LOS HERMANITOS SE DIVIERTEN
Quien no recuerda las viejas historias de estos divertidos
hermanos mellizos, uno rubio y el otro moreno, uno llamado Zipi y el otro Zape.
Pero sus travesuras ya han pasado y ahora tratar� de contaros algunas de las
historias nuevas que van a tener que pasar.
En el momento que os digo ya no eran esos ni�os de 10 o 12
a�os que comet�an constantes gamberradas, sino que se hab�an convertido en unos
adolescentes de 16 a�os que ten�an que empezar a afrontar nuevos problemas y, al
paso, intentar madurar. Adem�s, hab�an tenido dificultades que les estaban
ayudando en ese proceso de maduraci�n.
Una de ellas fue la muerte de su padre, Pantuflo, cuando
ellos s�lo ten�an 13 a�os. Esa muerte result� ser un grave golpe para ellos,
pero no tanto para su madre que decidi�, r�pidamente, buscarse un nuevo
amiguito. As�, volver� a casarse a los 38 a�os con otra persona, Luis. Decidi�
casarse con Luis sobre todo porque este era un chico joven, de 25 a�os y con un
futuro prometedor como brillante arquitecto. Y, junto a todo eso, no se puede
pasar por alto el hecho de que Luis era un chico tremendamente atractivo, med�a
1,80 y pesaba 80 kg., con un cuerpo atl�tico fruto de un duro trabajo en el
gimnasio y una piel y pelo morenos junto a una relativa presencia del vello que
le daba una belleza aun mayor.
Sin embargo, los hermanos no estaban tan contentos con la
nueva boda de su madre y sol�an despreciar con bastante frecuencia a su
padrastro Luis. No obedec�an nunca lo que dec�a ni aceptaban consejo alguno que
este intentaba darles. Y tanto Zipi como Zape necesitaban numerosos consejos. Ya
eran dos chicos adolescentes que empezaban a experimentar nuevas sensaciones y a
tener numerosas dudas. Estaban creciendo, y los dos segu�an siendo pr�cticamente
iguales en todos los aspectos f�sicos. Ambos med�an ya 1,75, pesaban unos 70
kg., ten�an unos cuerpos fibrados como resultado del ejercicio, ya que les
gustaba mucho hacer deporte y sus cuerpos estaban empezando a estar cubiertos de
un creciente vello. La �nica diferencia es que Zipi continuaba siendo rubio,
aunque ya con el pelo algo m�s oscurecido y Zape moreno, teniendo algo m�s de
vello que su hermano.
Como era normal, los dos hermanos ya empezaban a interesarse
por el sexo, sobre todo viendo como sus cuerpos empezaban a cambiar. Esto era
f�cil que lo vieran porque, siguiendo la costumbre que ten�an desde ni�os, aun
se ba�aban muchas veces juntos y segu�an durmiendo en el mismo cuarto. Era
normal en ellos observarse mutuamente, ver como se produc�an los cambios del
crecimiento. Un d�a, por ejemplo, estando en el ba�o los dos cuando ten�an 14
a�os, Zape noto como la polla empezaba a pon�rsele erecta y como al frotarse
sent�a un tremendo placer y la verga le crec�a m�s y m�s hasta alcanzar los 14
cm. En seguida se lo dijo a Zipi.
Zape- oye, mira, se me esta poniendo la pija grande y dura
del todo
Zipi- no jodas, a ver. Que grande se te ha puesto. C�mo lo
has conseguido Zape?
Zape- no lo se bien, estaba pensando en alguien que me
estuviera tocando la minga, luego me la he empezado a tocar y mira, me ha
crecido el doble y se me ha puesto m�s gorda y dura. Y cuando me la acaricio me
da un mont�n de gusto
Zipi- vaya, seguro que esta muy bien. Voy yo tambi�n a
empezar a toc�rmela
Efectivamente, Zipi empez� a tocarse la polla y este empez� a
crecerle, alcanzando los 13 cm., igual que la de su hermano. Al final, los dos
vieron como alcanzaban un tremendo gusto y empezaban a echar un l�quido blanco
que, al poco, sabr�an que era semen.
Despu�s de esta primera experiencia de autosatisfacci�n, los
dos lo repetir�an en diversas ocasiones. En una de ellas llegaron a la
masturbaci�n mutua del uno al otro tras la que ambos se corrieron al tiempo,
pero nunca pasaron de ah�.
Lo que si iban notando los dos hermanos es como sus cuerpos
cambiaban y tambi�n sus pollas. Cada vez ve�an cuando se ba�aban o se cambiaban
que sus vergas ganaban tama�o y todos sus genitales empezaban a cubrirse de
abundante vello p�bico, rubio el de Zipi y moreno el de Zape.
