de uno de los patrones.

El que hablaba se me vino encima y me empez� a manosear toda,
principalmente los pechos, mientras que el otro me met�a las manos entre las
nalgas desde atr�s.

Yo les gritaba -D�jenme, D�jenme, los voy a denunciar ,por
favor, pero haciendo honor a la verdad y en mi estado de calentura que ven�a
arrastrando desde antes verme en esa situaci�n morbosa en el medio de un galp�n
con tres hombres dispuestos a todo, empez� a gustarme y obviamente esto se
notaba en mis cada vez menores esfuerzos por resistirme-. Tal es as� que uno de
ellos dijo - Ven como le gusta, ven como le gusta, Como te vamos a cojer
mamita.- Esas palabras dieron por tierra con mis ultimas fuerzas as� que me
encontr� dici�ndoles: - Est� bien, est� bien, hago lo que ustedes quieran, pero
despacio, no quiero que me rompan la ropa ni me lastimen, sino empiezo a gritar
como una loca y seguramente alguien va a venir a socorrerme. Acto seguido y ante
sus miradas me termin� de sacar la blusa y la pollera que ya la ten�a por la
cintura y me qued� solo en ropa interior y con las sandalias puestas.

As� como estaba me hicieron arrodillar y chuparlos uno a uno
alternadamente y hasta me met�an sus pijas en la boca los tres a la vez, despu�s
me tend� en el suelo y le ped� a uno de ellos que me penetrara mientras los
otros me pon�an ambas pijas a cada lado para que las chupara. as� se fueron
turnando penetr�ndome y haci�ndose chupar las pijas, hasta que empezaron a
acabar , uno en mi concha y los otros en mi cara, en mis pechos, estaba
literalmente ba�ada en leche.

En cuanto a mi dif�cil es transcribir en palabras el pacer
experimentado ni las veces que llegu� al orgasmo.

Ya un poco repuestos y mientras me segu�an manoseando el peon
que hab�a conocido a la ma�ana me dijo: - Me parece que usted vino por otra cosa
no ?.-

Yo ya estaba totalmente entregada, despu�s de lo que hab�a
hecho, y adem�s el peon ten�a raz�n, as� que les anunci� - Bueno si quieren
pueden presenciar lo que vine a hacer, y resueltamente y en bolas como estaba me
dirig� al box del caballo.

Entramos y ellos no dejaban de toquetearme por todos lados y
as� me calentaban a�n m�s (si eso es posible). El caballo no estaba excitado, o
al menos eso parec�a ya que del miembro que hab�a visto a la ma�ana ni noticias,
pero a medida que lo empece a acariciar, primero en la parte de la ingle y luego
directamente sobre la bolsa, fue apareciendo el famoso miembro, me puse bien
abajo y sin decir agua v� me lo met� en la boca o la menos eso intent� ya que
por su grosor eso es materialmente imposible.

Puedo asegurar que al animal le gustaba ya que se mov�a para
delante y para atr�s y yo lo pajeaba con las manos mientras lo besaba pasando la
lengua por toda la longitud de ese miembro enorme y caliente. A mi lado se
pajeaban los tres peones as� que yo aprovechaba y alternativamente les chupaba
un poco la pija a cada uno. La mezcla de sabores de todos esos miembros es una
sensaci�n dif�cil de describir con palabras. Yo estaba pose�da, no cesaba de
chupar y chupar. Uno de ellos se acomod� debajo m�o y empez� a lamerme la concha
desde abajo con lo mi placer fue incontenible, no se cuantos orgasmos
experiment�. los peones empezaron a acabar en mi boca y yo no dejaba una sola
goa, me encantaba ese sabor de semen de hombre con el del caballo que largaba un
peque�o flujo pero que a pesar de mis esfuerzos no pudo acabar del todo.

Sal� de abajo del caballo y me ofrecieron para lavarme ya que
estaba hecha un desastre, Mientras los hacia me volvieron a calentar con sus
manoseos y volvimos a cojer pero uno solo de ellos pudo acabar, adivinen en
donde?.-

Luego de esto, volv� al hotel , me ba�e como Dios manda y
dorm� hasta que lleg� mi marido. Nunca m�s volv� a aquel pueblo.

Despu�s de alg�n tiempo, llegu� a arrepentirme de lo
sucedido, ya que no lo consideraba algo l�gico ni racional, pero a lo largo de
estos a�os y habiendo experimentado otras experiencias similares pude descubrir
que el placer que experimento al tener relaciones sexuales con animales es
inigualable. No se compara con nada que haya sentido ni vivido y no tiene
sentido alguno que lo trate de reprimir, fluye de m� como algo irrefrenable.

Es por eso que luego de mi divorcio y ya independizada de mi
marido me he lanzado a gozar de esta pasi�n con los l�mites l�gicos que la
prudencia e higiene aconsejan y como dije: sin molestar a nadie y respetando el
derecho de cada uno de hacer lo que mejor le parezca.