Relato: Le rompieron la cola a mi esposa y ...
Le rompieron la cola a mi esposa y �
Realmente nunca pens� que escribir�a esta historia. Creo que tome el coraje de hacerlo porque es una forma de desahogarme. Me llamo Gustavo y tengo 33 a�os, de buen f�sico y de 1,83 mts de alto, pelo y ojos marrones y tez blanca. Estoy casado desde hace 3 a�os con Viviana de 24 a�os y un cuerpo divino, con dos hermosas tetitas y una cola paradita que es la admiraci�n de todos los que la conocen.
Lo que les relatare ocurri� un s�bado hace apenas 2 meses. El sexo con mi esposa era hasta ese momento normal, tradicional y, porque no decirlo, bastante aburrido. Me da verg�enza confesarlo pero siempre desde chico tuve el vicio de masturbarme, cosa que hago por lo menos una vez al d�a, o sea soy lo que com�nmente se llama �un pajero� Por supuesto Viviana desconoc�a esta condici�n o por lo menos fue as� hasta ese d�a.
Las historias que imaginaba para masturbarme siempre rondaban en la infidelidad de mi esposa. Me excitaba terriblemente pensar que alguien le admiraba la cola y que ella se la entregaba con gusto, cosa que ni a mi me la hab�a dado. Con el tiempo eso se me transformo en una obsesi�n, a tal punto que cuando estaba con ella y notaba que alguien le miraba el culo, tenia una erecci�n solo fantaseando como ese tipo se montaba a mi esposa.
As� trascurr�an nuestros d�as hasta ese s�bado, el momento que cambio nuestras vidas para siempre.
Amaneci� como un s�bado como todos; nos levantamos a eso de las 9 de la ma�ana y mientras yo me ocup� de ir a lavar el auto a un lavadero que se encuentra a 2 cuadras de mi casa, Vivi sali� para el gimnasio.
Al llegar al lavadero me encontr� con un mont�n de gente, cosa que no era tan habitual, por lo que me sorprend� y busque al encargado para saber que pasaba. Lo encontr� enseguida
- Hola Oscar, lo salud�
- Hola Gustavo como estas, me respondi� amablemente.
Oscar era un tipo de aproximadamente 55 a�os muy grandote y fornido y aunque ten�a aspecto de una persona no muy culta, tengo que destacar que conmigo y con mi esposa siempre hab�a sido amable.
- Que pasa que hay tanta gente?, le pregunt�
- Es que me faltaron 2 empleados, pero no te hagas problema, d�jalo que cuando cierro al mediod�a te lo alcanzo a tu casa, as� de paso saludo a tu mujer, me dijo mientras se sonre�a
- Bueno, se lo agradezco, le dije medio sorprendido, por la menci�n que hab�a hecho de Vivi.
Mientras caminaba hacia mi casa sospech� que querr�a ver a mi esposa porque le tenia ganas y fue entonces que en vez de enojarme, me imagin� la imagen de ella mostr�ndole la colita desnuda a Oscar y eso me excito terriblemente, al punto que los �ltimos metros fue muy dif�cil disimular la erecci�n que ten�a.
Llegue a casa como pude, me desnude, me tir� en la cama y me masturbe fren�ticamente imaginando como Oscar con su actitud animal le destrozaba el culo a Vivi y como a ella le gustaba. No tengo que decirles que termine r�pido debido a la calentura que ten�a.
Pero not� que no hab�a sido como otras veces, no me hab�a calmado. La idea me hab�a gustado demasiado como para parar la calentura con una paja. Ten�a que hacer que eso pasara en la realidad y yo pudiera verlo en vivo, pero como.
Como un juego empec� a planear como hacerlo. Imagine miles de formas, lo que me pon�a cada vez mas caliente. Interiormente sab�a que no me iba a animar a hacer nada, pero me excitaba de solo pensarlo.
As� llego el mediod�a y como esperaba me toco el timbre Oscar para entregarme el auto. Sin pensarlo, lo invite a subir al departamento. Sabia que mi esposa llegar�a en cualquier momento con sus calzas de gimnasia y quer�a ver su cara de deseo cuando la viera.
Lo invite a pasar y a tomar algo para agradecerle el favor.
- No quisiera molestar, me dijo.
- Para nada Oscar pase por favor, que desea tomar le pregunte?
- Agua esta bien, gracias
Mientras fui a la cocina a servir el agua, Oscar se sent� en un sill�n del living.
- Tu esposa no esta, me pregunto
Esa pregunta simple les confieso que me excito un poco.
- Ya debe estar al llegar, le respond� mientras le acercaba el vaso con agua.
- Si se queda un rato seguro la puede ver, prosegu� para ver su reacci�n.
- Si no te molesta la espero, tengo ganas de verla un ratito.