Pese a que cada vez eran m�s felices algo enturbiaba su
felicidad. Eso era la presencia de su padrastro Luis, con el que no manten�an
buenas relaciones. Estas malas relaciones hab�an llegado hasta el 16 cumplea�os
de ambos. Ese d�a se dispusieron a comer con su madre y con Luis para celebrar
ese cumplea�os. Sin embargo, el ambiente era tremendamente tenso y al final,
como otras tantas veces, Zape, que era el m�s lanzado, volvi� a discutir con
Luis y, de pasada, con su madre. Luis les amenaz� entonces con no dejarles
celebrar su cumplea�os por la noche con sus amigos, aunque al final la
intercesi�n de su madre le hizo cambiar de idea. Ese era el �nico consuelo de
Zipi y Zape, que esa noche podr�an ir de fiesta con todos sus amigos.
Efectivamente, esa noche ellos dos junto a otros 9 amigos
celebraron el cumplea�os en el chalet de uno de ellos. Bebieron mucho y todos
iban realmente borrachos hasta que a las seis de la ma�ana Zipi y Zape dijeron
que ya ten�an que irse a casa porque sino iban a tener una buena bronca de su
padrastro.
Zipi-si hubieras tra�do una chica que nos la mamara esto
habr�a estado mejor
Zape-desde luego, podr�ais haber fichado a una puta para que
nos la chupara
Ante este comentario todos se rieron y se dispusieron a
marcharse. Cuando iban de regreso a casa, los dos bastante borrachos, iban
abrazados, muy juntos. Zipi iba excitado, porque cuando hab�a dicho lo de la
puta lo dec�a de verdad, estaba realmente excitado y hasta ese momento nunca
hab�a tenido sexo con nadie. Deseaba que alguien se la mamara.
Zipi-la verdad es que me he quedado con las ganas de que me
chuparan la verga y poder meterla. Ha sido de verdad una l�stima que no hubiera
una putita
Zape-ya lo se, a mi tambi�n me hubiera gustado
Zipi-si, pero a mi mucho m�s, mira Zape como llevo la polla
de dura, se me va a salir de los pantalones
Zape-bueno, da igual, ahora cuando lleguemos a casa nos
hacemos unas buenas pajas y punto
Zipi-vale, sino se puede hacer otra cosa. Ahora hay que tener
cuidado de no despertar a Luis, venga, vamos a entrar.
Entraron los dos en casa haciendo el menor ruido posible y
subieron hacia su cuarto. Una vez en �l empezaron a quitarse la ropa como
buenamente pudieron. Zape estaba sentado en la cama quit�ndose la camisa e
intentando hacer lo mismo con los pantalones mientras observaba a Zipi como se
quitaba los slips y se pon�a unos boxers para dormir. La erecci�n de Zipi no
hab�a disminuido para nada y a la vista hab�a una verga de 16 cm. rodeada de
vello rubio muy dura que apenas se pod�a alojar dentro de los boxers. Ante esta
visi�n Zape se sinti� muy excitado y se le pas� una idea por la cabeza
Zape-oye Zipi, ya que no nos la ha mamado una putita, por qu�
no nos la chupamos el uno al otro. As� nos dar�amos gusto y entre hermanos no
pasa nada
Zipi-si, pero eso es de maricas y yo no soy marica. Es que tu
eres marica?
Zape-no, yo no, pero me gustaria que me la chuparan y poder
correrme e la boca de alguien y si para eso luego tengo que chuparla yo, no me
importa
Zipi-no se
En ese momento Zipi se qued� de pie frente a su hermano
sentado en la cama, mirando su cuerpo desnudo, fibrado, casi deseable. Zipi se
acerc� m�s aun a Zape, que permanec�a sentado, dejando su verg�n duro frente a
la cara de su hermano, puso una mano sobre la cabeza de Zape y le atrajo la boca
hacia su verga. Zape no se resist�a y empez� a lamer el paquete de su hermano
por encima del boxer, mientras el se acariciaba su polla que estaba
pr�cticamente dura.
Zipi-uhmmm, muy bien hermanito, ahora b�jame el boxer y
metete toda mi polla dura en tu boca, a ver si sabes mamarla bien
Mientras Zape segu�a las �rdenes de su hermano, la puerta se
abri� de repente. Los dos hermanos se quedaron mirando hacia el quicio y all�
vieron la figura de su padrastro Luis. Llevaba puesto una camiseta interior y
unos slips ajustados que permit�an ver el tremendo bulto de su paquete y sus
velludas y musculadas piernas.
