Hola amigos.
Me gustaría
contarles mi historia, por si alguno se encuentra en la misma situación
y puede servirle de ayuda.
Tengo
40 años, felizmente casado y con dos hijos. El sexo con mi mujer para mi
se ha convertido en algo rutinario y desde que me conecto a Internet, cada vez
que busco fotos de sexo me decanto mas por las de hombres que las de mujeres o
parejas.
Nunca me he considerado
gay o bisexual, pero tenia unas ganas locas de probar que se sentía en
una relación sexual con otro hombre
Era
como una obsesión que cada día más me sorbía los pensamientos.
Debía hacerlo, pero no sabia como. No quería que me descubrieran
y además no quería que mi experiencia fuera traumática.
Estaba
decidido, buscaría un profesional y le pondría ciertos límites,
ya que mi intención era únicamente que él me practicara sexo
oral.
Me dirigí a la capital
y compré el periódico. Vi un anuncio grande donde se ofrecían
chicos masajistas. Me costó mucho, pero al final me dirigí hacia
allí. Llamé a la puerta y el recepcionista me aconsejó, según
mis demandas, a un chico joven llamado Cristian.
Estaba
ya en la habitación, tomando una Coca-Cola, cuando entró el chico.
Tenia un buen cuerpo. Estaba bien para mi primera experiencia. Me dijo que me
duchara y después lo hizo él. Entonces fue cuando vi su pene, largo
y no extremadamente grueso.
Una vez
duchados nos tumbamos los dos en la cama. Yo le dije que lo único que quería
era sexo oral, ya que para mí era la primera ocasión en que estaba
en la cama con otro hombre. "No hay problema", me dijo. Tras habérmela
chupado un buen rato, puso su pene delante de mi boca y me dijo, "chupa".
Primero dudé, pero debía tener un deseo reprimido, ya que cogí
su rabo y empecé a chuparlo, como si estuviera loco. Creo que hasta le
hice un poco de daño.
Creía
que eso era todo lo que podría hacer, pero el muchacho se puso encima de
mi cuerpo y empezó a pasar su pene por todo mi cuerpo hasta llegar cerca
del ano. Le avisé que no quería que me penetrara y él me
dijo que no lo haría si yo no quería. Le pregunté si me haría
daño y él me dijo: "Probamos?". De acuerdo, le dije.
Me
había vuelto loco?... No sé. Se puso un condón y intentó
penetrarme. La primera vez que lo intentó sentí un gran dolor. Él
la sacó y me dijo si quería que lo dejáramos. "Espera",
le dije, "un momento...". Cuando ya no me dolía tanto le dije
que volviera a probar. Esta vez entro hasta dentro... que placer... que placer.
Nunca había sentido tanto placer en mi vida. Fueron los momentos más
apasionantes. Es una sensación maravillosa.
El
resto ya se lo pueden imaginar... Han pasado dos días y aún tengo
en mi ano la sensación de placer y las ganas de volver a ser penetrado.
No sé cuantos días podré aguantar sin hacerlo otra vez...
Espero
que mi experiencia pueda servir para que los hombres como yo que tengan ganas
de probarlo y estén reprimidos se lancen a hacerlo. Es maravilloso...
Para
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