- No, est� bien, le respond�
- No te molesta que la espere o que la mire, me pregunt� ri�ndose
- No dije nada, solo me sonre�. Eso lo animo a seguir
- Porque la verdad, no lo tomes a mal, pero tu mujer tiene un culo b�rbaro, da gusto mirarlo, dijo cesando con su amabilidad y dejando salir su lado rudo.
Una reacci�n normal hubiera sido de bronca y echarlo de mi casa por desubicado, pero no, en vez de eso, me calent� tanto escucharlo que me produjo una erecci�n inmediata.
Por mi silencio y expresi�n se dio cuenta que ten�a v�a libre para seguir
- Y a ella le debe gustar mostrarlo no, porque siempre anda caminando con el culito parado?
Yo solo lo escuchaba
- Que suerte que tienes de meterla en ese culo, prosigui�
- Porque ese culo esta hecho no, se ri�.
Estaba tan caliente que quer�a pajearme ah� mismo, por eso tal vez le conteste.
- No, a ella no le gusta.
- Que no le va a gustar pibe, a todas las minas le gusta por el orto, no te puedo creer que no se lo partiste todav�a. Yo soy un especialista el culos cuando quieras me avisas., ri�.
Termino de decir esto y se escucho el ruido de la llave de la puerta de entrada. Vivi mostr� sorpresa en su cara al ver a Oscar, pero tambi�n se noto que no le disgusto ya que con una sonrisa se acerco a saludarlo.
- Hola Oscar, como le va? Se agacho para darle un beso.
- Hola nena, como te va? Le dijo Oscar mientras la miraba de arriba abajo.
No era para menos. Estaba vestida solo con una remera blanca y con unas calzas azules de gimnasia que le marcaban terriblemente la cola.
- Permiso, voy a servirme algo de tomar que estoy muerta de sed, dijo mientras se dirig�a hacia la cocina moviendo el culo.
- Como me calienta ese culo, me dijo por lo bajo Oscar mientras lo miraba como se iba.
Yo segu�a mudo y cada vez m�s excitado.
- Te calienta que lo desee no? Me pregunt� intuyendo lo que me pasaba.
No dije palabra, solo asent� con la cabeza. Ya estaba entregado. La calentura era m�s fuerte que la cordura.
- Te gustar�a ver como le romper�a el culo a tu esposa no?
Volv� a asentir.
En ese momento volvi� Vivi y se sent� en el brazo de mi sill�n.
- De que hablaban pregunt�?
Oscar me miro fijo y muy sueltamente le respondi�.
- De tu cola.
Vivi me miro con desconcierto mientras se sonrojaba.
- No te pongas mal nena, solo le dec�a a tu esposo que tienes una cola maravillosa.
- Gracias, dijo ella, todav�a sorprendida, pero con una sonrisita como si le hubiera gustado el piropo.
Yo a esa altura era un espectador. Estaba ah� pero ero como si no estaba.
- No te enojes pero me dec�a tu esposo que todav�a es virgencita esa cola? Le Pregunto como si nada.
- Si, le respondi�, La mire a los ojos y v� un signo de excitaci�n en ellos.
- Tienes miedo que te duela? Sigui� Oscar
- Si, dijo ella
- Perdona, si te molesta que hablemos del tema lo dejamos ac�. A tu marido se nota que al contrario le gusta, dijo, mientras se acerco a m� y me levanto la remera que tapaba la erecci�n que ten�a debajo del pantal�n.
Hab�a hecho una buena jugada. Poni�ndome en evidencia le daba v�a libre a mi esposa para decidir por ella si quer�a continuar con el jueguito.
Se hizo un silencio nervioso. Los dos la miramos y ella miraba mi erecci�n.
- No est� bien, no me molesta. Contesto mientras pon�a la mano sobre mi pantal�n.
Esa conducta hizo que Oscar pusiera su mano en su miembro como tratando de parar la erecci�n que le ven�a. A mi me estallaba el pene y me falto poco para acabar. A Vivi se le encendi� la cara de deseo y las calzas azules mostraban signo de humedad entre las piernas.
- Te puedo asegurar que haci�ndolo bien no duele, al contrario te va a gustar. Le dec�a a tu marido que gracias a la experiencia que me dan los a�os soy un especialista en abrir colitas v�rgenes. Dijo Oscar acarici�ndose ya sin disimulo su miembro por arriba del pantal�n.
Como sent� que Vivi ya no pod�a hablar de la calentura que se hab�a agarrado decid� intervenir.
- Es que tiene el hoyito muy chiquito, dije.
- A ver nena, mostrame ese culo divino que tienes, dijo Oscar.
- Puedo? Me pregunto ella.
- Si amor mostrale, dije yo casi sin poder hablar.
Vivi se levanto, camino unos pasos y se paro de espaldas a nosotros sacando la cola para afuera.
- Que pedazo de culo tiene tu mujer, y me parece que tiene ganas que alguien se lo rompa, no nena?
Vivi asinti� con la cabeza.
- Bueno, entonces s�cate todo y mostrame bien ese orto, pendeja, dijo ya sacado Oscar.