Luis-vaya, vaya, si al final los hermanitos van a acabar
siendo novios. Qu� pasa, que no obteneis placer fuera de casa
En ese momento, Zipi, despu�s de la sorpresa inicial, se
decidi� a hablar tras un momento de angustioso silencio
Zipi-no es nada, estabamos de broma, no es nada de lo que
dices, de verdad, te lo juro
Luis-si ya, claro, ya veo. Entonces quieres que me crea que
por casualidad tu pollita se ha metido por casualidad entro de la boca de Zape y
este te la esta comiendo sin querer, ja,ja,ja
Zipi-es verdad, adem�s, estamos un poco borrachos de la
fiesta de cumplea�os con nuestros amigos, es eso
En ese momento terci� Zape, que acababa de sacar de su boca
la polla de su hermano, que apenas segu�a erecta
Zape-de verdad Luis, no le digas nada a mama, por favor, no
le digas nada
Luis-no se yo si decirle algo, lo que hac�is es muy fuerte.
No? Contestadme, grit� Luis
Zipi-no grites, despertar�s a mama
Luis-no creo, vuestra madre ha tenido que salir esta noche
porque un t�o vuestro del pueblo se ha puesto enfermo y no ha querido esperar a
que volvierais. Le dije que ma�ana ir�amos nosotros. Imaginad que le tengo que
dar esta noticia tambi�n.
Zipi-no le digas nada, haremos lo que sea. A que si Zape?
Mientras Zipi dec�a esto Luis se fue acercando hacia los dos
hermanos, que segu�an en la misma posici�n. Lleg� tan cerca de Zipi que este
pod�a sentir la respiraci�n de su joven padrastro en su cara. Zape ten�a a la
altura de su cara ahora el paquete de Luis y pudo notar como la verga de este
hab�a crecido enormemente y apenas se conten�a dentro del ajustado slip. Esa
visi�n empez� a excitar a Zape, que se imaginaba mamando las pollas de su
hermano y de su padrastro a un tiempo.
Luis-bien, habr� que buscar un arreglo. No se. Veo que en los
dos a�os que han pasado desde que conoc�a a vuestra madre os hab�is desarrollado
de forma importante, me alegra verlo. No es as�?
Zipi-no se lo que quieres decir
Luis-yo si. Esta noche vuestra madre se ha ido con mucha
prisa y no hemos tenido tiempo de poder echar unos polvos. Al llamar por
tel�fono ha tenido que dejar a medias una magn�fica mamada que me estaba
haciendo. Qu� os parece si en vez de jugar s�lo vosotros dos jugamos los tres?
Los hermanos se quedaron mirando por un momento sin saber que
decir, hasta que habl� Zape
Zape-quieres que follemos los tres?
Luis-algo as�. Seguro que lo pasar�amos bien y esto quedar�a
entre nosotros, nadie lo sabr�a nunca. Qu� dec�s?
Los hermanos se volvieron a mirar y asintieron con la cabeza
Luis-as� me gusta. Venga Zape, sigue con lo que estabas
haciendo, que ahora vas a tener m�s trabajo. Tienes que mamar una polla de
verdad
En ese momento Zape le baj� el slip a su padrastro y vio
salir disparada hacia su boca una verga de 21 cm. que se ve�a ansiosa de ser
mamada. A esa tarea empez� a dedicarse Zape, cada vez m�s entusiasmado con su
trabajo. Mientras, Luis se quitaba la camiseta interior, tras lo que empezaba a
besar el cuello y la cara de Zipi, el cual estaba aun algo asombrado ante la
situaci�n que se hab�a planteado.
Luis orden� entonces a Zipi que ayudara a su hermano en su
labor mamatoria y vio con tremendo placer como sus dos hijastros, sentados
desnudos en la cama, le mamaban la polla mientras que �l les acariciaba la
cabeza.
Luis-vale, lo hac�is muy bien chicos, pero parad, no me
quiero correr todav�a. Venga Zape, si�ntate en la cama apoyado en la pared y tu
Zipi ponte a cuatro patas y empieza a mam�rsela a tu hermano, que el pobre aun
no sabe lo que es eso
Los dos hermanos obedecieron, m�s prontamente Zape que
deseaba ser mamado. Peg� un tremendo gemido cuando vio y, sobre todo, not�, que
su verga empezaba a ser engullida por su bello hermanito Zipi. Mientras, este
notaba como Luis empezaba a acariciarle el culo con sus dedos y luego empez� a
notar su lengua penetrar en su recto. Ante esto, Zipi empez� a notar una extra�a
sensaci�n de placer totalmente nueva, pero sab�a que iba a ser enculado y no
estaba muy de acuerdo
Zipi-no me la metas por el culo, por favor, Luis, seguro que
me har� mucho da�o
Luis- que va, ya ver�s como no, seguro que te va a encantar.
