INTERROGATORIO SEXUAL
La primera vez que estuvimos en su casa mi mujer y yo,
reconozco que ella me sorprendi�. A�n era una adolescente, cercana a la mayor�a
de edad, pero la mir� mucho aquella noche. �C�mo no iba a hacerlo!, con sus ojos
oscuros, su piel morena, ese escote juvenil tan generoso y apetecible., y su
sonrisa. Una noche por el mesenger me sincer� con su hermano: "oye tu hermana es
muy bonita, de las m�s bonitas de la familia". �l estaba de acuerdo. Reconozco
que me encanta tontear por el mesenger con la familia de mi mujer. Me da un
morbo especial y algunas noches, sin que mi interlocutor/a lo sepa, termino
paje�ndome.
Ana, mi mujer, se dio cuenta pronto de las miraditas que
fugazmente le echaba a su prima. Luego tonteando en la cama, me lo record�
-mmm, vi como mirabas a Adriana, cabr�n� Se te iban los ojos
dentro de esa camiseta- dijo, mientras me masturbaba por debajo del boxer. Con
sus manos sab�a como ponerme a cien.
-No, que va, es que no le hab�a visto antes, era la �nica de
la familia que no conoc�a y� -la voz casi se me derret�a entre la excusa y el
gusto-.
-Ya, ya, si no me importa, la ni�a est� muy tetona, es normal
que la mires. Ya sabes lo guapas que son mis primas. S�lo adm�temelo, anda
admiteme� ahhhhhh -jade� mientras yo aprovech� para acariciarle un pez�n,
roz�ndolo con los dedos, como s� que le encanta-. Al instante ella aument� el
ritmo de la paja-.
-Jaja, que no, que no es verdad, yo no miraba a nadie�
-�Ah, no�?.
Entonces Ana se incorpor�, se sent� en cuclillas entre mis
piernas, echando hacia abajo las s�banas.
-A ver si as� confiesas�
Me baj� el boxer hasta los pies, pero sin quit�rmelo, as� me
ten�a ligeramente atrapado. Me mir� con picard�a y luego acerc� sus labios a mi
polla que, en esos momentos, ya estaba pidiendo guerra, dur�sima. La dio unos
ligeros toques y luego mmm, ech� sobre el glande un hilo de saliva. Se relami�
una gotita de baba que hab�a quedado en sus labios y, con una sonrisa de
torturadora sexy, empez� a masturbarme cada vez m�s r�pido. Arque� el cuerpo
hacia arriba en la cama, primero con dolor, luego con un placer enorme, con un
punto de calor que se enroscaba cada vez m�s entre el coxis y el ano. Puse mis
piernas lo m�s rectas posibles, estir�ndolas, mientras trataba de que los
m�sculos del ano empujasen hacia adentro, y me mord�a un poco la lengua. El
gustazo estaba siendo de lujo y Ana no me daba tregua. Me pajeaba sin parar. Me
ten�a, nunca mejor dicho, en sus manos. Con la otra mano me sobaba el culo, ella
sab�a de sobra que derret�a. Mi cara deb�a estar desencaj�ndose cuando ella
susurr�:
-Confiesa, ella es de esas tetonas que te gustan, seguro que
te pajear�s a solas pensando en ella�
-No�, no lo har�
-No seas tonto, si hasta a m� me ha llamado la atenci�n su
canalillo. Dentro de dos o tres a�os m�s Adriana va a estar buen�sima para los
t�os.
-Ana, me voy a correr�no puedo m�s.
Entonces par�. Me qued� de piedra mir�ndola, ella sonre�a con
malicia.
Me dio dos toques seguidos y volvi� a parar. Joder, eso ya
era jugar conmigo. Pero yo casi no pod�a respirar.
-Si quieres que te la termine debes�
-Por favor, por favor, sigue.
Un toque de sube y baja m�s. Y nueva parada.
-No, noooo -dijo, negando con la cabeza-
-No me hagas sufrir, que estoy a punto.
-Lo s�, y me gusta verlo. La polla te palpita de caliente que
est�. Mira� -y me dio varios toques seguidos-. � Quieres que le ponga m�s saliva
aqu�? -me dijo mientras acariciaba el glande-.
-S�, por favor, pero term�namela, estoy a punto�
-Mmmm, ya sabes el precio�
No pod�a m�s, era cierto, me hab�an embelesado esas tetas.
-Ok, tienes raz�n, pero es que ten�a una camiseta que joder�
-Ja, ja, ja, anda mir�n. Venga -me ech� m�s saliva en la
punta-.
Entonces empez� a hac�rmela a dos manos, amas�ndomela,
subiendo y bajando, como en molinillo.