Note que Vivi se asusto un poco por la forma agresiva que �l se dirigi�. Me miro como buscando que hacer. Pens� en parar todo pero el cuerpo me ped�a m�s, as� que le hice un gesto para que continuara.
Vivi se saco las zapatillas y siempre de espaldas a nosotros se saco las calzas dejando ver una tanga blanca metida en su cola.
- Dije todo putita, insisti�, mientras se sacaba los pantalones.
- Vos tambi�n pibe s�cate todo, que te voy a ense�ar como se hace un culo, continu�.
En un segundo est�bamos los tres desnudos. Mi esposa segu�a parada de espaldas ya con su cola al aire y parada, Oscar en el mismo lugar con su miembro totalmente parado en la mano y yo me puse de frente para no perderme nada y me masturbaba a un ritmo fren�tico.
- Nena, mira como se pajea tu marido, se ve que le gusta que seas una putita y que me muestres el culo.
Vivi dio vuelta la cara para mirarnos y se mordi� el labio inferior. Oscar se paro y fue hasta donde estaba ella y le empez� a manosear el culo. Yo trataba de aguantar a no acabar.
- Que culo duro nena que tienes, decime la verdad, en serio que esta virgen? Le pregunto mientras le incrusto un dedo en el hoyito.
Vivi peg� un gritito.
- A tu marido le podes mentir pero a mi no, este culo esta muy abierto para ser virgen mientras le insertaba el segundo dedo.
Ella me busco con la mirada y dijo lo que nunca imaginar�a.
- Perd�n.
- Uyy mira que puta resultaste, as� que no le entregabas el orto a tu marido y te lo rompen otros por ah�. Dijo Oscar ya sacado de la calentura y metiendo y sacando los dedos a un ritmo infernal.
Yo estaba sorprendido de no estar enojado. Al contrario me excitaba mas la idea de saber que era cornudo.
- Vamos al dormitorio puta que quiero comerme este orto divino, ordeno Oscar.
Camino al dormitorio Oscar iba al lado de Vivi y yo caminaba detr�s viendo como segu�a con los dedos en el culo de ella.
- Tirate en la cama en cuatro, culo para arriba que no aguanto m�s. Le orden�.
Vivi se puso en cuatro, paro la cola y pego su cara en la almohada. Oscar se arrodillo atr�s, me miro y dijo:
- Pedime que le abra la cola a tu mujer, mientras le golpeaba la cola con el miembro.
Yo no dec�a nada
- Puta, hasta que tu marido no me lo pida no te la meto, continu�.
Vivi me miro y dijo
- Por favor, pedile.
- Oscar h�gale la cola a mi mujer por favor.
Ah� vi como el miembro de Oscar se perd�a en el culo de mi esposa. Ella pego un grito y comenz� a hamacarse. Oscar le entraba con todo. Rebotaba en la cola de ella. Le agarraba las tetas que parec�a que se las iba a arrancar. Vivi solo gem�a.
- Anda pibe, dale un beso a tu mujer que se esta portando muy bien, me dijo.
Me puse de rodillas al lado de ellos para buscarle la boca a Vivi.
- Lindo culo tienes vos tambi�n pibe eh, escuche mientras sent�a como me sobaba la cola.
Yo me di vuelta y lo mire. Pero me hab�a gustado y lo deje hacer.
- Jaja, me parece que me voy a hacer dos culitos hoy, dijo, mientras me met�a un dedo.
Vivi al escuchar eso se estremeci� y le regalo un terrible orgasmo.
- Epa parece que la putita quiere ver como le rompo el culo al marido no? pregunt�
Ella asinti� con la cabeza mientras me miraba con cara de deseo incontrolable.
Oscar saco el miembro del culo de Vivi y lo apunto a mi culo. Empez� a empujar despacio y de pronto me encontr� con un gran pedazo de carne dentro. Me dol�a un poco pero me encantaba. Me daba con todo mientras le entraba tres dedos al culo de Vivi. Me preguntaba si me gustaba, yo le ped�a m�s. Estuvo as� un rato y volvi� al culo de mi esposa y los dedos al m�o.
No se cuanto tiempo paso, pero Vivi acabo como seis veces y yo ya iba por el segundo. Oscar era de hierro. No hab�a acabado nunca y la ten�a dura como al principio.
- Quien de los dos culos quiere la primer lechita? Pregunt� mientras me bombeaba a m�.
- D�sela a mi esposa le grite yo descontrolado.
- Como no puto, dijo y la saco del m�o y la meti� de un golpe en el de Vivi que recibi� una oleada de semen que ella agradeci� con otro orgasmo.
Oscar se visti� y se fue satisfecho con la promesa de volver con alg�n amigo para pasar toda una noche. Yo me quede con Vivi tratando de recuperarnos y entendernos por lo que hab�amos pasado. Pero eso es otra historia.
Si les paso algo parecido o tienen ganas que les pase agr�guenme al MSN y nos contamos historias mientras nos masturbamos.