Soy un se�ora de 55 a�os . Me han regalado un perro que en la
actualidad tiene 15 meses y mantengo relaciones sexuales con �l, ya que no tengo
ninguna pareja y quiero calmar mis necesidades sexuales.
Es un pastor alem�n. V� una vez una revista de zoofilia y me
qued� impresionada por el tama�o que pueden alcanzar los penes de estos perros.
Me gustaba masturbarle y ver c�mo le sal�a el semen, (me
excita s�lo pensarlo). En la actualidad le he acostumbrado a lamerme el sexo
echando leche condensada en �l y abri�ndoselo con la mano y he conseguido llegar
al orgasmo. Tras eso, yo le masturbo a �l hasta que le sale el semen.
Pero no consegu�a que me montara en condiciones, ya que no
llegaba a excitarse del todo, hasta que tuve una idea.
Estaba en casa de una amiga que ten�a una perra en celo. En
un momento que me qued� sola, saqu� un pa�uelo y lo pas� por el sexo de la
perra, impregn�ndolo con su olor. Lo guard� en el bolso, dentro de una bolsa de
pl�stico para preservar sus efluvios.
Nada m�s llegar, le v� nervioso. Parec�a percibir algo, muy
d�bilmente, que no sab�a muy bien qu� era. Me fui a la sala, y me desnud�. Le
llam� suavemente y vino hacia m�, gimiendo. Sab�a que iba a tener placer. Pero
le llegaba alg�n efluvio extra�o que le pon�a nervioso. Me tumb�, cog� el tubo
de leche condensada , me abr� el co�o con la otra mano y me ech� una generosa
raci�n. Comenz� a lamer, con m�s nerviosismo que de costumbre, ansioso. Ve�a su
rojo pene medio fuera. Me dobl� mientras lam�a y comenc� a acariciarlo.
-Tranquilo, bonito. Hoy mami tiene una sorpresa para ti.
Ver�s que duro se te pone. Y lo vas a poder meter en un agujero h�medo y
calentito que huele igual que el de una perra, para que culees a gusto dentro y
te corras como un surtidor, llenando con tu leche calentita a tu mami. Ver�s que
bien.
Sigui� lamiendo, y empez� a venirme el gusto. Tuve que parar
de masturbarlo, porque con la emoci�n estaba acelerando y pod�a hacerlo
correrse.
Al fin me corr�. Fue una corrida agradable, pero nada
espectacular. Le apart� el morro y mir�ndole a la cara le dije:
-Y ahora, tu mami va a ser tu perrita. Ver�s que bien.
Estaba nervioso. Sab�a que iba a pasar algo distinto y su
olfato captaba alg�n efluvio excitante.
Abr� el bolso y saqu� la bolsa. La abr� y saque el pa�uelo.
Solt� un gemido y se puso muy nervios. Se abalanz� sobre el pa�uelo y empez� a
olerlo como loco. Me arrodill�, me abr� lo que pude y pas� el pa�uelo por mi
co�o, manteni�ndolo pegado a �l . Lo ol�a como loco. Me sent�a obscena, con el
culo muy abierto.
-Vamos, no pierdas tiempo, monta a tu perrita.
Funcion�. V� como su pene se pon�a en erecci�n. Se subi�
encima de m� y empez� a intentar meterla. Tuve que hacer alg�n malabarismo para
meter mi mano por debajo, agarrarsela y llevarla a la entrada de mi co�o. Me
met� la punta y �l hizo el resto. Menos mal que yo estaba ya mojada por haberme
corrido antes, porque se le puso un poll�n tremendo. Sent� como me abr�a. Sent�
su respiraci�n agitada y sus gemidos en mi espalda. Empez� a follarme a toda
velocidad. Me sent�a muy guarra, muy abierta y muy morbosa.
-F�lla a tu mami, cari�o. Dale fuerte.
Al cabo de poco rato aumento su velocidad y se hizo enorme.
Era un mete y saca vertiginoso. Ten�a la cabeza pegada al suelo, y mir� por
debajo y v� c�mo se le hab�a puesto de gorda la polla y me qued� asombrada de lo
que me estaba entrando. Me sent�a tremendamente guarra y sucia
Me abr� un poco m�s para recibir lo que me ven�a y de pronto,
con un gemido gutural, sent� como me empezaba a llenar de leche. Me produjo un
morbo tremendo. La eyaculaci�n de un perro es superior en cantidad a la de un
hombre y el semen es mucho m�s l�quido. Sent�a como me corr�a por dentro. No me
llegu�a correr, pero era un placer distinto: pecador, morboso....... Cuando dej�
de eyacular se qued� dentro de m�, mientras sent�a como me arrollaba por los
muslos su leche. Cuando al fin se baj�, me tumb� en el suelo, y comenz� a
lamerme, limpi�ndome de su propio semen y de mis jugos.
Guard� el pa�uelo para otra vez. Ten�a el co�o muy abierto y
rebosante de leche. Me sent�a sensacionalmente bien.
Desde luego lo pienso repetir. Diga quien lo diga. El es mi
amigo y me hace compa��a. A cambio, yo soy su perrita. Tiene un co�ito calentito
para comerse y donde meterla y echar su leche felizmente.
Y todos contentos.