-Imagina que son sus tetas, y que te est� haciendo una
cubanita. Y que est�n calientes, roz�ndote los huevos con sus pezones. Venga�
Por un momento incitado por mi mujer pens� en c�mo ser�an los
pezones de Adriana. Me los imagin� oscuros, muy grandes, con una bolita
deliciosa para lamer. Un caramelo prohibido pero tan apetecible. Cerr� los ojos.
Ten�a que aguantar un poco m�s antes de correrme, pues se me cruz� por la mente
una fantas�a de muerte. O�a a lo lejos la respiraci�n jadeante de Ana,
masturb�ndome, y provoc�ndome�
Entonces fantase� con que Adry estaba all� con nosotros, de
viaje en nuestra casa. Mi mujer y ella hab�an pasado el d�a de compras por
Madrid y llegaron muy contentas, alborozadas. Adriana iba con un top blanco,
ajustado, con la palabra Show entre sus magn�ficos pechos. No llevaba sujetador,
sus pezones se marcaban levemente. Mi mujer comenta c�mo se la quedaban mirando
los t�os all� por donde iban. Adriana se ruborizaba pero se re�a con ganas. Su
escote era a�n m�s amplio que el de aquella cena en casa de sus padres. Verlas
as� me puso caliente.
-Si es que, vaya tetas que tiene mi prima� -solt� Ana
poni�ndose detr�s de Adry y toc�ndola las tetas-.
Adriana se sorprendi�, pero solt� una risotada sin apartar
las manos de mi mujer. Supuse que ah� terminar�a la broma, que tambi�n me
sorprendi� mucho. Pero me equivoqu�. Ana no s�lo no apart� las manos de los
pechos de su prima sino que comenz� a sob�rselos con toda intenci�n.
-Si es que ten�a que haber visto c�mo babeaban los t�os.
-Y t� tambi�n me los mirabas, prima -solt� Adry, picarona,
subiendo sus brazos-.
-Claro, qu� te crees. Aunque sea chica s� admirar lo bueno.
�Y a qu� las tiene buenas, eh? -me pregunt� directamente, con esa voz incitante
que pone Ana seg�n se va calentando-.
Me puse de pie, cachondo perdido. Miraba las tetas de
Adriana, los ojos de vicio de Ana, sus manos acarici�ndole los pechos ya por
debajo del top. Adriana jadeaba con los brazos en alto, dej�ndole hacer a su
prima. Cerraba y abr�a los ojos, cerraba y abr�a su boca, llena de excitaci�n.
No quer�a interrumpirlas, pero me acerqu� a ellas lo m�s que pude. Ver a Ana con
otra chica era algo que siempre imagin�, me excitaba mucho y formaba parte de
nuestras fantas�as sexuales. Pero verlo en realidad y con el morbazo de que
fuese con su prima, ufff, ya era demasiado. Adriana se agarr� a las caderas de
Ana, gimiendo de gusto, pidi�ndola as� m�s caricias. Y mi mujer le quit� el top
, y luego, ya con el control perdido, empez� a besarle el l�bulo de la oreja y a
meterle la lengua por el o�do.
No pude resistirme m�s. Totalmente empalmado me baj� el
pantal�n corto que llevaba, despu�s los calzoncillos y empec� a pajearme delante
de Adriana. Mirando sus tetas embelesado. Y c�mo se las sobaba mi mujer, con sus
u�as pintadas de rosa contrastando con el marr�n oscuro de los pezones.
Al descubrir que me masturbaba, Adry me pidi� con la mano que
me acercase m�s a ella. As� lo hice y ante mi j�bilo empez� a pajearme. Muy
r�pido, por el fragor del gustazo que le estaba dando su prima. Su mirada era
puro sexo, su boca se abr�a h�meda, a veces asomaba la lengua, hasta que un
hilillo de baba le baj� por las comisuras, ya cercano el orgasmo. Mi mujer se
entusiasm� al ver c�mo su prima me la estaba pelando, y le pidi� que lo hiciese
a�n m�s r�pido. Que me orde�ase vivo�
-Hasta la �ltima gota, vamos. S�casela toda.
-Siiiii, siiii, s�gueme tocando, no pares -ped�a Adry-.
-No sabes las ganas que ten�a �ste de verte las tetas, debe
estar flipando.
-Ay primita, ahhhh, ya me viene�.
-Dale ca�a, m�s r�pida esa paja!
-Mmmm, que gustooooo
En el �ltimo momento, antes de correrme, cre� ver que un hilo
de lechita virgen le sal�a de un pez�n. Ten�a su cara desencajada de placer, los
ojos en blanco, Ana le apretaba las tetas medio loca, y yo�
Yo�
�.sal� de mi fantas�a con el coraz�n a cien por hora,
observando c�mo Ana se embadurnaba las tetas con el torrente de lefa que hab�a
salido de mi polla, despu�s de aquella paja maravillosa, de aquel interrogatorio
sexual fantaseando con su prima.
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Si os ha gustado, escribidme o charlamos por el mesenger.
Gracias!!!
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