Tu sigue mam�ndosela a tu hermano, Zape putita m�a
Dicho eso, Luis empez� a penetrar a Zape con un dedo primero
y con dos despu�s, aunque ve�a que a su hijastro le costaba mucho dilatar. Pese
a ello sigui� trabajando el culito de Zape, obviamente aun virgen. En esos
minutos, Zipi se corri� y le pidi� a su hermano que se la siguiera mamando, que
quer�a correrse m�s veces. Zape, sudando y gimoso, tuvo que seguir mam�ndosela a
su hermano ante las indicaciones de Luis, aunque se daba cuenta de que era algo
que cada vez le gustaba m�s.
Mientras se la mamaba a su hermano, Zape empez� a notar como
Luis colocaba su gran capuyo rojo sobre la entrada de su recto
Zipi-ten cuidado, por favor, no me hagas da�o-gimoteaba Zipi
Luis-no te preocupes te va a gustar, voy a ser muy delicado
Luis hizo dos intentos de penetrar a Zipi, pero ante algunas
dificultades, llev� a cabo una tercera acometida bastante brutal, tras la cual
introdujo la mitad de su cipote en el culito de su hijastro. Este peg� un
tremendo alarido de dolor y se le escaparon varios lagrimones. A partir de ah�,
Luis empez� una lenta y parsimoniosa penetraci�n, cada vez m�s excitado por el
deseo de abrir ese cerrado culito que ten�a ante si. Tras cinco minutos de
penetraci�n Zipi comenz� a notar como el dolor, que no se quitaba, comenzaba a
entremezclarse con un extra�o placer. El bamboleo continuo al que le somet�a
Luis hac�a que acelera el ritmo de su mamada a Zape, que se corri� por segunda
vez, llen�ndole nuevamente la cara de semen, aunque en esta ocasi�n la leche
expulsada por su hermana hab�a sido de menores cantidades.
Luis-muy bien Zape, veo que se has vuelto a correr. Quieres
correrte m�s?
Zape-si, la verdad es que estoy muy excitado
Luis-Bien, me imagino que no sabr�s lo que es un 69, pero vas
a hacer uno. T�mbate boca arriba debajo de tu hermano de tal manera que este
pueda seguir comiendo tu poll�n y tu puedas com�rsela a �l
Zape hizo r�pidamente esto, coloc�ndose bajo su hermano y
pudiendo observar como la verga de este estaba tremendamente dura, hasta el
punto de que apenas habi�ndola tocado, descarg� toda su lefa sobre su cara y su
pecho.
La felicidad de Zipi era ahora mucho mayor. No s�lo mamaba la
polla de su hermano, sino que se hab�a corrido encima de este y ahora sent�a
chupada su verga. Pero el mayor placer lo recib�a de la cogida de su padrastro
que segu�a con su bamboleo y con su objetivo de introducir la totalidad de su
polla de 21 cm en el culito de su hijastro.
Luis-venga, hijitos, acabad de correros
Zape se volvi� a correr, aunque ya apenas expuls� leche, por
ser la tercera vez, adem�s de alguna paja que se hab�a hecho por el d�a.
Mientras Zipi sent�a como sus huevos se contra�an y empezaba a descargar una
tremenda cantidad de lefa sobre el rostro de su hermano, que se relam�a cada vez
m�s al comprobar lo gustoso del sabor del semen.
Luis-muy bien putitas mias, ahora me tengo que correr yo
Luis sac� de golpe su polla erecta del dolorido culo de Zipi
y la situ� frente a la cara de sus dos hijastros que se encontraban sentados en
la cama, comenzando una agitada masturbaci�n hasta que sinti� como el semen
sub�a por los conductos de su gruesa y r�gida verga, hasta que expuls� hasta
cinco chorros de leche sobre los rostros de Zipi y Zape
Luis-venga, mis putitas, quiero que dejeis todo limpio de
semen, as�, venga vamos, no par�is
Zipi y Zape empezaron tambi�n a lamerse mutuamente sus caras,
uni�ndoseles Luis que con su lengua lam�a la cara de sus dos hijastros. Al
final, los tres acabaron tendidos en la cama, exhaustos, sin decir nada.
Tanto Luis como Zipi y Zape sab�an que a partir de este
momento las relaciones entre ellos no iban a ser igual...
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