Soy el menor de una familia numerosa de siete hermanas y yo
el menor. La anterior a m� me lleva diez a�os y la mayor veintitres. Ya estaba
casada y con hijos cuando nac� yo. Pasaron los a�os y empec� a trabajar en una
empresa. Al poco me destinaron a una ciudad muy lejos de donde viv�amos. Mi
sobrina Andrea, hija mejor de mi hermana mayor tambi�n se vino a vivir conmigo
ya que le faltaban un par de cursos para empezar en la universidad y quer�a
hacerlos fuera. Siempre hab�a sido rolliza, pero a m� me encantaba. En mi
familia, si est�s delgado piensan que est�s enfermo o algo parecido. Andrea era
cinco a�os m�s joven que yo. Era muy t�mida ya que en el colegio se met�an con
ella por sus tetas enormes aunque ten�a un culo precioso. Tambi�n era muy
inocente en cuanto al sexo, ya que en mi familia eran muy religiosos y no se
hablaba nada de todo eso en casa.
A los pocos d�as de instalarnos en la ciudad, fui a una
discoteca. All� conoc� a una chica, delgada, de muy buen tipo, guap�sima.
Bailamos, luego nos metimos en mi coche, pero la chica no ten�a sustancia. A los
pocos minutos ya se me hab�a pasado las ganas de hacer algo con ella. No ten�a
donde agarrarla. D�as despu�s, invit� a Andrea a ir conmigo a la discoteca. Le
dije que no me separar�a de ella esa primera vez. Charlamos, bebimos, y cuando
llegaron las piezas lentas, le agarr� la mano y la saqu� a la pista. A los pocos
minutos ya estaba excitado. Con disimulo, me rozaba disimuladamente contra ella
hasta que se dio cuenta de lo que me pasaba.
--�Te excita esa pareja que est� bes�ndose y toc�ndose? �me
pregunt�-. Porque al verles me est� produciendo un cosquilleo en mi bajo vientre
�me dijo inocentemente.
Lo que dijo me encant�.
--No, cari�o, la que me excita eres t�.
--�Con este cuerpo?
--Prefiero las chicas rellenitas que tengan d�nde agarrar.
--Oh...
Entonces, la abrac� m�s fuerte y la bes� en la boca mientras
le acariciaba la espalda y el trasero.
--�Dios, est�s buen�sima! �y me restregu� contra ella-. Me
gustan las gorditas y rellenitas como t� �le susurr� a la oreja-. Me volv�is
loco.
Disimuladamente, met� una mano entre sus piernas y not� que
empezaba a mojarse.
--�Te gusta que te toque?
--S�, sigue...
--Para... creo que estoy orinando.
Me qued� sorprendido de lo inocente que era.
--�No sabes nada de sexo? �No sabes que cuando te excitas,
segregas unos jugos riqu�simos? El estar con el co�o mojado, nos encanta a los
hombres, cari�o, esto no es orinar.
Segu� moviendo mi mano y su suave co�ito, cada vez m�s
empapado. En un momento, Andrea empez� a gemir y le met� un dedo en su vagina.
Luego le met� dos y hasta tres y posteriormente, por entre los pliegues de la
falda, met� mi garrote para acariciarla entre sus empapados pliegues.
--�Salimos de la pista? �me pregunt� jadeando.
Sin decir nada, y sin dejar de abrazarla, salimos de la
pista.
--�Volvemos al apartamento? �le pregunt�.
Andrea asinti� y nos marchamos de la disco. Nos metimos al
coche y all� volv� a besarla. Le levant� la falda que llevaba y empec� a
acariciarla entre los muslos. Ten�a las bragas empapadas.
--Veo que te has excitado, cari�o; �te gusta?
--Mmmmmmm, s�...
Le quit� las bragas, puse el coche en marcha y conduje con
una mano mientras que con la otra acariciaba su sexo.
--�breme la cremallera del pantal�n, y acar�ciame, por favor
�le ped�.
Andrea, lo hizo y metiendo la mano entre el canzoncillo,
acariciaba mi ardiente pene. Le ped� se abriera la blusa y en un sem�foro, sin
dejar de acariciar su cl�toris me met� uno de sus grandes pechos a la boca.
Sab�a tan dulce... Tuve una primera corrida all� en el coche. Dejamos el coche
en el garaje y subimos directamente en el ascensor. Las bragas de Andrea se
hab�an quedado olvidadas en al auto y yo sub�a con la polla totalmente parada
restreg�ndome contra la rajita de mi sobrina. Al entrar en casa, la desvest� por
completo, me arrodill� frente a ella y pegu� mi boca a su empapado co�o. Era muy
suave y sus jugos sab�an muy dulces. Ella gem�a y se estremec�a de placer. Tuvo
su primer orgasmo. Luego termin� de desnudarme, nos echamos sobre el suelo y le
ense�� a hacer el 69. �Jes�s! �C�mo mamaba la ni�a! En su inocencia, era la
mejor mamada que me hab�an hecho nunca.
Luego, le hice ponerse a cuatro patas, le lubriqu� bien el
agujero del ano y empec� a penetrarla. Al principio, lloraba y gem�a de dolor.
Me gritaba que parara, que me saliera, que le dol�a mucho. Yo la tranquilic�,
con palabras suaves, acarici�ndole los pezones, el cl�toris, y al final fue ella
la que empez� el movimiento. Poco a poco fui aumentando el ritmo hasta que los
dos nos corrimos.
Despu�s de un rato, la hice darse la vuelta, le abr�
completamente de piernas, le volv� a comer su dulce y ardiente chocho y antes de
que se viniera, le met� mi cipote. Sent�a frotar las paredes de su estrecha
vagina hasta que llegu� a su muro, el eterno himen. Par� un segundo, cog�
impulso y le met� el inmenso garrote hasta el fondo.
--S�, t�o, f�llame, hazme tuya, as�iiiii, s�iiiiiiii,
mmmmmmmmmm, m�s fuerte t�o, dame tu leche, quiero tu semen, hazme un hijo,
s�iiiiiii.... aaaaaaaagggggghhhhhh... m�temelo hasta el fondo �me suplicaba.
--As�, as�, cari�o, sigue as�, mmmmmmmmm, lo haces muy bien
mi ni�a, toma mi rica leche cielo, ahhhhhh, dame tu cuerpo, as�, s�iiiii �le
dec�a yo mientras que con un dedo acariciaba su botoncito.
Las embestidas eran duras y r�pidas a veces como lentas y
pausadas otras, pero cuando ya no pude aguantar m�s aceler� las embestidas hasta
que los dos nos corrimos en un tremendo orgasmo.
Despu�s de recuperar el aliento, pero sin sacar el pene de su
vagina, cambi� de postura y lo volvimos a hacer. Aprendi� todas las posturas que
sab�a y m�s que hemos aprendido posteriormente, por internet y por revistas. En
ese aspecto siempre ha sido una alumna muy aventajada.
Andrea termin� la universidad, se coloc� en la misma empresa
donde trabajo yo y seguimos siendo amantes. Aunque ha bajado algo de peso, sigue
siendo mi maravillosa rolliza. Adem�s, he conseguido hacerle dos hijos casi
seguidos. Nos encanta hacer el amor cuando est� dando de mamar al beb�. De hecho
lo hemos hecho con los dos beb�s a la vez ya que los ni�os se llevan once meses
solamente. Andrea d�ndole el pecho al peque�o y yo d�ndole el biber�n al mayor y
follando como locos. A este paso, pronto se va a volver a quedar pre�ada. Lo
cual no nos importa.